domingo, noviembre 03, 2013

No se aceptan devoluciones sin el peso de la Gravedad




“Eres lo mejor que no quería que me pasara… ahora ya puedes irte”

Como sabrá el amable y asiduo lector del presente blog, uno de nuestros autores de referencia para abordar el puente de relación entre el psicoanálisis y el cine es el filosofó Slavoj Žižek. En su más reciente incursión en el cine, bajo la dirección de la cineasta Sophie Fiennes, presenta una secuela a su anterior “guía del pervertido en el cine” ("The Pervert's Guide to Cinema") de 2006 ahora llamado “The Pervert's Guide to Ideology”,  haciendo así más claro el objeto que aborda en sus textos desde la filosofía y el psicoanálisis: La ideología. Como la película anterior, es difícil darle el nombre de documental al filme ya que lo que vemos ilustrado en textura audiovisual son las tesis que Žižek desarrolla en sus libros por lo que opera más como texto-conferencia audiovisual que como documental per se. Entre las formas de operar de la ideología a partir de ejemplos contemporáneos del cine, la publicidad y la política, resaltamos en esta ocasión lo que aborda a partir de la película de James Cameron “Titanic” (1997), lo cual nos lleva a reflexionar sobre dos películas recientes de directores mexicanos, “No se aceptan devoluciones” (2013) de Eugenio Derbez y “Gravedad” (2013) de Alfonso Cuarón. (¡Spoiler Alert! por cuestiones de método requerimos comentar partes importantes de la trama de todas éstas películas)   

Empecemos con Titanic desde la guía pervertida de Žižek:
“Debemos preguntarnos ¿qué papel juega el iceberg (con el que choca Titanic) en el desarrollo de la historia de amor (entre Rose y Jack)? Mi postura aquí es ligeramente cínica: Esta hubiera sido la verdadera catástrofe. Bien podemos imaginarnos como después de dos o tres semanas de sexo intenso en Nueva York, de alguna manera la aventura amorosa habría desaparecido.” "The Pervert's Guide to Ideology" (2012) Dir. Sophie Fiennes. Slavoj Žižek

Žižek es consciente que hablará cínicamente de una película muy querida por el público porque fácilmente puede ser odiado si la crítica; en ese sentido, compartimos esa posición al compararla con la película mexicana que ha roto los records de taquilla en nuestro país y se “ha ganado el corazón de los mexicanos”. Tal es la relación de “Titanic” con “No se aceptan devoluciones” que recientemente en un periódico local fueron incluidas como ejemplos -junto con otros destacables como “La vida es bella” y “Hachi: A Dog's Tale”- en un artículo que se preguntaba ¿por qué lloramos con las películas? Más aún, como bien mencionaron en nuestro podcast de cine preferido CinemaNet (http://cinemanet.com.mx/613-en-cartelera-el-paciente-interno-tercera-llamada-elysium-no-se-aceptan-devoluciones-jobs-y-lluvia-de-hamburguesas.html), criticar y no alabar la cinta del cómico mexicano Derbez puede costarle a alguien ser tachado de malinchista (¡Ah pero que sea gringa o europea, porque…!) o compatriota envidioso (¡Por eso estamos como estamos, por eso nunca progresamos, el cangrejo mexicano que sale de la cubeta y el otro de abajo que lo jala y no lo deja salir!). Sin embargo, en este excelente podcast, el ejemplo lo pone el crítico Carlos del Río al mencionar que su experiencia con la cinta queda más clara con su madre con quien fue a verla. Al finalizar la película, mientras se secaba las lágrimas, como casi toda la sala, la madre se dirige a su hijo crítico de cine y le dice “Hijo, por favor no vayas a hablar mal de esta película”, y remata “porque si no, la gente no te va a querer”. Mucho se ha dicho en entrevistas (Derbez ha realizado una excelente y laboriosa campaña de promoción)  que ésta cinta tiene mucho corazón lo cual es muy cierto. Justamente ésa es su principal virtud y su aspecto más reprobable. Jugando con las palabras (como los excelentes chistes que en los programas de Derbez le escribían Pepe Sierra y Gus Rodríguez), No se aceptan devoluciones tiene mucho corazón, tanto que puede morir el paciente. El tema y guion de la cinta eleva a un carácter  mítico algo sagrado para muchos pueblos, en especial el mexicano, el amor familiar, de ahí que sea una mezcla de “La risa en Vacaciones” y “La rosa de Guadalupe”. O como abiertamente lo muestra la película a razón de la madre mítica que construyó el padre para su hija, ella es amiga de Adam Sandler y la India María. La importancia de la cinta, sin lugar a dudas reflejado en su éxito pese a su pobre calidad cinematográfica en dirección, producción o actuación, es que pone “el dedo en el llaga” de la ideología en un contexto mexicano realmente “toca el corazón de los mexicanos”, como las dos cintas mexicanas de éxito "sintomático" nacionales “Nosotros los Nobles” y “El Crimen del padre Amaro”. Su éxito expone y sirve de espejo ideológico de nosotros los mexicanos, pueblo 70% católico pero 110% guadalupano.    

En “No se aceptan devoluciones” después de contarnos la historia de este hombre irresponsable que se ve forzado a ser un padre de una pequeña para al final luchar por ella al volver la madre a recuperarla por lo que decide volver al Acapulco idílico con su hija, y después de hacer creer al espectador que dicho padre está enfermo de muerte, el clímax dramático es saber que quien estaba enferma de muerte era la niña, quien muere seis meses después de haber llegado a Acapulco (nunca había vuelto a México) en compañía de papá y mamá en un hermoso atardecer (escena que ha indignado a más de un Guerrerense por la forma chafa digital con la que “embellecieron” Acapulco). Volviendo a la tesis de Žižek, ¿cuál es la catástrofe verdadera? Poniéndonos “ligeramente cínicos” como Žižek creemos que la niña murió en el momento justo. Para que se sostenga el “puro corazón”, la bella historia sublime, la niña tenía que morir y no tardarse más de 6 meses, como sostén de una luna de miel paterno-filial. Como Žižek con Titanic, bien podemos imaginarnos el día después de mañana, cuando esa niña no se muriera pero cuya infancia quedara suspendida por ser un “milagro de vida”. Querido lector, ¿conoce usted casos de “milagros de vida” -personas que en su tierna infancia fueron diagnosticados con alguna enfermedad mortal por lo que todos sus familiares viven pendientes de su condición alarmante? En muchos de esos casos se corre el riesgo de, en aras de hacerle lo más hermoso posible los “pocos” días que tendremos a esos “angelitos” entre nosotros, mantenerlos en un estado infantilizado aún y cuando hayan dejado de ser bebés por lo que los problemas de la vida llegan cuando crecen y la muerte se tarda en venir. La verdadera catástrofe hubiera sido romper con la imagen del amor sublime de un padre que da todo por su hija moribunda. Imagen tan perfecta que bien puede convertirse en pesadilla, basta recordar aquellas madres que le dicen a sus hijos adultos mientras le muestran una foto de ellos de bebés “¡Cómo me hubiera gustado que te quedarás así siempre!” El sublime terror y el terror de lo sublime son bellamente presentados en la escena final de la cinta “Máma” (2013, Dir. Andrés Muschietti).

Sigamos con el Titanic de  Žižek:
“Kate Winslet es una chica de clase alta con malestar psicológico, confundida, con un yo en crisis, y, la función de Leonardo DiCaprio, es simplemente que él la ayuda a reconstituir su yo. Su autoimagen, literalmente él dibuja su imagen. El barco choca contra el iceberg no inmediatamente después del sexo sino cuando la pareja va a cubierta, a cielo abierto, y deciden estar juntos. Comúnmente en la historia, la aparición de un evento que impide algo o una idea, la eleva a la condición de mito… A través de la catástrofe temporal tenemos una historia de amor que es redimida en su ideal, salvaguardada para la eternidad. Al final podemos leer la catástrofe como una maniobra desesperada para mantener la ilusión del amor eterno. Podemos ver cómo la ideología funciona de forma efectiva aquí. Tenemos dos niveles en la superficie, toda la fascinación del accidente y la historia de amor, las cuales son aceptables para nuestras mentes liberales y progresivas. Todo esto no es más que una trampa. Algo hecho para bajar nuestra atención al límite y volvernos receptivos al verdadero mensaje conservador de gente rica con el derecho de revitalizarse a ellos mismos a través de tomar esa vitalidad de la gente pobre.”

