lunes, marzo 24, 2008


D’Leh y la religión monoteísta

10,000 A.C. (10,000 B.C., 2008) es una película de acción realizada por el director Roland Emmerich quien se ha distinguido por la creación productos destinados al mero entretenimiento. Una de sus películas más conocidas es “Independence Day” (Día de la independencia, 1996) ejemplo perfecto de su fórmula clásica: mucha acción, grandes efectos especiales, historia predecible. Este último rasgo, la historia predecible, es lo que hace interesante la película 10,000 A.C. Emmerich nos presenta una historia que se ubica en el año que da nombre al título y que narra el nacimiento de un héroe, desde la profecía que lo anuncia hasta el cumplimiento de su destino. En una tribu de cazadores de Mamuts, la Matriarca “Vieja Madre” anuncia que la aldea se enfrentará con la última cacería y que será invadida por demonios de cuatro patas. Pero habrá una señal de la llegada de un guerrero que los liberará. La señal, la niña de ojos azules, quien está destinada a ser la esposa de ese guerrero.

La película es francamente olvidable a no ser por su historia, ya que apuesta a crear toda una mitología sobre el primer héroe. Me hubiera encantado que el psicoanalista Otto Rank pudiera haber visto esta película para integrar la historia del héroe D'Leh y su Evolet al análisis de los mitos. Aunque más aún, empuja este escrito la idea que nos brinda esta historia, recordar el segundo momento, el más olvidado, de la construcción de Freud con respecto al mito del Padre primordial.

10,000 A.C. puede leerse entres niveles. En el nivel social, pasamos de la aldea aislada a la unión de los pueblos con el propósito de derrocar a un tirano. En el nivel económico es el paso de un sistema de cacería (lucha directa-inmediata con la bestia) a un sistema de agricultura (mediación sistematizada para el acceso de un fruto). En el nivel de familiar es el paso del matriarcado al patriarcado (la Vieja Madre muere para que viva -se transforma en- la mujer del Caudillo). Estos tres niveles nos invitan a recordar la última variación de Freud con respecto al Mito del Padre Primordial. Podemos ubicar, como otros, la invención freudiana del Complejo de Edipo en tres lugares: Los sueños de la muerte de seres queridos[1], Tótem y Tabu[2] y Moisés y la religión monoteísta[3]. Esta última revisión es la que nos interesa por su relación con 10,000 A.C. desde el caudillo y la relación con Egipto. La historia de D'Leh hace que nos adentremos en el mito del padre primordial, para después entrar a un tema de actualidad, los efectos de la declinación de la función paterna.

En uno de sus tantos resúmenes Freud renueva así el mito del padre primordial:

“En 1912 intenté, en Tótem y tabú, reconstruir la antigua situación de la cual partieron tales efectos. Para ello me serví de ciertas ideas teóricas de Darwin, Atkinson y, sobre todo, Robertson Smith, combinándolas con hallazgos e indicios extraídos del psicoanálisis. De Darwin tomé la hipótesis de que los hombres vivieron originariamente en hordas pequeñas, bajo el violento imperio, cada una, de un macho más viejo que se apropiaba de todas las hembras y castigaba y eliminaba a los varones jóvenes, incluidos sus hijos. Y de Atkinson -quien prosiguió con esa pintura-, que este sistema patriarcal halló su término en una sublevación de los hijos varones, que se unieron contra el padre, lo avasallaron y lo devoraron en común, Y basándome en la teoría de Robertson Smith sobre el tótem, supuse que luego la horda paterna dejó sitio al clan fraterno totemista. A fin de poder convivir en paz, los hermanos triunfantes renunciaron a las -mujeres por cuya causa, sin embargo, habían dado muerte al padre, y se sometieron a la exogamia. El poder paterno fue quebrantado y las familias se organizaron según el derecho materno.”[4]

El cambio es, mejor dicho, una precisión:

