“Looper: Asesino del Futuro” o El futuro del Sicario
Paradojas Temporales
En la tradición de la ficción
científica (science fiction) una de
las vertientes, más del costado de la fábula que del científico, es cuando la
anécdota del relato implica el viaje en el tiempo. Desde la seminal “La máquina
del tiempo” o el posterior “El sonido del trueno”, la paradoja temporal que abre el viaje en el tiempo siempre es un
buen medio para la reflexión de la relación entre la causa y el efecto. No solo
la posición moralista estilo “toda acción tiene sus consecuencias” sino a nivel
más ético estructural muchos relatos, al poner en vecindad y continuidad
presente-futuro o pasado-presente, vemos construir una reflexión en torno a
un objeto determinado, tal como si el ejercicio de la prevención creara un
objeto aún más monstruoso, o develara la inevitabilidad no visible del objeto
cautivante.
Un ejemplo de lo anterior, además
de los clásicos ya mencionados, es el primer episodio de la segunda temporada
de la versión de los ochentas de la “Dimensión desconocida” (The Twilight Zone, 1986) que lleva por
título “El único y futuro rey” (The Once
and Future King). http://www.youtube.com/watch?v=W_Uv0iGzMB8
Es la historia de Gary Pitkin, un imitador de Elvis Presley que recibe la
oportunidad de tener un show en las Vegas pero duda ante ésta ya que considera
que ahí se pervirtió la esencia de Elvis cuando cambió del rock and roll a las
baladas románticas. Su manager le cuenta una historia cuando jovencita conoció
a Elvis en las Vegas y le confesó que él no era el rey, sino que hubo alguien
antes que él para finalmente regalarle una bufanda. Manejando por una carretera
nuestro protagonista sufre un accidente y vuelca el auto. Al despertar pide
aventón a una camioneta que sorpresivamente va conducida por el mismo Elvis
Presley. Gary se encuentra en los años 50 justo antes de que Elvis grabara su
primer sencillo que lo catapultará a la fama. Elvis lo ve como una señal
mágica, sintió que se trataba de su hermano gemelo nacido muerto. El momento
decisivo viene cuando Gary intenta ayudar a Elvis a lograr ese disco solo para
encontrase que Elvis quiere cantar baladas románticas. Gary le pregunta por el
Rock And Roll tocándole “That’s all right
mama”, canción que le parece repulsiva y vulgar a un Elvis quien ahora cree
que Gary realmente es el demonio tentándolo. Al hacerse de golpes, Gary asesina
accidentalmente a Elvis. Ante esta tragedia, Gary toma la decisión de hacerse
pasar por Elvis y realizar toda su carrera como recordaba que el mismo Elvis la
había hecho. Nuestra historia termina en una habitación de las Vegas, cuando
Gary, habiendo vivido más tiempo como Elvis que como Gary, le confiesa todo a
una jovencita explicándole que ha terminado cantando veladas porque sabe que
eso le hubiera gustado a Elvis.
Finalmente le regala una bufanda.
Lo bello e interesante de un
relato fantástico como el anterior es la paradoja temporal que altera la
causalidad de un objeto. ¿Gary fue desde siempre ese Elvis? Es decir, ¿Era
admirador de un ídolo que él mismo fue? ¿Dónde queda Elvis? El ídolo se
convierte en algo que es construido desde la idea mítica del ideal, de tal
forma, esta fantasía es verdadera en su ficción. De alguna manera, ¿no fue eso
lo que sucedió con el verdadero Elvis donde terminó siendo un imitador del “rey
del rock and roll”? En este viaje al pasado, nuestro héroe enfrenta aquel
objeto que lo constituyó en un pasado presente. ¿Y qué pasa si la historia es
que héroe enfrente a su propio futuro?