¿Qué mito (sobre)protege la tragicomedia de “No se aceptan devoluciones”? Así como en Titanic, consideramos que hay un amor ideal, en este caso el del padre y la hija. Solo que este amor idílico no es completamente paterno en términos psicoanalíticos ya que elude un punto, la castración. El personaje del padre, Valentín, opera más como una madre sobreprotectora al grado de convertirse en un compañero de juego de su hija suspendiendo los “traumas” de frustración para su hija: Puede faltar a la escuela, le compra todos los juguetes que quiere, expone su vida con tal de que no la regañen por decir mentiras y, tal vez la más obvia de todas, le crea una madre idílica que la ama mucho pero no puede estar con ella porque tiene que salvar al mundo (Nuestra mente morbosa no deja de recordarnos un extraño paralelo con la leyenda negra –seguramente falsa- de Derbez en los 90 donde se decía dio una boda de ensueño para su amada solo con el pequeño detalle de no ser oficial, pura fiesta sin cas/tr/arse). Lo anterior lo vemos cuando Valentín le da una carta casi cada semana donde crea historias fantásticas de la mamá. Este detalle nos recordó a algo similar en la opera prima de Guillermo del Toro “La invención de Cronos” donde el anciano Jesús Gris le inventa cartas a su nieta para evitarle la tragedia de la muerte de sus padres, manteniéndola en un estado autístico (la niña no habla) que se rompe cuando Jesús, a través del dispositivo Cronos, se convierte en vampiro (de alguna forma se vuelve autista/autoerótico también) y, para resolver la mortificación de la no-muerte, finalmente niña y abuelo tienen que enfrentar la pérdida para vivir cuando ante la primera palabra de la nieta (“Abuelo”) Jesús Gris destruye el dispositivo eternizador de Cronos.

Si algo enseña el psicoanálisis con respecto a la paternidad es que el padre es uno muerto, ejecuta su función en la idea de que no les será eterno a sus hijos por lo que los prepara para vivir sin ellos (el tiempo que este sea). Curiosamente, tal parece que es un tema actual ya que la película mexicana reciente de éxito en nuestro país fue la comedia “Nosotros los nobles” donde un empresario acaudalado decide dejar de consentir a sus hijos a quienes mimaba por no “traumarlos más” después de la muerte de su santa madre y crea una artimaña para que aprendieran a trabajar y así “darles una lección”. Por lo anterior, la queja que tenemos en “No se aceptan devoluciones” es el engaño-trampa de la película ya que sería interesante verla si el padre era el que iba a morir como lo promete desde el inicio. Así como en “Titanic” según Žižek, el personaje de clase alta Rose se nutre del “baño de pueblo” que tiene con Jack, en “No se aceptan devoluciones” vemos como la función de la niña fue ayudarle al irresponsable de Valentín la forma de vencer sus miedos (representados como lobos). En la escena final, digna de estampitas moralistas, vemos a Valentín serenamente caminando por las playas en compañía de un lobo mientras en el cielo vemos a su hija brincando entre las nubes “como en la quebrada” a los brazos de su abuelo. La función de la niña fue hacer mejor hombre a su padre; bella idea, bello ideal, pero tramposo ya que oculta una grieta fundamental, ¿cómo vivir después de la muerte de un hijo?

Esa postura, del sentido de la vida (“Este angelito vino a cumplir esa misión y se fue al cielo”), es similar a decir que toda catástrofe tiene el sentido divino y obedece a un plan perfecto (“Las diosidencias”, concepto por demás blasfemo), casi como la idea de que el Holocausto a la larga les sirvió al pueblo judío para ser un mejor pueblo, más unido, por eso lo mandó Dios. Lo blasfemo de esta noción es que borra la fisura fundamental del propio padre, por lo que consideramos que “el bello final” realmente es el comienzo de la verdadera historia como lo muestra Cuarón en toda su “Gravedad”.

Antes de ir al espacio de Cuarón, resaltamos el gran acierto de la película de Derbez, los títulos tanto en Inglés como en Español. Originalmente el título sería “El hombre de piedra” haciendo referencia a la ocupación de Valentín como “stunt man”, doble de cine, en Estados Unidos, y consideramos que haciendo referencia metafórica al propio Valentín que tuvo que arriesgarse a enfrentar la vida en su devenir como hombre. Sin embargo ese  título es chocante justamente porque evidencia el protagonismo del personaje de Valentín como hombre que triunfa y aprende, el niño que se hace hombre, en lugar de su función como padre. Caso contrario a “Instructions not Included” (Instrucciones no incluidas) y “No se aceptan devoluciones” que con la referencia a un artículo que uno adquiere resalta el sujeto de la paternidad al centrarse en lo angustiante de tener un hijo (“Nadie nos enseña a ser padres”), muy a la respuesta que Matheline atribuye a Freud cuando alguien le preguntaba “¿Qué puedo hacer para ser una buena madre?”: “Haga lo que desee, de igual forma estará mal”. En este caso sería conveniente que los políticos hagan caso de la ocurrencia de dichos títulos de la cinta con respecto al otro tema que ignora cubriendo la cinta, los inmigrantes. Ante tal problema y para el tema de reforma migratoria sería bueno que el gobierno mexicano utilice de lema y decirle a los gringos “No se aceptan devoluciones” mientras que los gringos reconozcan que nuestros paisanos ya hacen vida allá pero  “Instructions not Included”. La película es conservadora al no abordar el núcleo traumático, lo que no pasa por el ideal, tal como se ve en la máxima tragedia de la historia como en su máxima comedia de pastelazo como el triste caso de Sammy, el mejor chiste de Derbez. Seamos honestos, aunque nos arranque una risa idiota los intentos desesperados de este personaje, reconozcamos que su comedia peca de pura ya que no nos reímos con él sino de él. ¿Sería el mismo efecto si nos enteráramos que todo este tiempo está fingiendo su discapacidad o su comedia se sostiene por el hecho de ser inocente/puro? Como bien dicen los que saben, nunca actúes con un niño o un inocente porque se roban la escena.

Sigamos con lo último que comenta Žižek de Titanic:
“Existe un maravilloso detalle que lo dice todo. Cuando Kate Winslet nota que Leonardo DiCaprio está muerto, ella, por supuesto, comienza a gritar “nunca te dejaré ir, nunca te dejaré ir”, mientras que, al mismo tiempo, lo empuja al fondo. Él es lo que llamamos irónicamente un mediador evanescente.”

La función del mediador evanescente la relacionamos con el concepto de Donald Winnicott “objeto transicional” (véase “TOY STORY: Lecciones con juguetes sobre el duelo”, aquí, en su blog de confianza http://hectormendoza.blogspot.mx/2011/02/toy-story-lecciones-con-juguetes-sobre.html, además pronto subiremos los videos correspondientes a la película “Super 8” donde vemos otra presentación del duelo y el mediador evanescente en la presencia de un monstruo extraterrestre). Dicho objeto aparece en los momentos de cambio, en especial de separación donde el sujeto trasforma  su identidad y elabora un duelo por su identidad perdida, como el osito de peluche que le permite al niño alejarse de su condición de bebé de mamá y llegar a la identidad de niño entre otros niños. Por lo anterior, la función de este mediador es justamente ser evanescente, de “úsese y tírese” como maestro fantasmal a la Obi Wan de “Star Wars” o Jaga el sabio de los “Thundercats” que ayudan a su discípulo en el pasaje de la niñez a la adultez. Žižek menciona que el personaje de Leonardo DiCaprio en Titanic habla más como un maestro o pastor (“Sé fiel a ti misma Rose”) que como amante, por lo que resalta el momento de su desaparición en el fondo del mar como su máximo triunfo. En No se aceptan devoluciones dicha función, tradicionalmente puesta en el padre muerto/fantasmal, es sostenida por la hija angelical permitiendo al padre hacer su transición de niño asustado por un padre autoritario con su correspondiente temor al compromiso a un hombre que ha vencido sus miedos. De ahí que la desesperanza de un padre que pierde a su hijo brilla por su ausencia aunque afortunadamente la encontramos en la cinta de Cuarón, “Gravedad”.


“¡¡Houston a ciegas, seguimos dando vueltas!!”