“Buena parte de la plenipotencia vacante por la eliminación del padre pasó a las mujeres; advino la época del matriarcado. La memoria del padre pervivía en este período de la «liga de hermanos». Como sustituto del padre hallaron un animal fuerte -al comienzo, acaso temido también-….El progreso que sigue al totemismo es la humanización del ser a quien se venera. Los animales son remplazados por dioses humanos cuyo origen en el tótem no se oculta… En un punto de este desarrollo, que todavía no podemos situar con exactitud, aparecen grandes deidades maternas, es probable que con anterioridad a los dioses masculinos, y luego se mantienen largo tiempo junto a estos últimos. Entretanto, se ha consumado una gran subversión social. El derecho materno fue relevado por un régimen patriarcal restablecido. Empero, los nuevos padres nunca alcanzaron la omnipotencia del padre primordial; ellos eran muchos, convivían en asociaciones mayores que la antigua horda, tenían que tolerarse entre sí, permanecían limitados por estatutos sociales. Probablemente las deidades maternas nacieron en los tiempos iniciales de la limitación del matriarcado, como un resarcimiento para las madres relegadas. Las divinidades masculinas aparecen primero como hijos varones junto a la Gran Madre, y sólo después cobran los rasgos nítidos de figuras paternas. Estos dioses masculinos del politeísmo espejan las constelaciones de la época patriarcal. Son numerosos, se limitan unos a otros, en ocasiones se subordinan a un dios superior. Y bien; el paso siguiente nos lleva al tema que aquí nos ocupa, el retorno de un dios-padre único, que gobierna sin limitación alguna.”[5]

La pregunta básica es ¿porqué pasar de un régimen patriarcal a uno matriarcal y de nuevo patriarcal? Aquí es donde 10,000 A.C. aporta nuevas reflexiones. Primero, la máxima lección freudiana en el escrito citado que trata sobre Moisés es que, al igual que con el cristianismo, un evento que da lugar a la religión es el punto de inicio para una construcción de lo que sucedió antes y después. En Moisés el momento básico es el éxodo de los esclavos de Egipto al Sinaí, mientras que en Jesús es la crucifixión:

“Un hombre a quien un pequeño número de partidarios en Judea tenía por el Hijo de Dios y el Mesías anunciado, a quien además le fue traspasado luego un fragmento de la historia de infancia poetizada para Moisés, pero de quien apenas si sabemos algo con más certeza que acerca del propio Moisés -no sabemos si realmente fue el gran maestro que los Evangelios pintan, o si más bien el hecho y las circunstancias de su muerte fueron lo decisivo para la significatividad que su persona ha cobrado-. Pablo, que devino su apóstol, no lo conoció en persona.”

Ese momento climático construye, cual aplicación del T.A.T., lo que pasó antes y lo que pasará después. Freud apuesta que, en el caso de Moisés se omite su origen Egipcio (pasado) y se sustituye por el mito clásico del nacimiento de héroe, además de trasformar el futuro, la muerte de Moisés a manos de los propios judíos. La pregunta sigue ¿por qué se requiere el sistema patriarcal si antes ya lo hubo? La apuesta es que ese “antes lo hubo” es una construcción del momento clave, el paso del matriarcado al patriarcado. Antes no hubo patriarcado porque no hay función de líder en el macho alfa que tenía todas las hembras, no hay funciones de madres ni padres. Ese pasado prehistórico es construido en el presente ya que en ese macho alfa no hay humano, sino una raza de hermanos animales.

Planteamos que el verdadero momento pivote es el mostrado en 10,000 A.C.

Recuerdo una entrevista a Uslan (Road to Gotham, 2005) donde explica la importancia de los comics a un catedrático de una prestigiosa universidad norteamericana resaltando la similitud de su origen entre Moisés y Superman: niño abandonado por sus padres poderosos, recogido por padres adoptivos que se convierten en héroe de su pueblo. Después de la revisión freudiana de poner en análisis ese origen usemos ese descubrimiento para el propio mito de Superman. Como lo demuestran los creadores de comics se piensa primero en tanto en el disfraz como en los poderes, después se crean las aventuras y el origen.

Pensando en las historias de los pueblos antiguos, nos ilumina recordar una de las aportaciones de los mayas al saber, la noción de 0. Algo tan simple como eso habla de un avance extraordinario, ¿por qué? Para nuestras reflexiones, el 0 es el padre primordial, el macho alfa, el verdadero 1 es la sociedad por matriarcado como en la historia de 10,000 A.C. cuando pasamos al patriarcado es el 2. Lo interesante es la creación del 0.