El ciclo del Sicario
La película “Looper: asesino del
futuro” (Looper, 2012), escrita y dirigida por Rian Johnson y estelarizada por
Joseph Gordon-Levitt, Bruce Willis y Emily Blunt, nos ubica Kansas del año 2044
donde nuestro protagonista Joe es un joven sicario de una organización
delictiva. En voz en off nos describe
así su mundo:
“El viaje en el tiempo todavía no se ha inventado, pero dentro de 30 años
existirán. Inmediatamente se les considerará ilegales y solo serán usados en
secreto por los grupos criminales más fuertes. Es casi imposible deshacerse de
un cuerpo en el futuro, a menos que se utilicen ciertas técnicas. Así que
cuando estos grupos criminales del futuro necesitan deshacerse de alguien, usan
asesinos especializados en nuestro presente llamados “loopers”. Así que, mis
patrones en el futuro atrapan al objetivo y me lo envían a mí, su looper.
Aparece con las manos atadas y la cabeza cubierta y hago lo necesario. Después,
cobro mi plata. Así que el objetivo desaparece del futuro y me deshago de un
cuerpo que técnicamente no existe. Un trabajo limpio.”
Cuando se habla del aspecto
científico que se presentan en las películas de science fiction, me parece que se tendría que considerar más que
solo las que se relacionan a gadgets tecnológicos y así incluir el análisis de
ese gran dispositivo llamado sociedad y –como dirían Althusser- los aparatos
ideológicos del Estado; siendo así la sociología, antropología y la filosofía
otras de esas ciencias a tomar en cuenta en el análisis. Como todo buen
fanático de estas historias el costado de análisis social siempre es el fondo
donde escriben estas ficciones y vía el recurso fantástico la mirada crítica a
la sociedad y sus redes amistosas, amorosas, laborales, etcétera, impacta y
transforma.
¿Qué mundo nos muestra Looper? Un
futuro de desesperanza. Desde la violencia entre los ciudadanos como la gran
cantidad de indigentes y pobres rondando en las calles hasta la presencia
fantástica de mutaciones que permite que el “10% de la población sea telequinética” -lo cual al inicio daba esperanza a la
humanidad para terminar en descubrir que solo pueden mover levemente monedas en
la palma de la mano- resaltando el clima de desesperanza patética. Así Looper presenta
un escenario de futuro-presente de las grandes ciudades postmodernas donde la
máxima expresión de la desigualdad está encarnada en estos jóvenes que rechazan
un pasado de privaciones trabajando con el crimen organizado rodeándose de
lujos superfluos, prostitutas y drogas mientras continúan apáticos al mundo. Sin
embargo, la particularidad fantástica de esta anécdota resalta otro aspecto más
interesante. Joe nos precisa:
“Hay una razón por la que nos llaman loopers. Cuando aceptamos este
trabajo de matar a la basura del futuro, también aceptamos una cláusula muy
específica. En el futuro, viajar en el tiempo es tan ilegal que cuando nuestros
jefes quieren cerrar nuestros contratos también quieren borrar cualquier rastro
de la existencia de su relación con nosotros. Así que se seguimos vivos dentro
de 30 años encontrarán a nuestro yo viejo, lo enviarán al pasado con nosotros
para que lo matemos como cualquier otro trabajo. A esto se le llama cerrar el
ciclo (loop). Ahora te dan un pago dorado, un apretón de manos y te liberan de
tu contrato. Y disfruta los próximos 30 años. Este empleo no les atrae a las
personas interesadas en el futuro.”
Looper presenta con claridad una
triste condición de los jóvenes sicarios, no solo su desprecio por los orígenes
sino el “olvido” por el futuro. Tal como lo retratan relatos verdaderos o
novelados como “La virgen de los sicarios” o “Confesiones de un sicario”, la
decisión hecha por los jóvenes armados de los cárteles criminales es la
renuncia al futuro al saber que solo existen dos opciones: la cárcel o la morgue.
Joe y sus amigos corren a todo ritmo esa vida de “trabajos”, lujos y pequeñas
interacciones sociales (las ocasionales conversaciones con la mesera,
sincerarse y compartir miedos y preocupaciones con una prostituta) teniendo
como único sostén la red familiar/mafiosa entre los compañeros del mismo
“cártel”.
Cuando el amigo de Joe llamado Seth, es perseguido por “dejar su
ciclo abierto” al no asesinar a su yo del futuro, Joe lo esconde por lo que es
llevado con su jefe quien le dice:
“Mi tatarabuelo le dijo a mi abuelo “los hombres son como las arañas, hay
que tener cuidado de los más pequeños”… Me agradas Joe, pero estamos seguros de
que Seth fue a verte y haremos algo al respecto… hablaré contigo y después vas
a entregar a tu amigo… ¿Sabes? Eres el looper más joven que haya contratado.
