sábado, enero 06, 2007



Superman Regresa
¿Por qué el mundo (no) necesita a Superman?


Por Héctor Mendoza

La recién estrenada adaptación cinematográfica del personaje de comics, Superman, cortesía del director Bryan Singer lleva por nombre Superman Regresa. Este filme resulta un interesante ejercicio fílmico ya que se ubica en la frontera de ser secuela y a la vez no. Es secuela de las dos primeras películas de Superman dirigidas por Richard Donner (Superman: the movie y Superman II, esta última parcialmente y terminada por Richard Lester). Singer se inspira en el trabajo de Donner y da un siguiente paso en la historia del hombre de acero. La anécdota es sencilla, después que Donner nos presentó al superhéroe más famoso, último hijo de Kriptón, y que lucha por la verdad, la justicia y el american way of life, Singer lo aleja y contempla “la vida sin Superman”.

Un tema aparece en el mundo de los comics ¿por qué necesitamos de los héroes? Cuando el héroe más grande de todos muere la pregunta no es ¿qué hacer sin Superman? sino, realmente ¿alguna vez lo necesitamos? Me pareció sintomático ver en la premier de Superman Regresa que algunos vestían las playeras de un momento importante en la historia de los comics, las conmemorativas de la muerte de Superman. ¿Cómo puede regresar si murió?

Actualmente el mundo de los comics se encuentra con temas importantes. En DC, casa de Superman, dos historias son las dominantes. Por un lado “Crisis Infinitas” y por el otro “Justice”. En Marvel comics la historia importante es “Guerra civil”. Lo que resalta en estas historias es que los villanos ya no son los “supervillanos” sino que actuan en su calidad de sociedad común. El gobierno y el pueblo contra los superhéroes. De tal forma que la antesala de “Crisis infinitas” es una historia donde los denominados OMACs son una suerte de soldados pero que pueden ser cualquier humano cuyo fin es destruir a los “súpers” denominados en DC como “metahumanos”. En la “Guerra civil” de Marvel, el conflicto entre los humanos y los “súpers” llega a nivel gubernamental. Los superhéroes deben registrarse y convertirse en parte del gobierno no sin antes renunciar a su identidad secreta.

El pueblo contra los héroes resalta una tendencia social actual. El Superman de Bryan Singer rescata la relación planteada por Donner entre el superhéroe venido de Kriptón y el hijo de Dios que murió en la cruz. La figura del héroe tiene una cercanía por estructura con la religión. El psicoanalista Otto Rank, en su libro “El mito del nacimiento del héroe”, presenta las principales figuras religiosas y encuentra una mono-historia en la leyenda que cuenta su nacimiento. El héroe nace de seres superiores que lo colocan en un moisés o cápsula para enviarlo a otro lugar donde es recogido por seres humildes para que después descubra su verdadero origen y guíe un pueblo. Desde Sargón hasta Jesús pasando por Moisés y su religión monoteísta, la leyenda se mantiene. En Superman vemos la historia que ha sido contada, como diría Joseph Campbell, “miles de veces”.

Los héroes y los dioses, imagos de una sociedad y de los pueblos, figuras de identificación, ideales del yo, la necesidad del Über-man nos vincula a lo denominado por Freud como “complejo paterno”:

El psicoanálisis nos ha mostrado el íntimo nexo entre el complejo paterno y la fe en Dios; nos ha enseñado que, psicológicamente, el Dios personal no es otra cosa que un padre enaltecido, y todos los días nos hace ver cómo ciertos jóvenes pierden la fe religiosa tan pronto como la autoridad del padre se quiebra en ellos. En el complejo parental discernimos, pues, la raíz de la necesidad religiosa; el Dios omnipotente y justo, y la naturaleza bondadosa, nos aparecen como grandiosas sublimaciones de padre y madre, o más bien como renovaciones y restauraciones de la representación que se tuvo de ambos en la primera infancia…La protección contra la neurosis, que la religión asegura a sus fieles, se explica con facilidad porque esta les toma el complejo parental, del que depende la conciencia de culpa así del individuo como de la humanidad toda, y se los tramita en lugar de ellos, mientras que el incrédulo tiene que habérselas solo con esa tarea.

S. Freud. Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci. (1910) Obras Completas, Vol. 11. Amorrortu Editores.


El Héroe, El Salvador y el Padre es la ecuación que sigue Superman Returns, solo que al ser un regreso, un Superman de tiempos de la soledad, Singer nos presenta un panorama desolador.

Antes de continuar con Superman Returns no olvidemos otra película que aborda el tema del superhéroe y la figura paterna, nos referimos a la prodigiosa “Los Increíbles” (Disney/Pixar, 2004) escrita y dirigida por Brad Bird. Ahí, conocemos una familia donde los padres fueron en otro tiempo superhéroes ahora reinstalados como gente común ya que los “súpers” se encuentran prohibidos por el gobierno. ¿Qué hace que cambie el panorama? La demanda legal hacia Mr. Increíble por alguien que rescató de suicidarse. El cliente demanda al héroe ya que “no tenía derecho” de realizar dicha acción por parte del demandante a quién no le salvó su vida sino que le frustró su muerte.

