Las faces Ideológicas
de Batman y su Guasón
El blockbuster como indicador preciso de la ideología
La imagen de inicio de este post es el catalizador de estas líneas ya que al verlo nos llamó la atención como un personaje de ficción en sus diferentes tratamientos dice algo de la época en que fue producido. En la serie documental de la BBC
llamada “Superheroes: A Never-Ending Battle” (2013), al abordar durante tres
episodios el nacimiento y desarrollo de los superhéroes de los comics a su
llegada a otros medios como el cine, se registra la importancia de los
personajes de comics como reflejo de la época y su sociedad. Desde su
nacimiento en 1938 en los años posteriores a la Gran Depresión con Superman,
pasando por el Capitán América en plena segunda guerra mundial y los X-Men como
hijos de la preocupación de la guerra nuclear, los personajes y el tratamiento
de ellos, sus diversas caras, su un reflejo de interés sobre lo que después
podemos vislumbrar como el momento histórico. Apoyados en lo anterior,
concordamos con la cita de Zizek al considerar a “los éxitos de Hollywood”,
actualmente dominados por el género de superhéroes de comic, “son indicadores precisos de los predicamentos
ideológicos de nuestras sociedades.”
Proponemos el siguiente cuadro donde, además de los diversos rostros y denominaciones del Guasón, incluimos las presentaciones de Batman, siendo el mito del héroe el que mejor encarna la ideología a través del problemática del sujeto con la ley. (Lo anterior lo hemos desarrollado en otro post http://hectormendoza.blogspot.mx/2009/10/batman-el-caballero-de-la-noche.html )
Comencemos con El Guasón y Batman de 1966, A decir verdad, cuando se recuerda la serie Batman (1966-1968), no solo el Guasón de Cesar Romero merece el título de Payaso (Clown) sino toda la producción al presentar un Batman de colores chillantes, las onomatopeyas llenando la pantalla y sobre todo la corrección política y sus buenas costumbres. Así, si el Guasón es un Payaso de circo, Batman es la personificación del buen ciudadano acartonado, de ahí que cuando baila el bati-twist se vea tan grotesco como una señora recatada queriendo bailar como la chaviza. Recordamos una escena, que se presenta en el documental antes citado, donde Batman y Robin estacionan el Batimovil en un parquímetro. Robin se retira del auto y Batman lo detiene ya que está depositando monedas en el parquímetro. Robin lo cuestiona ya que “ningún policía multará al batimovil” a lo que Batman replica en su tono pontificador “nosotros debemos hacer nuestra parte”. ¡Santo civismo Batman! De esta forma, lo caricaturesco del Guasón es el reflejo de lo bien portado de Batman que no solo tiene a Robin para reflexionar sobre el buen comportamiento sino que el propio Comisionado Gordon –que nunca se reúnen clandestinamente en la azotea sino cómodamente en su oficina- está de forma remachado en el Jefe OHara teniendo a Gordon como Jefe burócrata y OHara como Policía subalterno.
Comencemos con El Guasón y Batman de 1966, A decir verdad, cuando se recuerda la serie Batman (1966-1968), no solo el Guasón de Cesar Romero merece el título de Payaso (Clown) sino toda la producción al presentar un Batman de colores chillantes, las onomatopeyas llenando la pantalla y sobre todo la corrección política y sus buenas costumbres. Así, si el Guasón es un Payaso de circo, Batman es la personificación del buen ciudadano acartonado, de ahí que cuando baila el bati-twist se vea tan grotesco como una señora recatada queriendo bailar como la chaviza. Recordamos una escena, que se presenta en el documental antes citado, donde Batman y Robin estacionan el Batimovil en un parquímetro. Robin se retira del auto y Batman lo detiene ya que está depositando monedas en el parquímetro. Robin lo cuestiona ya que “ningún policía multará al batimovil” a lo que Batman replica en su tono pontificador “nosotros debemos hacer nuestra parte”. ¡Santo civismo Batman! De esta forma, lo caricaturesco del Guasón es el reflejo de lo bien portado de Batman que no solo tiene a Robin para reflexionar sobre el buen comportamiento sino que el propio Comisionado Gordon –que nunca se reúnen clandestinamente en la azotea sino cómodamente en su oficina- está de forma remachado en el Jefe OHara teniendo a Gordon como Jefe burócrata y OHara como Policía subalterno.
