jueves, febrero 15, 2007


Freud, Juanito, Hitchcock
Histeria, Fobia, Vértigo
Por: Héctor Mendoza

El terreno de la Fobia en el psicoanálisis es de vital importancia. Más allá de la razón de que la fobia es uno de los padecimientos más comunes, su importancia radica en el hecho de que ésta funda el psicoanálisis. El germen del psicoanálisis lo podemos encontrar en 1859 cuando el niño de 3 ½ años llamado Sigismund Sholomon Freud presenta angustia ante el hecho de que parta el tren, lo que derivó en una fobia a viajar.

37 años después, ese niño ahora con el nombre “artístico” de Sigmund Freud comienza un auto-análisis junto con su “sanador mágico” W. Fliess. El registro en papel sobre esta travesía y recorrido en el inconsciente del propio Freud derivaría en dos libros fundadores de una nueva disciplina y un nuevo campo: La interpretación de los sueños (1900) y Sicopatología de la vida cotidiana (1900 – 1901).

La curación de la fobia de Freud produjo la teoría psicoanalítica y el problema principal de la fobia le dio eje a los giros que tuvo en el trascurso del tiempo. Como lo apunta Paul Verhaeghe en ¿Existe la Mujer?[1]: “La conclusión de nuestro estudio puede expresarse en una idea: la teoría desarrollada por Freud a lo largo de cuatro décadas dio los mismos rodeos que el tratamiento individual de una histeria”.

Podemos empezar con la teoría. Para el psicoanálisis la Fobia tiene un nombre que precisa su estructura: Histeria de angustia. La iniciativa freudiana de crear un nuevo tipo de tratamiento empieza como intento de curar a un tipo de padecimiento que la psiquiatría de su tiempo no le “daba la gana” trabajar con ella. Las pacientes histéricas era referidas a Freud y éste intenta conquistar las neurosis con un nuevo método.

Cuando se precisa acerca del carácter de la Histeria de angustia es en el caso de 1909 Análisis de la fobia de un niño de 5 años (caso Juanito)[2]. En este caso Freud menciona algo que estaba implícito en lo que llevaba de expuesto de su obra. El advenimiento de fobia no es extraño en los casos de histeria de conversión. La adquisición de angustia es el rasgo principal de la histeria solo el mecanismo de hacerle frente cambiará, mientras que en la conversión se corporiza (se reencarna), en la de angustia se cosifica o animaliza.

Freud se encuentra con el caso de un niño que dice algo que le resulta familiar. El joven Herbert Graf[3] no quiere salir de casa por temor a que su mami parta y se quede sin mami que le haga “cumplidos”. Posteriormente esto cambia cuando no quiere salir de la casa ni si quiera con la mami ahora explicando que tiene miedo que un caballo le muerda. Freud explica esta fobia a partir del saber que había encontrado en su auto análisis, un saber que solo se puede explicar vía la metáfora; el niño pasa por un tiempo donde se comporta como un pequeño Edipo. Así, el niño tiene miedo al padre rival por el intento de quitarle a su esposa. La imagen del padre aterrador por el deseo hacia la madre organiza y calma la angustia de Freud.

Hasta ahí, todo va bien, pero viene Hitchcock a poner todo “patas para arriba”. Hitchcock tenía una costumbre interesante en sus películas. Tomaba un tema común y presentaba una historia alterna que resultaba ser la historia “verdadera” mientras que lo “importante” se convertía en lo alterno. Por ejemplo “Psicosis”[4] donde la historia de Marion Crane es eliminada de tajo para dar cuenta de la locura de Norman Bates. Otro ejemplo es “Los pájaros”[5] donde la aparente historia alterna de amor y su relación con cierta madre es lo único que puede dar explicación, y final, a lo explosivo y caótico de la locura de los pájaros. El humor negro de Hitch no se hace esperar cuando advertimos que todo empezó por unos tórtolos, unos pájaros del amor (“love birds”). En “La ventana indiscreta”[6], afuera de lo que ocurre en la ventana trasera, lo más importante es lo que ocurre en el apartamento en sí, lo cual responde la pregunta ¿porqué somos una raza de mirones?

Pero para hablar de Fobias tenemos que remitirnos a “Vértigo”[7]. ¿Qué produce el vértigo? Hitch lo trabaja al revés ¿cómo se cura el vértigo? Además la historia alterna deja claro un tema recurrente en la historia del psicoanálisis, la dama que desaparece, la mujer perdida.

La película comienza con un policía que se retira de la fuerza por el inconveniente de descubrir que sufre acrofobia, miedo a las altura. Ese padecimiento lo lleva a un momento traumático, la sensación de culpabilidad por la muerte de otro policía. Empezando nuestra lectura del caso, lo trágico de esa escena es la muerte del representante de ley.

El padre cae

En 1896 muere el padre de Sigmund Freud, don Jacob Freud. A partir de esta muerte los síntomas de Freud vuelven con más fuerza. Los momentos de angustia torturan a Freud, la fobia a viajar se intensifica, así como los desvanecimientos y las depresiones.
“Hacia 1895, Freud había superado su problema cardíaco y el miedo a la muerte
que lo había acompañado. En 1896 murió Jacob, su padre a la edad de 82 años. Le
escribió a Fliess: “... su fallecimiento parece haber despertado en mí
recuerdo””
Cartas Fliess. 26-octubre-1896.

Claro está que después de semejante intervalo ya no es posible dar respuesta a tu carta; pero espero que las cosas no sigan así. El viejo murió la noche del 23, y ayer le enterramos. Se mantuvo fuerte e íntegro hasta el fin, como el hombre poco común que siempre fue. Al final debe de haber tenido hemorragias meníngeas: accesos estuporosos con fiebre inexplicable, hiperestesia y espasmos tónicos, de los cuales despertaba sin temperatura. El último acceso concluyó con edema de pulmón y con una muerte que en realidad fue fácil. Todo eso coincidió con mi período crítico; estoy totalmente deshecho...
Su autoanálisis mostraba que en la expresión de ansiedad se encontraba la culpabilidad. Él, había deseado la muerte de su padre por el deseo inconsciente hacia su madre, doña Amalia Nathanson. Deseo y culpa se convertiría en una ecuación neurótica clásica.

Volviendo a Vértigo, el drama del policía fóbico llamado cariñosamente como Scottie cambia de forma. Ahora anda investigando a la mujer de un amigo debido a la extraña fascinación que tiene ésta con relación a una mujer que se suicidó hace mucho tiempo y que tal parece a “reencarnado” en ella. El problema se encuentra cuando Scootie se enamora de ella y finalmente ella cumple con lo tan temido, se suicida. Scottie se encuentra sumido en una melancolía; de nuevo alguien muere por su loquera.

Aparentemente la historia de vértigo sigue las clásicas reglas con respecto a las curaciones de “un clavo saca a otro clavo” o en este caso “un trauma saca a otro trauma”. ¿Por qué Scottie no se curó en la primera muerte de Madaline si esto también fue traumático? Tendremos que hacer un análisis más estructural de la fobia para encontrar una respuesta.

Lo que más se recuerda de la película Vértigo es un efecto visual inventado por Alfred Hitchcock para crear en el espectador la experiencia del vértigo, de mareo, en otras palabras, de angustia fóbica. Hitch crea profundidad donde no la hay por un juego a través de una paradoja en la mirada de la cámara. El truco es genial debido a su sencillez: la cámara se aleja (pull out) mientras que simultáneamente se hace un acercamiento (zoom in). La cámara se aleja mientras que se acerca la mirada hacia el objeto. Este doble movimiento crea la sensación de que el objeto no cambia de tamaño sino el fondo. El fondo parece inundar al objeto, se ve la inmensidad del fondo y la impotencia del objeto, tal y cómo lo muestra la típica escena (material de fobia de muchos) del naufrago flotando en la inmensidad del mar. Obviamente la sensación es el ahogar, la solución, expresar la angustia, el desahogarse; forma como empezó el tratamiento psicoanalítico basado en el catártico o por abreacción de los sentimientos.

En la fobia, el objeto aterrador atrae. En el caso de Juanito, el pequeño Herbert Graff lo dice con todas sus letras.

“Su miedo a los caballos va transformándose cada vez más en una obsesión que le fuerza a mirarlos atentamente. Dice: “No tengo más remedio que mirar a los caballos y luego me da miedo”.

Miedo, angustia, obsesión, las soluciones neuróticas frente a algo aterrador. Lo más interesante de esto es que el rasgo de los síntomas se hace presente. El síntoma da algo y quita algo más. Histéricamente hablando la frase es “me gusta pero me asusta”. Pero ¿qué es eso que atrae como la luz a las moscas y es necesario huirle debido a las fatales consecuencias? Max Graff nos lo dirá.

“Como verá usted por ellas, Juanito presenta, desde hace algunos días, trastornos nerviosos que nos tienen muy intranquilos, pues no sabemos cómo librarle de ellos... ”Como base de la perturbación nerviosa sospecho una sobreexcitación sexual debida a los mimos de la madre. Lo que no puedo indicar es el último estímulo que ha provocado la emergencia de la enfermedad. El miedo a que un caballo le muerda en la calle parece hallarse relacionado en alguna forma con el susto experimentado por la vista de un pene de grandes proporciones. Ya sabe usted, por anteriores anotaciones mías, que Juanito observó, ya en edad muy temprana el pene desmesurado del caballo y dedujo, por entonces, que su madre, siendo tan mayor debía tener una cosita de hacer pipí como la de un caballo.”

Después el propio Herbert nos lo confirmará en la primera fantasía que a parece con respecto a su ansiedad.

“He aquí las primeras anotaciones, procedentes de los días iniciales del mes de enero del año actual (1908): Juanito (cuatro años y nueve meses) se levanta hoy llorando. Interrogado por su madre sobre las causas de su llanto, responde: “Mientras dormía he pensado que te habías ido y que no tenía ya una mamá que me acariciase.”

