Freud, Juanito, Hitchcock
Histeria, Fobia, Vértigo
Histeria, Fobia, Vértigo
Por: Héctor Mendoza
El terreno de la Fobia en el psicoanálisis es de vital importancia. Más allá de la razón de que la fobia es uno de los padecimientos más comunes, su importancia radica en el hecho de que ésta funda el psicoanálisis. El germen del psicoanálisis lo podemos encontrar en 1859 cuando el niño de 3 ½ años llamado Sigismund Sholomon Freud presenta angustia ante el hecho de que parta el tren, lo que derivó en una fobia a viajar.
37 años después, ese niño ahora con el nombre “artístico” de Sigmund Freud comienza un auto-análisis junto con su “sanador mágico” W. Fliess. El registro en papel sobre esta travesía y recorrido en el inconsciente del propio Freud derivaría en dos libros fundadores de una nueva disciplina y un nuevo campo: La interpretación de los sueños (1900) y Sicopatología de la vida cotidiana (1900 – 1901).
La curación de la fobia de Freud produjo la teoría psicoanalítica y el problema principal de la fobia le dio eje a los giros que tuvo en el trascurso del tiempo. Como lo apunta Paul Verhaeghe en ¿Existe la Mujer?[1]: “La conclusión de nuestro estudio puede expresarse en una idea: la teoría desarrollada por Freud a lo largo de cuatro décadas dio los mismos rodeos que el tratamiento individual de una histeria”.
Podemos empezar con la teoría. Para el psicoanálisis la Fobia tiene un nombre que precisa su estructura: Histeria de angustia. La iniciativa freudiana de crear un nuevo tipo de tratamiento empieza como intento de curar a un tipo de padecimiento que la psiquiatría de su tiempo no le “daba la gana” trabajar con ella. Las pacientes histéricas era referidas a Freud y éste intenta conquistar las neurosis con un nuevo método.
Cuando se precisa acerca del carácter de la Histeria de angustia es en el caso de 1909 Análisis de la fobia de un niño de 5 años (caso Juanito)[2]. En este caso Freud menciona algo que estaba implícito en lo que llevaba de expuesto de su obra. El advenimiento de fobia no es extraño en los casos de histeria de conversión. La adquisición de angustia es el rasgo principal de la histeria solo el mecanismo de hacerle frente cambiará, mientras que en la conversión se corporiza (se reencarna), en la de angustia se cosifica o animaliza.
Freud se encuentra con el caso de un niño que dice algo que le resulta familiar. El joven Herbert Graf[3] no quiere salir de casa por temor a que su mami parta y se quede sin mami que le haga “cumplidos”. Posteriormente esto cambia cuando no quiere salir de la casa ni si quiera con la mami ahora explicando que tiene miedo que un caballo le muerda. Freud explica esta fobia a partir del saber que había encontrado en su auto análisis, un saber que solo se puede explicar vía la metáfora; el niño pasa por un tiempo donde se comporta como un pequeño Edipo. Así, el niño tiene miedo al padre rival por el intento de quitarle a su esposa. La imagen del padre aterrador por el deseo hacia la madre organiza y calma la angustia de Freud.
Hasta ahí, todo va bien, pero viene Hitchcock a poner todo “patas para arriba”. Hitchcock tenía una costumbre interesante en sus películas. Tomaba un tema común y presentaba una historia alterna que resultaba ser la historia “verdadera” mientras que lo “importante” se convertía en lo alterno. Por ejemplo “Psicosis”[4] donde la historia de Marion Crane es eliminada de tajo para dar cuenta de la locura de Norman Bates. Otro ejemplo es “Los pájaros”[5] donde la aparente historia alterna de amor y su relación con cierta madre es lo único que puede dar explicación, y final, a lo explosivo y caótico de la locura de los pájaros. El humor negro de Hitch no se hace esperar cuando advertimos que todo empezó por unos tórtolos, unos pájaros del amor (“love birds”). En “La ventana indiscreta”[6], afuera de lo que ocurre en la ventana trasera, lo más importante es lo que ocurre en el apartamento en sí, lo cual responde la pregunta ¿porqué somos una raza de mirones?
Pero para hablar de Fobias tenemos que remitirnos a “Vértigo”[7]. ¿Qué produce el vértigo? Hitch lo trabaja al revés ¿cómo se cura el vértigo? Además la historia alterna deja claro un tema recurrente en la historia del psicoanálisis, la dama que desaparece, la mujer perdida.
La película comienza con un policía que se retira de la fuerza por el inconveniente de descubrir que sufre acrofobia, miedo a las altura. Ese padecimiento lo lleva a un momento traumático, la sensación de culpabilidad por la muerte de otro policía. Empezando nuestra lectura del caso, lo trágico de esa escena es la muerte del representante de ley.
El padre cae
En 1896 muere el padre de Sigmund Freud, don Jacob Freud. A partir de esta muerte los síntomas de Freud vuelven con más fuerza. Los momentos de angustia torturan a Freud, la fobia a viajar se intensifica, así como los desvanecimientos y las depresiones.