El Guasón de “Batman” de Tim
Burton (1989) es un Gánster que previo a su encuentro con Batman y
transformación en el criminal de la piel blanca ya es un criminal peligroso al
ser el brazo armado de un jefe de la mafia en ciudad Gótica –lo que en nuestros
referentes actuales sería un lugarteniente o sicario mayor de un cartel. Es
reflejo de un Batman atormentado y lúgubre, más cercano al comic de la época
que a la serie de los 60´s. Considerando al director Tim Burton, encontramos la
dicotomía cromática que venía explorando desde su trabajo en Disney en el corto
“Vincent” pero más claramente en los mundos que conforman el universo de su
siguiente película “Edward Scissorhands” (1990), donde el personaje de Edward
viven en un castillo (como si fuera la mansión Wayne) alejado del mundo de los
suburbios donde predominan los colores pasteles. En ese sentido, Batman no es
un rebelde sin causa -¿tampoco un
desesperado?- sino un outsider freak, un punk gótico que denuncia con su presencia
la broma del pop pero que sabe que no puede vivir si ella. Así es la paradoja
de este Batman con la Ley, por un lado parece completamente distante (no hay
amistad con el comisionado Gordon, no hay tutela de pupilo Robin) pero si hay
el romance en las forma de la estilización de la ropa y los gadgets. Aunque es
un outsider y vive en lo undergroud, en su repliegue gótico, no busca la
transformación de lo mundo en el que vive, podríamos decir que en su reclusión
da por válido la sociedad en la que se muestra de vez en cuando revelándose los
80’s y 90’s como el acuerdo tácito del triunfo del capitalismo neoliberal.
Batman: el Caballero de la Noche
(2008) de Nolan, presenta un tratamiento más político en la figura del Guasón y
por ende de Batman. Mientras que el Guasón de Ledger se le denomina el
Anarquista o agente del Caos en el mismo filme, el Batman es uno que intenta
reestablecer el orden de la Ley en Ciudad Gótica impulsando al fiscal Harvey
Dent posteriormente Dos caras quien, en su presencia, hace evidente la verdadera paradoja que enfrenta
Batman con respecto a la Ley que denominamos liberal. Por un lado está la
protección de lo puro e inmaculado de lo políticamente correcto como sostén de
la ley (el sacrificio de Batman en franco contubernio con el representante de
la ley oficial, el Comisionado Gordon) resultando en el ocultamiento de su
rostro desfigurado de la venganza identificatoria (Dent asesinado policías que
secuestraron a Rachel, la prometida e interés amoroso de Batman). Consideramos
concentrarnos en Batman ya que el Guasón, como enemigo-síntoma, es el efecto de
la ética paradójica de la función épica del Héroe. Lo interesante es que para todo
un sector de aficionados de la cinta, las frases de este Guasón se vuelven la
verdadera ética de la actualidad, el agente del caos como nuevo pastor moral, lo
que consideramos es la prueba de su función como reflejo superyóico del ciudadano
neurótico de la actualidad, ambas caras de la misma moneda.
Por último llegamos a la versión
más reciente que presenta el Meme. Lo interesante es que ya denomina de una
forma a un personaje que aún no se estrena la cinta donde aparece y que solo
conocemos por imágenes de los avances. Sin embargo, nos atenemos a lo que la
imagen despliega y sobre todo sostenemos lo siguiente al desenmascarar lo
obvio que espero ya sospeche el amable lector que ha llegado hasta este lugar
de nuestras líneas, no nos importa tanto la figura fascinante del Guasón sino
la del héroe, Batman, como el verdadero representante ideológico de conflicto
del ciudadano con la ley social.