Mientras Freud se centra en el papel del padre, e incluso desafía el decir del paciente al identificar al caballo como el padre, la madre de Herbert se encuentra diluida, se encuentra en todas partes. La madre de Juanito se encuentra como Madaline después de perderla.

Scottie busca a Madaline por todas partes. La busca como enamorado en los lugares que visitaron, en el auto que manejaba, en el abrigo que vestía, en el aire que respiraba. El problema de Scottie es que se la encuentra. Solo que al encontrarla faltaba algo todavía, su ausencia.

Es común de mucho padres de familia que busquen que a sus hijos no les falte nada. Vivimos en una época en donde se induce a la negación de la falta vía el derrocamiento de las figuras de autoridad, las figuras castrantes. En el caso Juanito se muestra los estragos que provoca un hombre jugándole más al buen discípulo que como padre. El triunfo freudiano de este caso es que Freud le ofrece a Max Graff convertirse en psicoanalista y le cumple convertirlo en padre de su hijo. Freud da lo que busca intensamente.

La fantasía recurrente de Freud es con relación a cierta escena donde su padre lo reprende fuertemente por haberse orinado y dice “de este niño no sacaremos nada bueno” sin embargo es extraño pensar en papá Freud como regañón cuando es bien sabido que la enérgica y mandona en la casa de los Freud era doña Amalia.

Pregunta obvia, ¿porqué un niño no se puede casar con su mamá? ¿Por qué no dejar de ser-todo para su madre y ser-todo de la madre? Freud enunció que el único amor libre de ambivalencia, así es un amor puro. Por lo anterior lo perversos se encuentra en estado de purificación.

Algo que siempre llamó la atención para el psicoanálisis fue el terreno de la mujer. Freud la designó como el continente negro dejando en claro algo, que el padre del psicoanálisis le dio una exacta dimensión del fenómeno femenino, a saber, lo no delimitado.

Por otra parte Hitchcock consideraba la parte más importante de su trabajo fílmico a su mujer objeto del deseo de su protagonista. Lo resaltado en las historias de Hitchcock es la dama que desaparece.

En el capitulo “El sexo ansioso de los héroes” del libro “El amor en los tiempos de la soledad” de Paul Verhaeghe comienza preparando el camino para una mejor comprensión del fenómeno de la fobia:

“Tanto la antropología histórica como las grandes historias ponen en primer plano un dato muy preciso: la mujer es considerada como un peligro que el hombre debe dominar.”

¿Cuál es el peligro de La Mujer? ¿Cuál es su amenaza que hay que dominar? ¿Qué le hacía la Esfinge a los viajeros que respondían mal a sus preguntas? ¿Cuál es el terror de la bruja de Hansel y Gretel? ¿Cómo empieza la pulsión?

Freud advierte que todo empieza por la boca y en análisis advierte que “más pronto cae un hablador que un cojo” En 1923 precisa algo que en la historia popular se obvia y se olvida: el primer objeto de amor para niños y niñas es la madre. La madre los trae al mundo, los carga libidinalmente, el hijo es fruto de su vientre. El problema viene cuando se sabe que ese estado idílico no puede durar para siempre. ¿Qué pasaría si el hijo no sale nunca del vientre materno? ¿Qué pasaría si no se corta nunca el cordón umbilical? ¿Qué pasaría si fuera todo de la madre? Un orgasmo perpetuo, una eterna “petit mort”, el cumplimiento de la pulsión de muerte.

Justamente a partir de la inclusión de alguien o algo para separar a estos dos en idilio es que se produce el deseo. ¿Cuándo empieza a funcionar el orden pulsional metafórico? Cuando la separación es inminente. El primer ejemplo que Freud da sobre la pulsión oral es el chupeteo. El infante mamón empieza actuar con su propio dedo emulando la acción originalmente dirigida hacia el pecho materno. Pero precisamente por el no tener el pecho materno es que aparece el deseo de mamar. Lo que nos permite vivir y buscarle sentido a la vida es el hecho de que la vida este privada de sentido. Los juegos amorosos se edifican ante el enigma del “me quiere, no me quiere” y la ilusión (o alucinación) de la media naranja que espera y desespera.

Terminemos con Hitchcock y su “Vértigo” La solución que da para la fobia, la curación de la fobia se da en el momento que él mira hacia el fondo de la capilla y se reencuentra con su Madaline. La regla psicoanalítica se impone: a una repetición viene una interpretación. Scottie se encontraba deprimido al perder a Madaline y se empieza recuperar cuando la reencuentra, pero algo faltaba. Ese algo lo encuentra al final; al encontrarlo se cura. Scottie se convierte en un ejemplo de curación analítica, termina como sujeto advertido de la “naturaleza” del deseo. Lo que Scottie deseaba en Madaline era su desaparición, era su carácter de prohibida e inalcanzable, de muerta.

En un primer momento Scottie la busca sin más interés que el enigma de lo posibles muertos en vida y cambia el asunto cuando ella intenta suicidarse. Ahora comienza el romance mientras que ella es potencialmente suicida, en cualquier momento Scottie la puede perder. El deseo se cumple y la pierde hasta que lo siniestro aparece y a Scottie se le presenta la oportunidad de recuperarla. Scottie entra en una reconstrucción analítica, o mejor dicho, un rodeo psicoanalítico que termina en la advertencia de una de las más interesantes paradojas lacanianas: La Mujer no existe.

Vértigo es la respuesta a Freud de Hitchcock. Freud hizo la pregunta que mete en análisis a un fóbico, ¿qué quiere La mujer? Y Hitchcock responde: La dama desaparece. La Mujer perdida se consolida como objeto de deseo justamente por el rastro que deja. La Mujer como sueño del hombre es la única corporización que pudiera tener. Obviamente, lo anterior se juega de forma distinta para una mujer.

Mientras realizaba este escrito sobre la fobia me preguntaron algo que me pareció deja más clara la diferencia la estructura de la histeria de angustia y el llamado miedo o el diagnóstico psiquiátrico de fobia. La pregunta es la siguiente. ¿Por qué si fobia significa miedo, por ejemplo aracnofobia que es miedo a las arañas, las diferentes manifestaciones de rechazo a los homosexuales se le llama “homofobia”?

Esta pregunta plantea algo en extremo importante más allá de la advertencia psiquiátrica de que la homofobia no es parte del reconocimiento médico como estructura psicopatología por lo tanto no existe. Es bien sabido que no se alude a que el llamado homo-fóbico le tenga miedo a los homosexuales, esto a traído la idea simplista de que “inconscientemente son homosexuales” que aunque en muchos casos se sostenga borra la evidencia de la estructura que tenemos ahí.

Esta pregunta sobre la diferencia o similitud del término homofobia y las demás fobias se las planteé a alumnos del semestre final de la carrera de psicología y sus respuestas y comentarios resultaron esclarecedores. Se mencionó que aunque no se presentará la irrupción de pánico y miedo, las manifestaciones de la homofobia eran más similares a la de la xenofobia, donde el rechazo del objeto era el rasgo primario. Por otra parte, se mencionó que en los clínicos, en los psicólogos existía expresiones homo-fóbicas pero nunca del carácter abierto de confrontación o miedo sino de reserva y alejamiento racionalizado. Como puede advertirse por los comentarios estos alumnos ya se encontraban listos para el egreso ya que detectan los rasgos principales: la evitación y el rechazo.

¿Qué se rechaza en la xenofobia? ¿Qué se persigue en la homofobia? ¿Qué se ahuyenta en la aracnofobia? Sabemos que es algo más que a los extranjeros, los homosexuales o las arañas, sabemos que estos son significantes, representaciones de algo que es representación en si misma, y sabemos que ese algo resulta amenazador. La amenaza de invasión es el rasgo común de estos padecimientos. “Estos mojados están consumiendo nuestros recursos y acaparan nuestros trabajos”, “¿a dónde va a parar este mundo con tanto homosexual sueltos por ahí sin ninguna vergüenza? Peligro y violen a un niño y lo vuelvan como ellos” y el clásico “¡Quítame de encima las arañas que siento en todo mi cuerpo!”

La invasión será “the ultimate” angustia. La destrucción de lo nuestro es la angustia primaria, que algo devore y consuma al yo. Una vez más estamos en terreno de la estructura del apuntalamiento. No va ser extraño encontrarnos la figura del agujero negro en las fobias. La sensación de la contracción de las paredes del elevador, de que chupe el fondo visto desde las alturas. Lo anterior tiene su punto clave en las fobias hacia los animales. Cuando se trata de animales grandes, llámese caballos o perros, el miedo es a las mordidas; mientras que cuando son animales pequeños como las arañas y los cucarachos, el temor es a ser invadido por ellos, tener por todo el cuerpo invadiendo.

Volviendo al tema de la homofobia, la expresión más clara del temor a la invasión es el temor al contagio. La homofobia produce y enaltece el drama del SIDA, donde los nuevos temores de invasión es ante ese virus que “catectiza” el cuerpo sin poder defenderse de él. El virus invade todo y puede entrar por todos lados. El cáncer lo dejamos para otro escrito necesario en el terreno del psicoanálisis.

[1] Verhaeghe, Paul. “¿Existe la Mujer? De la histérica de Freud a lo femenino en Lacan”. Editorial Piados, Buenos Aires, feb. 1999.
[2] Freud, Sigmund. “Análisis de la fobia de un niño de 5 años (caso Juanito)” 1909, en Obras Completas, X. 10, 8ª. Ed., Amorrortu editores, Buenos Aires, oct. 1993.
[3] Breger, Lois. “FREUD: el genio y sus sombras”, 1ª ed., Javier Vergara Editor, Oct. 2001, Barcelona, España. P. 241.
[4] “Psycho”, Universal Studios, 1960. Dirigida por Alfred Hitchcock.
[5] “The birds”, Universal Studios, 1963. Dirigida por Alfred Hitchcock.
[6] “The rear window”, Universal Studios, 1954. Dirigida por Alfred Hitchcock.
[7] “Vertigo”, Universal Sudios, 1958. Dirigida por Alfred Hitchcock.

sábado, enero 06, 2007



Superman Regresa
¿Por qué el mundo (no) necesita a Superman?