El héroe al banquillo de los acusados ¿No es el problema que enfrentan muchos padres cuando sus “súper-poderes” son anulados por la ley? ¿No nos encontramos más casos de niños que amenazan con demandar a sus padres ante el gobierno si no cumplen sus demandas? ¿No es tamos en tiempos donde algunos adolescentes norteamericanos buscan emanciparse (¿Divorciarse?) de sus padres?

Superman regresa a un mundo donde al no necesitarlo es un mundo que sabe que nunca lo necesitó. Una frase que podemos resaltar es la que le dice Jor-El a su hijo Kal-El (alias Superman) “Verás mi vida a través de tus ojos, harás mi fuerza tuya, el hijo será el padre y el padre será el hijo”. Sin embargo Superman se muere, se va, se aleja sin decir adiós y ya que no está no se puede “borrón y cuenta nueva”. Es decir, por más que los grupos conservadores nos hablen de las bondades del mundo antiguo y nos digan que hay que regresar a los valores de antaño, por más que algunos nos digan que en tiempos del machismo las cosas funcionaban mejor, cuando algo quedó cuestionado, cuando una figura del padre se fue no se puede simplemente regresar ya que su función era la de la garantía de la realidad, de cómo las cosas son. Bien lo decía Chabelo “Adiós Superman…”. El asunto es ¿cómo vivir sin él sin renegar de él? Tal vez es aquí donde falla Singer en su película al no resolver el conflicto y dejar un final tibio y sin chiste, Superman se va volando políticamente correcto, a diferencia de los Increíbles que quedan listos para una nueva batalla.

¿Qué aporta Superman Regresa? Vuelve a poner en la mesa el tema de la paternidad. Héroes y padres están unidos. Freud lo relacionaba en la ecuación tótem=religión=leyes=complejo paterno. Incluimos los poderes y los superhéroes como figuras de la representación de los ideales y así, de la autoridad. No es gratuito que en castellano podamos jugar diciendo que los superhéroes son una representación del súper-yo.

Siguiendo con el chiste y su relación con lo inconsciente recuerdo el comentario cómico de alguien en la sala ante la escena final de Superman Regresa. Después de ir a ver dormir a su hijo “de volada”, Superman es sorprendido por Luisa Lane que le pregunta “¿te volveremos a ver?” a lo que responde, “Siempre ando por aquí”. Alguien en la sala bromea “¡No te hagas güey! ¡La pensión del chamaco papá!”. Superman se puede ir volando y no pasa nada, cuando esa sería la aventura de otros tiempos. Superman no se toma en serio al hijo y no se toma en serio al padre, entonces ¿Por qué el mundo necesita a Superman? Superman no responde la pregunta del niño ¿Para qué necesitamos a papá? O ¿Por qué hay que honrar al padre? Claro que se puede sobrevivir con la madre pero es diferente vivir sin el padre a no necesitarlo, a que no haga falta.

Singer presenta imágenes extrañas, por un lado es la nostalgia y mundo retro postmoderno de la película de los 70’s y por otro es la cancelación del efecto traumático del núcleo del drama del héroe. Superman se ve muy joven e inseguro, incluso, podemos verlo en cueros. Como bien dijeron en el programa de radio “voces del forum” cuando discutían en torno de las películas de superhéroes “Superman desmayado y desmallado”. Casi se puede ver volar a Superman en bata de hospital y enseñando el trasero. Como dijo un amigo “Ni le colgaron la capa y las mallas en un ganchito”. Superman en cueros nos demuestra la frase de Lacan “el hábito ama al monje”. Superman necesita la “S” para ser Superman. Esas pequeñas formalidades insignificantes son importantes al ser significantes puros.

Superman vaga sin hogar y sin lugar. En Smallville esta solo y ni en la fortaleza de la soledad está “como en casa”. El mundo, al regresar Superman parece no saber qué hacer con él, dónde ponerlo. El final de la película es flojo porque no existe el enfrentamiento entre el héroe y el villano donde los dioses dan la victoria al bueno y así, se aleja cabalgando hacia el horizonte. Superman se va, escondiéndose entre las sombras casi con pena de existir.

¿Por qué se omite el “american way of life” como la parte de los ideales que encarna Superman? La respuesta de Bryan Singer es que ahora no puede pensarse que Superman es local sino global. Ese es el grave error de la película y de la ideología de la globalización. Nos referimos a la idea de que se puede sostener una figura de los ideales fuera del contexto que lo funda. Superman no puede ser global ya que en ese momento su rostro obsceno se hace presente.

La necesidad imperiosa de salvar al padre. Entre el homenaje y el tiro de gracia.

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