37 años después, ese niño ahora con el nombre “artístico” de Sigmund Freud comienza un auto-análisis junto con su “sanador mágico” W. Fliess. El registro en papel sobre esta travesía y recorrido en el inconsciente del propio Freud derivaría en dos libros fundadores de una nueva disciplina y un nuevo campo: La interpretación de los sueños (1900) y Sicopatología de la vida cotidiana (1900 – 1901).
La curación de la fobia de Freud produjo la teoría psicoanalítica y el problema principal de la fobia le dio eje a los giros que tuvo en el trascurso del tiempo. Como lo apunta Paul Verhaeghe en ¿Existe la Mujer?[1]: “La conclusión de nuestro estudio puede expresarse en una idea: la teoría desarrollada por Freud a lo largo de cuatro décadas dio los mismos rodeos que el tratamiento individual de una histeria”.
Podemos empezar con la teoría. Para el psicoanálisis la Fobia tiene un nombre que precisa su estructura: Histeria de angustia. La iniciativa freudiana de crear un nuevo tipo de tratamiento empieza como intento de curar a un tipo de padecimiento que la psiquiatría de su tiempo no le “daba la gana” trabajar con ella. Las pacientes histéricas era referidas a Freud y éste intenta conquistar las neurosis con un nuevo método.
Cuando se precisa acerca del carácter de la Histeria de angustia es en el caso de 1909 Análisis de la fobia de un niño de 5 años (caso Juanito)[2]. En este caso Freud menciona algo que estaba implícito en lo que llevaba de expuesto de su obra. El advenimiento de fobia no es extraño en los casos de histeria de conversión. La adquisición de angustia es el rasgo principal de la histeria solo el mecanismo de hacerle frente cambiará, mientras que en la conversión se corporiza (se reencarna), en la de angustia se cosifica o animaliza.
Freud se encuentra con el caso de un niño que dice algo que le resulta familiar. El joven Herbert Graf[3] no quiere salir de casa por temor a que su mami parta y se quede sin mami que le haga “cumplidos”. Posteriormente esto cambia cuando no quiere salir de la casa ni si quiera con la mami ahora explicando que tiene miedo que un caballo le muerda. Freud explica esta fobia a partir del saber que había encontrado en su auto análisis, un saber que solo se puede explicar vía la metáfora; el niño pasa por un tiempo donde se comporta como un pequeño Edipo. Así, el niño tiene miedo al padre rival por el intento de quitarle a su esposa. La imagen del padre aterrador por el deseo hacia la madre organiza y calma la angustia de Freud.
Hasta ahí, todo va bien, pero viene Hitchcock a poner todo “patas para arriba”. Hitchcock tenía una costumbre interesante en sus películas. Tomaba un tema común y presentaba una historia alterna que resultaba ser la historia “verdadera” mientras que lo “importante” se convertía en lo alterno. Por ejemplo “Psicosis”[4] donde la historia de Marion Crane es eliminada de tajo para dar cuenta de la locura de Norman Bates. Otro ejemplo es “Los pájaros”[5] donde la aparente historia alterna de amor y su relación con cierta madre es lo único que puede dar explicación, y final, a lo explosivo y caótico de la locura de los pájaros. El humor negro de Hitch no se hace esperar cuando advertimos que todo empezó por unos tórtolos, unos pájaros del amor (“love birds”). En “La ventana indiscreta”[6], afuera de lo que ocurre en la ventana trasera, lo más importante es lo que ocurre en el apartamento en sí, lo cual responde la pregunta ¿porqué somos una raza de mirones?
Pero para hablar de Fobias tenemos que remitirnos a “Vértigo”[7]. ¿Qué produce el vértigo? Hitch lo trabaja al revés ¿cómo se cura el vértigo? Además la historia alterna deja claro un tema recurrente en la historia del psicoanálisis, la dama que desaparece, la mujer perdida.
La película comienza con un policía que se retira de la fuerza por el inconveniente de descubrir que sufre acrofobia, miedo a las altura. Ese padecimiento lo lleva a un momento traumático, la sensación de culpabilidad por la muerte de otro policía. Empezando nuestra lectura del caso, lo trágico de esa escena es la muerte del representante de ley.
El padre cae
En 1896 muere el padre de Sigmund Freud, don Jacob Freud. A partir de esta muerte los síntomas de Freud vuelven con más fuerza. Los momentos de angustia torturan a Freud, la fobia a viajar se intensifica, así como los desvanecimientos y las depresiones.
“Hacia 1895, Freud había superado su problema cardíaco y el miedo a la muerte
que lo había acompañado. En 1896 murió Jacob, su padre a la edad de 82 años. Le
escribió a Fliess: “... su fallecimiento parece haber despertado en mí
recuerdo””
que lo había acompañado. En 1896 murió Jacob, su padre a la edad de 82 años. Le
escribió a Fliess: “... su fallecimiento parece haber despertado en mí
recuerdo””
Cartas Fliess. 26-octubre-1896.
Claro está que después de semejante intervalo ya no es posible dar respuesta a tu carta; pero espero que las cosas no sigan así. El viejo murió la noche del 23, y ayer le enterramos. Se mantuvo fuerte e íntegro hasta el fin, como el hombre poco común que siempre fue. Al final debe de haber tenido hemorragias meníngeas: accesos estuporosos con fiebre inexplicable, hiperestesia y espasmos tónicos, de los cuales despertaba sin temperatura. El último acceso concluyó con edema de pulmón y con una muerte que en realidad fue fácil. Todo eso coincidió con mi período crítico; estoy totalmente deshecho...