La lectura que hace Paul Verhaeghe de este cambio freudiano es desde el punto de vista lacaniano:

“Desde un punto de vista lacaniano, el segundo mito se lee como la instalación de la función simbólica, a través de la cual, el sujeto estará protegido del goce del primer Otro[6], y dirigido a las siempre cambiantes dialécticas del deseo. Esto es lo más obvio si se pone atención al énfasis de Freud sobre la adquisición del lenguaje y su relación con la herencia del sentimiento de culpa. Este énfasis se puede localizar en el mismo libro cuando desarrolla su segunda versión.
En la segunda versión, se hace claro que el hijo requiere la función simbólica del padre. Así, la observación de que todos los hijos tratan de envolver a sus padres justamente con esta función simbólica se hace más comprensible. Por lo anterior, el mito de Freud es muy reconfortante para cada neurótico: había una vez, un padre real que, etc. Este es el mensaje de Freud para el pequeño Hans, el niñito de uno de sus estudios de caso. Lacan amplia esta necesidad y renombra: el padre es un síntoma del hijo.”[7]

El padre, es el síntoma del hijo, lo que nos enseña 10,000 A.C. es que el primordial es un efecto retroactivo de justificar la esencia del padre, que brilla por su ausencia. El dato más significativo es que la película inicia con un padre que solo sabemos de oídas que se fue y que producía vergüenza, finalmente, su nombre creo al héroe. La función simbólica es justamente la ausencia, no la falla, la hiancia, sino lo que estuvo y se fue, la razón del cero.




[1] Freud, S. Interpretación de los sueños (1900) Sueños típicos: b) los sueños de la muerte de seres queridos. Obras completas de Sigmund. Amorrotu editores. Volumen 4.
[2] Freud, S. Tótem y tabú - Algunas concordancias en la vida anímica de los salvajes y de los neuróticos (1913) Obras completas de Sigmund. Amorrotu editores. Volumen 13.
[3] Freud, S. Moisés y la religión monoteísta. (1939) Obras completas de Sigmund. Amorrotu editores. Volumen 23.
[4] Freud, S. Op. Cit.
[5] Freud, S. Op. Cit.
[6] Los posters presenta la relación del héroe con la bestia.
[7] Verhaeghe, P. The collapse of the function of the father. http://www.psychoanalysis.ugent.be/pages/nl/artikels/artikels%20Paul%20Verhaeghe/The%20collapse%20of%20the%20function.pdf

5 comentarios:

Carlos Arquieta dijo...

mmm, sabe maestro, eso me recuerda a esto: "uno no sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido" Me pregunto, ¿para que sepamos que algo exista tiene que haberse perdido? Creo que varios aspectos de nuestra vida diaria tienen que ver con eso, perdidas y recordatorios de esas perdidas. Buen articulo, que tenga buen dia. A, espero, si no es molestia, su opinion sobre el trabajo que le habia dicho.

Hector Mendoza dijo...

Estimado Carlos, la genialidad de Freud es remarcar que ese objeto perdido realmente nunca existió, la noción de objeto reencontrado es la construcción del mismo objeto, es decir, uno no sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido podemos ampliarlo diciendo nadie tiene verdaderamente algo hata que lo ve como pérdida.

Miguel Martínez dijo...

Un saludo, maestro.
Ya se había tardado en comentar esa película.La verdad que las reflexiones acerca del trabajo de Freud se me hacen tremendamente interesantes, sobre todo al no haber leído Tótem y tabú...yo la verdad salí con la sensación de ver otra película PROgringolandia, y ahora que usted lo menciona, bastante análoga a independence day...es decir...hablada en inglés, el líder se alía con otros grupos que al final tienen que comunicrse en SU lengua (inglés!) y el crédito se lo lleva el gringo..digo, d´leh...además el arma fálica lanza llena de valor simbólico es sospechosamente de color blanco y la dulcinea tiene los ojos azules...los negros sólo sirven para el trabajo pesado y los malos son del medio oriente y hay que vencerlos para liberar al mundo..nada más faltó el petróleo.
Obvio su lectura me parece más psicoanalítica jaja...y me deja con ganas de leer a Freud. ..y a Lacan.
buenas vacaciones!

Hector Mendoza dijo...

Estimado Miguel, gracias por sus comentarios, sería interesante hacer la lectura como un juego de qué hubiera pasado si un guerrero de africa hubiera cruzado el mar para resacatar a su pueblo del imperio que los secuestró para explotarlos como exclavos, como mito podemos leerlo de ambos lados. Saludos

uyuyuyuyuy dijo...

como se podría describir la forma en la que la naturaleza es percibida por el pueblo de los cazadores de mamut