domingo, febrero 13, 2022

el Estafador de Tinder y Desangrando a Silicon Valley

 

Impostores e imposturas sociales en el Estafador de Tinder y Desangrando a Silicon Valley


“El estafador de Tinder” (Netflix: 2022) y “The Inventor: Desangrando A Silicon Valley” (HBO. 2019)


 

El estafador de Tinder (2022) 

Lo más interesante de este documental es la exposición del impacto en las dos caras de la moneda: lo privado y lo público. En lo privado, en la vida amorosa, la expresión y explotación de la fantasía de la imperante ideología de género machista del príncipe -¿Mirrey?- que coloca “la zapatilla a la plebeya” (la mugrosita, la Cenicienta “la manchada de ceniza”) demostrándole que es la más especial de todas las del reino, aunque ella no lo vea en ella misma (¡¿Cómo alguien que podría salir con las mejores y está tan ocupado, tiene toda su atención en mí?!). Dicha fantasía ideológica romántica busca taponear el enigma del real traumático, pero potencialmente transformador, del amor (desde lo que no se tiene). Esta fantasía de la ideología de género machista/neurótica muestra la otra cara de la moneda, el príncipe entra en desgracia (el padre enfermo que nadie visita, el novio violento -pero incomprendido- que todos empiezan a abandonar, el buen viudo que le da miedo volver a amar, el joven multimillonario que por su infancia no puede entregarse al amor y por eso solo lo busca con contratos sadomasoquistas) y si la princesa lo ama "tendrá que sacrificarse para salvarlo como prueba de amor". La violenta trampa narcisista de sacrificarse por amor, que nunca termina bien.

Pero lo más escandaloso es lo público que muestra el documental: Lo legal: no hay delito que perseguir porque, aunque está probado que fueron engañadas, ellas dieron voluntariamente el dinero; Lo bancario/hacendario: aún con deudas en varios bancos -que conocen desde antes el caso- se puede autorizar hacer crecer -y eventualmente seguir pagando- la deuda; Lo social-media: el lado oscuro de las citas online, la primacía de la imagen y el lujo, el encuentro estilo casting, la inmediatez de la relación y el fomento de la máxima ideológica/política de los influencers "Fake it till you make it!!", herencia del neoliberalismo (explotando en la crisis de 2008) y su espiritualidad de autoayuda englobada en el libro “El secreto”; Lo ideológico: la reacción de muchos espectadores que siguen reproduciendo la misma violencia hacia las mujeres argumentando que ellas se lo buscaron ("ya ve! usted tiene la culpa!! para qué salió con celular, por eso se lo roban!!).  Tal vez, de lo único que son “culpables” es el de ser “cómplices de su dominación” como dirá Bourdieu, como todo sujeto interpelado por la ideología, pero que al cuestionar los ídolos que sostienen la sagrada identidad ideológica pueden pasar de la “culpa” a la responsabilidad y de ahí a la emancipación. El argumento de culpar a la víctima seguramente el propio estafador lo sostiene para no sentir culpa y verse a si mismo solo como un empresario exitoso de una red de conquistas y atención de mujeres como en los esquemas multinivel o piramidal. La gran diferencia con el caso Anna Delvey -retratado en la telenovela de Netflix “¿Quién es Anna?”- es que ella sí cayo en la cárcel ya que el esquema utilizado fue el mismo con amigas, pero con bancos directamente, una clara afrenta al mundo de los hombres poderosos.

 

The Inventor: Desangrando A Silicon Valley (2019)

    Lo que distingue al caso de Elizabeth Holmes, su empresa Theranos y el invento revolucionario de los análisis de sangre el «nanotainer» y el «Edison» es que expone más claramente este costado ideológico de la estafa a niveles de ser estafas comunes en lugares como Silicon Valley. Resulta interesante los tres héroes ideológicos de Holmes: Thomas Alva Edison (a quien le debemos inspiradoras frases -según wikipedia- como «Lo que no se venda no quiero inventarlo» o «Todo el mundo roba en la industria y el comercio. Yo mismo he robado mucho. La cosa es saber robar»), Steve Jobs (quien parecido a Edison sabía de que más que la innovación tecnológica lo importante era el sueño que se vendía a los accionistas y la presentación al público) y Yoda (del cual tomó como lema de vida para motivar a su padawans/empleados “Haz o no hagas, no hay intentos”, la peor faceta del maestro Yoda, la del amo arrogante).

    Otra cosa que distingue a esta estafa saca sangre es que Holmes, a diferencia del príncipe/mirrey que encantaba como personificación del cuento de hadas, encarnaba otro género de historia, la de la película “inspiracional”. La forma como la describen sus “enamorados” defraudados es “sincera, seria e idealista joven mujer”. ¿Por qué fue tan fácil engañarse desde el idealismo?