La historia de Gravedad es bella por su simplicidad como describe el portal de cine imdb.com “Una ingeniero médico y un astronauta trabajan juntos para sobrevivir después de un accidente que los deja a la deriva en el espacio”. La historia original de Jonás y Alfonso Cuarón originalmente estaba pensada en el desierto manteniendo la idea central “hacer frente a los obstáculos, superar la adversidad y sacar el espíritu de supervivencia de los seres humanos”[1]. Sin embargo, Cuarón realiza un cambio en su forma habitual de confeccionar sus películas lo cual demuestra su genio como cineasta. Mientras en otras cintas desde su “Y tu mamá también” o la increíble “Los Niños del Hombre” en el ambiente/contexto/fondo está el verdadero valor de la cinta más que en la anécdota de contenido en “Gravedad” fácilmente podríamos decir que es la máxima expresión de anécdota de pretexto para el lucimiento del ambiente, consideramos que la anécdota es la de mayor profundidad y desesperanza, tal que crea un “agujero negro” que priva de sentido y devuelve solo angustia al mundo.

Después del accidente, y buscando sobrevivir, Ryan Stone (interesante metáfora en el nombre de la mujer que se ha endurecido y puesto “machín” ante su dolor)  tiene que confiar en el experimentado astronauta Matt Kowalski quien, en un intento de aligerar la tensión le pregunta por casa y los suyos. Lo que encuentra Kowalski (bella referencia de Cuarón a la serie “Viaje al fondo del mar”) es una tragedia en la vida de su compañera, ha perdido a su hija y, tal parece, el gusto por la vida. El ambiente de desorientación angustiante en el espacio sin gravedad nos recuerda lo presentado en “Azul” de los tres colores de Krzysztof Kieslowski que lleva a su aspecto ominoso las máximas francesas “libertad, Igualdad, fraternidad”. En “Azul” “una mujer lucha por encontrar una forma de seguir viviendo después de la muerte de su marido e hija” (www.imdb.com). La referencia a la libertad, es su carácter siniestro donde ella está completamente libre de los vínculos como madre o esposa lo que la deja en un estado de confusión melancólica. En Gravedad tenemos algo similar, solo que expresado en el lado siniestro del encanto de la flotar en el espacio, la máxima fantasía de libertad cuando uno sueña con volar desafiando la gravedad se convierte en angustia cuando, como diría Lacan, aparece la falta de la falta. De cierta forma Cuarón, le da la razón a Lacan al mostrar que la angustia “no es sin objeto”.

El personaje de Kowalski ejecuta la función de mediador evanescente que comentamos arriba siendo finalmente el que con su sacrificio le permite sobrevivir a Ryan. El genio de las imágenes que nos muestra Cuarón revela que otra manifestación del mediador evanescente son los santos como la estampita de San Cristóbal mártir (santo patrono de los choferes y todos los que se dedican al trasporte) junto con el Buda sonriente. Como Freud lo abordó, el máximo mediador evanescente es Jesucristo que en su sacrificio brinda los humanos una posibilidad de seguir viviendo después de la muerte de Dios padre como garante del sentido, la muerte del Tótem y el Tabú, de ahí que solo traiga un mandamiento (por demás paradójico) en lugar del decálogo perfecto que encumbraba al Padre.

En “Gravedad”, la figura de Kowalski se construye en ese mediador en dos momentos decisivos. En el momento de llegar a la estación con la esperanza de localizar la cápsula que los puede regresar a la Tierra, Ryan y Kowalski quedan colgados por un cable de la nave. Kowalski decide el sacrificio heroico al soltarse de Ryan ya que él era quien hacía que se alejaran de la nave, por lo que o la soltaba y moría él o se aferraba y morían ambos. Ante la negativa de Ryan, Kowalski toma la decisión del sacrificio mientras le anuncia “Debes aprender a dejar ir”. Ese “dejar ir” es el centro de gravedad por el que orbita la historia como lo anuncia el slogan de la cinta: “Don´t let go” que puede ser traducido como “No lo dejes ir” o “No te sueltes”.

En el proceso de escribir esta entrada del blog nos encontramos con un escrito que apoya nuestra lectura de “Gravedad”. Nos referimos al testimonio publicado en el periódico El Norte con el título “El dolor es infinito, como el espacio” escrito por Rosalinda Aguirre.[2] El artículo nos menciona que “la autora perdió el año pasado a su hija Marifer… En este texto reflexiona sobre cómo el filme “Gravedad” significó para ella una metáfora del duelo: desde la profundidad del dolor hasta la revelación de ponerse de pie”.  

"Cada escena, cada imagen, cada sensación es una metáfora exacta y fiel del proceso de duelo. Nunca había visto algo que retratara con toda perfección lo vasto, insondable y oscuro de la pérdida de un hijo. El dolor es infinito como el espacio. La soledad es como estar dentro de un traje espacial escuchando tu propia respiración. El miedo es paralizante al estar sin control, a la deriva en un ambiente extraño, nuevo, hostil, es idéntico a este caos en el que se convirtió mi vida postpérdida".

Tal testimonio además resalta el segundo momento de la verdadera naturaleza del mediador evanescente. En cierto momento Ryan llega a la capsula que la puede dirigir a la estación china. Llena de esperanza cae en la desesperanza al descubrir que no hay combustible. Finalmente se rinde, decide apagar todo y esperar resignada la muerte entre la falta de oxígeno y el congelamiento. Se recuesta y cierra los ojos. De repente vuelve desde el exterior Kowalski para informarle otra opción de navegación. En ese momento de regocijo, Kowalski la invita a no rendirse, a no dejarse morir. En ese momento Ryan despierta para descubrir que sigue sola en la cápsula, que fue un sueño/alucinación/llamada mística. Finalmente decide intentar regresar a la Tierra.

La señora Aguirre, en su testimonio, así interpreta la escena:
“Y al igual que la protagonista, después de sentirse incrédula, perdida, aterrorizada, paralizada, sacudida, golpeada, cansada, rendida y derrotada, da paso a la aceptación de lo definitivo e irremediable y se refugia en su cápsula a soltar todo, incluso su alma, su aliento de vida, y recurre a lo espiritual que habita en ella, a su conexión con un Dios que conoce poco, con quien no aprendió a platicar por medio de la oración, pero que anhela. Cuando aparece a su lado, representado en un personaje, esa voz, esa presencia divina te entrega un mensaje de esperanza, de fe, de fuerza, que te dice que lo que perdiste es irrecuperable, tremendamente trágico y doloroso, pero que hay que vivir, seguir, luchar, plantar los dos pies bien firmes en la tierra, sintiendo la gravedad que te jala, que está trabajando a tu favor para ayudarte a levantar…”

Esa parte espiritual me recuerda la atea interpretación de Žižek sobre la función de Cristo que con su muerte se anuncia la muerte del Dios de las garantías y aparece el Dios del Amor. Uno que no tiene respuestas para los humanos y no pide que le tengan fe, sino que los deja ir. Es un Dios que al soltar a sus hijos, tiene fe en ellos, que entre ellos estarán bien.

Y ya que llegamos al plano místico terminemos recordando lo comentado por Žižek con respecto a “La Pasión de Cristo” (2004) de Mel Gibson:

“Cualquier pregunta sobre el sentido de la crucifixión se encuentra totalmente ausente en la película: ¿por qué debía morir Cristo? Existen tres versiones principales. (1) la gnóstica-dualista: la muerte de Cristo fue un capítulo en la lucha entre el Bien y el Mal, es decir, la muerte de Cristo fue el precio que debió pagar Dios al Diablo por la redención de la humanidad; (2) la del sacrificio: Cristo pagó el precio por nuestros pecados –no al Diablo, sino para cumplir con el sentido y el equilibrio de la justicia; (3) la ejemplar: con el ejemplo de su acto definitivo de amor, Cristo inspira a la gente a seguirlo, a actuar bien… Por su puesto hay algo que falta aquí, la cuarta versión que es la verdad de las tres primeras: ¿qué pasaría si la muerte de Cristo fuera el modo de Dios Padre de pagar su propia deuda con la humanidad, de hacerse perdonar por haber realizado un trabajo tan chapucero, creando un mundo imperfecto lleno de sufrimientos e injusticias? Pero existe una tercera posición, más allá del fundamentalismo religioso y la tolerancia liberal. En lugar de tratar de redimir el núcleo puramente ético de una religión contra su instrumentalizaciones políticas, debe criticarse duramente a este mismo núcleo en todas las religiones. Hoy, cuando las mismas religiones (desde la espiritualidad new age al barato hedonismo espiritualista del Dalai Lama) están más que dispuestas a servir a la búsqueda del placer posmoderno, es paradójico que sólo un materialismo consecuente sea capaz de sostener una posición ética militante verdaderamente ascética”. Žižek, S. “La suspensión política de la ética”. (2005) Editorial Siglo XXI.