Decían que te veías de lo más ridículo. La escopeta te quedaba enorme. Recuerdo
que te trajeron. Ya olvidé por qué… Robaste una de nuestras tiendas. Te tenían…
Eras un niño, parecías un animal. Me miraste, con el cabello tapándote el
rostro y solo un ojo a la vista. Pude ver que las cosas ocurrían como en la
televisión. Una mala versión de tu vida.
Como una visión. Pude ver que te hacías malo. Así es que lo cambié. Te dejé
presentable y puse un arma en tu mano. Te di algo que fuera tuyo. Te di algo
que fuera tuyo. Recuerdo a ese muchacho. Creo que si te preguntaras: “¿A quién
sacrificaría por lo que es mío?” Seth se sentiría muy cómodo dentro de ese
círculo. Te mostraré cuánto te conozco… O nos entregas a Seth o nos das la
mitad de todo lo que has ahorrado. ¿Estás dispuesto a tirar tu dinero al
excusado por Seth?”
Al final Joe delata a Seth quien
es torturado y asesinado. Tristemente Joe se consuela con la prostituta de
costumbre a quien invita a compartir su dinero solo para encontrar que ella lo
ve como un trabajo más. Joe no tiene a nadie. El discurso del jefe de Joe
revela el pasado de desamparo del sicario quien en la agrupación criminal al
menos tiene “algo suyo”. Un rango, un prestigio, es alguien para alguien más.
Si bien no tienen el apoyo de un padre y la presencia de una madre, tienen una
madrina o padrino en la mafia. Así, la pandilla criminal ofrece un lugar a los
niños desamparados, marginales y rechazados, siendo presas de la angustia de
perder eso poco que da nombre y lugar aunque sea vía la violencia más brutal.
“Un sicario no duerme, un sicario no lleva una vida normal. Un sicario no
tiene días de descanso. Cuando estas dentro de una organización sus horarios
son los tuyos. Cuando todos deben estar alerta estás alerta. Cuando todos se
desvelan, te desvelas. Cuando todos hacen ejercicio, haces ejercicio. Hubo una época
que por las mañanas todos recibíamos entrenamiento militar para el manejo de
las armas. Igual, cuando todos van de fiesta, vas de fiesta. Y aun así, si
estás en una discoteca, debes estar pendiente de tu radio y celulares. Si te
vas con una puta, solo puedes estar con ella media hora.”
Confesiones de un sicario. El
testimonio de Drago, lugarteniente de un cártel mexicano. Juan Carlos
Reyna. Editorial Grijalbo. 2011.
El nudo de la historia viene a
continuación, en el siguiente trabajo. Joe lo espera impaciente, viene
retrasado. El objetivo llega diferente, sin capucha. Lentamente alza la mirada
para ver a Joe, se reconocen mutuamente, es el cierre de su ciclo. Joe viejo se
defiende y noquea a Joe joven iniciando una cacería de ese futuro que debe de
morir. Después de un tiroteo, Joe joven decide hablar con Joe viejo en la
cafetería habitual.
Encara tu futuro. Combate tu
pasado.
Como todo buen enfrentamiento, al
dar la cara siempre se asume el riesgo que te la partan.Cuando Joe joven y Joe
viejo se encuentran, mutuamente acusan en el otro la verdad incómoda. En este
dialogo radica la singularidad de la propuesta del cineasta Rian Johnson ya que
los personajes realmente tiene algo que los sostienen más allá del mero
enfrentamiento juguetón de soberbia imaginaria. La escena recuerda a muchas
otras del género de acción y el thriller donde héroe y villano dialogan
sentados uno frente al otro, revelando su condición de dos caras de una misma
moneda, opuestos en el espejo o, en términos mitológicos, un duelo con Némesis.
En este caso, tenemos la bella ocurrencia de que el protagonista de manera
desdoblada, como narra el slogan de la cinta, “encara su futuro y combate su
pasado”.