Claro está que después de semejante intervalo ya no es posible dar respuesta a tu carta; pero espero que las cosas no sigan así. El viejo murió la noche del 23, y ayer le enterramos. Se mantuvo fuerte e íntegro hasta el fin, como el hombre poco común que siempre fue. Al final debe de haber tenido hemorragias meníngeas: accesos estuporosos con fiebre inexplicable, hiperestesia y espasmos tónicos, de los cuales despertaba sin temperatura. El último acceso concluyó con edema de pulmón y con una muerte que en realidad fue fácil. Todo eso coincidió con mi período crítico; estoy totalmente deshecho...
Su autoanálisis mostraba que en la expresión de ansiedad se encontraba la culpabilidad. Él, había deseado la muerte de su padre por el deseo inconsciente hacia su madre, doña Amalia Nathanson. Deseo y culpa se convertiría en una ecuación neurótica clásica.
Volviendo a Vértigo, el drama del policía fóbico llamado cariñosamente como Scottie cambia de forma. Ahora anda investigando a la mujer de un amigo debido a la extraña fascinación que tiene ésta con relación a una mujer que se suicidó hace mucho tiempo y que tal parece a “reencarnado” en ella. El problema se encuentra cuando Scootie se enamora de ella y finalmente ella cumple con lo tan temido, se suicida. Scottie se encuentra sumido en una melancolía; de nuevo alguien muere por su loquera.
Aparentemente la historia de vértigo sigue las clásicas reglas con respecto a las curaciones de “un clavo saca a otro clavo” o en este caso “un trauma saca a otro trauma”. ¿Por qué Scottie no se curó en la primera muerte de Madaline si esto también fue traumático? Tendremos que hacer un análisis más estructural de la fobia para encontrar una respuesta.
Lo que más se recuerda de la película Vértigo es un efecto visual inventado por Alfred Hitchcock para crear en el espectador la experiencia del vértigo, de mareo, en otras palabras, de angustia fóbica. Hitch crea profundidad donde no la hay por un juego a través de una paradoja en la mirada de la cámara. El truco es genial debido a su sencillez: la cámara se aleja (pull out) mientras que simultáneamente se hace un acercamiento (zoom in). La cámara se aleja mientras que se acerca la mirada hacia el objeto. Este doble movimiento crea la sensación de que el objeto no cambia de tamaño sino el fondo. El fondo parece inundar al objeto, se ve la inmensidad del fondo y la impotencia del objeto, tal y cómo lo muestra la típica escena (material de fobia de muchos) del naufrago flotando en la inmensidad del mar. Obviamente la sensación es el ahogar, la solución, expresar la angustia, el desahogarse; forma como empezó el tratamiento psicoanalítico basado en el catártico o por abreacción de los sentimientos.
En la fobia, el objeto aterrador atrae. En el caso de Juanito, el pequeño Herbert Graff lo dice con todas sus letras.
“Su miedo a los caballos va transformándose cada vez más en una obsesión que le fuerza a mirarlos atentamente. Dice: “No tengo más remedio que mirar a los caballos y luego me da miedo”.
Miedo, angustia, obsesión, las soluciones neuróticas frente a algo aterrador. Lo más interesante de esto es que el rasgo de los síntomas se hace presente. El síntoma da algo y quita algo más. Histéricamente hablando la frase es “me gusta pero me asusta”. Pero ¿qué es eso que atrae como la luz a las moscas y es necesario huirle debido a las fatales consecuencias? Max Graff nos lo dirá.
“Como verá usted por ellas, Juanito presenta, desde hace algunos días, trastornos nerviosos que nos tienen muy intranquilos, pues no sabemos cómo librarle de ellos... ”Como base de la perturbación nerviosa sospecho una sobreexcitación sexual debida a los mimos de la madre. Lo que no puedo indicar es el último estímulo que ha provocado la emergencia de la enfermedad. El miedo a que un caballo le muerda en la calle parece hallarse relacionado en alguna forma con el susto experimentado por la vista de un pene de grandes proporciones. Ya sabe usted, por anteriores anotaciones mías, que Juanito observó, ya en edad muy temprana el pene desmesurado del caballo y dedujo, por entonces, que su madre, siendo tan mayor debía tener una cosita de hacer pipí como la de un caballo.”
Después el propio Herbert nos lo confirmará en la primera fantasía que a parece con respecto a su ansiedad.
“He aquí las primeras anotaciones, procedentes de los días iniciales del mes de enero del año actual (1908): Juanito (cuatro años y nueve meses) se levanta hoy llorando. Interrogado por su madre sobre las causas de su llanto, responde: “Mientras dormía he pensado que te habías ido y que no tenía ya una mamá que me acariciase.”
Mientras Freud se centra en el papel del padre, e incluso desafía el decir del paciente al identificar al caballo como el padre, la madre de Herbert se encuentra diluida, se encuentra en todas partes. La madre de Juanito se encuentra como Madaline después de perderla.