Como en lo anterior, esa es la forma como interpretamos el final de “Gravedad” donde las cosas cae por su propio peso y se siente la imperfección de estar en pie. Lo mejor de la religión así es sin su dimensión de lo sagrado, como bien nos lo dice el chiste de los compadres filosofando en una cantina: “¡Nombre compadre! Pos como dice la Biblia “Levántate y anda” y Lázaro andó (sic)”. A lo que el compadre responde: “¡Anduvo, Pendejo!”. Y el otro remata: “Pos si anduvo pendejo un rato, pero luego se aliviano”.   



[2] Aguirre, R. “El dolor es infinito, como el espacio” Periódico El Norte. Sección Vida! Domingo 3 de nov. 2013.

miércoles, octubre 23, 2013

TITANES DEL PACÍFICO: El Monstruo y El Mecha, los lados Del Toro subjetivo



Con su reciente lanzamiento a la venta, puedo disfrutar totalmente la grata experiencia de la película "Titanes del Pacífico", película donde el genial gordo Del Toro vuelve sobre su fórmula honesta de presentar un detallado trabajo ensanchando los límites de su oficio sobre un tema muy personal e intimista, su pasión por las películas/caricaturas/mangas de su adolescencia donde aparecen "Robots" y Monstruos Gigantes rindiendo homenaje a esas manifestaciones de los géneros Kyodai y los Kaiju que datan de los años 60.



Confieso que el cine no me emocioné tanto como hace poco que la volví a ver en la comodidad de mi hogar, en una experiencia que me trasportó a los también "monstruosos" (porque todo era exagerado) ochentas y disfrutaba de Mazinguer Z, Voltron y Robotech. Del Toro muestra escenas primordiales: El monstruo que se aproxima desde el fondo del mar, el Mecha (como todo hermano geek sabe, no se trata de robots ya que no son inteligencia artificial ni tampoco cyborgs ya que no tienen tejido orgánico, sino Mechas, una especie de armadura gigante para un tripulante humano que bien llama Del Toro "Jinete" -incluso trasporte como en el caso del SDF-1 de Robotech que era nave y se convertía en Mecha) que llega del aire, los puños de cohete o la espada que se usa solo en el momento climático.

Cruzando historias es interesante ver que el artefacto o invención de Cronos tenía en una sola pieza este mito más básico, en lugar de la maquinaria y el insecto en la palma de la mano, ahora la estilizada precisión de la maquina lucha contra lo viceral del insecto monstruoso, estan el alma humana en medio. También agradezco que esté el Del Toro crítico rechazando la parafernalia militar y hablando en términos cinematográficos del western o arturianos (Marshall, Ranger, Jinete; etc) y mostrando que la única solución que se les ocurre a los políticos es construir muros que no funcionan. También elude la "creación de la pareja amorosa" a la Hollyhood, sino más bien introduce algo digno de resaltar, el carácter escindido del Mecha. Tienen que ser dos pilotos que comparte su mente, partiéndose en ellos mismos para manejar el Mecha.

Como historia del Héroe también esta partida entre el ex-arrogante venido a menos y la princesa/victima que tiene que dejar a papá y (su venganza) para luchar contra los monstruos. Sin olvidar a esos monstruos que bien funcionan como los rudos de la lucha libre. Gracias Del Toro por recordarnos la grieta de nuestra pacífica subjetividad.

viernes, septiembre 20, 2013

Looper: Asesino del Futuro y el Futuro del Sicario

“Looper: Asesino del Futuro” o El futuro del Sicario



Paradojas Temporales

En la tradición de la ficción científica (science fiction) una de las vertientes, más del costado de la fábula que del científico, es cuando la anécdota del relato implica el viaje en el tiempo. Desde la seminal “La máquina del tiempo” o el posterior “El sonido del trueno”, la paradoja temporal  que abre el viaje en el tiempo siempre es un buen medio para la reflexión de la relación entre la causa y el efecto. No solo la posición moralista estilo “toda acción tiene sus consecuencias” sino a nivel más ético estructural muchos relatos, al poner en vecindad y continuidad presente-futuro o pasado-presente, vemos construir una reflexión en torno a un objeto determinado, tal como si el ejercicio de la prevención creara un objeto aún más monstruoso, o develara la inevitabilidad no visible del objeto cautivante.
 
Un ejemplo de lo anterior, además de los clásicos ya mencionados, es el primer episodio de la segunda temporada de la versión de los ochentas de la “Dimensión desconocida” (The Twilight Zone, 1986) que lleva por título “El único y futuro rey” (The Once and Future King). http://www.youtube.com/watch?v=W_Uv0iGzMB8 Es la historia de Gary Pitkin, un imitador de Elvis Presley que recibe la oportunidad de tener un show en las Vegas pero duda ante ésta ya que considera que ahí se pervirtió la esencia de Elvis cuando cambió del rock and roll a las baladas románticas. Su manager le cuenta una historia cuando jovencita conoció a Elvis en las Vegas y le confesó que él no era el rey, sino que hubo alguien antes que él para finalmente regalarle una bufanda. Manejando por una carretera nuestro protagonista sufre un accidente y vuelca el auto. Al despertar pide aventón a una camioneta que sorpresivamente va conducida por el mismo Elvis Presley. Gary se encuentra en los años 50 justo antes de que Elvis grabara su primer sencillo que lo catapultará a la fama. Elvis lo ve como una señal mágica, sintió que se trataba de su hermano gemelo nacido muerto. El momento decisivo viene cuando Gary intenta ayudar a Elvis a lograr ese disco solo para encontrase que Elvis quiere cantar baladas románticas. Gary le pregunta por el Rock And Roll tocándole “That’s all right mama”, canción que le parece repulsiva y vulgar a un Elvis quien ahora cree que Gary realmente es el demonio tentándolo. Al hacerse de golpes, Gary asesina accidentalmente a Elvis. Ante esta tragedia, Gary toma la decisión de hacerse pasar por Elvis y realizar toda su carrera como recordaba que el mismo Elvis la había hecho. Nuestra historia termina en una habitación de las Vegas, cuando Gary, habiendo vivido más tiempo como Elvis que como Gary, le confiesa todo a una jovencita explicándole que ha terminado cantando veladas porque sabe que eso le hubiera gustado a Elvis.  Finalmente le regala una bufanda.


Lo bello e interesante de un relato fantástico como el anterior es la paradoja temporal que altera la causalidad de un objeto. ¿Gary fue desde siempre ese Elvis? Es decir, ¿Era admirador de un ídolo que él mismo fue? ¿Dónde queda Elvis? El ídolo se convierte en algo que es construido desde la idea mítica del ideal, de tal forma, esta fantasía es verdadera en su ficción. De alguna manera, ¿no fue eso lo que sucedió con el verdadero Elvis donde terminó siendo un imitador del “rey del rock and roll”? En este viaje al pasado, nuestro héroe enfrenta aquel objeto que lo constituyó en un pasado presente. ¿Y qué pasa si la historia es que héroe enfrente a su propio futuro? 

El ciclo del Sicario

La película “Looper: asesino del futuro” (Looper, 2012), escrita y dirigida por Rian Johnson y estelarizada por Joseph Gordon-Levitt, Bruce Willis y Emily Blunt, nos ubica Kansas del año 2044 donde nuestro protagonista Joe es un joven sicario de una organización delictiva. En voz en off nos describe así su mundo:

“El viaje en el tiempo todavía no se ha inventado, pero dentro de 30 años existirán. Inmediatamente se les considerará ilegales y solo serán usados en secreto por los grupos criminales más fuertes. Es casi imposible deshacerse de un cuerpo en el futuro, a menos que se utilicen ciertas técnicas. Así que cuando estos grupos criminales del futuro necesitan deshacerse de alguien, usan asesinos especializados en nuestro presente llamados “loopers”. Así que, mis patrones en el futuro atrapan al objetivo y me lo envían a mí, su looper. Aparece con las manos atadas y la cabeza cubierta y hago lo necesario. Después, cobro mi plata. Así que el objetivo desaparece del futuro y me deshago de un cuerpo que técnicamente no existe. Un trabajo limpio.”


