La declinación del Edipo a través del mito de Batman
Segunda entrega de 5
El caballero de la noche de Christopher Nolan tiene un final que nos deja un tanto intranquilos. Para muchos fue el gran final pero que merece ser leído con detenimiento ya que nos da claves de las nuevas formas de relación con la ley. Es obvio que la influencia de Nolan son las novelas negras y la escena final con un Batman como lone rider, como vaquero solitario o antihéroe renegado en su batimoto que se aleja en el horizonte deja claro que “no es un héroe… sino un caballero de la noche”. Aquí es donde vemos la verdad que esta en este mito, lo relacionado con la ley misma.
Un comentario que se escucha en el mundo del comic, como intento de justificar el gusto por algo que a todas luces es infantil, es la relación con la mitología. El actor Samuel L. Jackson en un documental llamado “Comics and superheroes” lo comenta así: “Es la mitología finalmente, es algo mitológico para mi. Para mi son (los superhéroes) todavía los dioses griegos… de la cultura norteamericana.” Nuestra propuesta es cuestionarnos sobre la idea de tomarlos como mitología. Primero, este bonito juego de relaciones que hace L. Jackson entre los “dioses griegos… pero de los norteamericanos”, es decir, sin los griegos, a menos que reconozcamos que nuestra idea popular de los dioses griegos ha pasado por los ojos occidentales principalmente anglosajones. Por el otro, los mitos de los griegos rara vez son historias sobre “la eterna lucha entre el bien y el mal”, como muchos interpretan inmediatamente como la esencia de las historias de comics, sino, como lo veremos más adelante, los mitos griegos no podemos pensarlos fuera de la filosofía griega.[1]
La primera diferencia entre los dioses griegos y los comics de superhéroes es cosa divina. Tendríamos que aclarar que hay cierta distancia de por medio cuando vemos el salto del politeísmo en los dioses griegos hasta los tiempos de los 40´s donde algo de los sistemas de creencias con respecto a las divinidades ha cambiado; es decir, los superhéroes pertenecer a los tiempos posteriores a que Dios mismo sabe que ha muerto.
Lo más cercano que están unos de los otros, dioses de superhéroes, lo vemos en lo que los constituye como mitos, la narración. Las historietas han mutado desde el periódico, hasta las publicaciones especiales, enfrentando ahora los medios como el Internet y el cine[2]. Los mitos griegos son conocidos por las tragedias y obras de autores como Ovidio o Apuleyo. La vieja lección de Levi Strauss se impone, considerarlos como creaciones del lenguaje.
¿Cuál es la función del héroe? Callois lo menciona así:
“Ha llegado entonces el momento de dar pleno sentido a la noción de héroe: en el fondo está implícita en la existencia misma de las situaciones míticas. Por definición, el héroe es aquel que encuentra a éstas una solución, una salida feliz o desdichada. Y es que el individuo sufre ante todo por no salir jamás del conflicto del que es presa. Toda solución, incluso violenta, incluso peligrosa, le parece deseable, pero las prohibiciones sociales se la hacen imposible psicológica, aún más que materialmente. Delega entonces al héroe su lugar y, por naturaleza, éste es entonces quien viola las prohibiciones. Como ser humano sería culpable, y como ser mítico no deja de serlo, permanece manchado por su acto, y la purificación, de ser necesaria nunca es completa. Pero, a la luz especial del mito, la grandeza, aparece justificado sin condición.”[3]
El héroe es la presencia de la problemática con la verdad de la Ley, en otras palabras, la forma que adquiere la ley es en la figura del héroe. Lo anterior nos recuerda lo mencionado por Lacan con respecto del mito de Edipo:
“Al final ocurre que no le cae (a Edipo) la venda de los ojos, sino que los ojos le caen como vendas. ¿No vemos acaso, en ese objeto mismo, a Edipo reducido no ya a sufrir la castración, sino más bien diría a ser la castración misma? A saber, lo que queda cuando desaparece de él, bajo la forma de sus ojos, uno de los soportes elegidos por el objeto a”.[4]
Lo anterior permite que reconozcamos que los mitos, como narraciones no hablan más que del objeto construido en el mismo momento de ser enunciado, siendo en el caso de los héroes, superhéroes y antihéroes la ley misma que opera en nuestro tiempo.
