jueves, julio 12, 2007


Dark City
ciencia ficción y experiencia religiosa (parte I)
Héctor Mendoza

Primero había oscuridad. Luego, llegaron los extraños...

Con estas palabras comienza la película “Dark City” (New Line Cinema, 1998) del cineasta Alex Proyas para dar lugar a una aventura con tintes policíacos y de ciencia ficción. Proyas nos presenta una historia donde el personaje principal John Murdock no recuerda quién es aunque si sabe que algo anda mal en una ciudad donde parece no existir más que la noche.

La trama desata la tan conocida sensación de paranoia estilo "el hombre que sabía demasiado". Persecución, identidades confusas, desconfianza extrema, son las huellas que deja en el camino John hasta llegar con alguien que le muestra la verdad, el Dr. (psiquiatra) Daniel Paul Schreber.

Cuando leía por primera vez cometarios sobre la película, me sorprendió el hecho de que uno de los personajes, en especial que fuera un psiquiatra, se llamara Daniel Paul Schreber, nombre idéntico al llamado "paciente psiquiátrico más famoso de todos los tiempos. Paul Schreber "saltó a la fama" del "mundo psi" al publicarse su libro en 1903 llamado “Memorias de un enfermo de los nervios” (Denkwurdigkeiten eines Nervenkraken[1]) donde hacía públicas sus experiencias religiosas y dejaba en manos de los estudiosos la verdad acerca de la persecución de la que era objeto por parte de Dios. El psiquiatra Carl G. Jung reconoció en esa obra un texto valioso para el estudio de la psicosis y se lo recomendó a Sigmund Freud quien posteriormente escribiera un artículo que sentaría las bases del estudio de la paranoia para el psicoanálisis.[2]

Empecemos nuestro recorrido aprovechando esta repetición en nombre y propongamos un delirio interpretativo clínico. Sigamos las formas de este tratamiento artístico sobre una historia que reúne más de una característica del drama paranoico, llevados de la mano del Buen Doctor Schreber.

En su primer capitulo, Schreber nos habla del centro toral de las memorias (Freud diría "el ombligo del sueño") es la experiencia mística en la que devenido su relación con Dios. Schreber habla de sus revelaciones y, como hombre culto, articula amplios intentos de explicación científicos producto de su intelecto fuera de lo común. Schreber sabe que su experiencia mística es desconcertante para los demás, así que, confiando en que saldrá pronto del asilo mental al que por propio pie entró escribe estas memorias para hacer público su saber y poder convivir mejor en su reintegración a la vida pública. Aquí aparece la forma clásica de las historias de persecución: un saber que, por su propia naturaleza, no se puede compartir.

En Dark City, comienza el relato del Dr. Schreber hablando de la prehistoria de los eventos a presenciar. Schreber sabe lo que pasa en esa ciudad, sabe que no es más que un experimento como los que él realiza con sus ratas en el laboratorio. La imagen del laberinto experimental será algo que se impone en la paranoia. La pregunta obvia se impone: ¿qué buscan los perseguidores? Pregunta de igual estructura a la que se encuentra en el aire cuando alguien dice que Dios le ha enviado un mensaje, una misión o simplemente le habla: ¿porqué a tí? ¿para qué a ti? ¿qué tienes de especial?

“John, tu eres diferente, puedes sintonizar como ellos”

John Murdock despierta en medio del experimento. Por un tiempo vaga sin saber quién es él, de donde viene o a donde va. John es especial en ese mundo, sin saber porqué, John ha cambiado a ser como los extraños, deja de ser semejante a ellos y se erige en una calidad de igual. Jhon se encuentra en una zona gris con respecto al mundo de los humanos y el de los extraños, es un humano que se ha encontrado con el Otro. Cuando se habla de los delirios propios de la paranoia por lo general son dos los que e resaltan: Delirio de Grandeza, Delirio de Persecución. Sin embargo el tercer tipo descrito por la psiquiatría clásica se olvida: El Delirio Erotomaniaco. Lo que este último aporta algo que no se advierte que falta en los otros dos tipos de delirios, la cercanía excesiva con el Otro (Dios, Extraños, Ellos). “Ellos se meten en mi cuerpo, quieren ser parte de mi”. El mismo Schreber mencionaba que el problema con Dios sobrevino cuando sus nervios, forma de conexión con todo lo viviente, se sentían especialmente excitados con él, la tragedia de Daniel Paul es que Dios le puso el ojo y le susurró al oído “I want you, and only you”.