La imagen del nuevo Guasón se
distingue de las otras versiones empezando por la vestimenta y el cuerpo que
construye. Resalta su versión sin camisa que descubre una serie de tatuajes
como de sicario mexicano –con todo y lágrima asesina-, la piel pálida anoréxica
más que de maquillaje y los labios rojos que enmarcan una dentadura de metal. Además
resalta, en las pocas escenas que se conocen, el carácter más sádico y
torturador, aunque también, a nuestro parecer, es el Guasón más fashion que se conoce. Ya no es el
estrafalario payaso, grotesco, estrafalario o sucio de las otras versiones sino
el que parece super-modelo de tendencia digno de Instagram.
Ante este enemigo que denominan en
el Meme “El Psicópata”, contraponemos al Batman de “Batman V Superman: El
origen de la Justicia” (2016). Proponemos para esta versión del personaje
creado en 1939 por Bob Kane y Bill Finger el título de “El Agotado” (The
Burned-Out). De inicio nos basamos en lo mencionado, en tono de broma y en
serio, por parte de Ben Affleck con respecto a la visión del director con
respecto a este nuevo Batman, siendo uno ya viejo, con más de 20 años de luchar
contra el crimen, y que actualmente está agotado, desgastado, burnout.
Estamos de acuerdo con colgarle
el sambenito de Burned-out ya que
esta en relación al de Psicópata Guasón, pero usándolo más allá de los
diagnósticos psi sino como significantes de nuestra ideología actual. Si hay
algo Psi en esto es la parte ideológica de pensar la política de nuestro tiempo en términos de los expertos psi. En
esas condiciones tanto Batman como el Guasón son con una distancia
completamente desilusionada de la ley. El Batman del 2016 es uno que todo el
tiempo está molesto, cansado, buscando acciones para el des-estrés como tomar
en exceso o acostarse con chicas sin un ápice de erotismo o placer. En ese
camino es un Batman que pelea muy bien pero excesivamente agresivo, de ahí que simultáneamente
sea el Batman más torpe (en términos del gran Detective) de todas sus
presentaciones, prueba de ello es la chafa trampa en la que cae para luchar
contra Superman.
Este Batman además de ser el del
Cross-fit y que el que mejor pelea en pantalla, también es aquel que ya no cree
en la ley, de tal forma que marca la piel de los criminales y los ataca aventándoles
autos y apuñala sin piedad. Es un Batman desilusionado y cansado, afectado por
la pérdida de Robin, que en nuestro mundo comiquero equivale a la muerte de la
inocencia y el fracaso en los ideales de paternidad y ley de Batman si lo
comparamos de nuevo con el Batman de West que es paternal y bien portado como
ejemplo para los niños. Es un Batman agotado, un ideal ético agotado, digno de
la sociedad del rendimiento, del cansancio.
Mucho se ha criticado la película
de Zack Snyder sobre algunas torpezas de la trama siendo la cereza en el pastel
la resolución del enfrentamiento Batman/Superman, de enemigos a muerte a
super-amigos porque las mamás se llaman igual. Para nosotros, el reclamo a
Snyder es la tibieza de su propuesta que tiene ideas interesantes pero que
llegan hasta sus últimas consecuencias. Por ejemplo, la propuesta de basarse en
Batman: The Dark Knight Returns (1986) de Frank Miller es por demás interesante
en especial el enfrentamiento entre los dos superhéroes; sin embargo termina de
forma torpe la confrontación, no porque faltara la celebré frase ("Quiero
que me recuerdes... en todos los años por venir... en tus momentos más
íntimos... ...como el único hombre que te derrotó") sino porque las
razones del enfrentamiento de inicio son torpes careciendo de lo más
interesante de la propuesta de Miller con un Batman que ante el caos social ha
decidido crear un autogobierno en ciudad Gótica al más puro estilo del EZLN en
Chiapas y buscando el gobierno destruirlo –ya que dicha medida demuestra su
impotencia de gobernabilidad y legitimidad por corrupción- manda a Superman
como agente del estado al haber firmado un acuerdo. Miller, en los 80´s hace
una crítica al gobierno de Reagan y el naciente neoliberalismo. Snyder pudo
haber realizado una crítica actual (como lo hizo en Watchmen y 300) al
justificar de otra manera el enfrentamiento.