Scottie busca a Madaline por todas partes. La busca como enamorado en los lugares que visitaron, en el auto que manejaba, en el abrigo que vestía, en el aire que respiraba. El problema de Scottie es que se la encuentra. Solo que al encontrarla faltaba algo todavía, su ausencia.
Es común de mucho padres de familia que busquen que a sus hijos no les falte nada. Vivimos en una época en donde se induce a la negación de la falta vía el derrocamiento de las figuras de autoridad, las figuras castrantes. En el caso Juanito se muestra los estragos que provoca un hombre jugándole más al buen discípulo que como padre. El triunfo freudiano de este caso es que Freud le ofrece a Max Graff convertirse en psicoanalista y le cumple convertirlo en padre de su hijo. Freud da lo que busca intensamente.
La fantasía recurrente de Freud es con relación a cierta escena donde su padre lo reprende fuertemente por haberse orinado y dice “de este niño no sacaremos nada bueno” sin embargo es extraño pensar en papá Freud como regañón cuando es bien sabido que la enérgica y mandona en la casa de los Freud era doña Amalia.
Pregunta obvia, ¿porqué un niño no se puede casar con su mamá? ¿Por qué no dejar de ser-todo para su madre y ser-todo de la madre? Freud enunció que el único amor libre de ambivalencia, así es un amor puro. Por lo anterior lo perversos se encuentra en estado de purificación.
Algo que siempre llamó la atención para el psicoanálisis fue el terreno de la mujer. Freud la designó como el continente negro dejando en claro algo, que el padre del psicoanálisis le dio una exacta dimensión del fenómeno femenino, a saber, lo no delimitado.
Por otra parte Hitchcock consideraba la parte más importante de su trabajo fílmico a su mujer objeto del deseo de su protagonista. Lo resaltado en las historias de Hitchcock es la dama que desaparece.
En el capitulo “El sexo ansioso de los héroes” del libro “El amor en los tiempos de la soledad” de Paul Verhaeghe comienza preparando el camino para una mejor comprensión del fenómeno de la fobia:
“Tanto la antropología histórica como las grandes historias ponen en primer plano un dato muy preciso: la mujer es considerada como un peligro que el hombre debe dominar.”
¿Cuál es el peligro de La Mujer? ¿Cuál es su amenaza que hay que dominar? ¿Qué le hacía la Esfinge a los viajeros que respondían mal a sus preguntas? ¿Cuál es el terror de la bruja de Hansel y Gretel? ¿Cómo empieza la pulsión?
Freud advierte que todo empieza por la boca y en análisis advierte que “más pronto cae un hablador que un cojo” En 1923 precisa algo que en la historia popular se obvia y se olvida: el primer objeto de amor para niños y niñas es la madre. La madre los trae al mundo, los carga libidinalmente, el hijo es fruto de su vientre. El problema viene cuando se sabe que ese estado idílico no puede durar para siempre. ¿Qué pasaría si el hijo no sale nunca del vientre materno? ¿Qué pasaría si no se corta nunca el cordón umbilical? ¿Qué pasaría si fuera todo de la madre? Un orgasmo perpetuo, una eterna “petit mort”, el cumplimiento de la pulsión de muerte.
Justamente a partir de la inclusión de alguien o algo para separar a estos dos en idilio es que se produce el deseo. ¿Cuándo empieza a funcionar el orden pulsional metafórico? Cuando la separación es inminente. El primer ejemplo que Freud da sobre la pulsión oral es el chupeteo. El infante mamón empieza actuar con su propio dedo emulando la acción originalmente dirigida hacia el pecho materno. Pero precisamente por el no tener el pecho materno es que aparece el deseo de mamar. Lo que nos permite vivir y buscarle sentido a la vida es el hecho de que la vida este privada de sentido. Los juegos amorosos se edifican ante el enigma del “me quiere, no me quiere” y la ilusión (o alucinación) de la media naranja que espera y desespera.
Terminemos con Hitchcock y su “Vértigo” La solución que da para la fobia, la curación de la fobia se da en el momento que él mira hacia el fondo de la capilla y se reencuentra con su Madaline. La regla psicoanalítica se impone: a una repetición viene una interpretación. Scottie se encontraba deprimido al perder a Madaline y se empieza recuperar cuando la reencuentra, pero algo faltaba. Ese algo lo encuentra al final; al encontrarlo se cura. Scottie se convierte en un ejemplo de curación analítica, termina como sujeto advertido de la “naturaleza” del deseo. Lo que Scottie deseaba en Madaline era su desaparición, era su carácter de prohibida e inalcanzable, de muerta.
En un primer momento Scottie la busca sin más interés que el enigma de lo posibles muertos en vida y cambia el asunto cuando ella intenta suicidarse. Ahora comienza el romance mientras que ella es potencialmente suicida, en cualquier momento Scottie la puede perder. El deseo se cumple y la pierde hasta que lo siniestro aparece y a Scottie se le presenta la oportunidad de recuperarla. Scottie entra en una reconstrucción analítica, o mejor dicho, un rodeo psicoanalítico que termina en la advertencia de una de las más interesantes paradojas lacanianas: La Mujer no existe.