Cuando se habla del aspecto científico que se presentan en las películas de science fiction, me parece que se tendría que considerar más que solo las que se relacionan a gadgets tecnológicos y así incluir el análisis de ese gran dispositivo llamado sociedad y –como dirían Althusser- los aparatos ideológicos del Estado; siendo así la sociología, antropología y la filosofía otras de esas ciencias a tomar en cuenta en el análisis. Como todo buen fanático de estas historias el costado de análisis social siempre es el fondo donde escriben estas ficciones y vía el recurso fantástico la mirada crítica a la sociedad y sus redes amistosas, amorosas, laborales, etcétera, impacta y transforma.

¿Qué mundo nos muestra Looper? Un futuro de desesperanza. Desde la violencia entre los ciudadanos como la gran cantidad de indigentes y pobres rondando en las calles hasta la presencia fantástica de mutaciones que permite que el “10% de la población sea telequinética”  -lo cual al inicio daba esperanza a la humanidad para terminar en descubrir que solo pueden mover levemente monedas en la palma de la mano- resaltando el clima de desesperanza patética. Así Looper presenta un escenario de futuro-presente de las grandes ciudades postmodernas donde la máxima expresión de la desigualdad está encarnada en estos jóvenes que rechazan un pasado de privaciones trabajando con el crimen organizado rodeándose de lujos superfluos, prostitutas y drogas mientras continúan apáticos al mundo. Sin embargo, la particularidad fantástica de esta anécdota resalta otro aspecto más interesante. Joe nos precisa:

“Hay una razón por la que nos llaman loopers. Cuando aceptamos este trabajo de matar a la basura del futuro, también aceptamos una cláusula muy específica. En el futuro, viajar en el tiempo es tan ilegal que cuando nuestros jefes quieren cerrar nuestros contratos también quieren borrar cualquier rastro de la existencia de su relación con nosotros. Así que se seguimos vivos dentro de 30 años encontrarán a nuestro yo viejo, lo enviarán al pasado con nosotros para que lo matemos como cualquier otro trabajo. A esto se le llama cerrar el ciclo (loop). Ahora te dan un pago dorado, un apretón de manos y te liberan de tu contrato. Y disfruta los próximos 30 años. Este empleo no les atrae a las personas interesadas en el futuro.”

Looper presenta con claridad una triste condición de los jóvenes sicarios, no solo su desprecio por los orígenes sino el “olvido” por el futuro. Tal como lo retratan relatos verdaderos o novelados como “La virgen de los sicarios” o “Confesiones de un sicario”, la decisión hecha por los jóvenes armados de los cárteles criminales es la renuncia al futuro al saber que solo existen dos opciones: la cárcel o la morgue. Joe y sus amigos corren a todo ritmo esa vida de “trabajos”, lujos y pequeñas interacciones sociales (las ocasionales conversaciones con la mesera, sincerarse y compartir miedos y preocupaciones con una prostituta) teniendo como único sostén la red familiar/mafiosa entre los compañeros del mismo “cártel”.

Cuando el amigo de Joe  llamado Seth, es perseguido por “dejar su ciclo abierto” al no asesinar a su yo del futuro, Joe lo esconde por lo que es llevado con su jefe quien le dice:

“Mi tatarabuelo le dijo a mi abuelo “los hombres son como las arañas, hay que tener cuidado de los más pequeños”… Me agradas Joe, pero estamos seguros de que Seth fue a verte y haremos algo al respecto… hablaré contigo y después vas a entregar a tu amigo… ¿Sabes? Eres el looper más joven que haya contratado. Decían que te veías de lo más ridículo. La escopeta te quedaba enorme. Recuerdo que te trajeron. Ya olvidé por qué… Robaste una de nuestras tiendas. Te tenían… Eras un niño, parecías un animal. Me miraste, con el cabello tapándote el rostro y solo un ojo a la vista. Pude ver que las cosas ocurrían como en la televisión.  Una mala versión de tu vida. Como una visión. Pude ver que te hacías malo. Así es que lo cambié. Te dejé presentable y puse un arma en tu mano. Te di algo que fuera tuyo. Te di algo que fuera tuyo. Recuerdo a ese muchacho. Creo que si te preguntaras: “¿A quién sacrificaría por lo que es mío?” Seth se sentiría muy cómodo dentro de ese círculo. Te mostraré cuánto te conozco… O nos entregas a Seth o nos das la mitad de todo lo que has ahorrado. ¿Estás dispuesto a tirar tu dinero al excusado por Seth?”

Al final Joe delata a Seth quien es torturado y asesinado. Tristemente Joe se consuela con la prostituta de costumbre a quien invita a compartir su dinero solo para encontrar que ella lo ve como un trabajo más. Joe no tiene a nadie. El discurso del jefe de Joe revela el pasado de desamparo del sicario quien en la agrupación criminal al menos tiene “algo suyo”. Un rango, un prestigio, es alguien para alguien más. Si bien no tienen el apoyo de un padre y la presencia de una madre, tienen una madrina o padrino en la mafia. Así, la pandilla criminal ofrece un lugar a los niños desamparados, marginales y rechazados, siendo presas de la angustia de perder eso poco que da nombre y lugar aunque sea vía la violencia más brutal.

“Un sicario no duerme, un sicario no lleva una vida normal. Un sicario no tiene días de descanso. Cuando estas dentro de una organización sus horarios son los tuyos. Cuando todos deben estar alerta estás alerta. Cuando todos se desvelan, te desvelas. Cuando todos hacen ejercicio, haces ejercicio. Hubo una época que por las mañanas todos recibíamos entrenamiento militar para el manejo de las armas. Igual, cuando todos van de fiesta, vas de fiesta. Y aun así, si estás en una discoteca, debes estar pendiente de tu radio y celulares. Si te vas con una puta, solo puedes estar con ella media hora.”
Confesiones de un sicario. El testimonio de Drago, lugarteniente de un cártel mexicano. Juan Carlos Reyna. Editorial Grijalbo. 2011.

El nudo de la historia viene a continuación, en el siguiente trabajo. Joe lo espera impaciente, viene retrasado. El objetivo llega diferente, sin capucha. Lentamente alza la mirada para ver a Joe, se reconocen mutuamente, es el cierre de su ciclo. Joe viejo se defiende y noquea a Joe joven iniciando una cacería de ese futuro que debe de morir. Después de un tiroteo, Joe joven decide hablar con Joe viejo en la cafetería habitual.

Encara tu futuro. Combate tu pasado.

Como todo buen enfrentamiento, al dar la cara siempre se asume el riesgo que te la partan.Cuando Joe joven y Joe viejo se encuentran, mutuamente acusan en el otro la verdad incómoda. En este dialogo radica la singularidad de la propuesta del cineasta Rian Johnson ya que los personajes realmente tiene algo que los sostienen más allá del mero enfrentamiento juguetón de soberbia imaginaria. La escena recuerda a muchas otras del género de acción y el thriller donde héroe y villano dialogan sentados uno frente al otro, revelando su condición de dos caras de una misma moneda, opuestos en el espejo o, en términos mitológicos, un duelo con Némesis. En este caso, tenemos la bella ocurrencia de que el protagonista de manera desdoblada, como narra el slogan de la cinta, “encara su futuro y combate su pasado”.


Joe viejo guarda en lo que una vez fue su reloj donde le avisaban de los asesinatos una foto de su futura esposa. Está en el pasado para salvarla. Joe viejo dice con melancolía “ella salvó mi vida”.
Joe viejo: Durante mucho tiempo pensó que tendríamos un bebé. Habría sido una estupenda mamá. Lo deseaba tanto…
Joe joven: Pero ella… ¿Cómo?... Dices que ¿salvó mi vida?
Joe viejo: Si. Veamos tu vida. Eres un asesino, un drogadicto con mentalidad infantil. “Mi vida”. Salva tu vida. ¿Me preguntas “cómo”? La pregunta es por qué. ¿Por qué alguien sacrificaría su vida? ¿Por qué alguien desperdicia…?
Joe joven: Déjate de pendejadas de creerte mucho. No necesito que me salven…
Joe viejo: Cierra tu pinche boca infantil. Eres tan egoísta y estúpido. Ella va a hacerte mejor persona y va a… Vas a absorber su amor como una esponja. Y vas a pensar: “quizá mi pasado quedó atrás. Quizá estoy a salvo”…. Voy a decirte que le pasa a esta hermosa mujer que salva tu miserable vida.

