(Spoiler alert!!)
Ready Player One (cuyo título se mantiene en inglés tanto
por razones comerciales como en referencia a los videojuegos de los 80s) es un
deleite para todos los geeks que gozan de saber las referencias y ver en pantalla grande sus juguetes del pasado, lo que constituye un verdadero
nerdgasmo. Como parte de la generación target de esta historia, obviamente la
disfruté aún y con -o incluso aún mejor por- las escenas cambiadas del libro
(la carrera del inicio y la maravillosa recreación de “El resplandor”). Me
emocioné al escuchar el encantamiento de Merlín en Excalibur, experiencia que
quiero repetirla unas cuantas veces más como aquel que acaba de bajarse de un
juego temático y -aún con ganas de vomitar por la sobrecarga de estímulos-
grita ¡estoy bien! y corre a hacer fila de nuevo. Sin embargo, entre juego y
juego, algunas reflexiones aparecen en los minutos antes de cargar la siguiente
jugada.
No solo el personaje de Wade tiene su avatar Perzival en la realidad virtual del Oasis sino que el mismo Wade es una especie de avatar de un chavoruco que fue niño en los 80’s en esta fantasía de Ready Player One. En diversas entrevistas los jóvenes actores de la película llegan a la conclusión que el mensaje de estas aventuras de Wade es que hay que desconectarnos un poco del mundo online y las redes. Vivir más en el mundo real – como la propia cinta llega a proponer al restringir el acceso al Oasis los martes y jueves, lo que de traiciona de cierta forma el espíritu de la aventura. Es decir, en lugar del bonito mensaje de “ya no te metas tanto en la computadora” prima hermana de “come frutas y verduras” y “nada con exceso todo con medida”, proponemos la pregunta del resto de los días, “ya que estás adentro ¿qué vas a hacer?” Esa me recuerda a la parte que más extraño del libro y que corresponde a la primera prueba que se encuentra en Ludus -el planeta escuela gratuita del Oasis- ya que Halladay quería que un joven estudiante sin oportunidades laborales fuera su heredero. Siguiendo esta lógica, compartimos lo que uno de los actores más críticos y -simultáneamente- promotor de este tipo de películas, Simon Pegg, entiende desde otra visión la historia:
No solo el personaje de Wade tiene su avatar Perzival en la realidad virtual del Oasis sino que el mismo Wade es una especie de avatar de un chavoruco que fue niño en los 80’s en esta fantasía de Ready Player One. En diversas entrevistas los jóvenes actores de la película llegan a la conclusión que el mensaje de estas aventuras de Wade es que hay que desconectarnos un poco del mundo online y las redes. Vivir más en el mundo real – como la propia cinta llega a proponer al restringir el acceso al Oasis los martes y jueves, lo que de traiciona de cierta forma el espíritu de la aventura. Es decir, en lugar del bonito mensaje de “ya no te metas tanto en la computadora” prima hermana de “come frutas y verduras” y “nada con exceso todo con medida”, proponemos la pregunta del resto de los días, “ya que estás adentro ¿qué vas a hacer?” Esa me recuerda a la parte que más extraño del libro y que corresponde a la primera prueba que se encuentra en Ludus -el planeta escuela gratuita del Oasis- ya que Halladay quería que un joven estudiante sin oportunidades laborales fuera su heredero. Siguiendo esta lógica, compartimos lo que uno de los actores más críticos y -simultáneamente- promotor de este tipo de películas, Simon Pegg, entiende desde otra visión la historia:
“Esta historia la siento como la culminación de en lo que la
cultura se ha transformado. Tanto el libro, como esta película, es una suerte
de apoteosis de la cultura de las referencias, del postmodernismo. Ésta es la
máxima película postmoderna, y el libro es similar en eso… Muchas otras
películas se han hecho de referencias, pero en este caso, las referencias están
por algo, es el mundo que James Halliday ha creado. La razón por lo que es tan cargado
de referencias es debido a que no puede escapar de su propio pasado, él no
quiere alejarse de su propia juventud ya que es ahí donde se siente cómodo. Está
aislado, no puede funcionar socialmente, así que crea el universo donde se
siente cómodo y eso está en el pasado. Es un tipo de reflejo de lo que hacemos
hoy en día, en términos de cómo reciclamos y hacemos reboots, y traer cosas de
nuestra infancia al ahora. Cuando me refiero a nuestras infancias hablo de
personas de treinta y cuarenta años, los celadores de la cultura popular
actualmente; no me refiero a los youtubers y demás quienes son los verdaderos
herederos de la tierra… Me gusta que esto (la película) se trate sobre el tener
cuidado con la nostalgia y no estar tan enraizado con cosas que ya pasaron. Es
sobre dejar tus zonas de confort, ya que cuando James Halliday llega al fin de
su vida, se da cuenta de que nunca hizo una verdadera conexión humana.”
Simon Pegg
sits down to discuss “Ready Player One” https://www.youtube.com/watch?v=78UfgD0gWU4
Estas palabras de Pegg nos ayudan a leer de otras formas
Ready Player One como recordatorio a nosotros de la generación que vivió su
infancia y adolescencia en los 80’s, los adultos de hoy en día y el peligro de
la nostalgia. Pero sobre todo nuestra responsabilidad en la trasmisión que
implica la herencia. Halliday busca un heredero al cual somete que se sumerja en sus
gustos del pasado para heredar. Sin embargo, el futuro de ese heredero no puede
ser el endiosamiento de ese pasado ajeno, sino la generación de nuevo contenido.
Finalmente, más en libro que en la película, la verdadera herencia de Hallyday
es la educación, la posibilidad de reescribir los mundos del Oasis pero sobre
todo la construcción de la esperanza y búsqueda de un futuro mejor. En el
libro, si Wade se sabe de memoria las referencias ochenteras de películas,
música, comics, tv, etc., no es tanto por un gusto personal o reverencial, sino
a que es el único oficio/trabajo al que puede aspirar siendo el mejor del
Gunters (egg hunter)– en el futuro
presente de Ready Player One incluso los más preparados académicamente no
pueden conseguir trabajo en el mundo fuera del Oasis-. Así, más que ver el
final feliz donde nuestro héroe goza de sus ganancias monetarias y la chica en el mundo real, tal vez será mejor pensar en la
transformación del Oasis, la producción de lo nuevo y cómo se integraría la
revolución dentro de este nuevo mundo heredado por los brillantes millenialls…
y los que vienen; siendo lo que queda a los adultos, el saber que somos
referencias pero ellos que son los herederos, por lo que nuestra infancia debe
saber morir.
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