Vértigo es la respuesta a Freud de Hitchcock. Freud hizo la pregunta que mete en análisis a un fóbico, ¿qué quiere La mujer? Y Hitchcock responde: La dama desaparece. La Mujer perdida se consolida como objeto de deseo justamente por el rastro que deja. La Mujer como sueño del hombre es la única corporización que pudiera tener. Obviamente, lo anterior se juega de forma distinta para una mujer.
Mientras realizaba este escrito sobre la fobia me preguntaron algo que me pareció deja más clara la diferencia la estructura de la histeria de angustia y el llamado miedo o el diagnóstico psiquiátrico de fobia. La pregunta es la siguiente. ¿Por qué si fobia significa miedo, por ejemplo aracnofobia que es miedo a las arañas, las diferentes manifestaciones de rechazo a los homosexuales se le llama “homofobia”?
Esta pregunta plantea algo en extremo importante más allá de la advertencia psiquiátrica de que la homofobia no es parte del reconocimiento médico como estructura psicopatología por lo tanto no existe. Es bien sabido que no se alude a que el llamado homo-fóbico le tenga miedo a los homosexuales, esto a traído la idea simplista de que “inconscientemente son homosexuales” que aunque en muchos casos se sostenga borra la evidencia de la estructura que tenemos ahí.
Esta pregunta sobre la diferencia o similitud del término homofobia y las demás fobias se las planteé a alumnos del semestre final de la carrera de psicología y sus respuestas y comentarios resultaron esclarecedores. Se mencionó que aunque no se presentará la irrupción de pánico y miedo, las manifestaciones de la homofobia eran más similares a la de la xenofobia, donde el rechazo del objeto era el rasgo primario. Por otra parte, se mencionó que en los clínicos, en los psicólogos existía expresiones homo-fóbicas pero nunca del carácter abierto de confrontación o miedo sino de reserva y alejamiento racionalizado. Como puede advertirse por los comentarios estos alumnos ya se encontraban listos para el egreso ya que detectan los rasgos principales: la evitación y el rechazo.
¿Qué se rechaza en la xenofobia? ¿Qué se persigue en la homofobia? ¿Qué se ahuyenta en la aracnofobia? Sabemos que es algo más que a los extranjeros, los homosexuales o las arañas, sabemos que estos son significantes, representaciones de algo que es representación en si misma, y sabemos que ese algo resulta amenazador. La amenaza de invasión es el rasgo común de estos padecimientos. “Estos mojados están consumiendo nuestros recursos y acaparan nuestros trabajos”, “¿a dónde va a parar este mundo con tanto homosexual sueltos por ahí sin ninguna vergüenza? Peligro y violen a un niño y lo vuelvan como ellos” y el clásico “¡Quítame de encima las arañas que siento en todo mi cuerpo!”
La invasión será “the ultimate” angustia. La destrucción de lo nuestro es la angustia primaria, que algo devore y consuma al yo. Una vez más estamos en terreno de la estructura del apuntalamiento. No va ser extraño encontrarnos la figura del agujero negro en las fobias. La sensación de la contracción de las paredes del elevador, de que chupe el fondo visto desde las alturas. Lo anterior tiene su punto clave en las fobias hacia los animales. Cuando se trata de animales grandes, llámese caballos o perros, el miedo es a las mordidas; mientras que cuando son animales pequeños como las arañas y los cucarachos, el temor es a ser invadido por ellos, tener por todo el cuerpo invadiendo.
Volviendo al tema de la homofobia, la expresión más clara del temor a la invasión es el temor al contagio. La homofobia produce y enaltece el drama del SIDA, donde los nuevos temores de invasión es ante ese virus que “catectiza” el cuerpo sin poder defenderse de él. El virus invade todo y puede entrar por todos lados. El cáncer lo dejamos para otro escrito necesario en el terreno del psicoanálisis.
[1] Verhaeghe, Paul. “¿Existe la Mujer? De la histérica de Freud a lo femenino en Lacan”. Editorial Piados, Buenos Aires, feb. 1999.
[2] Freud, Sigmund. “Análisis de la fobia de un niño de 5 años (caso Juanito)” 1909, en Obras Completas, X. 10, 8ª. Ed., Amorrortu editores, Buenos Aires, oct. 1993.
[3] Breger, Lois. “FREUD: el genio y sus sombras”, 1ª ed., Javier Vergara Editor, Oct. 2001, Barcelona, España. P. 241.
[4] “Psycho”, Universal Studios, 1960. Dirigida por Alfred Hitchcock.
[5] “The birds”, Universal Studios, 1963. Dirigida por Alfred Hitchcock.
[6] “The rear window”, Universal Studios, 1954. Dirigida por Alfred Hitchcock.
[7] “Vertigo”, Universal Sudios, 1958. Dirigida por Alfred Hitchcock.
Volviendo a Vértigo, el drama del policía fóbico llamado cariñosamente como Scottie cambia de forma. Ahora anda investigando a la mujer de un amigo debido a la extraña fascinación que tiene ésta con relación a una mujer que se suicidó hace mucho tiempo y que tal parece a “reencarnado” en ella. El problema se encuentra cuando Scootie se enamora de ella y finalmente ella cumple con lo tan temido, se suicida. Scottie se encuentra sumido en una melancolía; de nuevo alguien muere por su loquera.