En el caso particular de Batman sucede un fenómeno interesante. Muchos fans comentan que el actual es el verdadero por ser tan oscuro como el original. Incluso pedirán que el personaje de Robin no se incluya en las películas para conservar su esencia profunda y tétrica. Sin embargo, ese mito del Batman solitario y oscuro no es de los comienzos con Bob Kane, ya que para la primera aparición del Guasón en los comics de Batman, Robin ya estaba en escena. Si Nolan hubiera sido purista, primero estaría Robin y después el Guasón. El Batman solitario es una construcción a partir de los 80´s como efecto posterior de llaman segunda generación de artistas del comic donde las historias intenta ser dirigidas para un público más maduro, es decir, los que crecieron viendo las caricaturas y series de los 60´s y 70´s. Hoy en día, los héroes han cambiado por ser la encarnación de la ley.
Tomemos el caso de la exitosa serie de televisión creada por Tim Kring. En esta reinvención de las historias de superhéroes vemos el cambio en la ley en su máxima expresión. Primero resaltamos lo que sería el slogan de la serie “gente común con habilidades extraordinarias”. Lo que les falta a estos super-héroes es justamente lo “súper”. No hay disfraces, trajes especiales o nombres especiales que hagan la relación ego-alter ego. De ahí que por más que los fans digan que Peter es como Superman o Suresh es como Batman, ese “como sí” conoce su límite en los nuevos héroes no se cubren con la capa, no ponen nada Über (sobre) el ego. Son héroes con habilidades extraordinarias pero perseguidos y ocultos, de ahí que solo ganan sus batallas en el anonimato.
Por otro lado cambia la forma de la narración de la serie. No nos encontramos con “las aventuras de Superman” sino con un serial que funciona más como telenovela y misterio de detectives. La forma como está narrada es similar a una serie hermana “Lost” donde las historias de todos los personajes con saltos en el tiempo presentan diversas problemáticas en búsqueda de la solución que es salir de la isla o descubrir su secreto. En Héroes la pregunta que le da eje es la que le da título al último capítulo de la primera temporada de la serie “¿Cómo detener a un hombre explosivo?” Al no haber un héroe sino muchos héroes vemos que la historia funciona como un ensamble lo cual ya nos lleva a una hipótesis, todos son variantes de una misma problemática. Tal como la hipótesis de trabajo de los analistas de grupo, pareja y familia, existe un sujeto en la constitución de ese equipo. Si Edipo es la castración, lo que esta en presentación en la historia de Héroes solo puede ser leída en el Ensamble.
La forma de narración nos lo indica. Resulta interesante que estos tiempos donde se supone que no hay discurso ideológico que guíe nuestras vidas sino que somos dueños de nuestra vida, cuerpo y elecciones, en estas series sean indispensables la figura del narrador. Pensamos en diversos ejemplos. Primero, la triada del romance femenino que vemos en tres series “Sex and the city”, “Desperate housewives” y “Pushing daisies”. En las dos primeras es más notorio el cambio en la narración. En Sex and the city, la protagonista Carrie tiene una doble función al ser narradora y personaje del contenido de la narración donde el ensamble de las cuatro amigas era una posible respuesta o manifestación de las preguntas amorosas que se plantea la narradora[5]; mientras en las “esposas desesperadas” tal función la ejecuta la quinta amiga que se suicidó en el inicio de la serie siendo las amigas restantes las presentaciones de respuesta o introspección de la preguntas y reflexiones que escuchamos de la muerta.