Joe viejo sabe que lo que pasa en un correr de los años. La vida después del retiro es del mismo desenfreno de la dependencia infantil hasta ahora. Joe se muda a Shanghai y en unos cuantos años termina con el dinero ahorrado por lo que comienza a hacer lo único que sabe hacer, terminar vidas por dinero. Así que nuestro protagonista, cual visita de las navidades futuras, tiene la primera visión de su vida. Continúa diciendo Joe viejo:

Joe viejo: ¿Has oído hablar del Maestro de la Destrucción?... Tiene un reino de terror. Ejecuciones masivas. Elimina indigente, en todas partes. La leyenda dice que en 6 meses tomo el control de los 5 sindicatos… La historia dice que tiene una quijada sintética, que vio cómo mataban a su madre y cosas así… lo primero que hizo fue cerrar ciclos. Todos… Él está aquí. Y voy a usar esto para encontrarlo. Y voy a matarlo. Y voy a evitar que mate a mi esposa.
Joe joven: Vete al diablo. También tú esposa. Nada de esto me importa… Te sucedió a ti. No tiene que ocurrirme a mí. ¿Tienes su fotografía en mi reloj? Déjame verla. Muéstrame la fotografía. En cuanto la vea, me iré. Me casaré con alguien más. Lo prometo… Si la sacrificas, estarás a salvo.
Joe viejo: ¿Si la sacrificó?
Joe joven: Sí. La mataron por tu culpa. Si nunca te conoce, estará a salvo.
Joe viejo: No entiendes, no tenemos que sacrificarla. ¡No voy a renunciar a ella! Voy a salvarla.

En éste cara a cara Joe viejo tiene que escuchar de su alter-ego juvenil su culpa y como el plan que intenta, es parte del problema. La figura del Joe viejo se nos revela como la encarnación de la prevención conservadora que se convierte en monstruosa con las buenas intenciones de evitar monstruos, terminando en la creación destructiva de lo excluido. El centro que devela esta paradoja es justamente la del ciclo causa-efecto que “se muerde la cola” que elimina algo “malo” solo que sin perder algo “bueno”. En ese sentido Joe viejo y Cid del futuro “Amo de la destrucción” son figuras similares.

La lección de la fábula en Looper sobre “el origen del mal” y sus prácticas de prevención vía la exclusión nos recuerda a lo acontecido en los 80 en una medida que terminó por convertir a una violenta pandilla de barrio en una aún más sanguinaria organización criminal trasnacional.

“La historia de la Mara Slavatrucha… de pandilla de barrio a amenaza a la seguridad nacional
Todo comenzó en Los Ángeles, a fines de la década de los años 70. Fue una estrategia para defenderse y sobrevivir, la alianza entre los desposeídos, “los solos, solos”. La amenaza de otras pandillas era constante y letal. La Barrio 18 fue la primera, la reunión de los batos, de los chavos, de El Salvador (Salva), los que siempre andaban a las vivas (truchas)…
En abril de 1989 se deporta a “175 extranjeros ilegales implicados en pandillas… la mayoría identificados como ciudadanos mexicanos y salvadoreños”. Con lo anterior se logró desmantelar “el liderazgo de la Mara Salvatrucha”. “Se trataba en realidad de un suceso que detonaría la expansión global de esas agrupaciones”. (De los Maras a los Zetas. Los secretos del narcotráfico, de Colombia a Chicago. Jorge Fernandez Melendez. Victor Ronquillo. Editorial Grijalbo. 2006)

Tal vez lo más impactante de estas políticas de exclusión (que pueden ser a escala judicial como el caso mencionado pero que también lo vemos en las escuelas o diversos ámbitos sociales) es que, en el caso de los futuros sicarios, recae en sujeto que vive en el desamparo donde la “Cosa Nostra” es la única Familia. En este sentido, la historia de Looper da el siguiente paso en la anécdota del sicario cuando Joe joven, mientras huye de quienes intentan asesinarlo por no haber cerrado su ciclo, encuentra una granja donde viven una mujer llamada Sara y su hijo Cid. Después sabremos que ese niño se convertirá en el temido “Amo de las Destrucción”. Joe joven tiene una visión de su propio pasado en los ojos del niño Cid.


Cid: ¿Dónde está tu mamá?
Joe joven: ¿Dónde está mi mamá?... Me dejó con alguien más. Era más pequeño que tú. Todos eran vagabundos y ella estaba sola. Durante mucho tiempo pensé que fue una tonta por vivir así, pero ahora entiendo que… estaba sola.  No pudo cambiar su vida. Me vendió a una pandilla de limosneros. Escapé, corrí y terminé en un tren. Recuerdo que estaba sentado en un vagón vacío… y me veía una y otra vez… matando a los que me compraron… y que convirtieron a mi mamá en lo que era. Los encontraba, los hacía pedazos y salvaba a mi mamá.
Cid: Pero no lo hiciste.
Joe joven: No. Me encontró un hombre en la ciudad, me dio un arma y me dio algo que fuera mío. Esos son los hombres que quieren descubrir qué harían para conservar lo que es suyo, lo que tienen. Es el único tipo de hombres que hay.
Cid: No dejaré que maten a Sara.

El pasado familiar de Joe joven es el de un desamparo completo, una madre que no puede cuidarlo y un grupo que lo arropa mafiosamente. Looper muestra la segunda pesadilla en ocasiones no reconocida de los sicarios, desmentida cuando aseguran que “más vale 5 años de excesos que 50 en la miseria”. El carácter infantil reside en la añoranza materna donde un padrote –en lugar de un padre- rescató del desamparo a estos jóvenes.

“El cártel era mi familia. La única familia que tuve en la vida. Aunque antes haya tenido una de verdad, si es que a aquella se le puede llamar de esa manera. La mayoría de mis recuerdos de niño son muy culeros. Me duele mucho hablar de mi familia sanguínea. La última vez que vi a mi jefe, y aquí hablo de mi jefe de sangre, lo amenace con un cuchillo.”
Confesiones de un sicario. El testimonio de Drago, lugarteniente de un cártel mexicano. Juan Carlos Reyna. Editorial Grijalbo. 2011.

El acto ético que cambia el ciclo

El momento climático de la historia es la lección ética que nos arroja este cuento futurista. En un momento decisivo Joe viejo encuentra a Cid y decide eliminarlo al ser el futuro “Amo de la Destrucción”. Sara huye con Cid y se interpone en el camino de Joe viejo, protegiendo así a su hijo. Joe joven alcanza ver esta escena a la distancia y duda sobre qué acción tomar hasta que tiene una visión del futuro.  
 
Fue cuando me di cuenta.
 

Vi a una madre que moriría por su hijo. A un hombre que mataría por su esposa. A un niño, enojado y solo. Y justo frente a él, el camino equivocado. Pude verlo. Y el camino era un círculo… que giraba y giraba… Y decidí cambiarlo.
 
El poder de las imágenes de esta cinta es de orden casi mitológico, de ahí su riqueza. Sara, ésta madre que moriría por su hijo, hace la máxima renuncia en un acto que la constituye como madre. Ésta renuncia sin embargo no se reduce a la escena sangrienta sino a la sutileza de la renuncia amorosa. Anteriormente en la historia nos habíamos enterado que aún y cuando Sara era madre de Cid, lo  habría tenido muy jovencita y lo dejaría al cuidado de su hermana y sus abuelos en la granja familiar ya que ella quería seguir su vida en la gran ciudad. Al fallecer su hermana, Sara decide volver y criar a éste niño.

Por otro lado, la imagen de Cid, si madre, dañado “enojado y solo” en un vagón del tren, nos recuerdan a los desamparados inmigrantes que se trasportan por el tren “la Bestia” buscando el sueño americano. Si bien es cierto el tenor discriminatorio y contraproducente de las políticas migratorias de E.U., en nuestro país es una gran materia pendiente la atención a estos grupos vulnerables.   

Finalmente, como buena fábula, el acto de Joe joven es el acto ético por excelencia, la trasformación radical de uno mismo para el cambio sustancial. Esta renuncia tiene variantes. Por ejemplo, el acto de la función del padre, ya que con su acto de muerte, Joe no se suicida en el sentido de terminar con el mundo sino como acto de perpetuación. El acto de Joe joven es la única salida para el futuro en Cid, para transformar el ciclo del sicario.

