Impostores e imposturas sociales en el Estafador de Tinder y Desangrando a Silicon Valley
“El estafador de Tinder” (Netflix: 2022) y “The Inventor: Desangrando A Silicon Valley” (HBO. 2019)
El estafador de Tinder (2022)
Lo más interesante
de este documental es la exposición del impacto en las dos caras de la moneda:
lo privado y lo público. En lo privado, en la vida amorosa, la expresión y
explotación de la fantasía de la imperante ideología de género machista del
príncipe -¿Mirrey?- que coloca “la zapatilla a la plebeya” (la mugrosita,
la Cenicienta “la manchada de ceniza”) demostrándole que es la más especial
de todas las del reino, aunque ella no lo vea en ella misma (¡¿Cómo alguien que
podría salir con las mejores y está tan ocupado, tiene toda su atención en
mí?!). Dicha fantasía ideológica romántica busca taponear el enigma del real traumático,
pero potencialmente transformador, del amor (desde lo que no se tiene). Esta
fantasía de la ideología de género machista/neurótica muestra la otra cara de
la moneda, el príncipe entra en desgracia (el padre enfermo que nadie visita,
el novio violento -pero incomprendido- que todos empiezan a abandonar, el buen
viudo que le da miedo volver a amar, el joven multimillonario que por su infancia
no puede entregarse al amor y por eso solo lo busca con contratos
sadomasoquistas) y si la princesa lo ama "tendrá que sacrificarse para
salvarlo como prueba de amor". La violenta trampa narcisista de sacrificarse
por amor, que nunca termina bien.
Pero lo más
escandaloso es lo público que muestra el documental: Lo legal: no hay delito
que perseguir porque, aunque está probado que fueron engañadas, ellas dieron
voluntariamente el dinero; Lo bancario/hacendario: aún con deudas en varios
bancos -que conocen desde antes el caso- se puede autorizar hacer crecer -y eventualmente
seguir pagando- la deuda; Lo social-media: el lado oscuro de las citas online,
la primacía de la imagen y el lujo, el encuentro estilo casting, la inmediatez
de la relación y el fomento de la máxima ideológica/política de los influencers
"Fake it till you make it!!", herencia del neoliberalismo (explotando
en la crisis de 2008) y su espiritualidad de autoayuda englobada en el libro “El
secreto”; Lo ideológico: la reacción de muchos espectadores que siguen
reproduciendo la misma violencia hacia las mujeres argumentando que ellas se lo
buscaron ("ya ve! usted tiene la culpa!! para qué salió con celular, por
eso se lo roban!!). Tal vez, de lo único
que son “culpables” es el de ser “cómplices de su dominación” como dirá Bourdieu,
como todo sujeto interpelado por la ideología, pero que al cuestionar los ídolos
que sostienen la sagrada identidad ideológica pueden pasar de la “culpa” a la
responsabilidad y de ahí a la emancipación. El argumento de culpar a la víctima
seguramente el propio estafador lo sostiene para no sentir culpa y verse a si mismo
solo como un empresario exitoso de una red de conquistas y atención de mujeres
como en los esquemas multinivel o piramidal. La gran diferencia con el caso Anna
Delvey -retratado en la telenovela de Netflix “¿Quién es Anna?”- es que ella sí
cayo en la cárcel ya que el esquema utilizado fue el mismo con amigas, pero con
bancos directamente, una clara afrenta al mundo de los hombres poderosos.
The Inventor: Desangrando A
Silicon Valley (2019)
Lo que distingue al caso de Elizabeth Holmes, su
empresa Theranos y el invento revolucionario de los análisis de sangre el «nanotainer»
y el «Edison» es que expone más claramente este costado ideológico de la estafa
a niveles de ser estafas comunes en lugares como Silicon Valley. Resulta
interesante los tres héroes ideológicos de Holmes: Thomas Alva Edison (a quien
le debemos inspiradoras frases -según wikipedia- como «Lo que no se venda no
quiero inventarlo» o «Todo el mundo roba en la industria y el comercio. Yo
mismo he robado mucho. La cosa es saber robar»), Steve Jobs (quien parecido a
Edison sabía de que más que la innovación tecnológica lo importante era el
sueño que se vendía a los accionistas y la presentación al público) y Yoda (del
cual tomó como lema de vida para motivar a su padawans/empleados “Haz o no
hagas, no hay intentos”, la peor faceta del maestro Yoda, la del amo arrogante).
Otra cosa que distingue a
esta estafa saca sangre es que Holmes, a diferencia del príncipe/mirrey que encantaba
como personificación del cuento de hadas, encarnaba otro género de historia, la
de la película “inspiracional”. La forma como la describen sus “enamorados” defraudados
es “sincera, seria e idealista joven mujer”. ¿Por qué fue tan fácil engañarse desde
el idealismo?