Por Héctor Mendoza

La recién estrenada adaptación cinematográfica del personaje de comics, Superman, cortesía del director Bryan Singer lleva por nombre Superman Regresa. Este filme resulta un interesante ejercicio fílmico ya que se ubica en la frontera de ser secuela y a la vez no. Es secuela de las dos primeras películas de Superman dirigidas por Richard Donner (Superman: the movie y Superman II, esta última parcialmente y terminada por Richard Lester). Singer se inspira en el trabajo de Donner y da un siguiente paso en la historia del hombre de acero. La anécdota es sencilla, después que Donner nos presentó al superhéroe más famoso, último hijo de Kriptón, y que lucha por la verdad, la justicia y el american way of life, Singer lo aleja y contempla “la vida sin Superman”.

Un tema aparece en el mundo de los comics ¿por qué necesitamos de los héroes? Cuando el héroe más grande de todos muere la pregunta no es ¿qué hacer sin Superman? sino, realmente ¿alguna vez lo necesitamos? Me pareció sintomático ver en la premier de Superman Regresa que algunos vestían las playeras de un momento importante en la historia de los comics, las conmemorativas de la muerte de Superman. ¿Cómo puede regresar si murió?

Actualmente el mundo de los comics se encuentra con temas importantes. En DC, casa de Superman, dos historias son las dominantes. Por un lado “Crisis Infinitas” y por el otro “Justice”. En Marvel comics la historia importante es “Guerra civil”. Lo que resalta en estas historias es que los villanos ya no son los “supervillanos” sino que actuan en su calidad de sociedad común. El gobierno y el pueblo contra los superhéroes. De tal forma que la antesala de “Crisis infinitas” es una historia donde los denominados OMACs son una suerte de soldados pero que pueden ser cualquier humano cuyo fin es destruir a los “súpers” denominados en DC como “metahumanos”. En la “Guerra civil” de Marvel, el conflicto entre los humanos y los “súpers” llega a nivel gubernamental. Los superhéroes deben registrarse y convertirse en parte del gobierno no sin antes renunciar a su identidad secreta.

El pueblo contra los héroes resalta una tendencia social actual. El Superman de Bryan Singer rescata la relación planteada por Donner entre el superhéroe venido de Kriptón y el hijo de Dios que murió en la cruz. La figura del héroe tiene una cercanía por estructura con la religión. El psicoanalista Otto Rank, en su libro “El mito del nacimiento del héroe”, presenta las principales figuras religiosas y encuentra una mono-historia en la leyenda que cuenta su nacimiento. El héroe nace de seres superiores que lo colocan en un moisés o cápsula para enviarlo a otro lugar donde es recogido por seres humildes para que después descubra su verdadero origen y guíe un pueblo. Desde Sargón hasta Jesús pasando por Moisés y su religión monoteísta, la leyenda se mantiene. En Superman vemos la historia que ha sido contada, como diría Joseph Campbell, “miles de veces”.

Los héroes y los dioses, imagos de una sociedad y de los pueblos, figuras de identificación, ideales del yo, la necesidad del Über-man nos vincula a lo denominado por Freud como “complejo paterno”:

El psicoanálisis nos ha mostrado el íntimo nexo entre el complejo paterno y la fe en Dios; nos ha enseñado que, psicológicamente, el Dios personal no es otra cosa que un padre enaltecido, y todos los días nos hace ver cómo ciertos jóvenes pierden la fe religiosa tan pronto como la autoridad del padre se quiebra en ellos. En el complejo parental discernimos, pues, la raíz de la necesidad religiosa; el Dios omnipotente y justo, y la naturaleza bondadosa, nos aparecen como grandiosas sublimaciones de padre y madre, o más bien como renovaciones y restauraciones de la representación que se tuvo de ambos en la primera infancia…La protección contra la neurosis, que la religión asegura a sus fieles, se explica con facilidad porque esta les toma el complejo parental, del que depende la conciencia de culpa así del individuo como de la humanidad toda, y se los tramita en lugar de ellos, mientras que el incrédulo tiene que habérselas solo con esa tarea.

S. Freud. Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci. (1910) Obras Completas, Vol. 11. Amorrortu Editores.


El Héroe, El Salvador y el Padre es la ecuación que sigue Superman Returns, solo que al ser un regreso, un Superman de tiempos de la soledad, Singer nos presenta un panorama desolador.

Antes de continuar con Superman Returns no olvidemos otra película que aborda el tema del superhéroe y la figura paterna, nos referimos a la prodigiosa “Los Increíbles” (Disney/Pixar, 2004) escrita y dirigida por Brad Bird. Ahí, conocemos una familia donde los padres fueron en otro tiempo superhéroes ahora reinstalados como gente común ya que los “súpers” se encuentran prohibidos por el gobierno. ¿Qué hace que cambie el panorama? La demanda legal hacia Mr. Increíble por alguien que rescató de suicidarse. El cliente demanda al héroe ya que “no tenía derecho” de realizar dicha acción por parte del demandante a quién no le salvó su vida sino que le frustró su muerte.

El héroe al banquillo de los acusados ¿No es el problema que enfrentan muchos padres cuando sus “súper-poderes” son anulados por la ley? ¿No nos encontramos más casos de niños que amenazan con demandar a sus padres ante el gobierno si no cumplen sus demandas? ¿No es tamos en tiempos donde algunos adolescentes norteamericanos buscan emanciparse (¿Divorciarse?) de sus padres?

Superman regresa a un mundo donde al no necesitarlo es un mundo que sabe que nunca lo necesitó. Una frase que podemos resaltar es la que le dice Jor-El a su hijo Kal-El (alias Superman) “Verás mi vida a través de tus ojos, harás mi fuerza tuya, el hijo será el padre y el padre será el hijo”. Sin embargo Superman se muere, se va, se aleja sin decir adiós y ya que no está no se puede “borrón y cuenta nueva”. Es decir, por más que los grupos conservadores nos hablen de las bondades del mundo antiguo y nos digan que hay que regresar a los valores de antaño, por más que algunos nos digan que en tiempos del machismo las cosas funcionaban mejor, cuando algo quedó cuestionado, cuando una figura del padre se fue no se puede simplemente regresar ya que su función era la de la garantía de la realidad, de cómo las cosas son. Bien lo decía Chabelo “Adiós Superman…”. El asunto es ¿cómo vivir sin él sin renegar de él? Tal vez es aquí donde falla Singer en su película al no resolver el conflicto y dejar un final tibio y sin chiste, Superman se va volando políticamente correcto, a diferencia de los Increíbles que quedan listos para una nueva batalla.

¿Qué aporta Superman Regresa? Vuelve a poner en la mesa el tema de la paternidad. Héroes y padres están unidos. Freud lo relacionaba en la ecuación tótem=religión=leyes=complejo paterno. Incluimos los poderes y los superhéroes como figuras de la representación de los ideales y así, de la autoridad. No es gratuito que en castellano podamos jugar diciendo que los superhéroes son una representación del súper-yo.

Siguiendo con el chiste y su relación con lo inconsciente recuerdo el comentario cómico de alguien en la sala ante la escena final de Superman Regresa. Después de ir a ver dormir a su hijo “de volada”, Superman es sorprendido por Luisa Lane que le pregunta “¿te volveremos a ver?” a lo que responde, “Siempre ando por aquí”. Alguien en la sala bromea “¡No te hagas güey! ¡La pensión del chamaco papá!”. Superman se puede ir volando y no pasa nada, cuando esa sería la aventura de otros tiempos. Superman no se toma en serio al hijo y no se toma en serio al padre, entonces ¿Por qué el mundo necesita a Superman? Superman no responde la pregunta del niño ¿Para qué necesitamos a papá? O ¿Por qué hay que honrar al padre? Claro que se puede sobrevivir con la madre pero es diferente vivir sin el padre a no necesitarlo, a que no haga falta.

Singer presenta imágenes extrañas, por un lado es la nostalgia y mundo retro postmoderno de la película de los 70’s y por otro es la cancelación del efecto traumático del núcleo del drama del héroe. Superman se ve muy joven e inseguro, incluso, podemos verlo en cueros. Como bien dijeron en el programa de radio “voces del forum” cuando discutían en torno de las películas de superhéroes “Superman desmayado y desmallado”. Casi se puede ver volar a Superman en bata de hospital y enseñando el trasero. Como dijo un amigo “Ni le colgaron la capa y las mallas en un ganchito”. Superman en cueros nos demuestra la frase de Lacan “el hábito ama al monje”. Superman necesita la “S” para ser Superman. Esas pequeñas formalidades insignificantes son importantes al ser significantes puros.

Superman vaga sin hogar y sin lugar. En Smallville esta solo y ni en la fortaleza de la soledad está “como en casa”. El mundo, al regresar Superman parece no saber qué hacer con él, dónde ponerlo. El final de la película es flojo porque no existe el enfrentamiento entre el héroe y el villano donde los dioses dan la victoria al bueno y así, se aleja cabalgando hacia el horizonte. Superman se va, escondiéndose entre las sombras casi con pena de existir.

¿Por qué se omite el “american way of life” como la parte de los ideales que encarna Superman? La respuesta de Bryan Singer es que ahora no puede pensarse que Superman es local sino global. Ese es el grave error de la película y de la ideología de la globalización. Nos referimos a la idea de que se puede sostener una figura de los ideales fuera del contexto que lo funda. Superman no puede ser global ya que en ese momento su rostro obsceno se hace presente.