¿Qué buscan lo perseguidores? En Dark City la respuesta es el alma humana, a lo que podemos contestar “Ok, pero ¿qué es eso? Los extraños son una raza de alienígenas que buscan aquello que hace único al humano, una cierta distancia con respecto a la Unidad. El doctor Schreber, el de la película, lo describe así:

Era una raza tan vieja como el mismo tiempo. Dominaban una tecnología de lo más avanzada: La habilidad de alterar la realidad física por la voluntad. Llamaba a esta habilidad: sintonización (tunning) Pero estaban muriendo. Su civilización estaba declinando, así que abandonaron su mundo buscando una cura para su propia mortalidad. Su interminable búsqueda los llevo a un pequeño planeta azul en el rincón más lejano de la galaxia, nuestro mundo. Aquí creyeron haber encontrado, por fin, lo que buscaban.
Mi nombre es Dr. Daniel Paul Schreber. Soy solo un hombre. Le ayudo a los extraños a realizar sus experimentos. He traicionado a mi propia raza.


Lo interesante de este relato es la extraña naturaleza de los extraños. Su raza muere pero ellos no. En la película ellos son individuos pero con una mente, una conciencia, unos pensamientos compartidos. Sobreviven en la “ciudad oscura” alojándose en los cuerpos de los humanos muertos. Los extraños son parte de una unidad que se manifiesta en todas las cosas, tal como Dios y sus manifestaciones. Los extraños han encontrado a un mutante, un humano, que, con todo y su alma puede sintonizar teniendo así lo mejor de ambos mundos y colocándolo en el diagnóstico de borderline entre lo individual y lo plural. ¿Lo que buscan? Esto es contestado por el otro Doctor Schreber, Dios busca perpetrar un almicidio, lo que conlleva un problema de definiciones. El alma como eterna no puede morir, entonces ¿en qué reside la noción de almicidio desarrollado por el doctor[3] Schreber?

En las memorias del Dr. Schreber se habla de los nervios de Dios, filamentos que se encuentran conectados en todo las cosas. Si bien es cierto que la función del Dios clásico es esta figura creadora del universo como única definición, lo que hace Dios después de la creación sigue siendo un misterio. Schreber sabe que se mantiene ocupado. Lo que lo ocupa es un experimento que pretende probar a las almas de los hombres. Los hace pasar por diversas etapas hasta que llegan a ser almas probadas y vuelve a la conjunción de todos los nervios, al divino nervio, no tanto divino verbo. El texto de Freud sobre el caso Schreber influyó de sobre manera en la concepción que se tiene sobre la génesis de la paranoia pero continúa sin darle importancia a algo que el propio padre del psicoanálisis menciona en un principio: consultar la obra original. En esto radica lo más importante del drama de Daniel Paul Schreber, sus memorias escritas. ¿Qué dice a propósito del almicidio?:

“Capítulo II
(¿Una crisis de los reinos de Dios? Almicidio)

En esta “construcción maravillosa” se ha producido en época reciente una fisura que está estrechamente ligada con mi desgracia personal. Sus conexiones profundas me es, en verdad, imposible exponerlas de modo plenamente comprensible para el entendimiento humano. Son acontecimientos oscuros, cuyo velo sólo puedo levantar en parte sobre la base de mis experiencias vividas personalmente, en tanto que de lo restante sólo puedo remitirme a vislumbres y conjeturas. A manera de introducción debo señalar al respecto que en la génesis de este proceso, cuyos orígenes se remontan muy atrás, tal vez hasta el siglo XVIII, desempeñan un papel fundamental, por una parte los nombres Fleching y de Schreber (probablemente no limitados a un individuo a un individuo de cada una de las respectivas familias) y, por otra, el concepto de almicidio. Para comenzar por esto ultimo, la idea de que es posible de alguna manera apoderarse del alma de otra persona para procurarse a costa suya una vida más larga o alguna otra ventaja que dure más allá de la muerte está ampliamente difundida en las leyendas y en la poesía de todos los pueblos.”[4]

El control absoluto sobre el alma, el alma al ser-vicio de alguien más. La figura del “alguien que posee lo mío que es lo más mío” o “lo que soy yo en mi más que mi mismo” es aquello que roba el secuestrador del capturado.