Joe viejo guarda en lo que una vez fue su reloj donde le avisaban de los
asesinatos una foto de su futura esposa. Está en el pasado para salvarla. Joe
viejo dice con melancolía “ella salvó mi vida”.
Joe viejo: Durante mucho tiempo pensó que tendríamos un bebé. Habría sido
una estupenda mamá. Lo deseaba tanto…
Joe joven: Pero ella… ¿Cómo?... Dices que ¿salvó mi vida?
Joe viejo: Si. Veamos tu vida. Eres un asesino, un drogadicto con
mentalidad infantil. “Mi vida”. Salva tu vida. ¿Me preguntas “cómo”? La
pregunta es por qué. ¿Por qué alguien sacrificaría su vida? ¿Por qué alguien
desperdicia…?
Joe joven: Déjate de pendejadas de creerte mucho. No necesito que me
salven…
Joe viejo: Cierra tu pinche boca infantil. Eres tan egoísta y estúpido.
Ella va a hacerte mejor persona y va a… Vas a absorber su amor como una esponja.
Y vas a pensar: “quizá mi pasado quedó atrás. Quizá estoy a salvo”…. Voy a
decirte que le pasa a esta hermosa mujer que salva tu miserable vida.
Joe viejo sabe que lo que pasa en
un correr de los años. La vida después del retiro es del mismo desenfreno de la
dependencia infantil hasta ahora. Joe se muda a Shanghai y en unos cuantos años
termina con el dinero ahorrado por lo que comienza a hacer lo único que sabe
hacer, terminar vidas por dinero. Así que nuestro protagonista, cual visita de
las navidades futuras, tiene la primera visión de su vida. Continúa diciendo
Joe viejo:
Joe viejo: ¿Has oído hablar del Maestro de la Destrucción?... Tiene un
reino de terror. Ejecuciones masivas. Elimina indigente, en todas partes. La
leyenda dice que en 6 meses tomo el control de los 5 sindicatos… La historia
dice que tiene una quijada sintética, que vio cómo mataban a su madre y cosas
así… lo primero que hizo fue cerrar ciclos. Todos… Él está aquí. Y voy a usar
esto para encontrarlo. Y voy a matarlo. Y voy a evitar que mate a mi esposa.
Joe joven: Vete al diablo. También tú esposa. Nada de esto me importa… Te
sucedió a ti. No tiene que ocurrirme a mí. ¿Tienes su fotografía en mi reloj?
Déjame verla. Muéstrame la fotografía. En cuanto la vea, me iré. Me casaré con
alguien más. Lo prometo… Si la sacrificas, estarás a salvo.
Joe viejo: ¿Si la sacrificó?
Joe joven: Sí. La mataron por tu culpa. Si nunca te conoce, estará a
salvo.
Joe viejo: No entiendes, no tenemos que sacrificarla. ¡No voy a renunciar
a ella! Voy a salvarla.
En éste cara a cara Joe viejo
tiene que escuchar de su alter-ego juvenil su culpa y como el plan que intenta,
es parte del problema. La figura del Joe viejo se nos revela como la encarnación
de la prevención conservadora que se convierte en monstruosa con las buenas
intenciones de evitar monstruos, terminando en la creación destructiva de lo
excluido. El centro que devela esta paradoja es justamente la del ciclo
causa-efecto que “se muerde la cola” que elimina algo “malo” solo que sin perder algo “bueno”. En ese sentido Joe viejo y Cid del
futuro “Amo de la destrucción” son figuras similares.
La lección de la fábula en Looper
sobre “el origen del mal” y sus prácticas de prevención vía la exclusión nos recuerda
a lo acontecido en los 80 en una medida que terminó por convertir a una violenta
pandilla de barrio en una aún más sanguinaria organización criminal
trasnacional.
“La historia de la Mara Slavatrucha… de pandilla de barrio a amenaza a la
seguridad nacional
Todo comenzó en Los Ángeles, a fines de la década de los años 70. Fue una
estrategia para defenderse y sobrevivir, la alianza entre los desposeídos, “los
solos, solos”. La amenaza de otras pandillas era constante y letal. La Barrio
18 fue la primera, la reunión de los batos, de los chavos, de El Salvador
(Salva), los que siempre andaban a las vivas (truchas)…
En abril de 1989 se deporta a “175 extranjeros ilegales implicados en
pandillas… la mayoría identificados como ciudadanos mexicanos y salvadoreños”.