La necesidad imperiosa de salvar al padre. Entre el homenaje y el tiro de gracia.

viernes, octubre 13, 2006




El mundo siniestro de Truman
Tele-historia de una vida


Por. Héctor Mendoza

El director de la película “The Truman Show” (Truman show: historia de una vida), Peter Weir menciona en el documental “How is going to end? The making of the Truman show” cuáles fueron los cambios que le hizo al guión original de Andrew Niccol. La alteración más importante fue en relación al ambiente de la ciudad/set de televisión que constituye el mundo de Truman. Mientras Niccol propuso una ciudad oscura y decadente, pensando en un sórdido Nueva York, Peter Weir comenta que prefirió una ciudad alegre y brillante que justificara que la gente viera el programa 24 horas al día. Un lugar perfecto, limpio y en orden, como salido de los catálogos de lugares de retiro o cabañas de reposo junto al mar. Sea-heaven, paraíso marino, tendría que ser un lugar de fantasía que después de buscarlo mucho la producción de la cinta lo encontró, no en un set, sino en una población que existe en una costa de los Estados Unidos donde los residentes, de posición económica holgada, de inicio no les gradaba la idea de que se filmara una película en su población prediseñada.

La propuesta de Weir resultó más efectiva por su actitud aún más siniestra. Un lugar decadente y oscuro nos llevaría a las ciudades catastróficas de la clásica ciencia ficción de los 70 de las sociedades post-apocalípticas. Weir introduce la comedia en el show de Truman lo que da por resultado mayor complicación al protagonista, además de realce al drama.

Weir reconoce lo fascinante de los guiones de Niccol que podemos definir como historias de anticipación. El show de Truman es una denuncia del “futuro de la televisión”, los reality shows. Niccol sigue con sus “visiones” en otros trabajos donde ahora esta en la silla del director, Gattacca y S1mone los cuales se colocan en el campo del “Not too distant future”.

Ya en otros lugares se ha escrito sobre las historias cuyo tema central es el cuestionamiento del mundo exterior.[1] Podríamos decir que la estructura principal de estas historias es que existe un personaje que está solo contra el mundo, y es “el único”. Recordemos los temas “clásicos” de los delirios: Persecución, grandeza, celotipia erotomaniacos. Lo interesante, es que en esos temas, el delirante se ubica en lugar especial, es el centro de todas las miradas. En este punto, podemos llamar la historia de Truman como un relato donde el protagonista genera una paranoia al sospechar de ser objeto de una persecución.

La tesis freudiana clásica con respecto a la paranoia aparece en las “Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente (1911)”, el conocido “Caso Schreber”. Lo expuesto ahí constantemente se reduce a una homosexualidad reprimida, por lo que, cuando se hace mención del articulo, por lo general se evade esa parte y se resalta los movimientos en las frases que llevaría a ser objeto de persecución: yo lo amo, yo no lo amo, lo odio, yo no lo odio, él me odia. Sin embargo, tomemos el elemento erótico que postula Freud presente en el delirio. En el mismo caso Schreber no se puede pasar por alto la voluptuosidad de Dios y el propio Schreber. Podemos reconocer en los delirios una trama vulgar de “me quieren coger” o “me quieren chingar”.

Volviendo al Show, Truman Burbank vive en un set de televisión que simula un pueblo costero. La persecución comienza cuando Truman empieza a sospechar de ese mundo exterior, así como de sus habitantes. Los delirios de persecución revelan su naturaleza de denuncia como en los mejores casos de historias de ciencia ficción.

La historia se podría llamar “El mundo perfecto de Truman”. Lo que se busca es aquello que es verdadero, “Reality tv”. La película comienza con el creador del programa Christof hablando de lo “cansado que todos estamos de ver lo falso de los actores”. Esta relación entre lo falso del actores y lo verdadero de los “reality shows” nos presenta la oposición entre disimulación y simulación. Mientras los actores disimulan los que son al presentarnos una ilusión y dar lugar a la fantasía, los reality shows simulan lo que no son, algo para ser visto.

La historia de Truman nos presenta una de las formas del concepto “almicidio” que es presentado por Daniel Paul Schreber en sus “Memorias de un enfermo de nervios”[2]. La vida de Truman, sus alegrías y sufrimientos, son explotadas por alguien más. Su mundo, lo constituye, sin saberlo él, el programa con mayor rating del mundo. Su ambiente es simulado, su vida, sus amigos y su esposa son actores que participan de este show. El creador de este show es el “tele-visionario” llamado Christof. Sería lógico pensar que Christof es como el Gran Hermano de 1984 de George Orwell, el psiquiatra Fleching de Schreber, incluso como el “malévolo” Doctor Gottleib Schreber del que nos hablan en “El asesinato del alma”. Sin embargo, en 1984 encontramos que O’Brien es un representante del partido, del Gran Hermano. Fleching es un representante del Dios atormentador, ¿Quién es el perpetra el almicidio en Truman Show? Christof es un representante del corporativo, de la cadena televisiva que busca puntos de rating, esa es la ganancia, esa es la ventaja que se toma de la vida y el alma de Truman. Pero aún más que eso, la corporación, la cadena televisiva solo le da a la audiencia, al respetable público lo que quiere. Todo por la ganancia, lo le da un giro a la frase blasfema de Schreber “La Sol/Dios es una puta”.

Si la voz del pueblo es la voz de Dios, la mirada del pueblo es la mirada de Dios. Si alguna denuncia esta presente en Truman Show es con respecto a los alcances del poder de la televisión. Aquí encontramos entre el Truman Show y 1984 una similitud, los efectos de estar siempre presente y siempre vidente. El imperio de la imagen. Muchos internos en manicomios claman desde su delirio que la televisión nos controla y que nunca tuvimos el más remoto control sobre de ella. Truman, con su alma y su vida, le da de comer a la bestia de millones de rostros representados por las ancianas con la imagen de Truman en las almohadas, la familia de japoneses, aquel que mete la tele hasta el baño, las personas del bar donde nadie conoce tu nombre, la señora y su hija que por ver su programa no escuchan el llanto de un pequeño, la pareja de guardias de un estacionamiento, etc. Todos ellos tomados por lo real de Truman, el único hombre verdadero en ese show, ya que todos los demás, usemos el lenguaje schreberiano, son hombres hechos a la ligera.

Estos personajes que son actores poseen una calidad auto-reflexiva. Los actores haciendo de actores que hacen de personajes, muy al estilo de Hamlet. Lo interesante es que en esa autorreflexión la denuncia se presenta y la verdad de la fachada nos devuelve a un lugar de origen. Esa es la parte de verdad que solo puede aparecer en el delirio auque la empresa se condene en el momento de volver a reflexionar. ¿Jacques Lacan busca detener esa reflexión auto reflexiva cuando anuncia “L'Autre de l'Autre n'existe pas”?

Para finalizar conviene hacer una pregunta final ¿qué condiciones son necesarias para estar en el mundo de Truman? ¿Qué tendría que ser posible para que semejante montaje viviera? El mundo de Truman es posible solo cuando un nuevo tipo de humano aparece en escena. El futuro del que nos hablan en Truman Show no es uno que se base en los grandes avances tecnológicos ya que los sets y las cámaras que nos muestran ya son posibles. Lo que no hay que olvidar, según nos dice Crhristof es que “todo empezó con una cámara”.


















Esta forma de tutoría es la que hace posible el Show de Truman. Truman no tiene padres sino que propiedad de una corporación que le da al público lo que pide. Una corporación que por cuestiones de rating y mantener al niño cautivo en el set, retiran al padre de la historia. Truamn es un nuevo tipo de humano que no es sino mercancía en su más pura expresión. Es parte del mobiliario aún y cuando es la estrella del show. Lo inquietante es cuando pensamos en términos actuales tales como “la familia como una empresa”. Lejos se encuentra la historia antigua de “creer a los hijos como propiedad” ya que primero son hijos. Tal pareciera que lo contrario es lo que aquí se presenta “ver a la propiedad como hijos”.

Esas visiones de Niccol y Schreber, son de tomarlas más en serio de lo que parece. Un pregunta final; en la experiencia de Schreber ¿dónde está la corporación?

Comentarios en jhmchector@hotmail.com



[1] Preferimos utilizar el término freudiano “mundo exterior” como uno de los elementos del aparato psíquico.
[2] Schreber, D.P. Memorias de un enfermo de nervios. Editorial sexto piso.

viernes, septiembre 29, 2006



“La Biblia de los psicólogos”
El DSM como el discurso del Amo


Por Héctor Mendoza

El título del presente escrito es la frase con la que un amigo se refirió al DSM, siglas amistosas del “Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders”. La anécdota empieza cuando me ofrecen el mencionado manual a bajo costo a lo que contesto que no estoy interesando en adquirirlo. Mi amigo pregunta “¿Por qué no? Tu eres psicólogo clínico y el DSM es la Biblia de los psicólogos”. Esa frase me pareció graciosa pero he confesar que fue hasta unos cuantos días atrás que se me permitió reconocer el saber de ese chiste a través de las reflexiones del psicoanalista Paul Verhaeghe en su libro “On Being normal and other disorders: A manual for clinical psychodiagnostics” (2004).

Verhaeghe llama a uno de los temas del segundo capítulo del libro, “Los DSM-diagnósticos: El nuevo Amo anónimo[1]” abordando de manera implacable y fina las razones del arraigo del uso del DSM en los psicodiagnósticos actualmente. Nos permitimos la traducción de este largo fragmento.