En el cine hay un ejemplo aún más sorprendente ya que no es del todo perceptible sino solo en un cuadro. Nos referimos a la historia “Fight Club” llevada al cine por el director David Fincher. Dicha película merece cada vez más importancia a nuestros días por su manufactura totalmente política. La anécdota que nos interesa es la respuesta de ese mito a los problemas postmodernos, al hastío de la vida postmoderna. Cuando se habla de esta película por lo regular se exalta las actuaciones de Brad Pitt en el papel de Tyler Durden y Edward Norton en el papel de Jack. Es ahí donde localizamos la pequeña con-fusión. Quien reconozca la historia, sabrá que en realidad el problema, el meollo es que tanto Brad Pitt como Edward Norton interpretan al personaje de Tyler Durden, solo que en dos presentaciones, el primero como imagen idealizada y el segundo como Narrador, como lo muestran los créditos de la película. La con-fusión es parte del problema. El espectador que cree que el personaje interpretado por Norton lleva por nombre Jack es por la artimaña y chiste de la película de nombrar los dolores y sensaciones en tercera persona donde, en lugar de decir “tengo envidia” dirá “soy el sentimiento de envidia de Jack”. La lección del Club de la Pelea es que al luchar por trascender las ficciones (“No eres tu trabajo, no eres el dinero en el banco”) creas ficciones más crueles para someterte (“Soy el liberador”) siendo la problemática principal el encuentro con la mujer (“De repente me di cuenta que todo, Tyler, el club de la pelea, el proyecto destrucción, todo tuvo que ver con una chica llamada Marla Singer”). Esta es la estúpida trampa ideológica de la actualidad.
Dejemos para la siguiente entrega lo que encanta de la historieta. ¿Qué es lo mejor en Batman? ¿Qué es lo más divertido en Héroes? Un mito más nos ayudará, la serie cómica “The Big Bang theory”.
Segunda entrega de 5
El caballero de la noche de Christopher Nolan tiene un final que nos deja un tanto intranquilos. Para muchos fue el gran final pero que merece ser leído con detenimiento ya que nos da claves de las nuevas formas de relación con la ley. Es obvio que la influencia de Nolan son las novelas negras y la escena final con un Batman como lone rider, como vaquero solitario o antihéroe renegado en su batimoto que se aleja en el horizonte deja claro que “no es un héroe… sino un caballero de la noche”. Aquí es donde vemos la verdad que esta en este mito, lo relacionado con la ley misma.
Un comentario que se escucha en el mundo del comic, como intento de justificar el gusto por algo que a todas luces es infantil, es la relación con la mitología. El actor Samuel L. Jackson en un documental llamado “Comics and superheroes” lo comenta así: “Es la mitología finalmente, es algo mitológico para mi. Para mi son (los superhéroes) todavía los dioses griegos… de la cultura norteamericana.” Nuestra propuesta es cuestionarnos sobre la idea de tomarlos como mitología. Primero, este bonito juego de relaciones que hace L. Jackson entre los “dioses griegos… pero de los norteamericanos”, es decir, sin los griegos, a menos que reconozcamos que nuestra idea popular de los dioses griegos ha pasado por los ojos occidentales principalmente anglosajones. Por el otro, los mitos de los griegos rara vez son historias sobre “la eterna lucha entre el bien y el mal”, como muchos interpretan inmediatamente como la esencia de las historias de comics, sino, como lo veremos más adelante, los mitos griegos no podemos pensarlos fuera de la filosofía griega.[1]
La primera diferencia entre los dioses griegos y los comics de superhéroes es cosa divina. Tendríamos que aclarar que hay cierta distancia de por medio cuando vemos el salto del politeísmo en los dioses griegos hasta los tiempos de los 40´s donde algo de los sistemas de creencias con respecto a las divinidades ha cambiado; es decir, los superhéroes pertenecer a los tiempos posteriores a que Dios mismo sabe que ha muerto.
Lo más cercano que están unos de los otros, dioses de superhéroes, lo vemos en lo que los constituye como mitos, la narración. Las historietas han mutado desde el periódico, hasta las publicaciones especiales, enfrentando ahora los medios como el Internet y el cine[2]. Los mitos griegos son conocidos por las tragedias y obras de autores como Ovidio o Apuleyo. La vieja lección de Levi Strauss se impone, considerarlos como creaciones del lenguaje.