Aparentemente la historia de vértigo sigue las clásicas reglas con respecto a las curaciones de “un clavo saca a otro clavo” o en este caso “un trauma saca a otro trauma”. ¿Por qué Scottie no se curó en la primera muerte de Madaline si esto también fue traumático? Tendremos que hacer un análisis más estructural de la fobia para encontrar una respuesta.
Lo que más se recuerda de la película Vértigo es un efecto visual inventado por Alfred Hitchcock para crear en el espectador la experiencia del vértigo, de mareo, en otras palabras, de angustia fóbica. Hitch crea profundidad donde no la hay por un juego a través de una paradoja en la mirada de la cámara. El truco es genial debido a su sencillez: la cámara se aleja (pull out) mientras que simultáneamente se hace un acercamiento (zoom in). La cámara se aleja mientras que se acerca la mirada hacia el objeto. Este doble movimiento crea la sensación de que el objeto no cambia de tamaño sino el fondo. El fondo parece inundar al objeto, se ve la inmensidad del fondo y la impotencia del objeto, tal y cómo lo muestra la típica escena (material de fobia de muchos) del naufrago flotando en la inmensidad del mar. Obviamente la sensación es el ahogar, la solución, expresar la angustia, el desahogarse; forma como empezó el tratamiento psicoanalítico basado en el catártico o por abreacción de los sentimientos.
En la fobia, el objeto aterrador atrae. En el caso de Juanito, el pequeño Herbert Graff lo dice con todas sus letras.
“Su miedo a los caballos va transformándose cada vez más en una obsesión que le fuerza a mirarlos atentamente. Dice: “No tengo más remedio que mirar a los caballos y luego me da miedo”.
Miedo, angustia, obsesión, las soluciones neuróticas frente a algo aterrador. Lo más interesante de esto es que el rasgo de los síntomas se hace presente. El síntoma da algo y quita algo más. Histéricamente hablando la frase es “me gusta pero me asusta”. Pero ¿qué es eso que atrae como la luz a las moscas y es necesario huirle debido a las fatales consecuencias? Max Graff nos lo dirá.
“Como verá usted por ellas, Juanito presenta, desde hace algunos días, trastornos nerviosos que nos tienen muy intranquilos, pues no sabemos cómo librarle de ellos... ”Como base de la perturbación nerviosa sospecho una sobreexcitación sexual debida a los mimos de la madre. Lo que no puedo indicar es el último estímulo que ha provocado la emergencia de la enfermedad. El miedo a que un caballo le muerda en la calle parece hallarse relacionado en alguna forma con el susto experimentado por la vista de un pene de grandes proporciones. Ya sabe usted, por anteriores anotaciones mías, que Juanito observó, ya en edad muy temprana el pene desmesurado del caballo y dedujo, por entonces, que su madre, siendo tan mayor debía tener una cosita de hacer pipí como la de un caballo.”
Después el propio Herbert nos lo confirmará en la primera fantasía que a parece con respecto a su ansiedad.
“He aquí las primeras anotaciones, procedentes de los días iniciales del mes de enero del año actual (1908): Juanito (cuatro años y nueve meses) se levanta hoy llorando. Interrogado por su madre sobre las causas de su llanto, responde: “Mientras dormía he pensado que te habías ido y que no tenía ya una mamá que me acariciase.”
Mientras Freud se centra en el papel del padre, e incluso desafía el decir del paciente al identificar al caballo como el padre, la madre de Herbert se encuentra diluida, se encuentra en todas partes. La madre de Juanito se encuentra como Madaline después de perderla.
Scottie busca a Madaline por todas partes. La busca como enamorado en los lugares que visitaron, en el auto que manejaba, en el abrigo que vestía, en el aire que respiraba. El problema de Scottie es que se la encuentra. Solo que al encontrarla faltaba algo todavía, su ausencia.
Es común de mucho padres de familia que busquen que a sus hijos no les falte nada. Vivimos en una época en donde se induce a la negación de la falta vía el derrocamiento de las figuras de autoridad, las figuras castrantes. En el caso Juanito se muestra los estragos que provoca un hombre jugándole más al buen discípulo que como padre. El triunfo freudiano de este caso es que Freud le ofrece a Max Graff convertirse en psicoanalista y le cumple convertirlo en padre de su hijo. Freud da lo que busca intensamente.
La fantasía recurrente de Freud es con relación a cierta escena donde su padre lo reprende fuertemente por haberse orinado y dice “de este niño no sacaremos nada bueno” sin embargo es extraño pensar en papá Freud como regañón cuando es bien sabido que la enérgica y mandona en la casa de los Freud era doña Amalia.
Pregunta obvia, ¿porqué un niño no se puede casar con su mamá? ¿Por qué no dejar de ser-todo para su madre y ser-todo de la madre? Freud enunció que el único amor libre de ambivalencia, así es un amor puro. Por lo anterior lo perversos se encuentra en estado de purificación.
Algo que siempre llamó la atención para el psicoanálisis fue el terreno de la mujer. Freud la designó como el continente negro dejando en claro algo, que el padre del psicoanálisis le dio una exacta dimensión del fenómeno femenino, a saber, lo no delimitado.