“La pregunta ahora es, ¿Cuánto peso carga el DSM? Para el estudiante sin experiencia, quien con frecuencia es ignorante de la historia de nuestra profesión, el DSM (y particularmente sus descripciones de los desordenes de la personalidad), aparecen como la madre de todas las cosas. Pero en el proceso uno tiende a olvidarse del resto de la familia…

…desde un inicio, el objetivo de la llamada encomienda de la APA fue construir un sistema diagnóstico basado en observación sensata. Sin embargo, no tardó mucho para que esta encomienda descubriera lo que todo filósofo y epistemólogo pudieron prever de antemano: simplemente que su enfoque ateórico y puramente de observación no alcanzó los resultados deseados. Para decirlo de manera más concreta, las descripciones del Eje uno del DSM son insuficientes. En este punto, debemos tomar nota de la creciente importancia y éxito del Eje dos, ya que el eje de los desordenes de las personalidad es justamente un intento de dejar atrás los aspectos netamente descriptivos, y ordenar de nueva cuenta los datos de observación en categorías.

De esta forma, la introducción de los desordenes de la personalidad testifica el pensamiento claro. Esta es la buena noticia. La mala es que, debido a que el intento fue mantener un enfoque netamente descriptivo en la categorización, la transición a un verdadero enfoque estructural no fue realizada, debido a que habría presupuesto una base teórica. Incidentalmente, vale la pena preguntarse exactamente qué es un desorden de la personalidad y, por implicación, qué constituye una “personalidad”.”

Verhaeghe pone el dedo en la llaga cuando resalta la forma y las (buenas) intenciones del DSM. En lugar de analizarlo desde la perspectiva de la anti-psiquiatría, tendencia por demás atrayente por el efecto adolescente de “liberarnos de la momisa”, Verhaeghe sigue los problemas de buscar una obra que tiende a la categorización tratando de evitar estar en un campo doctrinario. El mayor problema del DSM es el buscar tomar en sus manos el fenómeno humano de una forma inhumana. Con lo anterior no nos referimos a la polarización ingenua de la humanización entendida como exceso de emotividad y victimización ya que muchos humanista caen el mismo embrollo que el DSM, a saber, pensar que el objeto que esta tomando lo hacen sin velos que los cubran y llegan al “ser verdadero”. La forma aséptica de la medicina se hace presente en el DSM.

Esa forma de acerarse objetiva y científicamente al objeto ¿No es ya un supuesto ideológico? Sin embargo, el DSM aparece como la voz de la ciencia, no se reconoce en su discurso un autor sino la psiquiatría global (aunque sabemos que solo esta representada por los E.U.A.) y así la comunidad, la gente y el pueblo experto ha hablado. El DSM es la voz de Dios.

Verhaeghe aborda este tema desde la propuesta lacaniana del discurso del Amo. Los efectos son diversos si lo comparamos con las categorías diagnósticas del psicoanálisis. Mucho se ha intentado en el mismo del psicoanálisis, sobre todo por las instituciones, borrar la huella humana de Freud en la invención del inconsciente. Si algo resalta de la obra freudiana es que se reconoce a un sujeto en la propuesta. Recordemos algo dicho por Freud en los primeros tiempos del psicoanálisis.

“El procedimiento es trabajoso e insume al médico mucho tiempo, supone un gran interés por los hechos psicológicos y, al mismo tiempo, una simpatía personal hacia los enfermos. No puedo imaginarme que yo lograra profundizar en el mecanismo psíquico de una histeria en una persona que se me antojara vulgar o desagradable, que en el trato más asiduo no fuera capaz de despertar una simpatía humana, mientras que sí puedo realizar el tratamiento de un enfermo de tabes o de reumatismo con independencia de ese agrado personal. Las condiciones que se piden a los enfermos no son menores.” (Las negritas son nuestras)[2]

La forma de trabajo médico no es compatible con la de aquel que trabaja desde el campo subjetivo, como muestra basta el botón anterior, que al decir subjetivo ya existe un supuesto doctrinario que “mancha” y simultáneamente crea e instituye al objeto.

El DSM, al dejar las cosas tan claras, no nos advierte que para dejar todo tan ordenado y sin lugar a dudas tiene que desaparecer el rasgo humano por excelencia. La “Biblia de los psicólogos” funciona porque se puede leer en cualquier parte y parece que da en todas las direcciones. Las palabras son cuidadosamente seleccionadas para no suponer teoría alguna ni malentendidos. Todo tiene lugar, hasta lo que no tiene lugar, basta recordar los atípicos.

Lo crucial a reflexionar es la fuerza que tiene el DSM en las instituciones, su nicho por excelencia. ¿No es acaso lo que esta pasando con el DSM la mejor ilustración de la globalización en el terreno de la salud mental? Tal pareciera que las discusiones teóricas se han terminado y así como ya no hay comunismo ni socialismo el mundo puede ser visto desde una sola perspectiva totalitaria y es aquella que dice incluir todas las perspectivas.

La responsabilidad de la forma de recibir al DSM es plantear una posición estúpida y tomar desde el síntoma, desde eso que alguien recibe desde algún otro. Es decir, respetar y darle lugar a la experiencia de los psiquiatras así como de las reacciones ante la demanda que se les dirige, al tiempo de advertir que esas reacciones develan la relación con respecto al amo e intenta ocultar desesperadamente la falla discursiva.

Comentarios a jhmchector@hotmail.com para continuar este artículo.

[1] La traducción al castellano es nuestra.
[2] Sobre la psicoterapia de la histeria (Freud) en “Estudios sobre la Histeria” (Breuer-Freud) (1893-95)

sábado, julio 08, 2006




El Aviador
Visiones por encima de las nubes

Por Héctor Mendoza


Después de ver la película basada en la vida del magnate, cineasta, inventor y aviador Howard Huges, una pregunta se impuso ¿por qué decir que se trata del caso de una persona que padece de trastorno obsesivo compulsivo (T.O.C.)? ¿Cómo se relaciona esto con lo propuesto por el psicoanálisis con respecto a lo obsesivo? Se que muchos dirán que resulta innecesario hablar de diagnósticos psiquiátricos, pero justamente el seguir la pista de las excentricidades de Huges, más allá de llamarlas “manifestaciones de su T.O.C.”, nos permiten reconocer el genio y el carácter visionario como características intrínsecas en este caso. Así, en lugar de ser la historia de un hombre contra la enfermedad, es la historia de un hombre visionario, donde la enfermedad es la forma que tiene de ser hombre.

La historia bien ser podría llamar “apuesta por una visión”, y es justamente en lo concerniente de la apuesta que ya no nos encontramos en el terreno de la vulgar neurosis obsesiva (resaltamos lo vulgar en animo de devolverle al obsesivo lo cochino y obsceno de su pulcritud), ya que lo que brilla de esta es la incapacidad de apostar, siempre se juega a lo seguro, lo cual no es jugarse nada.

¿Por qué Huges necesita 26 cámaras para filmar su secuencia de vuelo? “¿No le parecen que ya tiene bastantes?” pregunta un ejecutivo cuando Huges le pide prestadas dos cámaras más. Huges responde que no, que necesita 26 para que sea perfecta. Muy bien podríamos decir, “¡claro, el típico obsesivo perfeccionista!” frase que borraría el carácter básico de la perfección del obsesivo, que se acomoda perfectamente a las convenciones sociales. El niño que le dice a la maestra que ese día había dicho que sería el examen, ya que no puede soportar el olvido, el error, la falla, la imperfección que puede pernear la ley, así que se vuelve el soporte de ayuda a la ley. Una cosa es no soportar la aparición de la falla y otra cosa es apostar por una visión “personal”. Huges le apuesta al futuro, Huges ve el futuro en tiempo presente. De hecho se anticipa a la forma de hacer películas en Hollywood, recordemos que la escena que nos presenta una imagen del mundo virtual, la tan recordada escena “bullet time” en “The Matrix”, fue filmada con 120 cámaras.

Tal vez el único problema de Huges es no poder parar de pensar, de ver y hacer. En los momentos de triunfo donde todos están celebrando, Huges sigue ideando. De nuevo podríamos pensar que muy obsesivamente no disfruta, la perfección impide que sienta placer lo cual se aplica a mucha gente pero no a Huges, en él se da el fenómeno de dos posibilidades, o el producto final no se asemeja a la visión que tenía o ya tuvo una nueva visión que seguir. La diferencia sustancial entre la reacción de Huges y la del neurótico obsesivo es que la culpa-deuda-pena-duda característica de este último no aparece en el aviador.

Precisemos que obsesión, o conducta compulsiva no dice nada por si misma, sino solo nos dice que alguien esta preso entre las redes de un determinado discurso que implica la relación del sujeto con respecto a un objeto, sea el de la “adrenalina” estilo el “Mocha-orejas”, sea la deuda del padre estilo el “Rat-Man” o sea las visiones del futuro estilo “Aviador”.

Lo interesante del caso que construyen DiCaprio y Scorssese en “el Aviador” son los recuerdos, podríamos decir, la fantasme de Huges siendo un niño con su madre. Los recuerdos nos muestran una escena donde un niño es bañado por su madre mientras ésta le explica que las infecciones que puede contraer por las enfermedades que hubo en el sur del país. Lo que más llama la atención es que no aparece la actitud frenética de aquella “psicosis del ama de casa” de la que habla Freud. Vemos a una mujer que tiernamente enjabona y limpia a su hijo, de manera erotizante. No es la escena de “¡limpia tu mancha!” culposa de los neuróticos, sino del acto erótico con tema de previsión y prevención, es decir, acto con la mirada puesta en el futuro. Lo que nos trae a dos reacciones de lavarse las manos. Desde la neurosis regulada por la culpa, “me lavo las manos porque me siento sucio”, hasta la paranoia, “me lavo las manos porque me atacan, me persiguen y me infectan por no compartir mi visión”, el lavarse las manos no podemos decir simplemente que es una compulsión por la limpieza.