Con lo anterior se logró desmantelar “el liderazgo de la Mara Salvatrucha”. “Se
trataba en realidad de un suceso que detonaría la expansión global de esas
agrupaciones”. (De los Maras a los Zetas. Los secretos del narcotráfico, de
Colombia a Chicago. Jorge Fernandez Melendez. Victor Ronquillo. Editorial
Grijalbo. 2006)
Tal vez lo más impactante de
estas políticas de exclusión (que pueden ser a escala judicial como el caso
mencionado pero que también lo vemos en las escuelas o diversos ámbitos
sociales) es que, en el caso de los futuros sicarios, recae en sujeto que vive
en el desamparo donde la “Cosa Nostra” es la única Familia. En este sentido, la
historia de Looper da el siguiente paso en la anécdota del sicario cuando Joe
joven, mientras huye de quienes intentan asesinarlo por no haber cerrado su
ciclo, encuentra una granja donde viven una mujer llamada Sara y su hijo Cid.
Después sabremos que ese niño se convertirá en el temido “Amo de las
Destrucción”. Joe joven tiene una visión de su propio pasado en los ojos del
niño Cid.
Cid: ¿Dónde está tu mamá?
Joe joven: ¿Dónde está mi mamá?... Me dejó con alguien más. Era más
pequeño que tú. Todos eran vagabundos y ella estaba sola. Durante mucho tiempo
pensé que fue una tonta por vivir así, pero ahora entiendo que… estaba
sola. No pudo cambiar su vida. Me vendió
a una pandilla de limosneros. Escapé, corrí y terminé en un tren. Recuerdo que
estaba sentado en un vagón vacío… y me veía una y otra vez… matando a los que
me compraron… y que convirtieron a mi mamá en lo que era. Los encontraba, los
hacía pedazos y salvaba a mi mamá.
Cid: Pero no lo hiciste.
Joe joven: No. Me encontró un hombre en la ciudad, me dio un arma y me
dio algo que fuera mío. Esos son los hombres que quieren descubrir qué harían
para conservar lo que es suyo, lo que tienen. Es el único tipo de hombres que
hay.
Cid: No dejaré que maten a Sara.
El pasado familiar de Joe joven
es el de un desamparo completo, una madre que no puede cuidarlo y un grupo que
lo arropa mafiosamente. Looper muestra la segunda pesadilla en ocasiones no reconocida
de los sicarios, desmentida cuando aseguran que “más vale 5 años de excesos que
50 en la miseria”. El carácter infantil reside en la añoranza materna donde un
padrote –en lugar de un padre- rescató del desamparo a estos jóvenes.
“El cártel era mi familia. La única familia que tuve en la vida. Aunque
antes haya tenido una de verdad, si es que a aquella se le puede llamar de esa
manera. La mayoría de mis recuerdos de niño son muy culeros. Me duele mucho
hablar de mi familia sanguínea. La última vez que vi a mi jefe, y aquí hablo de
mi jefe de sangre, lo amenace con un cuchillo.”
Confesiones de un sicario. El
testimonio de Drago, lugarteniente de un cártel mexicano. Juan Carlos
Reyna. Editorial Grijalbo. 2011.
El acto ético que cambia el ciclo
El momento climático de la
historia es la lección ética que nos arroja este cuento futurista. En un
momento decisivo Joe viejo encuentra a Cid y decide eliminarlo al ser el futuro
“Amo de la Destrucción”. Sara huye con Cid y se interpone en el camino de Joe
viejo, protegiendo así a su hijo. Joe joven alcanza ver esta escena a la
distancia y duda sobre qué acción tomar hasta que tiene una visión del futuro.
Fue cuando me di cuenta.
Vi a una madre que moriría por su hijo. A un hombre que mataría por su
esposa. A un niño, enojado y solo. Y justo frente a él, el camino equivocado.
Pude verlo. Y el camino era un círculo… que giraba y giraba… Y decidí cambiarlo.