Por otra parte Hitchcock consideraba la parte más importante de su trabajo fílmico a su mujer objeto del deseo de su protagonista. Lo resaltado en las historias de Hitchcock es la dama que desaparece.
En el capitulo “El sexo ansioso de los héroes” del libro “El amor en los tiempos de la soledad” de Paul Verhaeghe comienza preparando el camino para una mejor comprensión del fenómeno de la fobia:
“Tanto la antropología histórica como las grandes historias ponen en primer plano un dato muy preciso: la mujer es considerada como un peligro que el hombre debe dominar.”
¿Cuál es el peligro de La Mujer? ¿Cuál es su amenaza que hay que dominar? ¿Qué le hacía la Esfinge a los viajeros que respondían mal a sus preguntas? ¿Cuál es el terror de la bruja de Hansel y Gretel? ¿Cómo empieza la pulsión?
Freud advierte que todo empieza por la boca y en análisis advierte que “más pronto cae un hablador que un cojo” En 1923 precisa algo que en la historia popular se obvia y se olvida: el primer objeto de amor para niños y niñas es la madre. La madre los trae al mundo, los carga libidinalmente, el hijo es fruto de su vientre. El problema viene cuando se sabe que ese estado idílico no puede durar para siempre. ¿Qué pasaría si el hijo no sale nunca del vientre materno? ¿Qué pasaría si no se corta nunca el cordón umbilical? ¿Qué pasaría si fuera todo de la madre? Un orgasmo perpetuo, una eterna “petit mort”, el cumplimiento de la pulsión de muerte.
Justamente a partir de la inclusión de alguien o algo para separar a estos dos en idilio es que se produce el deseo. ¿Cuándo empieza a funcionar el orden pulsional metafórico? Cuando la separación es inminente. El primer ejemplo que Freud da sobre la pulsión oral es el chupeteo. El infante mamón empieza actuar con su propio dedo emulando la acción originalmente dirigida hacia el pecho materno. Pero precisamente por el no tener el pecho materno es que aparece el deseo de mamar. Lo que nos permite vivir y buscarle sentido a la vida es el hecho de que la vida este privada de sentido. Los juegos amorosos se edifican ante el enigma del “me quiere, no me quiere” y la ilusión (o alucinación) de la media naranja que espera y desespera.
Terminemos con Hitchcock y su “Vértigo” La solución que da para la fobia, la curación de la fobia se da en el momento que él mira hacia el fondo de la capilla y se reencuentra con su Madaline. La regla psicoanalítica se impone: a una repetición viene una interpretación. Scottie se encontraba deprimido al perder a Madaline y se empieza recuperar cuando la reencuentra, pero algo faltaba. Ese algo lo encuentra al final; al encontrarlo se cura. Scottie se convierte en un ejemplo de curación analítica, termina como sujeto advertido de la “naturaleza” del deseo. Lo que Scottie deseaba en Madaline era su desaparición, era su carácter de prohibida e inalcanzable, de muerta.
En un primer momento Scottie la busca sin más interés que el enigma de lo posibles muertos en vida y cambia el asunto cuando ella intenta suicidarse. Ahora comienza el romance mientras que ella es potencialmente suicida, en cualquier momento Scottie la puede perder. El deseo se cumple y la pierde hasta que lo siniestro aparece y a Scottie se le presenta la oportunidad de recuperarla. Scottie entra en una reconstrucción analítica, o mejor dicho, un rodeo psicoanalítico que termina en la advertencia de una de las más interesantes paradojas lacanianas: La Mujer no existe.
Vértigo es la respuesta a Freud de Hitchcock. Freud hizo la pregunta que mete en análisis a un fóbico, ¿qué quiere La mujer? Y Hitchcock responde: La dama desaparece. La Mujer perdida se consolida como objeto de deseo justamente por el rastro que deja. La Mujer como sueño del hombre es la única corporización que pudiera tener. Obviamente, lo anterior se juega de forma distinta para una mujer.
Mientras realizaba este escrito sobre la fobia me preguntaron algo que me pareció deja más clara la diferencia la estructura de la histeria de angustia y el llamado miedo o el diagnóstico psiquiátrico de fobia. La pregunta es la siguiente. ¿Por qué si fobia significa miedo, por ejemplo aracnofobia que es miedo a las arañas, las diferentes manifestaciones de rechazo a los homosexuales se le llama “homofobia”?
Esta pregunta plantea algo en extremo importante más allá de la advertencia psiquiátrica de que la homofobia no es parte del reconocimiento médico como estructura psicopatología por lo tanto no existe. Es bien sabido que no se alude a que el llamado homo-fóbico le tenga miedo a los homosexuales, esto a traído la idea simplista de que “inconscientemente son homosexuales” que aunque en muchos casos se sostenga borra la evidencia de la estructura que tenemos ahí.