¿Cuál es la función del héroe? Callois lo menciona así:
“Ha llegado entonces el momento de dar pleno sentido a la noción de héroe: en el fondo está implícita en la existencia misma de las situaciones míticas. Por definición, el héroe es aquel que encuentra a éstas una solución, una salida feliz o desdichada. Y es que el individuo sufre ante todo por no salir jamás del conflicto del que es presa. Toda solución, incluso violenta, incluso peligrosa, le parece deseable, pero las prohibiciones sociales se la hacen imposible psicológica, aún más que materialmente. Delega entonces al héroe su lugar y, por naturaleza, éste es entonces quien viola las prohibiciones. Como ser humano sería culpable, y como ser mítico no deja de serlo, permanece manchado por su acto, y la purificación, de ser necesaria nunca es completa. Pero, a la luz especial del mito, la grandeza, aparece justificado sin condición.”[3]
El héroe es la presencia de la problemática con la verdad de la Ley, en otras palabras, la forma que adquiere la ley es en la figura del héroe. Lo anterior nos recuerda lo mencionado por Lacan con respecto del mito de Edipo:
“Al final ocurre que no le cae (a Edipo) la venda de los ojos, sino que los ojos le caen como vendas. ¿No vemos acaso, en ese objeto mismo, a Edipo reducido no ya a sufrir la castración, sino más bien diría a ser la castración misma? A saber, lo que queda cuando desaparece de él, bajo la forma de sus ojos, uno de los soportes elegidos por el objeto a”.[4]
Lo anterior permite que reconozcamos que los mitos, como narraciones no hablan más que del objeto construido en el mismo momento de ser enunciado, siendo en el caso de los héroes, superhéroes y antihéroes la ley misma que opera en nuestro tiempo.
En el caso particular de Batman sucede un fenómeno interesante. Muchos fans comentan que el actual es el verdadero por ser tan oscuro como el original. Incluso pedirán que el personaje de Robin no se incluya en las películas para conservar su esencia profunda y tétrica. Sin embargo, ese mito del Batman solitario y oscuro no es de los comienzos con Bob Kane, ya que para la primera aparición del Guasón en los comics de Batman, Robin ya estaba en escena. Si Nolan hubiera sido purista, primero estaría Robin y después el Guasón. El Batman solitario es una construcción a partir de los 80´s como efecto posterior de llaman segunda generación de artistas del comic donde las historias intenta ser dirigidas para un público más maduro, es decir, los que crecieron viendo las caricaturas y series de los 60´s y 70´s. Hoy en día, los héroes han cambiado por ser la encarnación de la ley.
Tomemos el caso de la exitosa serie de televisión creada por Tim Kring. En esta reinvención de las historias de superhéroes vemos el cambio en la ley en su máxima expresión. Primero resaltamos lo que sería el slogan de la serie “gente común con habilidades extraordinarias”. Lo que les falta a estos super-héroes es justamente lo “súper”. No hay disfraces, trajes especiales o nombres especiales que hagan la relación ego-alter ego. De ahí que por más que los fans digan que Peter es como Superman o Suresh es como Batman, ese “como sí” conoce su límite en los nuevos héroes no se cubren con la capa, no ponen nada Über (sobre) el ego. Son héroes con habilidades extraordinarias pero perseguidos y ocultos, de ahí que solo ganan sus batallas en el anonimato.
Por otro lado cambia la forma de la narración de la serie. No nos encontramos con “las aventuras de Superman” sino con un serial que funciona más como telenovela y misterio de detectives. La forma como está narrada es similar a una serie hermana “Lost” donde las historias de todos los personajes con saltos en el tiempo presentan diversas problemáticas en búsqueda de la solución que es salir de la isla o descubrir su secreto. En Héroes la pregunta que le da eje es la que le da título al último capítulo de la primera temporada de la serie “¿Cómo detener a un hombre explosivo?” Al no haber un héroe sino muchos héroes vemos que la historia funciona como un ensamble lo cual ya nos lleva a una hipótesis, todos son variantes de una misma problemática. Tal como la hipótesis de trabajo de los analistas de grupo, pareja y familia, existe un sujeto en la constitución de ese equipo. Si Edipo es la castración, lo que esta en presentación en la historia de Héroes solo puede ser leída en el Ensamble.
