viernes, junio 23, 2006



seX-MEN
Sexualidad de la generación X o ¿de qué lado estarás?


No es ninguna novedad mencionar la relación entre la problemática de la diversidad sexual y la adaptación cinematográfica de los personajes de Marvel Comics X-Men. En las entrevistas concedidas por el director y co-guionista de las primeras dos películas de la saga (X-Men y X2: united), Brian Singer, menciona que aquello que llamó su atención fue poder presentar una historia donde la discriminación era el tema principal. Mientras que en X-Men se presentan los personajes y el mundo de un “futuro no muy distante”[1] donde existen los mutantes, en X2: united la guerra comienza. Una escena en particular es la comentada en otras entrevistas con Singer. Un adolescente Bobby Drake, les confiesa a sus padres que es un mutante, la madre le hace la gran pregunta “Bobby, ¿has intentado… no ser mutante?”. Singer juega con la escena como si se tratara de un joven que les confiesa a sus padres su condición homosexual, donde nada esta mal con él sino que es como es. La elección de la sexualidad no está presente.

La vinculación entre los mutantes y la homosexualidad funciona en un plano, el de la discriminación pero nos muestra otro, algo peligroso, que incluso puede, al intentar frenar la discriminación, ser el peor enemigo de la comunidad gay, la base biológica de la diversidad sexual.

En repetidas ocasiones se hace referencia a las leyes de la evolución y el gen mutante (donde se supone que el padre es el que lo aporta) lo que conlleva irremediablemente a la “última batalla”, X-Men 3.

En esta historia, ahora sin la presencia de Singer y bajo la dirección de Bret Ratner, aparece otro elemento, la cura. Un científico ha inventado una sustancia que destruye el gen mutante por lo que la llaman la cura. La comunidad mutante se divide entre los que rechazan la llamada cura puesto que asumirían una condición de enfermos y entre los que apoyan la cura justamente porque asumen una posición de sufrimiento frente a su mutación.

En la película protagonizada por Sara Jessica Parker llamada “La joya de la familia” (“Family stone”), uno de los personajes, el padre de la familia, dice “en esta familia consideramos que la homosexualidad es una condición biológica natural como el ser zurdo”. Esta frase que pareciera ser la salida de la discriminación puede fácilmente transformarse en la nueva forma de persecución, ya no por la moral sino por el bio-poder. Pensemos en los tiempos posthumanos donde los niños, que ya no nacen como antes, al estar en período de preproducción sus padres, con su genetista local, busquen infructuosamente elegir la forma de diversidad sexual que quieren para su hijo. Si la condición de lo zurdo (siniestro) puede ser cambiada ¿no estamos en la antesala de volver a considerar a la homosexualidad una degeneración en busca de cura?

Muchos condenan a Freud cuando habla de la perversión como una forma de discriminación hacia la diversidad sexual. Como en muchos otros temas, se critica a Freud sin leerlo. En el revolucionario y poco estudiado “Tres ensayos de teoría sexual” (“Drei Abhandlungen zur Sexualtheorie”, 1905) se presenta el estudio de las llamadas “aberraciones sexuales” para un mejor entendimiento de “la pulsión sexual”.

Con lo primero que rompe este artículo es con la noción de degeración en los llamados invertidos para referirise a las personas cuyo “objeto sexual es de su mismo sexo”. Freud presenta tres argumentos para rechazar la degeración como causa:

“1. Hallamos la inversión en personas que no presentan ninguna otra desviación grave respecto de la norma. 2. La hallamos en personas cuya capacidad -de rendimiento no sólo no está deteriorada, sino que poseen un desarrollo intelectual y una cultura ética particularmente elevados. 3. Es preciso considerar que en pueblos antiguos, en el apogeo de su cultura, la inversión fue un fenómeno frecuente, casi una institución a la que se confiaban importantes funciones.”

No olvidemos que Freud es de profesión neurólogo. Cuando entra al campo del psicoanálisis presenta una perspectiva diferente a lo habituado en la investigación neurológica. En términos de sexualidad no es la excepción. Sigamos con los “Tres ensayos…”

“La doctrina de la bisexualidad ha sido formulada en su variante más cruda por un portavoz de los invertidos masculinos: «Un cerebro femenino en un cuerpo masculino». Sólo que no conocemos los caracteres de lo que sería un «cerebro femenino». Sustituir el problema psicológico por el anatómico es tan ocioso como injustificado.”