Esta pregunta sobre la diferencia o similitud del término homofobia y las demás fobias se las planteé a alumnos del semestre final de la carrera de psicología y sus respuestas y comentarios resultaron esclarecedores. Se mencionó que aunque no se presentará la irrupción de pánico y miedo, las manifestaciones de la homofobia eran más similares a la de la xenofobia, donde el rechazo del objeto era el rasgo primario. Por otra parte, se mencionó que en los clínicos, en los psicólogos existía expresiones homo-fóbicas pero nunca del carácter abierto de confrontación o miedo sino de reserva y alejamiento racionalizado. Como puede advertirse por los comentarios estos alumnos ya se encontraban listos para el egreso ya que detectan los rasgos principales: la evitación y el rechazo.
¿Qué se rechaza en la xenofobia? ¿Qué se persigue en la homofobia? ¿Qué se ahuyenta en la aracnofobia? Sabemos que es algo más que a los extranjeros, los homosexuales o las arañas, sabemos que estos son significantes, representaciones de algo que es representación en si misma, y sabemos que ese algo resulta amenazador. La amenaza de invasión es el rasgo común de estos padecimientos. “Estos mojados están consumiendo nuestros recursos y acaparan nuestros trabajos”, “¿a dónde va a parar este mundo con tanto homosexual sueltos por ahí sin ninguna vergüenza? Peligro y violen a un niño y lo vuelvan como ellos” y el clásico “¡Quítame de encima las arañas que siento en todo mi cuerpo!”
La invasión será “the ultimate” angustia. La destrucción de lo nuestro es la angustia primaria, que algo devore y consuma al yo. Una vez más estamos en terreno de la estructura del apuntalamiento. No va ser extraño encontrarnos la figura del agujero negro en las fobias. La sensación de la contracción de las paredes del elevador, de que chupe el fondo visto desde las alturas. Lo anterior tiene su punto clave en las fobias hacia los animales. Cuando se trata de animales grandes, llámese caballos o perros, el miedo es a las mordidas; mientras que cuando son animales pequeños como las arañas y los cucarachos, el temor es a ser invadido por ellos, tener por todo el cuerpo invadiendo.
Volviendo al tema de la homofobia, la expresión más clara del temor a la invasión es el temor al contagio. La homofobia produce y enaltece el drama del SIDA, donde los nuevos temores de invasión es ante ese virus que “catectiza” el cuerpo sin poder defenderse de él. El virus invade todo y puede entrar por todos lados. El cáncer lo dejamos para otro escrito necesario en el terreno del psicoanálisis.
[1] Verhaeghe, Paul. “¿Existe la Mujer? De la histérica de Freud a lo femenino en Lacan”. Editorial Piados, Buenos Aires, feb. 1999.
[2] Freud, Sigmund. “Análisis de la fobia de un niño de 5 años (caso Juanito)” 1909, en Obras Completas, X. 10, 8ª. Ed., Amorrortu editores, Buenos Aires, oct. 1993.
[3] Breger, Lois. “FREUD: el genio y sus sombras”, 1ª ed., Javier Vergara Editor, Oct. 2001, Barcelona, España. P. 241.
[4] “Psycho”, Universal Studios, 1960. Dirigida por Alfred Hitchcock.
[5] “The birds”, Universal Studios, 1963. Dirigida por Alfred Hitchcock.
[6] “The rear window”, Universal Studios, 1954. Dirigida por Alfred Hitchcock.
[7] “Vertigo”, Universal Sudios, 1958. Dirigida por Alfred Hitchcock.
3 comentarios:
Hola, eeey que buenas cosas me vine a topar aqui.
En cuanto al "articulo" (?) de Juanito y su fobia todavia no llego a leerlo, estoy leyendo a Dora la histericona y aun no llego al caso de Juan.
Pero ahora que acabo de leer lo aqui expuesto pues me da una idea y me agrada, jajaj porque de el caso Dora tengo una que otra pregunta por ahi en cuanto a la teoria de Freud.
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Me agrada el hecho de que postee de pelicuuuuuuuuuulas!!!.
Yo vi la del umbral y la verdad es que "todo estaba bien hasta el final" pero ya leyendo su punto pues ... entiendo cual era mas o menos la idea con ese final. Y no sabia que en ingles se llamaba stay, que loco!!!
De las pocas veces que una traduccion al titulo queda bien. O al menos no da la idea diferente a como es en español.
Y tambien leyenod otros articulos, me doy cuenta que me hace falta mucho leer a Lacan, jajaa definitivo ...
bueno ya ...
P.S. porque en una clase dijo que no veria Apocalypto?, me perid eso.
saludos
Frida
Hola, estaba buscando información para terminar el ensayo de histeria de angustia, cuando me encontré con su blog, que padre...
Está muy interesante, sobre todo los análisis de las películas de Hitchcock; ya que definitivamente me encantan sus peliculas, aunque sólo he visto seis. Mis favoritas hasta ahorita son: "vèrtigo", que la verdad me sorprendió demasiado el final, está de locura!!!. También "los pájaros" está muy buena, a mi hermana le quedó la incógnita ¿por qué atacan los mendigos pájaros?, ja, ja. Pero creo que esa era la intención de Hitchcock (el miedo a no saber). Aunque después de ver esa peli, me da terror escuchar el graznido de los cuervos, todo eso provoca!!!
Claro "Marnie" también está padrísima...
Bueno que shido que tenga este espacio, seguiré leyendo los demás comentarios.
Hasta Luego...
Nallely
feliz día!!
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