El aspecto más significativo de que Huges dista mucho de ser un obsesivo compulsivo es la relación con el dinero. Huges tiene mucho pero nunca es lo más importante sino solo en relación con la visión. La gran diferencia entre los obsesivos y Huges es que él apuesta el todo por el todo y “no esta saliendo de una cuando ya se metió en otra”. Para los obsesivos la mejor palabra clínica y técnica que los define es la expresión mexicana de ser “culo”. Cuando se dice que alguien es “bien culo”, se alega a lo cobarde y lo mezquino, es decir, se alude aquel que no apuesta, ni presta; que no juega por temor a mancharse y quedarse sin nada y que prefiere no ganar con tal de no arriesgar; cuya fantasía de si estuviera en el campo de guerra (el campo de la vida podríamos decir) se haría el muerto para sobrevivir.

Las obsesiones de Huges, aquello que lo toma, que lo encanta, son lo que lo coloca como fuera de serie, fuera de este mundo. Huges fluctúa entre este tiempo y el futuro. Filma la película más cara, en realidad establece un record de apuesta en el terreno del arte cinematográfico y abre el campo para otros cineastas visionarios. Cuando Huges vuela, lo hace por encima de las nubes y establece la forma de ir más allá, se aleja del centro cómodo de la realidad por lo que todo en él son excentricidades. Sus viajes y “sus viejas” dan cuenta de que se la puede pasar demasiado bien. De nuevo el gran villano de la película en el caso de los visionarios es esta figura todopoderosa que atrapó a Huges, la Corporación, podríamos precisar, el Estado Corporativo. Por más emprendedor que fue Huges topó con el sistema Estado-Corporativo y su ideología base, el monopolio[1]. No es extraño que el momento en el filme cuando Huges se recluye sea cuando El Estado-Corporativo lo quiere incorporar y succionar su visión como parte de La visión y La misión de la Empresa, lo que conlleva a la muerte de los sueños al establecer el “sueño oficial”.

Si tuviéramos que terminar con un diagnóstico para Huges le adjudicaríamos el sanbenito de “visionario”, al estilo de otros como Daniel Paul Schreber, John Nash y Newton, reconociendo en su discurso uno que ciertamente se aleja de la realidad. Cerramos este escrito recordando el slogan del caso construido por DiCaprio y Scorssese: “algunos hombres sueñan con el futuro, él lo construyo”.

Una visión más

En el documental “La aflicción de Howard Huges: Trastorno Obsesivo Compulsivo”[2] se mencionan frases interesantes por parte del Médico que asesoró a DiCaprio en la realización de la película. Una de estas frases es la siguiente: “Lo perverso del TOC es que cuando intentas alinearte haciendo lo que ese mensaje erróneo te ordena te desalineas aún más”. El mismo DiCaprio nos presenta algo del porqué le agradó y llamó este personaje de la vida real: “quise comprender cómo era tener esos rituales y tener en la mente cosas que necesitas hacer hasta lograr una sensación de paz…traté de hallar la sensación correcta, consiste en ser capaz de armar esa frase de manera... tiene que ver con la fonética y la forma de decirlo para que la frase salga de tu boca de manera perfecta.”

El médico consultor de la película Jeffrey M. Schwartz menciona “el punto clave para entender el Trastorno Obsesivo Compulsivo es que la razón por la cual la persona tiene estos pensamientos intrusos y necesidades es debido a un desequilibrio químico en su cerebro. Se puede ver la actividad excesiva. Hasta que no se los enseñas, no lo saben.”

Otro dato del caso lo proporciona Donald L. Barlett, co-autor del libro “Howard Hughes: His life and Madness”: “uno de los detalles sobre las fobias por los gérmenes es que su madre era particularmente obsesiva al respecto. Hay cartas que ella escribió a las colonias de verano a las escuelas privadas…” y completa el otro co-autor James Stele: “le escribió al jefe de exploradores toda clase de cartas sobre: “asegúrese de que no se acerque a nadie con enfermedad contagiosa.” Y siempre le preguntaban a él: ¿Notaste algún cambio en tu bienestar? Estaban muy preocupados por su bienestar. Así que a muy temprana edad se dio cuenta de que los gérmenes, los insectos y cosas por el estilo pueden causarle problemas Eso es lo que le inculcaron.”

Los pacientes que salen a cuadro hablan un tanto diferente con respecto a su obsesión y compulsión con relación al tema compulsivo de Hughes. Uno de ellos menciona que no tiene el “síntoma del sentimiento de contaminación” sino otros, por ejemplo el “síntoma de la repetición”. Si reducimos el síntoma como signo médico solo palomeamos en el recuadro que dice “conducta compulsiva”, sin embrago cuando es un discurso nos encontramos algo diferente. Este mismo paciente lo dirá así: “Me preocupa lastimar a alguien. Al salir de una tienda o un lugar público miro hacia atrás o regreso para ver si todo esta bien, y lo hago una y otra vez.” Otra paciente, Zog, menciona: “Al principio me arrancaba el pelo y luego tuve miedo del pecado, cualquiera que sea mi definición de pecado, pasaba horas y horas rezando.” La tercera paciente dice: “toda mi vida ha sido una llena de ansiedad y concentración en fragmentar cosas. Por ejemplo, detrás de ti hay un póster y en mi mente se esta dividiendo y… trata de ordenarlo de una forma simétrica.”

Sin embargo para estos pacientes, la terapia que ha funcionado es la más paradójica posible, el doctor Schwartz la explica así: “En la nueva era, lo que es particularmente poderoso es saber que puedes utilizar la percepción consciente (mindful awareness) y el poder de la atención focalizada para cambiar lo circuitos cerebrales. Y cuando se usan los medicamentos son para mejorar la concentración conciente, no solo para tratar los síntomas.”

En un panel de discusión sobre el Trastorno Obsesivo Compulsivo realizado el 2 de diciembre de 2004[3], varias sorpresas anunciadas aparecieron, algunos sabían lo que decían otros afortunadamente no lo sabían. Leo DiCaprio dice: “Recuerdo que de niño caminaba de regreso por una cuadra para pisar una grieta por ese mismo sentimiento (hacer algo una y otra vez). En cierto momento de mi adolescencia me dije a mi mismo: Esto es completamente innecesario. Llegarás tarde a la escuela. Basta.” El doctor Schwartz, el anfitrión del panel llega con dato impresionante: “Aunque tu cerebro por conexión genética te envía estos sentimientos en lo que trabajé tan duro con Marty y Leo fue que en esta época sabemos que el cerebro invalida estas señales y que nos permite cambiar el funcionamiento del cerebro y cambiar cómo se expresa el genoma. Estamos en la época de la conciencia cuidadosa (mindful awarness)…Lo que queríamos que hicieran no era imitar, no era arremedar no ver a la persona con trastorno obsesivo compulsivo como se ve desde fuera sino ser una persona con trastorno obsesivo compulsivo…Y ahora sabemos de múltiples estudios de la imagen del cerebro de los cuales algunos los hizo mi amigo Mario Beauregard de la Universidad de Montreal que cuando un actor interpreta a un personaje, la sangre fluye en su cerebro y la serotonina de su cerebro adopta las misma características, del paciente que representa. Su cerebro, en una palabra, se convierte el cerebro del que lo padece.” Con esta declaración el doctor Schwartz ubica fuera del campo de la psiquiatría el problema que encuentran en el trastorno obsesivo compulsivo. El cerebro se vuelve una expresión del sujeto, no el sujeto en sí. El doctor Scwartz dijo sin querer que la tendencia de la psiquiatría y lo psi institucionalizado de cada vez más fundirse con la neurología van por mal camino, ya que solo tendrá “cerebro de TOC” quien actúe, ejecute ritos y siga el discurso del “TOC”.

Serán las aportaciones del cineasta Martín Scorsese las que arrojan lecturas importantes en el tema. Las primeras son de orden artístico. Comenta que le importaban los puntos de vista de los objetos, por ejemplo la escena donde Hughes mira hacia unas toallas y después las toallas lo miran a él. “Cómo el ambiente lo mira a él” eran las escenas que le importaron a Scorsese. Pero un nuevo elemento introduce: “Creo que todo se convirtió en un ritual religioso. Y luego lees Golden Bough y entiendes esos elementos básicos. El concepto de la magia, ¿Qué es primitivo en la magia? ¿Qué es la efigie de cierta persona? Y la idea de un muñeco vudú que se convierte en algo. Parece que es algo que esta presente en cada cultura. Parece haber algo en nosotros como seres humanos que se relaciona con eso. Que tiene una necesidad del sentido “mágico”. Algún tipo de indulto o repliegue del caos del Universo.” Para después ser interrumpido por los comentarios del Doctor Meter Whybrow, director del Instituto de Neuropsiquiatría de UCLA que interpreta lo dicho por Scorsese como: “Creo que los seres humanos estamos desesperados por el control.” Ahí estriba la gran diferencia entre el arte y la ciencia. Mientras una apunta a lo místico y mágico del humano la otra busca, analiza y controla el control. ¿Será que la única forma de no tratar al obsesivo es por medio del control sino de no-control? Ciertamente Hughes, esta por encima de eso.

[1] ¿Será el Monopoly el juego de los niños postmodernos?
[2] Documental que se incluye en el DVD “El Aviador”.
[3] También incluido en el DVD “El Aviador”

¿Qué es lo que las mujeres hacen mejor?
Por Héctor Mendoza

Hace unos días me invitaron a una obra de teatro llamada “Ellas lo hacen mejor”[1]. Dicho título provocó en mí una doble reacción. Por una parte, me preocupaba que la obra solo tratara la típica “guerra de los sexos” y que solo se sostuviera el estandarte feminoide “contra ellos”. Por otro lado, además de la invitación, me llamaba el título a repensar el problema de la mujer y su hacer, ya que dos frases recordaba con ese “lo hacen mejor”, dichas frases mencionadas por el psicoanalista Jacques Lacan en una conferencia sobre “el síntoma”: “La Mujer no existe” y “las mujeres analistas son las mejores. Son mejores que el hombre analista”. Al terminar la obra quedé sorprendido y me pareció haber visto una rendija por la cual se puede salir del atolladero de “la lucha de los sexos” que el discurso políticamente correcto propone. La salida se encuentra en el mismo lugar donde Freud inventó el psicoanálisis, en las palabras de las mujeres.