Confieso que desde los avances de
la cinta me hice una versión propia que resultara el conflicto después de que
Superman fuera al Congreso para estar frente a la ley y tomar un lugar frente al gobierno. ¿No estaríamos así frente a nuestros debates actuales sobre
legitimidad, derechos y gobierno en la figura de los superhéroes? Así Superman
estaría frente al dilema ético de ser un inmigrante que decide seguir lo que
los gobiernos le imponen (¿and the
amercian way? Ya que no estamos en 1938) o ser un ciudadano que desobedece
civilmente ante la injusticia o impotencia de los gobernantes. Por su parte
Batman no solo estaría agotado y cansado sino se enfrentaría al dilema de ser
de nuevo un justiciero que debe reconocer el romanticismo de sus acciones para
ser éticas o ser el vigilante que para sostener su postura debe ser igual de
violento que sus adversarios llegando a justificar incluso la tortura, es
decir, nuestros debates actuales.
En este sentido, parece que “Capitán
Estados Unidos: Guerra Civil” (Captain America: Civil War, 2016) toca un poco
de esta paradoja cuando se les impone un control gubernamental para sus
acciones a los Vengadores (al más puro estilo de lo que les sucedió a las
autodefensas de Michoacán que terminaron convirtiéndose en policías rurales
para beneplácito del gobierno de EPN y terminando, según se dice, en un nuevo
cártel ahora con charola y con los líderes autodefensas tratados de criminales).
Resulta interesante que en la premisa de lucha entre los Vengadores la ley
aparezca en la figura del Secretario de Estado aunque la forma como termina
diluye la tensión pareciendo que es el problema solo del general Ross
(perseguidor por excelencia de Hulk) y luchando Roger y Stark por razones
dignas de telenovela de Televisa.
A nuestro parecer, en época
reciente, donde de manera más adulta se analiza la paradoja del héroe con la
ley y sus efectos en la postmodernidad es, también paradójicamente, la más
familiar de las propuestas. Nos referimos a la película animada “Los
Increíbles” (2004) de Pixar del guionista y director Brad Bird.
En un ingenioso prólogo, vemos distintos
superhéroes en sus días de gloria luchando contra el crimen. Nuestro héroe, Mr.
Increíble termina demandado legalmente por diversas personas que rescató, en
especial una que iba a suicidarse y es salvado en el aire. Este hecho de
considerar ilegal, violatorio de los derechos humanos, la acción ética del Mr.
Increíble hace que se prohíban por decreto los superhéroes. En ese mundo
post-superhéroes es donde se desarrolla la historia desde una perspectiva
familiar.
Los Increíbles comienza con papá
Bob, en otra época el gran superhéroe Mr. Increíble, quien ahora trabaja
aburrido en una aseguradora. Está frustrado ya que, aunque intenta ayudar a las
personas, a la empresa solo le importan las ganancias. Por otro lado tenemos a
la mamá Helen quien batalla para arreglar la casa y habla con sus hijos por
diversos problemas que tienen en la adaptación en su nuevo hogar. Primero
conocemos al niño Dash que casi es atrapado en la escuela por poner chinches en
el asiento del profesor. Al regaño de mamá, solo responde que quiere que lo
dejen hacer deportes, pero mamá dice que no, ya que es presumido y solo
descubrirían su supervelocidad. Por otro lado, está la hija Violeta que es
tímida en la escuela y oculta su poder de invisibilidad; pelea con mamá ya que
quiere ser normal pero sabe que no puede hacer nada al respecto. La tensión
familiar se hace mayor al existir oposición entre mostrar sus poderes o ser normal,
tanto entre los niños como entre los padres. Mientras mamá quiere mantener en
orden a la familia adaptándose como personas normales, papá añora sus días de
gloria de combatir el crimen y ser reconocido por el mundo.