La forma de narración nos lo indica. Resulta interesante que estos tiempos donde se supone que no hay discurso ideológico que guíe nuestras vidas sino que somos dueños de nuestra vida, cuerpo y elecciones, en estas series sean indispensables la figura del narrador. Pensamos en diversos ejemplos. Primero, la triada del romance femenino que vemos en tres series “Sex and the city”, “Desperate housewives” y “Pushing daisies”. En las dos primeras es más notorio el cambio en la narración. En Sex and the city, la protagonista Carrie tiene una doble función al ser narradora y personaje del contenido de la narración donde el ensamble de las cuatro amigas era una posible respuesta o manifestación de las preguntas amorosas que se plantea la narradora[5]; mientras en las “esposas desesperadas” tal función la ejecuta la quinta amiga que se suicidó en el inicio de la serie siendo las amigas restantes las presentaciones de respuesta o introspección de la preguntas y reflexiones que escuchamos de la muerta.
En el cine hay un ejemplo aún más sorprendente ya que no es del todo perceptible sino solo en un cuadro. Nos referimos a la historia “Fight Club” llevada al cine por el director David Fincher. Dicha película merece cada vez más importancia a nuestros días por su manufactura totalmente política. La anécdota que nos interesa es la respuesta de ese mito a los problemas postmodernos, al hastío de la vida postmoderna. Cuando se habla de esta película por lo regular se exalta las actuaciones de Brad Pitt en el papel de Tyler Durden y Edward Norton en el papel de Jack. Es ahí donde localizamos la pequeña con-fusión. Quien reconozca la historia, sabrá que en realidad el problema, el meollo es que tanto Brad Pitt como Edward Norton interpretan al personaje de Tyler Durden, solo que en dos presentaciones, el primero como imagen idealizada y el segundo como Narrador, como lo muestran los créditos de la película. La con-fusión es parte del problema. El espectador que cree que el personaje interpretado por Norton lleva por nombre Jack es por la artimaña y chiste de la película de nombrar los dolores y sensaciones en tercera persona donde, en lugar de decir “tengo envidia” dirá “soy el sentimiento de envidia de Jack”. La lección del Club de la Pelea es que al luchar por trascender las ficciones (“No eres tu trabajo, no eres el dinero en el banco”) creas ficciones más crueles para someterte (“Soy el liberador”) siendo la problemática principal el encuentro con la mujer (“De repente me di cuenta que todo, Tyler, el club de la pelea, el proyecto destrucción, todo tuvo que ver con una chica llamada Marla Singer”). Esta es la estúpida trampa ideológica de la actualidad.
Dejemos para la siguiente entrega lo que encanta de la historieta. ¿Qué es lo mejor en Batman? ¿Qué es lo más divertido en Héroes? Un mito más nos ayudará, la serie cómica “The Big Bang theory”.
[1] Como lo mencionan muchos, la función de la filosofía no es dar respuestas a preguntas trascendentales sino hacer las preguntas adecuadas. En el caso de los héroes no se trata solo de “quién se portó bien o quién se portó mal” sino más bien “¿qué entendemos ahora por bien o mal?”.
[2] Hecho que ha afectado incluso en el contenido de las historias como lo muestra los cambios en personajes que de ser un jóvenes periodistas o fotógrafos de periódico son renovados como diseñadores web.
[3] Caillois, Roger. El mito y el hombre. (Le mythe et l’homme, 1938) Fondo de Cultura Económica, 1988. México, D.F.
[4] Lacan, Jacques. Clase del 18 de marzo de 1970 del seminario llamado “El reverso del Psicoanálisis”. Editorial Paidós, 1992. Buenos Aires.
[5] Esta fusión entre Carrie y su función como Narradora solo sucede en la serie de televisión ya que en el libro original de Candice Bushnell, la narradora habla de todas sus amigas, siendo una de ellas Carrie.
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