Los momentos de irrupción del delirio son importantes, los tiempos lógicos del inconsciente. ¿Qué sucedió en el siglo XVIII que trastocó el orden cósmico? ¿Dónde empezó la crisis en los reinos de Dios? ¿Tiene relación con lo que llama Wolfhart Pannenberg “la antropologización de las funciones de Dios”[5]? ¿Tiene relación a la denominada Revolución industrial y la Iluminación? En 1879 se crea por el profesor Wund el primer laboratorio de psicología, primer paso para la oficialización de la naciente ciencia. Mucho se dice acerca de la psicología y muchos encuentran sus orígenes en la filosofía antigua y moderna. La cosa cambia cuando se quiere incluir a la psicología como parte de la filosofía. La psicología no es lo mismo que filosofía, por más que el profesor Wund lo intentara. Cuando el concepto clásico de alma se pudo cuantificar y manipular, el orden cósmico se altero, justamente en Leipzig ciudad del presidente Schreber. Schreber como psiquiatra, como perseguido por la psiquiatría, como objeto de estudio de la psiquiatría. Schreber cambia de ser objeto de persecución de Dios y se convierte en objeto de estudio de la ciencia del alma. La misma justificación de su libro es una invitación a tomarlo como conejillo de indias, como rata de laboratorio. Invita a preguntarnos justamente por sus nerviosidad. Si algo resuena en el discurso religioso de Schreber en la vulgarización de Dios que pasa de Rayos divinos como los de Zeus y Odin a corrientes eléctricas modernas, a nervios excitados. Lo extraño de esto se evidencia en las imágenes de Dark City. Experimento, laberinto y ciencia; funcionamiento persecutorio destinado al goce del Otro.

Schreber da la mala nueva con respecto a lo que está pasando. Schreber lo dijo con todas sus letras, el perseguidor comete un almicidio. La ciencia como empezando a ocupar el lugar del Otro, un lugar que estaba reservado a Dios. Schreber escribe una experiencia religiosa al estudio de los científicos, en este sentido, Schreber era ya un hombre postmoderno como los intentos de cuantificar la divinidad de la virgen de Guadalupe o generar el rostro de Cristo por medio de las computadoras. Una figura interesante en el contexto de la paranoia es la del secuestro, mejor dicho, el aprisionamiento. En Dark City se menciona la abducción por extraterrestres que figura como una de las teorías paranoicas mas recurrentes en los países desarrollados donde la ciencia reina por sobre el área mística, a tal grado que se le atribuye un carácter de ciencia ficción a los relatos mitológicos clásico. El cogito ergo sum (pienso luego soy) trajo consigo un mundo donde Dios ya no era la medida de la existencia. El gran golpe al orden de Dios se dio en el siglo XVIII cuando Immanuel Kant mide a Dios por cualidades humana, ¿cuáles? Su razón, en el libro “Crítica de la razón pura”.

“Al convertir la subjetividad humana en una realidad autónoma y hacer de ella el fundamento de la conciencia experimental, Kant, quien por otra parte tanto se había preocupado de recalcar la distancia que separa a la razón humana de la absoluta autosuficiencia divina, estaba provocando que el yo humano ocupara de hecho el lugar hasta entonces reservado para Dios.”[6]

Aquí encontramos otro rasgo en común entre los delirios del paranoico y las historias de ciencia ficción[7]: la denuncia. Más que hablarnos de las maravillas de la tecnología, funcionan como visión anticipada de la relación con esa tecnología, responde a la pregunta freudiana en “La incomodidad de la Cultura”[8]: se muy bien qué me da esta nueva tecnología, pero ¿qué es lo que me quita? En este sentido, ¿Cuál es la tecnología denunciada en esta película? Las imágenes son claras: la ciencia de la psiquiatría. Laboratorios, alteración de la memoria, trabajo con cadáveres, precisión de reloj, búsqueda del alma, jeringas insertadas en la frente.

En Dark City es claro como los extraños, podríamos decir, este Dios extraño puesto que son una sola conciencia que se manifiesta en todo, busca algo del héroe. Busca quitarle su esencia y los hace a través de sus pensamientos, de sus memorias. Murdock se convierte en uno de ellos, es el único que puede enfrentarlos porque está, literalmente, a su altura; como lo demuestra la escena donde Murdock y el señor Libro luchan volando por encima de la ciudad cual si fueran personajes de mangas. El concepto de nervios se nos revela en otra dirección, en otro campo, el campo del doctor en derecho Schreber. Para la jurisprudencia nervio aprisiona como lo ejemplifica la enciclopedia Salvat:

Nervio: Léx. Género de prisión que usaban los antiguos, consistente en un cepo que sujetaba pies, manos y cuello del reo.[9]