La propuesta de los realizadores es
que los superpoderes “reflejan la personalidad” de cada personaje. Así, nos
permitimos jugar con las reflexiones sobre estas bellas metáforas que
identificamos como interesantes caricaturas
del malestar familiar donde el Super-poder bien constituye una forma de
relacionarse con el síntoma.
Empecemos con Papá que “odia su trabajo” y está frustrado. Los
poderes de fuerza y resistencia sobrehumanas siguen el sendero de la renuncia a
las glorias pasadas y simplemente aguanta, cual Pipila, la pesada carga
mientras tiene escapes nocturnos para sentirse importante. Este papá oscila
entre la potencia y la impotencia, entre el estrés y el des-estrés que lo lleva
a quejarse como un niño más con mamá que no “lo deja salir a jugar”. Resaltamos
el hecho que busque revivir la gloria pasada reflejando de alguna manera la
añoranza postmoderna a los “viejos buenos tiempos” donde papá era amo y señor.
Papá parece, en su sometimiento por el jefe burocrático y frustración por la
impotencia, busca revivir a escondidas de mamá las viejas glorias, o
simplemente recluirse en su estudio y apartarse de los asuntos familiares. Nos
llama la atención la figura del superhéroes como papá frustrado, incluso
triste, ya que nos recuerda a esa otra gran película sobre superhéroes que es
“El protegido” (Unbreakable, 2000. Dir. M. Night Shyamalan). Además de ser un
lugar recurrente en medios de comunicación la figura de papá como superhéroe
del hijo, en los comics de súpers la figura del padre es esencial, siendo el
representante tradicional de Ley, el camino del héroe es la relación del hombre
con la Ley. Los Increíbles y El protegido de alguna manera reflexionan sobre la
impotencia del padre en tiempos actuales.
Por su parte Mamá Helen se
“estira en todas direcciones” tomando el papel de contención en un esfuerzo
angustiante para salvar a su familia y mantener a todos en la línea de la
normalidad. Mamá se vuelve la voz de la razón, el problema es que parece no
terminar de unir y enlazar a todos terminando en enredo y amarre. Resulta interesante
el cambio en las madres de las familias en series y caricaturas como las que
terminan transformándose en madres de todos, preocupadas todo el tiempo de buen
funcionamiento de la familia casi como auditoras del sistema de calidad
familiar. De forma cansada, Helen se la pasa regañando a todos en casa. Nos
llama la atención este punto ya que en fechas recientes, sobre todo el día de
las madres, se habla de la titánica labor de las mamás. En tiempos del agobio
de la eficacia y calidad sería acuñar un término que siga el sendero de
Winnicott y hable de la necesidad de la madre de ser “suficientemente mala”.
En Dash resulta interesante que
el contexto de su malestar sea en la escuela y más específico, burlándose del
maestro. Ese niño Ritalin como lo llaman, no solo es hiper-activo sino que su
“déficit” de atención es con respecto a la autoridad vigilante del maestro.
Cuando escuchamos al veloz diablillo sabemos que él también está frustrado por
no mostrar su potencial llegando a responder a su madre cuando le recuerda que
todos somos especiales, un reflexivo “eso quiere decir que nadie es especial”.