    Lo mejor del documental está en lo explicado por el profesor de psicología del comportamiento económico Dan Ariely, cuyos títulos de sus interesantes y entretenidos libros parecen de psicoanálisis: “Las trampas del deseo”, “las ventajas del deseo” y “¿Por qué mentimos… en especial a nosotros mismos?”. En el documental comenta:

“Tenemos que entender que todo esto se trata de querer que el mundo sea de cierto modo y en esencia racionalizar nuestras acciones para intentar hacerlo real. Tienes que querer una cierta cosa y luego ser capaz de “doblar” la realidad o racionalizar las cosas para que puedas hacer eso. Pero la otra cosa es qué hay de razones para bien. Les contaré de un estudio que hicimos. El experimento funcionaba así: Les dimos un dado, un dado de seis lados y dijimos: “¿Por qué no tiras el dado? Y te pagaremos lo que salga”. Si sale 6, 6 dólares, 5, 5 dólares y así hasta el uno. Pero te pagaremos en base al lado de arriba o de abajo. “Arriba o abajo, tú decides. Pero no nos digas. Tiras el dado. No me digas. Piensa arriba o abajo, ¿lo tienes? Tira el dado”. Digamos que el dado sale con cinco abajo y dos arriba. “¿Qué elegiste?” … En nuestro experimento tiran el dado 20 veces y descubrimos que tiene mucha suerte. ¿No? Y la suerte tiene esta cualidad de enfocarse en el seis… tiene extra suerte en el 6 a 1, no mucha en el 3 a 4… Luego hacemos el mismo experimento, pero con un detector de mentiras… ¿Funciona? Sí. Si puede detectar mentiras. No todo el tiempo, pero puede. En otra versión del experimento hacemos la misma cosa, pero la gente escoge una caridad. Y todo el dinero que logren hacer hoy va a la caridad. Por una buena causa. ¿Qué creen que pasó? ¿Mintieron más o menos? Mintieron más. Y el detector (de mentiras) dejó de funcionar. ¿Por qué? Porque ¿qué detecta el detector de mentiras? Lo que detecta es tensión. “Quiero más dinero, pero creo que está mal”. Pero ahora no está mal. ¿Por qué te preocupas? Si es para una buena causa aún puedes pensar que eres una buena persona. Y así es cómo comienza y luego se vuelve una ladera resbalosa.”

    Este tipo de experimentos debe recordarnos a los psicoanalistas el por qué en la obra de Freud y Lacan cuando se citan a personajes del mundo psi por lo general son más de la psicología experimental como comenta Lucchelli. Tal vez el punto de diferencia está en la teoría que se utiliza para analizar los hallazgos ya que los cognitivos, del comportamiento, experimentales y humanistas por lo general se basan en teorías ya sea de corte Biologicista/Evolucionista o Moral/Místico/Espiritual, es decir, del principio del Placer. Nuestra aportación sería una teoría que considera el Más allá del Principio de Placer, el deseo y el placer que viene de las miradas del engaño y la pulsión y la angustia de aquellos que yerran al no ser engañados.

    El profesor Ariely conoció a Holmes porque ella misma le pidió ir a Theranos para que le dijera como motivar a sus empleados ya que les afectaba las noticias sobre fraude de la compañía. Ariely comenta: “Mi impresión fue que realmente creía en la misión de la empresa. Y también creía que estaban en camino de encontrar algo nuevo y que solo necesitaban la pasarela, la pista de despegue. Hay muchas mentiras en Silicon Valley. Cuando fui a dar conferencias por mi libro sobre la deshonestidad, muchos emprendedores me decían “estamos en la tecnología, ella no miente… somos honestos, no hay oportunidades de mentir por la tecnología”. Y no dije nada, pero en 2 minutos estos emprendedores hablaron sobre cómo les mienten a los inversionistas. Y tienen gráficos de crecimiento donde predicen el futuro y están poniendo número exactos de un lugar tan lejano que saben que no saben si podrán alcanzarlo. Mi percepción con Elizabeth fue que sentía que básicamente estaba haciendo lo mismo que todos los demás.”   

    En lo anterior está la gran lección de estos dos documentales de “estafas maestras” y de cómo los estafadores saben leer a sus potenciales víctimas, saben leer el signo de los tiempos, los valores de la ideología imperante, las mentiras del lenguaje ficticio de la sociedad en curso. En este sentido si son unos idealistas ya que engañan diciendo la verdad (de nuestros tiempos), el problema es que a esa verdad le asignan un precio, “¿Cuánto está dispuesto a pagar/invertir en tu sueño?”, lo que hace que el amor se convierta en explotación y el deseo en pulsión. Desarrollaremos este punto en nuestra próxima entrega sobre la soberbia “El callejón de las almas perdidas” del genial Guillermo del Toro.

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