Lo mejor del documental
está en lo explicado por el profesor de psicología del comportamiento económico
Dan Ariely, cuyos títulos de sus interesantes y entretenidos libros parecen de
psicoanálisis: “Las trampas del deseo”, “las ventajas del deseo” y “¿Por qué
mentimos… en especial a nosotros mismos?”. En el documental comenta:
“Tenemos que entender que
todo esto se trata de querer que el mundo sea de cierto modo y en esencia
racionalizar nuestras acciones para intentar hacerlo real. Tienes que querer
una cierta cosa y luego ser capaz de “doblar” la realidad o racionalizar las
cosas para que puedas hacer eso. Pero la otra cosa es qué hay de razones para
bien. Les contaré de un estudio que hicimos. El experimento funcionaba así: Les
dimos un dado, un dado de seis lados y dijimos: “¿Por qué no tiras el dado? Y
te pagaremos lo que salga”. Si sale 6, 6 dólares, 5, 5 dólares y así hasta el
uno. Pero te pagaremos en base al lado de arriba o de abajo. “Arriba o abajo,
tú decides. Pero no nos digas. Tiras el dado. No me digas. Piensa arriba o
abajo, ¿lo tienes? Tira el dado”. Digamos que el dado sale con cinco abajo y
dos arriba. “¿Qué elegiste?” … En nuestro experimento tiran el dado 20 veces y
descubrimos que tiene mucha suerte. ¿No? Y la suerte tiene esta cualidad de enfocarse
en el seis… tiene extra suerte en el 6 a 1, no mucha en el 3 a 4… Luego hacemos
el mismo experimento, pero con un detector de mentiras… ¿Funciona? Sí. Si puede
detectar mentiras. No todo el tiempo, pero puede. En otra versión del experimento
hacemos la misma cosa, pero la gente escoge una caridad. Y todo el dinero que
logren hacer hoy va a la caridad. Por una buena causa. ¿Qué creen que pasó?
¿Mintieron más o menos? Mintieron más. Y el detector (de mentiras) dejó de
funcionar. ¿Por qué? Porque ¿qué detecta el detector de mentiras? Lo que
detecta es tensión. “Quiero más dinero, pero creo que está mal”. Pero ahora no
está mal. ¿Por qué te preocupas? Si es para una buena causa aún puedes pensar
que eres una buena persona. Y así es cómo comienza y luego se vuelve una ladera
resbalosa.”
Este tipo de experimentos debe recordarnos a los
psicoanalistas el por qué en la obra de Freud y Lacan cuando se citan a
personajes del mundo psi por lo general son más de la psicología experimental
como comenta Lucchelli. Tal vez el punto de diferencia está en la teoría que se
utiliza para analizar los hallazgos ya que los cognitivos, del comportamiento,
experimentales y humanistas por lo general se basan en teorías ya sea de corte Biologicista/Evolucionista
o Moral/Místico/Espiritual, es decir, del principio del Placer. Nuestra aportación
sería una teoría que considera el Más allá del Principio de Placer, el deseo y
el placer que viene de las miradas del engaño y la pulsión y la angustia de
aquellos que yerran al no ser engañados.
El profesor Ariely conoció a Holmes porque ella
misma le pidió ir a Theranos para que le dijera como motivar a sus empleados ya
que les afectaba las noticias sobre fraude de la compañía. Ariely comenta: “Mi
impresión fue que realmente creía en la misión de la empresa. Y también creía
que estaban en camino de encontrar algo nuevo y que solo necesitaban la
pasarela, la pista de despegue. Hay muchas mentiras en Silicon Valley. Cuando
fui a dar conferencias por mi libro sobre la deshonestidad, muchos
emprendedores me decían “estamos en la tecnología, ella no miente… somos honestos,
no hay oportunidades de mentir por la tecnología”. Y no dije nada, pero en 2
minutos estos emprendedores hablaron sobre cómo les mienten a los inversionistas.
Y tienen gráficos de crecimiento donde predicen el futuro y están poniendo
número exactos de un lugar tan lejano que saben que no saben si podrán
alcanzarlo. Mi percepción con Elizabeth fue que sentía que básicamente estaba
haciendo lo mismo que todos los demás.”
En lo anterior está la gran lección de estos dos
documentales de “estafas maestras” y de cómo los estafadores saben leer a sus potenciales
víctimas, saben leer el signo de los tiempos, los valores de la ideología
imperante, las mentiras del lenguaje ficticio de la sociedad en curso. En este
sentido si son unos idealistas ya que engañan diciendo la verdad (de nuestros
tiempos), el problema es que a esa verdad le asignan un precio, “¿Cuánto está
dispuesto a pagar/invertir en tu sueño?”, lo que hace que el amor se convierta
en explotación y el deseo en pulsión. Desarrollaremos este punto en nuestra próxima
entrega sobre la soberbia “El callejón de las almas perdidas” del genial Guillermo
del Toro.
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