“En su faceta de Rebelde, jombi de la MS13, Alex Sánchez –hoy uno de los directivos de Homies Unidos en California-, vivió con intensidad esa época. Como tal vez nunca supuso, las deportaciones en masa lo obligarían a él mismo a repetir la odisea que había hecho, con sólo ocho años de edad de El Salvador a California. En 1994, cuando completaba ochos años de pertenecer a la MS y veintitrés de edad, fue llevado a prisión por robo. Ahí se enteró del nacimiento de Alex junior, su primer hijo. Como sucede con muchos pandilleros al rebasar la adolescencia, tener un descendiente le cambió la existencia… Para Alex Sánchez, en cambio, la noticia de ser padre le trajo la certeza de que deseaba vivir para cuidarlo.” Hoy te toca la muerte. El Imperio de las Maras visto desde dentro. Marco Lara Klahr. Editorial Planeta, 2006.

La lección ética es simultánea es en la madre de Cid y Joe joven en la renuncia amorosa para la protección del desamparado. 

Terminamos con este escrito con las palabras que el cineasta de origen mexicano Guillermo Del Toro, quien sufriera el secuestro de su padre, menciona en un documental realizado en España en el 2006 y que abre la discusión de los impacto sociales que implican la figura del sicario.

“No puedo volver a México, sería una inseguridad brutal, no solo para mí, sino para los míos, y ahora que ganó la derecha (Felipe Calderón como presidente electo en 2006) pues menos; porque creo que la descomposición social viene de la polarización de los ricos cada vez tan ricos y los pobre cada vez tan pobres. Para mí, la culpa de un fenómeno como el secuestro no la tiene el secuestrador, como la tiene el país, como la tiene la clase política, como la clase en el poder. Creo que es muy reductivo y tonto culpar a la persona ejecutando el acto criminal”.

https://www.facebook.com/photo.php?v=10152174471565587&l=4944380507460520654


miércoles, mayo 08, 2013

Memorias bipolares: "¿Qué he hecho?" (Nueva traducción)




A continuación compartimos nuestra traducción del artículo Bipolar memoirs: What have I done? Del psicoanalista Darian Leader. (Artículo original en http://www.guardian.co.uk/books/2013/apr/26/human-touch-in-bipolar-times )

Memorias bipolares: ¿Qué he hecho?
Darian Leader
The Guardian, viernes 26 de abril 2013 07:30 BST


Vivimos en tiempos bipolares. Sin embargo, las memorias de depresión maníaca de Stephen Fry y otros sugieren que en el nuevo diagnóstico, tratado con medicamentos, corren el riesgo de ignorar los detalles cruciales de la condición de cada paciente.


Si el período de posguerra fue llamada la "edad de la angustia" y los años 80 y 90 la "era antidepresivo", ahora vivimos en tiempos bipolares. Un diagnóstico que era aplicado a menos del 1% de la población ha aumentado de manera dramática, con casi el 25% de los estadounidenses y alrededor de 5% de las personas en el Reino Unido se estiman que sufren de alguna forma de la bipolaridad.

Celebridades como Catherine Zeta-Jones, Adam Ant y Demi Lovato hablan de sus condiciones bipolares, además de Memorias autobiográficas y libros de autoayuda inundan el mercado. Tanto el agente de la CIA Carrie Mathison en la serie Homeland y el ex-profesor Pat Solitano en la película Silver Linings Playbook (Los juegos del destino) se presentan como bipolares, e incluso recibe una mención en Scooby Doo.

A medida que la vieja categoría de Maniaco-Depresivo  fue eclipsada por el nuevo diagnóstico Bipolar, este último genera cada vez más variaciones y subtipos: bipolar 1 fue seguido por bipolar 2, 2.5, 3, 3.5, y así sucesivamente. Una reducción de los criterios del diagnóstico y un énfasis cada vez mayor en las fluctuaciones del estado de ánimo hace que cada vez más personas pueden caer en la brújula bipolar.

Pero los recientes debates que se centran en factores cuantitativos, como el número de días que una persona debe estar excitado (maníaco) o decaído (deprimido) para calificar como bipolar, pierde el punto importante. Las primeras investigaciones involucraban escuchar lo que el paciente tenía que decir. Hubo un intento de ir más allá de los vaivenes de los cambios de humor y el comportamiento superficial para encontrar los motivos latentes de la depresión maníaca y para investigar sus diferencias con respecto a otras categorías diagnósticas.

Como muchas corrientes de la psiquiatría más influyente fomentan un desenfoque irresponsable de estas categorías, son los escritores de relatos de primera mano, los que nos traen de vuelta al proyecto original de la exploración de la experiencia individual. En lugar de comprar el laberinto en expansión de los diagnósticos de la bipolaridad, tenemos que volver a la vieja categoría de la depresión maníaca y aprender lo que está realmente en juego. Las Memorias de Andy Behrman, Terri Cheney, Stephen Fry, Kay Redfield Jamison, Lizzie Simon y otros, plantean un serio desafío a la pereza en los diagnósticos de hoy en día, además de invitarnos a repensar el fenómeno de la depresión maníaca.

El análisis que necesitamos tiene que moverse  de los Journals médicos hacia los testimonios que encontramos con más y más frecuencia en nuestras librerías. Tomemos la Manía. Una persona maníaca puede gastar grandes sumas de dinero en ropa, vivienda, obras de arte u objetos que luego miran con curiosidad. Fortunas pueden verse mermados en lo que parecen para otros como idiosincrasias, excentricidades. ¿Por qué la persona ha comprado esas cosas específicas? Y ¿por qué han creado una deuda ante los ojos de familiares y amigos? Reducir la manía a una aberración puramente bioquímica o preguntar sólo por el tiempo que la juerga duró no nos va a ayudar aquí. Estos “deschogues” son a menudo tachados de alborotos egoístas y narcisistas que no muestran respeto por los que tienen que pagar la factura después. Sin embargo, cuanto más escuchamos relatos de lo que ha sucedido, más nos damos cuenta de que a menudo el altruismo está en juego.

Un hombre me visitó para una primera consulta en un estado maníaco. Cuando abrí la puerta, inmediatamente me entregó un cheque, y me informaba de que tenía que apresurarse para ver a alguien por lo que no podía quedarse, pero este era el pago, que, como lo encontró demasiado bajo, lo había multiplicado por 10. Nunca lo volví a ver, pero su esposa llamó por teléfono para asegurarse de que no haya cobrado el cheque.

La actriz Vivien Leigh tenía que mantenerse lejos de las tiendas de lujo, como Cartier y Asprey durante sus episodios, sin embargo, lo que gastaba era en regalos para sus compañeros de reparto y equipo de filmación. Uno de mis pacientes, zigzagueando por Londres durante un episodio maníaco, escuchó el relato de los problemas de un conductor de taxi y, redirigiendo el coche a su banco, e inmediatamente le dio los ahorros de su vida, "por compasión".

Los proyectos llevados a cabo por una persona maníaca pueden girar en torno a ayudar a los demás,  corregir los errores, o algún acto de protección. La psicóloga clínica Kay Redfield Jamison informa sobre su compra de todos los kits para la mordedura de serpiente que pudiera conseguir, con el objetivo de alertar al mundo sobre la proliferación de las serpientes asesinas en el Valle de San Fernando. Ella explicaba: "Yo estaba haciendo todo lo posible para protegerme a mí y a mis seres queridos". Y Spike Milligan fue reconocido por tratar de proteger no sólo la vida silvestre en peligro de extinción en el mundo, sino incluso los árboles de su vecindario.

La persona maníaca a menudo trata de motivar a la gente hacia algún plan o proyecto, a menudo con éxito. Esto no es tanto una empresa privada o actividad solitaria sino una aventura  más grande, más amplia, con frecuencia con un bien social como meta. Por más egoístas que las acciones de la persona pueden parecer, existe un ideal en el horizonte.

Jamison nos ayuda a desentrañar esto. Desde el inicio de sus Memorias “Unquiet Mind” identifica el momento formativo de su infancia. Ella está jugando en la calle cuando un avión en la base militar en la que vive se sale de control directamente sobre ella. El piloto pudo haberse hecho expulsar  y así salvarse a sí mismo, pero en cambio eligió dirigir la aeronave de manera que se estrelló afuera de su patio.

Esta escena  repetidamente la perseguía, y aunque sin duda se presenta lo que podría ser interpretado como el primer encuentro de un niño con la muerte, también introduce la noción de sacrificio. El piloto dio su propia vida para salvar a otros, y al hacerlo, creó una deuda. La importancia que Jamison da a esta escena le dice - uno le debe la vida a otra persona.