En la niña mayor, Violeta (clara
referencia a los rayos ultra violeta o color ultravioleta que es invisible al
ojo humano) es “la adolescente preocupada por su cuerpo”, que reclama a su
madre la insistencia en ser normales. De cierta forma, el problema adolescente
actual es “cómo dejarse ver” siendo el cuerpo aquello que se porta para
provocar la mirada. La clínica con los adolescentes nos dejar ver constantemente
como, a pesar y en ocasión en ausencia de, los cambios de la hormonales
pubertad, el drama adolescente se sitúa en un cambio en el lugar de la mirada
como se presenta en el ciber-bullying, las autolesiones, el sexting o diversos
fenómenos del mundo de las redes sociales de la Red. El look Emo de Violeta,
incluso la predilección de los colores purpura y negro (recordemos que a la luz
ultravioleta se le conoce en el mundo forense como “la luz negra”) y en
especial el cabello que oculta parcialmente el rostro generando un verdadero
campo de fuerza nos invita a pensar cómo existe la presión de verse bien bajo
unos estándares confusos, ya no de una moral social sino de una angustia
paterna. (¿Por qué no eres una niña normal? ¿En qué te he fallado? ¿Qué te ha
faltado?).
Finalmente, el bebé Jack-Jack no
solo es un mar de posibilidades sino que cuando sabemos sus poderes primero es
como monstruos como si fuera Alien o Godzilla ya que solo escuchamos que se
refieren a él , cuando ya lo vemos en acción se transforma en diversos
materiales, lanza rayos o se convierte en un demonio que ataca sin piedad. De
alguna forma nuestros bebés son unos pequeños diablillos reflejo de la angustia
de los padres que intentan ser de calidad en la era del rendimiento.
De la política social a la
política familiar, de lo social del síntoma al síntoma social, los cambios
ideológicos nos muestran la fábrica de los síntomas y su resolución. Lo interesante
de los Increíbles es hacer del síntoma la forma de super-poder generando una
solución al malestar. Se vuelve a creer en lo Increíble. Los Increíbles
solucionan el conflicto con dos recursos éticos, la formación del grupo Los
Increíbles y la aparición de la ética de convivencia por encima de la
competencia del rendimiento (Dash para competir le sugieren llegar en segundo
lugar, “lo importante no es ganar sino saber competir” como casi blasfemia del
capitalismo neoliberal).
Por último, terminaremos con lo
que nos agradó de Batman V Superman: su final. A diferencia de “Captain America:
Civil War” donde no muere nadie importante como la prueba de que el conflicto
entre héroe tiene consecuencias, en Batman V Superman, posterior a que aparecen
los “superamiguis” y sueltan al “mostro” Doomsday, se reproduce la muerte de
Superman. Snyder sigue con sus referencias de Dioses y Hombres, además de las
referencias a Cristo en la figura de Superman. (imaginamos que en su contraparte en Marvel pudo, como en los comics, morir el Captain America revelándose como el más subversivo personaje por su sobreidentificación con la Ley, esto lo desarrollamos en http://hectormendoza.blogspot.mx/2012/06/los-vengadores-la-subversiva.html ). A pesar de no explorar de forma
tibia el tema (la radical diferencia/alien de Superman con respecto al resto
del mundo) tiene un acierto en la muerte de Superman lo cual trae como
consecuencia “el origen de la justicia” con un Batman y una Mujer Maravilla que
deciden agrupar lo que será la Liga de la Justicia. Sin embargo, el verdadero
origen de la Justicia es en el personaje de Batman. De alguna manera, la muerte
de Superman revive la ilusión del héroe, Batman vuelve a creer (vía, “¡claro!”,
de la culpa) en la Justicia. El sacrificio de Superman en ese sentido si es
similar a la mitología del mártir del Calvario. La muerte de Cristo, hombre y
dios en sí mismo, es la muerte de la adjudicación de la ley en un solo cuerpo
lo que hace que se parta, se divida en su interior trayendo consigo la
revolución entre los hermanos en la causa más allá de las instituciones
oficiales aunque ya sabemos que la ironía final fue la inclusión de la
revolución en la ideología del Imperio (apostólica y Romana) como la dictadura
perfecta del partido mexicano que es simultáneamente Revolucionario e
Institucional.
Estas historias de superhéroes
tienen, como todo arte popular, el potencial subversivo justamente al ser la
expresión más clara de la ideología dominante aún en tiempos de aparente no
creencia en ideologías.
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