Resalta de la obra su estructura de monologo. ¿A qué invita un monólogo? A que la audiencia se involucre, que la cuarta pared se desmorone y seamos involucrados. La anécdota es relativamente sencilla. La protagonista es una psicóloga, Teresa, impartiendo un taller de superación profesional. En el transcurso del taller, la protagonista lo aborda de la mejor manera, dando cuenta de que no es experta en el tema ya que habla de sus errores, comienza a hablar de su vida. El taller se vuelve una sesión terapéutica para la propia protagonista. Sus gritos, desesperación, risa y llanto nos hablan de una mujer y su drama, haciendo hincapié en la sociedad machista como la culpable de mucho de su sufrimiento. Algo que brilla por su ausencia son los temas de la equidad legal, laboral y económica lo que coloca la tragedia de la protagonista en una dimensión que nos permite abordar mejor el drama actual que por reduccionismo se mete en el saco de la “violencia contra la mujer”. El taller se transforma en los problemas amorosos de la mujer, de esta mujer que nos habla.

La obra comienza con la protagonista diciendo que es un hombre. La propuesta es encantadora. Menciona que es un hombre porque “así será tomado en cuenta lo que dice ya que en el mundo machista lo que dicen las mujeres no importa, sin embargo lo que dice un hombre siempre es tomado en serio por su propia condición de hombre”.

Desde el psicoanálisis esta artimaña de “transformarse” en hombre resulta familiar. Si pensamos en las histéricas (hombres y mujeres) que atendió Freud encontramos este “ser el hombre” para la expresión de los síntomas. No estamos diciendo que se hagan conviertan en hombre sino todo lo contrario, que la forma de la feminidad pasa por la masculinidad, se cree que el deseo es saciado haciendo lo que los hombres hacen ante el supuesto que ellos lo hacen por ellas, por lo que es en ellas más que ellas mismas. En ese sentido el machismo se reduce a la frase de una madre diciéndole a su hija “Mi hijita, los hombres solo quieren aquellito” (o a la Freud llamándole al gato, gato).

Cuando creemos que se atiende aquello que los hombres dicen nos quedamos atrapados en el machismo ultranza, “todos los hombres son iguales”. Podríamos pensar que el mismo hombre que cree en lo que dice se altera en si mismo, se atiende y no se escucha.

¿De donde proviene esta creencia en el hombre? ¿De donde viene esta desconfianza en la mujer? Fácilmente podríamos decir que el machismo tiene la culpa y traer a colación la gran cantidad de estudios sociológicos, médicos y filosóficos que habla al respecto, podríamos llegar a las cifras de las muertas de Juárez y la violencia intrafamiliar como signos que apoyen una tesis que cae en un círculo vicioso ideológico. Vayamos mejor al discurso directo, vayamos a la obra.

¿Qué hacen ellas mejor? Hablar, quejarse, demandar. Escribo esto con la mayor cautela posible porque el tema esta tan manoseado que inmediatamente se encuentra una valoración en absolutos estilo “¡ah! ¡Claro! ¡Como es hombre dice eso!” La intolerancia se hace presente cuando no se puede ver más que el sexo que se supone. La forma de desatollarse es reconociendo la fisura del modelo. Al mismo Lacan le preguntaron “¿las mujeres son mejores analistas?, ¿mejores en qué? ¿Mejores cómo?” A lo que respondió “Las mujeres se adentran y lo hacen con un sentimiento muy directo de qué es el bebé en el hombre. Para los hombres es necesario un duro quiebre.” ¿A cuál duro quiebre se refiere Lacan? Podríamos jugar con la noción del falo y la mejor forma de acercarnos al problema es con lo mismo que nos convocó, “lo hacen mejor”.

Hagamos hincapié en el hecho de que en la frase “lo hacen mejor” lo que se pone en juego es la potencia. ¿Quién hace mejor el amor? ¿El hombre o la mujer? Solo el hombre podríamos decir, ya que con relación a la potencia solo los hombres se dividen en potentes e impotentes. “Él lo hace mejor”. Sin embargo, no estamos diciendo con esto que las mujeres lo hacen peor, sino que ellas no-lo hacen mejor. Frente al desempeño en el acto sexual (jugamos con la insinuación sexual de la frase “lo hicieron”, que sin ninguna otra explicación se puede asumir la función fálica) la potencia de la mujer no esta presente, ella entra al goce sexual no-toda, no-toda fálica. Al ubicarse en el lenguaje como pasiva-se le hace-pasional no hay nada que probar. Resulta interesante desde esta óptica los dos más grandes problemas sexuales en una sociedad como la nuestra: impotencia y anorgasmia. En las sociedades posthumanas donde la equidad es un hecho y el machismo ha sido erradicado distribuye estos problemas sexuales de manera inversa, las mujeres cogen como hombres y los hombres como mujeres, por lo que “ya no hay hombres como los de antes”.

Amor y sexo se entrelazan, no se mezclan, ni hacen relación, se ofertan y se demandan. El psicoanálisis ha sido de esas pocas disciplinas donde el amor es un tema de interés, donde no se le teme o cuantifica, o se propone un “amor inteligente”, sino se aborda desde su dimensión de ilusión, de ficción real, de puesta en escena, y, así, ya volvimos al teatro.

En la obra, Teresa comienza hablando de la primera relación con un hombre y fue su padre. El era “un artista” aunque para él, ella era “solo un estorbo y nunca recibió una palabra de cariño o reconocimiento”. Después explica que esa relación la marcó debido a lo descubierto por Freud, a saber, el Complejo de Electra. Bien sabemos que Freud nunca estuvo de acuerdo con el término, ¿por qué? La denominación pondría en equivalencia la vida amorosa del niño y el de la niña, “los nenes con las nenas y las nenas con los nenes”, los niños y su Edipo y las niñas y su Electra. La precisión Freudiana es en el punto inicial. ¿Cuál es el primer objeto de amor? La Madre con los niños, y después no encontró razón para pensar que fuera diferente con la niña. El amor empieza por la vía de la Madre en ambos casos, por lo que en la niña no existirá el complejo de Electra sino un Edipo femenino. Desde un inicio el trance de devenir mujer es un camino que se distingue por un detalle, buscar un objeto no-todo.

Al que me llamó la atención en unos comentarios después de la obra fue que se resaltaba el hecho de que la obra fue escrita por un hombre y dirigida por un hombre. La precisión que me parece pertinente es que la escribió un escritor y la dirigió un director, donde la función supera el género. Podríamos pensar que influye en ese decir el que sea hombre o mujer lo cual es cierto, sin embargo esos supuestos se aplican a cualquier sujeto. Es decir, cuando el escritor se reconoce como hombre toma un objeto supuesto que también puede percibir una mujer, cuando habla en la obra una mujer, el supuesto también opera. Con todas las letras, ahí, habla una mujer, se mueve una mujer y actúa una mujer.

El final de la obra me parece digno de resaltar y es el encuentro con la Otra Mujer. Muy edípicamente (el de Sófocles) el flash back de Teresa la lleva con su madre justamente al ser madre en ella misma. ¿Por qué Freud menciona como única salida de la mujer ante la envidia del pene el ser madre? Podríamos ser ingenuos y leer “envidia del pene” como “las mujeres quieren un pene”, en lo que pondríamos demasiada atención al pene y no a la envidia. La envidia no se calma cuando decimos lo que queremos y nos lo dan. La envidia (de la mala por que la otra es peor ya que es una mentira defensiva) nos construye como sujetos, el objeto nos edifica cuando nos hace ojitos. La envidia no necesariamente será de la mujer hacia el hombre sino establecerá los tres elementos básicos de la relación de objeto: La madre-el falo-el niño.

Envidia del pene en la mujer, angustia de castración en el hombre serán los posibles intentos de solución neuróticos que Freud designará en el sepultamiento del complejo de Edipo. De ahí que lo que se haga en el sendero de aliviar la envidia, el propio envidiar, siempre llevará al hacer, al crear y la expresión del amor, amor de ser amada. Mientras que el amor del costado de los hombres se ubicará en el sendero de la potencia.

Ellas lo hacen mejor por que lo no-hacen, no deben hacerlo y eso hace que se brille. En el psicoanálisis, para su práctica, eso cuesta trabajo al hombre ya que se juega en la posición del objeto causa de deseo, no en el objeto de la vulgar potencia.

Si una cosa queda clara en la obra es que los “consejos” que da la protagonista se aplican solo a ella y su vida. De tal forma que solo la envidia del espectador, la histerización y el hacer algo con ello provoquen el cambio cuando alguien en la audiencia se diga “¿por qué no soy como ella?”

[1] "Las mujeres lo hacemos mejor" De: Roberto Ramos Perea Dirección: Alejandro Alonso Actúa: Claudia Abrego. Sinopsis: ** ¿Y… qué es lo que hacemos mejor?... TODO. Con una alta dosis de humor e ironía, esta obra lleva al escenario la problemática sobre la identidad femenina. Claudia Abrego interpreta a Teresa… Ella es psicóloga, esposa, amante, madre, pero sobretodo MUJER.

viernes, junio 30, 2006


CSI: NY
¿De cuál crimen es escena Nueva York?