Stephen Fry describe una lógica similar en “The Fry Chronicles” cuando dice que le debe su vida al azúcar. Su abuelo era un experto en el cultivo de la remolacha azucarera, y en la década de 1920 el gobierno británico le invitó a pasar de Hungría a Suffolk para supervisar la producción nacional. El traslado le salvó la vida: la familia que se quedó fue destruida por los nazis. Fry conecta su posterior adicción a la cocaína a este apego. Una cadena que lleva de la azúcar al dulce de cereales y dulces y luego a otro polvo blanco, la cocaína, la cual jugará un papel importante en su vida. Los significantes fundamentales que rigen su comportamiento se basaban en una deuda original, vinculado a su abuelo.

La persona maníaca podría en su comportamiento estará mostrando su percepción de estar en deuda, y el lado altruista de su episodio maníaco puede ser un intento de cancelar la deuda. Un paciente del psicoanalista Abraham Brill describió su exaltación maníaca en términos exactamente de esta cancelación: "Me puse muy dichoso. Todo sentido de responsabilidad parecía irse, y me sentí muy feliz y libre". Toda su vida se había sentido limitado y esclavizado por las condiciones y circunstancias, sin embargo, ahora estaba "renaciendo en otra vida", otro mundo en el que las personas son diferentes de lo que habían sido antes.

El paciente de Brill había sido responsabilizado de la muerte de su hermano menor cuando era niño. Su hermana había estado tratando de freír un huevo en la chimenea, un incendio se inició, y el niño murió en el incendio. Su madre había culpado al paciente por no haber estado allí para proteger a su hermano. Su manía se activa después de un accidente de trabajo en el que su brazo había sido aplastado, posteriormente tuvo que ser amputado. Al mirar hacia abajo el miembro flácido y los dedos mutilados tuvo una extraña disociación. "Ese tipo está bastante destrozado", pensó. Antes de que comenzara la manía, añadió, "Mi mente era yo y el herido era como un hermano débil que de alguna manera yo era responsable en parte."

Esta cuestión de la deuda puede estar en el centro de la depresión maníaca. Si hay un esfuerzo por hacer el bien, para proteger a otros y para mantenerlos a salvo, ¿no hay también un problema de responsabilidad? Fry debe la vida al azúcar y al abuelo que escapó de los nazis, pero ¿qué pasa con la deuda de su abuelo a los que no pudo salvar que habían quedado atrás? Con Jamison, el acto de sacrificio del piloto crea una deuda en los que había salvado, uno también pudo haber planteado una pregunta sobre la responsabilidad de una muerte más atrás en su propia historia familiar.

En un caso tras otro, nos encontramos con un dilema acerca de la responsabilidad en el ámbito de las generaciones anteriores. A menudo es el padre de la persona maniaco-depresiva que ha experimentado la trágica pérdida de un hijo, un hermano o un padre, y la responsabilidad de esta muerte sigue sin resolverse. La culpa que no puede ser aliviada por una generación perseguirá a la siguiente.

Este sentido de deuda y responsabilidad no se puede resolver fácilmente en la depresión maníaca. No se cristaliza ni como paranoia ("El otro es el responsable") ni como la melancolía ("Yo soy responsable"), oscilando lugar entre altas y bajas. Si la responsabilidad se aparta de la manía, vuelve con una venganza en la depresión.

¿No nos ayuda esto también a explicar las curiosas vacilaciones en el sentido de la identidad en la depresión maníaca? Una de las preguntas más frecuentemente expresadas es si se trata de una especie de cuerpo extraño o, de hecho, una parte intrínseca del ser. ¿Las personas realmente pueden ser ellos mismos después de una escisión química de su manía? ¿Las altas y bajas revelan u ocultan lo que realmente son? ¿Debería la depresión maníaca ser vista como constitutiva o comprometida con el yo?

No saber si las manías y depresiones nos pertenecen o no refleja la dificultad de no saber si la responsabilidad es nuestra o de alguien más. Y ¿no es la idea más común después de un episodio maníaco "¿Qué he hecho?"?

Es sorprendente escuchar de los sujetos maníacos lo horrorizados que están al reconstruir lo que realmente hicieron en su manía. Los encuentros sexuales y proposiciones con los cónyuges o parejas de los mejores amigos parecen totalmente naturales en el momento, sólo después toman todo su peso. La promiscuidad en la manía muestra una supresión temporal de las barreras de la culpa que regulan las relaciones sociales. Al seducir al novio de su mejor amiga, Terri Cheney sentía que "algo no estaba bien aquí, algo estaba muy mal, pero lo que era, no podía recordar. Él era hermoso, yo estaba disponible,  ¿qué más importaba?" La deuda con su amiga se borró en ese momento. En sus memorias, Patty Duke escribió: "Cuando eres maníaco, no hay consecuencias".

En estado maníaco, Leigh veces iba a participar en un juego de salón llamado "Maneras de matar a los bebés", en la que se invitaba a sus huéspedes a hacer la mímica de formas inusuales de disponer de un hijo no deseado. Teniendo en cuenta su propia historia - en la que no sólo había existido un niño muerto antes de su nacimiento, sino gemelos después de ella, que sobrevivieron durante menos de una semana - ¿Qué podría haberle permitido actuar esas fantasías tan alegremente? ¿No era la idea de una liberación temporal de la deuda, de la cuestión de la responsabilidad de una muerte, que sólo la inmovilizaba cuando más tarde volvían sus fases depresivas?

Si en la manía la persona tiene la sensación de júbilo de ya no ser juzgada, de ya no ser responsable, el juicio regresa de una manera poderosa, explotando en depresiones. Muchos pacientes maníaco-depresivos informan que le dan vueltas en su mente todas las cosas malas que han hecho, incluso años antes, durante sus caídas de ánimo. Cualquier acontecimiento de la vida de uno, por trivial o distantes, puede ser inscrito para añadir músculo a la sentencia condenatoria.

La obra autobiográfica de escritores como Cheney y Fry muestra cómo los ciclos aparentemente arbitrarios de la depresión maníaca no son accidentales. Hay una dificultad cuando se trata de la integración de la historia, como si los vínculos con su pasado no pueden ser  integrados en efectos de significación. De ahí el carácter aparentemente ahistórico de la depresión maníaca: los cambios de humor parecen surgir de la nada.

El personal médico con poco tiempo para explorar las circunstancias exactas del episodio maníaco o la depresión puede optar por una respuesta puramente farmacéutica. La puesta a punto de medicamentos y encontrar el equilibrio adecuado de los medicamentos podría ser crucial, pero corren el riesgo de eclipsar al otro trabajo que es necesario: la contextualización cuidadosa de los cambios que la persona experimenta durante un episodio.

Si a veces los episodios pueden ser correlacionadas con las fechas de aniversario - una depresión aparece en, digamos, el mes en que se había perdido un ser querido muchos años antes - también pueden desencadenar en momentos en que un elemento que no sea fácil de integrar emerge en la vida de una persona. Esto puede ser la ira hacia un ser querido la cual no puede ser procesada fácilmente, o un recordatorio de culpa. Hay una sensación flotante de responsabilidad, frecuentemente por una muerte, que es convocado en esos momentos y que no se puede captar o elaborar por completo.

¿Podría esto sugerir que la prevalencia de la llamada bipolaridad hoy en día no sea simplemente un artefacto de la comercialización de las nuevas categorías de diagnóstico? Vivimos en una época que le importa de dientes para afuera la historia, ya que socava continuamente los lazos que tenemos con el pasado. La narración de la vida humana se encuentra más o menos ausente en las economías de los servicios de salud pública, donde los síntomas son vistos como problemas a ser tratados a nivel local, y no como signos de que algo anda mal en un nivel más fundamental. Si la constelación del maníaco depresivo incluye una dificultad en la integración de una parte de su historia, el abandono de esta dimensión de la sociedad sólo puede empeorar las cosas.

¿Es un accidente que la terapia electroconvulsiva, considerada como la forma más extrema de todos los tratamientos para la depresión maníaca, es esencialmente algo que funciona en la memoria humana, una forma de acabar, de borrar con la historia? En lugar de más diagnósticos de bipolaridad, tenemos que retornar  a un enfoque anterior, más humano, que ofrece a una persona maníaco depresiva la oportunidad de aceptar y arreglárselas - aunque lentamente, y muy doloroso – con su pasado.


•  “Strictly Bipolar” de Darian Leader publicado por Editorial Penguin.