Ya que estamos en terrenos de Daniel Paul como jurista, como juez, como representante de un órgano judicial, advirtamos otro cambio en el orden cósmico que se efectuó en el siglo XVIII como lo evidencia Michel Foucault en el subtítulo de su libro “Vigilar y castigar”: El nacimiento de la prisión. El concepto de prisión es muy nuevo, no es algo natural, sino el producto de un cambio con relación al orden de las cosas. La evidencia de Foucault se centra en una figura, la ortopedia. La corrección de lo mal nacido, el retiro de la libertad como forma de adaptación y la producción de la conciencia moral resulta ilustrativo si consideramos los fenómenos de paranoia que aparecen entre los internos de la prisiones. La diferencia entre ellos y los psicóticos es la relación con la ley; mientras que en los presos la ley se aplica en ellos ciegamente, en el loco la ley se aplica viendo de más. Sufren de una ley específica, una ley primaria. Por decirlo en otras palabras, el psicótico es el prototipo de una nueva ley.

En el caso de nuestro presidente Schreber, su vida estuvo marcada por el ser un pionero. Su padre, formo en sus hijos los prototipos sobre su nueva ciencia, la educación ortopédica. La tecnología aplicada a la educación vía la sujetación extrema del cuerpo.

El corrector de postura de Gottlieb (Gottlob) Moritz Schreber se basa en los preceptos de la ortopedia. El carácter de prototipo, the one, el elegido, el modelo, el ideal, el arquetipo, el de prueba, el experimental, el pionero, el paradigma, el espécimen, el especial, el sujeto no. 1, son figuras de los relatos de persecución. ¿Quién fue el primer prisionero?

Adelantemos cosas, mientras el neurótico se ocupa del antes y el después, aquí y allá, ahora y entonces, historia personal y prehistoria; el psicótico no se ubica en tiempo, lugar, ni persona puesto que se encuentra en el inicio, en siglo cero, en otro lugar no cifrado por la cadena simbólica. Se encuentra en su mundo, no en el mundo. Mientras que la histérica se ubica en su teatro privado, el psicótico se encuentra en su mundo privado, no del mundo, sino de él en el mundo. Mientras todos duermen, John Murdock se despierta, justamente en la hora cero.

Cerremos por ahora con otro significante que aporta una nueva dimensión a la historia. La escena más impactante de la película es cuando John rompe un muro donde se encuentra un póster de la playa Shell. Lo que encuentra para su sorpresa es “el borde del mundo”. La idea de salir de la realidad merece ser precisada por esta escena. Se sale de la realidad solo porque se advierte que la realidad es algo que se puede salir, que tiene adentro y afuera. Como si en el estadio del espejo lacaniano, el infante volteara a ver a la madre más que al espejismo producido por la superficie reflejante. Vemos en pantalla la parte del mundo, en lugar de ver el globo terráqueo en toda su perfección, vemos una especie de isla flotando en el espacio, la diferencia es que podemos ver “the whole picture”. Claramente, esta es una toma de Dios, no lo que efectivamente John Murdock esta viendo empíricamente. A menos que fuera Keith Rupert Murdoch.

[1] Las primeras traducciones decían “Memorias de un neurópata” o “neurótico”. Mas actuales traducciones precisan “gesta memorable de un gran enfermo de los nervios” o “hechos memorables de un enfermo de nervios”.
[2] Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia (Dementia paranoides) descrito autobiográficamente (1911 [1910]).
[3] Con motivo de su vinculación con la película y los objetos trabajados, en este artículo preferimos su título de doctor más que la forma popular en el mundo psi de llamarlo “Presidente”.
[4] Schreber, D.P. Memorias de un enfermo de nervios. Editorial sexto piso.
[5] Pannenberg, W. “Una historia de la filosofía desde la idea de Dios”
[6] Capítulo 8, Sub-capítulo 2 La antropologización de las funciones metafísicas de Dios en la Crítica de la razón pura. (página 216) Una historia de la filosofía desde la idea de Dios, Wolfhart Pannenberg, Ediciones Sígueme, Salamanca 2002 (original 1996).
[7] Conservamos esta expresión clásica del género en lugar de la más apropiada “ficción científica” (sciense fiction) pero hacemos el hincapié en la esencia de ficción más que en la ciencia. Género como forma del arte de abordar lo inabordable por la propia ciencia.
[8] Termino que nuestro parecer se acerca mejor a la idea desplegada en el título original en lugar de “El Malestar en la Cultura”.
[9] Enciclopedia Salvat Diccionario. 1976. Salvat Editores.


2 comentarios:

Donnie D. dijo...

Sé que esta es una entrada muy vieja, pero viendo la hora que es (5 y media am)no puedo irme sin darle un comentario a tan buen articulo.

Hector Mendoza dijo...

Muchísimas gracias!!