El poder de las imágenes de esta cinta es de orden casi mitológico, de ahí su riqueza. Sara, ésta madre que moriría por su hijo, hace la máxima renuncia en un acto que la constituye como madre. Ésta renuncia sin embargo no se reduce a la escena sangrienta sino a la sutileza de la renuncia amorosa. Anteriormente en la historia nos habíamos enterado que aún y cuando Sara era madre de Cid, lo habría tenido muy jovencita y lo dejaría al cuidado de su hermana y sus abuelos en la granja familiar ya que ella quería seguir su vida en la gran ciudad. Al fallecer su hermana, Sara decide volver y criar a éste niño.
Por otro lado, la imagen de Cid,
si madre, dañado “enojado y solo” en un vagón del tren, nos recuerdan a los
desamparados inmigrantes que se trasportan por el tren “la Bestia” buscando el
sueño americano. Si bien es cierto el tenor discriminatorio y contraproducente
de las políticas migratorias de E.U., en nuestro país es una gran materia
pendiente la atención a estos grupos vulnerables.
Finalmente, como buena fábula, el
acto de Joe joven es el acto ético por excelencia, la trasformación radical de
uno mismo para el cambio sustancial. Esta renuncia tiene variantes. Por
ejemplo, el acto de la función del padre, ya que con su acto de muerte, Joe no
se suicida en el sentido de terminar con el mundo sino como acto de
perpetuación. El acto de Joe joven es la única salida para el futuro en Cid,
para transformar el ciclo del sicario.
“En su faceta de Rebelde, jombi de la MS13, Alex Sánchez –hoy uno de los
directivos de Homies Unidos en California-, vivió con intensidad esa época.
Como tal vez nunca supuso, las deportaciones en masa lo obligarían a él mismo a
repetir la odisea que había hecho, con sólo ocho años de edad de El Salvador a
California. En 1994, cuando completaba ochos años de pertenecer a la MS y veintitrés
de edad, fue llevado a prisión por robo. Ahí se enteró del nacimiento de Alex
junior, su primer hijo. Como sucede con muchos pandilleros al rebasar la
adolescencia, tener un descendiente le cambió la existencia… Para Alex Sánchez,
en cambio, la noticia de ser padre le trajo la certeza de que deseaba vivir
para cuidarlo.” Hoy te toca la muerte. El Imperio de las Maras visto desde
dentro. Marco Lara Klahr. Editorial Planeta, 2006.
La lección ética es simultánea es
en la madre de Cid y Joe joven en la renuncia amorosa para la protección del
desamparado.
Terminamos con este escrito con
las palabras que el cineasta de origen mexicano Guillermo Del Toro, quien
sufriera el secuestro de su padre, menciona en un documental realizado en
España en el 2006 y que abre la discusión de los impacto sociales que implican
la figura del sicario.
“No puedo volver a México, sería una inseguridad brutal, no solo para mí,
sino para los míos, y ahora que ganó la derecha (Felipe Calderón como
presidente electo en 2006) pues menos; porque creo que la descomposición social
viene de la polarización de los ricos cada vez tan ricos y los pobre cada vez
tan pobres. Para mí, la culpa de un fenómeno como el secuestro no la tiene el
secuestrador, como la tiene el país, como la tiene la clase política, como la
clase en el poder. Creo que es muy reductivo y tonto culpar a la persona
ejecutando el acto criminal”.
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2 comentarios:
El psicoanálisis no tiene fronteras y se puede ver como ha llegado al cine. Recuerdo que cuando consegui pasajes a mendoza pude ver una película que basaba su historia en la charla de terapia
Estimado David. Las fronteras del psicoanálisis son las mismas que las del mito, la ficción, el arte y la palabra, están ahí para arrojar a la aventura. "Pasajes a Mendoza" es una película?? de ser así seguiré mi patronímico esperando encontrar una buena historia y un mejor vino, jaja. Hizo que recordara la alegoría de Freud al relacionar el "diálogo" en sesión con el hablar durante un viaje en tren, chistosa ocurrencia del padre del psicoanálisis quien se sabe, por él mismo, que el viaje el tren constituía un síntoma fóbico muy presente. Gracias por el comentario, siempre es un aliento a seguir.
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