El interés clínico de Freud por las llamadas aberraciones sexuales no se vincula con la terapéutica dirigida hacia una desviación sexual, sino buscando qué es lo sexual, cómo opera y funciona la sexualidad, la pulsión sexual.

Si consideramos la preferencia sexual de orden biológico perdemos de vista de qué estamos hablando. El concepto de sexualidad es ampliado (¿explicado?) por Freud al mejor hablar de la psicosexualidad. Así, las mariposas en el estómago, las ganas, el encantamiento sexual nos hablan del inconsciente. En cierta ocasión me tocó escuchar una persona que en un programa de televisión decía que a la sociedad le faltaba evolucionar hasta ver “la sexualidad como algo tan natural como el comer o el ir al baño”. Desconozco la forma en que comía o iba al baño esta persona pero algo que precisa el psicoanálisis es que ninguno de esos actos son naturales, hablando estrictamente.
Resulta interesante como cualquiera de los poderes de los X-Men pueden funcionar como metáfora a la sexualidad. Por un lado esta aquella chica que no puede tocar a nadie porque lo mata, por otro lado está lo frío o lo caliente, lo inmaterial, el magnetismo, lo psíquico y hasta aquel que se recupera de sus heridas más rápido que los demás. El problema no es que todo en los X-Men es metáfora de la sexualidad, la pansexualidad como crítica común al psicoanálisis sino que el hincapié debemos hacerlo en la calidad metafórica de la sexualidad, siendo su mayor ejemplo el albur.

La discusión que abre X-Men: the last stand nos muestra como la discriminación puede tener una presentación aún peor, la unificación biológica. Todos iguales sin la posibilidad del reconocimiento. Cuando quedan cancelados todos los puntos de identificación ¿Eso nos deja mejor que antes? No debe de extrañar que uno de los efectos en el comic de X-Men es la proliferación de pequeños grupos de resistencia.

Los objetivos de destrucción resultan interesantes en la trilogía de X-Men. Primero, el mutante líder de la resistencia Magneto (el verdadero protagonista de la serie como lo muestra que siempre se lleva la última escena) desea atacar en un principio a los dirigentes de todas las naciones desde la estatua de la libertad. En la segunda su objetivo es atacar a los que lo atacaron, un coronel loco que ataca al propio gobierno para poder destruir a los mutantes; Magneto simplemente invierte y hace suyo ese plan pero respecto a los humanos. Finalmente Magneto declara la guerra a los humanos y a los mutantes en su contra, lucha contra la cura. Lo interesante es el hecho de la resistencia que aparece contra la resistencia que es el mismo Magneto, es decir, el reflejo de la intolerancia, la unificación extrema, la apabullante atracción de los cuerpos.

Magneto presenta el fundamentalismo, parece ser el único que cree verdaderamente en lo que está haciendo y por ello atrae. Las historias de héroes y villanos nos permiten abordar los problemas de las identidades. Ante la pregunta clásica de si el “homosexual nace o se hace” las posiciones se dividen. Por lado, el que dice se hacen, puede salirse por la tangente diciendo que es multifactorial lo que se traduce en un misterios inescrutable. Por otro lado se puede decir que se hacen por medio de la teoría del trauma (lo violaron, lo golpearon, no tiene papá, etc.) lo presenta una formula piadosamente discriminativa. Si responde que nacen, (actualmente la políticamente correcta) se intenta eludir la posibilidad de la culpa (del trauma o la desviación) y se deja todo en manos de la Madre Cruel de la Naturaleza. Lo que Freud nos presenta es abordar esa pregunta como una forma de contestar otra, ¿el heterosexual nace o se hace? Es decir, ¿no se encuentra en una relación similar con respecto a lo artificial de lo sexual ambos?

[1] Frase interesante en las historias postmodernas de ciencia-ficción donde el futuro ya no es lejano sino angustiosamente cercano.

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