Sin duda alguna uno de las series policíacas más populares en tiempos recientes es CSI donde se narran las investigaciones que emprende el equipo forense de la ciudad de las Vegas. Los criminólogos son los héroes anónimos que se someten obsesivamente a las reglas, los procedimientos y las evidencias para atrapar a los culpables. La serie tiene un halo de veracidad y realismo realzado por un tipo de dirección que se “mete” en los detalles y reproduce “virtualmente” los actos criminales investigados. Así, ya no hay dramatizaciones ni recreaciones sino simulaciones cibernéticas que son más reales que “la vida misma”. Los juegos de policías y ladrones han cambiado por los científicos y la ciudad, lo que nos recuerda que en estos tiempos el arma más peligrosa es la información científica.

Debido al éxito de la serie, aparecieron las versiones de otras ciudades importantes, CSI Miami y CSI New York. Cada versión sigue el mismo patrón (¿o procedimiento de investigación?). Se presenta el crimen que termina con una frase ingeniosa por parte del investigador en jefe, cortinilla de presentación, primeras evidencias y presentación del segundo caso, primeras conjeturas, problema de esas conjeturas (nudo del problema) y resolución de ambos casos aderezada con una reflexión dramática que nos recuerda la “condición humana” del programa. El formato incluye los personajes que de alguna manera permanecen: el jefe melancólico, la “segunda seductora” del jefe, el policía “camarada” de homicidios, los aprendices impacientes “carne de cañón”, el laboratorista “especialista en DNA”, y el médico forense “atrapado en la morgue”.

Sin embargo, a pesar de seguir estas similitudes, cada versión tiene sus pequeñas grandes diferencias en la ciudad. Así como no se puede entender una serie como “Sex and the city” sin considerar a la ciudad como el personaje principal (mal traducida como “Sexo en la ciudad” en lugar de “Sexo y la Ciudad”)[1], en “CSI: Crime scene investigation” (“Investigación de la escena del crimen”) la ciudad es la protagonista al ser la constante, ya que por cuestiones de jurisdicción, la C.S.I. siempre será la ciudad.

Pasamos del oropel y la corrupción de las Vegas al glamour y latinización de Miami. Sin embargo, Nueva York, al ser la tercera en la serie, da un giro y un final a la formula. Pensemos en tres tiempos donde el tercer acto es el final y el chiste llega a su “Punch line”[2]. Empecemos por el final, o mejor aún, por el principio del fin, el primer capítulo de CSI: NY.

El capítulo llamado “Blink” (parpadeo) comienza con una toma en una iglesia católica donde vemos al jefe del departamento de CSI: NY el detective Mac Taylor, interpretado por el actor Gary Sinise. Mac mira con ojos llorosos a una imagen de la virgen María. Le informan de un asesinato. Llega a la escena del crimen de una mujer que ha sido abandonada cerca del río. Al comenzar a analizar el cuerpo le afecta un detalle, un anillo. Termina la escena con la frase “Alguien allá (en la ciudad) ha perdido a su esposa”. Música estridente y cortinilla de presentación del programa.

Sigamos la pista en aquello que es sin importancia, la música. Algo que resulta interesante e incluso rasgo distintivo de la serie, es el tipo de tema música. ¿Qué sería de la Niñera sin su alegre tonada (“And then she became the nanny!”) que nos presenta el encuentro de dos mundos Broadway y el pueblo judío? ¿Qué sería de Sex and the city sin su ritmo-son latino? ¿Qué sería de los Simpson sin el toque oscuro de Danny Elfman? ¿Acaso no encontramos el leitmotiv de la serie Smallville en la frase “Somebody save me” donde el héroe postmoderno es una víctima retro que pide ayuda? En este trance, ¿qué nos dice la música de CSI?

El tema de CSI es impactante, sonidos altos, gritos y notas estridentes de The Who en el silencio que parecen mostrar una furia contenida. Resulta el contrapeso necesario en la quietud y sobre-pa-ciencia de la labor de los criminalistas. La cortinilla muestra golpes, gritos, balazos pero sabemos que el tono de la historia es aséptico y extremadamente pasivo. Incluso antes de cada corte comercial existe quietud y silencio se empieza a colar el sonido y crece hasta que es cortado por el comercial, siempre parece que va a explotar pero nunca lo hace del todo.

Volvamos al episodio. Empezando el caso la teniente Isabela Bonasera, segunda de Mac, lo empieza a notar extraño resaltado por la pregunta “¿Cuánto llevas sin dormir?” que el responde “¿Qué es dormir?” Al examinar el cuerpo de la chica encontrada determinan que sufrió de varios ataques cerebrales antes de morir. Tan pronto como localizan al esposo de la víctima encuentran un nuevo cadáver que presenta las mismas marcas por lo que suponen, buscan a un asesino en serie. El detective Taylor se interesa por los nervios que son manipulados por el asesino hacia sus víctimas provocándoles los ataques o el coma. Resulta interesante como en los casos de detectives contra asesinos perversos la única forma de encontrarlos es ponerse en lugar del asesino, locuaz siempre resulta extrañamente perturbador para el protagonista.

Esto nos lleva a la tan conocida frase de S. Freud “las neurosis son el negativo de las perversiones”. En las historias de asesinos en serie encontramos “un frente a frente” entre el asesino perverso y un detective obsesivo que comienza pensar como el asesino. El ejemplo más claro lo encontramos entre los personajes de la novela de Thomas Harris “Dragón rojo”. Cuando se encuentra “cara a cara” el detective Graham y el asesino Aníbal Lecter este último lo despide con una frase “¿Sabes como me atrapaste Will? La razón de porqué me atrapaste es porque somos muy parecidos”. Parecidos pero no iguales, dejemos esta frase hasta ahí, después regresaremos.

Por la evidencia, Taylor y su equipo encuentran la casa donde el asesino tenía a sus víctimas hallando en el sótano una nueva víctima pero con la diferencia que se encuentra viva aunque en coma, muerta en vida ¿o viva demasiado viva? Mac comienza “procesarla” esto es tomarle fotos y recabar evidencia aunque pidiéndole permiso, él le habla aunque ella no responde. Finalmente le pide disculpas si la molestó en algo y ella parpadea. Mac considera que intenta comunicarse.

Mac va a pedir consejo con el doctor en jefe del departamento de policía. Lo que brilla en este personaje son dos detalles. Primero, que parece ser el único al que Mac lo reconoce como Sujeto supuesto saber, un experto mayor que el. Segundo, el doctor es un discapacitado que se encuentra en silla de ruedas. Esto último es significativo, la omnisapiencia solo es presente en la impotencia, signo presente en el doctor forense de la original CSI (las Vegas).

El doctor le comenta que tal parece que ella padece del síndrome de encierro y lo explica así:

Mac: Ella intentaba comunicarse pero como si no pudiera…
Doctor: Es probable.
Mac: ¿A qué se refiere?
Doctor: Síndrome de encierro. Creo que sé lo que es. Creo que su víctima del ángel de misericordia fue víctima de un perverso experimento científico. Indudablemente es alguien con gran conocimiento médico.
Mac: Síndrome de encierro.
Doctor: Un raro desorden neurológico caracterizado por la parálisis completa de todos los músculos voluntarios del cuerpo con excepción de los ojos. En esencia ella está encerrada dentro de su propio cuerpo y su mente está completamente lúcida.
Mac: ¿Puede ella… salir del síndrome?
Doctor: No, temo que es irreversible.
Mac: ¿Cómo es que las encierra intencionalmente?
Doctor: Sabe de esto. Imagino que primero tuvo que sedarlas, ponerlas en estado dócil para localizar puntos específicos sobre presión arterial.
Mac: No se estaba poniendo más violento sino perfeccionando su técnica.

El acto perverso del asesino es mucho más que un simple asesinato. Mantiene a su víctima en el punto más alto del concepto víctima. Las reduce (¿o eleva?) a la condición de “todo ojo”. Las convierte en una parte de ellas y solo esa parte. A veces se pierde en los diferentes actos perversos qué objeto esta en juego. Cuando el exhibicionista ejecuta el acto (¿todavía queda alguno?) no solo busca reconocerse desnudo, es mucho más que eso, es reducir a la víctima candorosa (¿todavía hay alguien que no lo sea?) a la condición de “todo ojo” que ve eso que debe dar asco por ser excesivo en la fantasía. Mientras que Mac ve en esos ojos de la victima una intención de comunicación, el asesino busca que la víctima no comunique nada, sea el Ojo.

Finalmente atrapan al asesino que resulta ser otro doctor, pero ruso, tío de la segunda víctima hallada. Mac habla así con él:

Mac: ¿Por qué no le cuento una historia “doctor”? Usted mató a Sonja al tratar de encerrarla en su propio cuerpo. Reconoce este, es la identificación de un taxi, usted conduce uno. ¿Así obtenía víctimas? ¿Por qué? ¿Por qué encerrarlas?
Sr. Ivanov: ¿Sabe lo que el nombre Vokta significa en ruso?
Mac: Regalo de Dios.
Sr. Ivanov: Sonja vino a mí, ella vino a mí porque quería ser cuidada por mí. La alimenté, bañé, le leí literatura, le puse música. Todas querían ser liberadas de la carga de la vida diaria. Alcanzar una utopía cerebral. Vivir dentro de sus sueños, que sus mentes vagaran sin obstáculos. Darles el regalo de la libertad.
Mac: Ese era el plan.
Sr. Ivanov: Ese era el pacto.
Mac: Creo que cuando Sonja le pidió que la cuidara, paralizarla de los ojos para abajo no era lo que tenía en mente, ¿o sí doctor? No se trataba de libertad o de Sonja, o de un regalo de Dios, era sobre el control. Al instante que llegamos a su puerta perdió el control, por eso fue que abandonó la casa. Pero abandonó a la mujer, después de todo, aún seguía viva, no podía desconectarla ¿o sí doctor? Finalmente funcionó, ellas murieron por la misma razón por la que usted fue arrestado, no supo cuando detenerse.

Esta confrontación es un juego de espejos. Mac y el doctor bailan paso a paso con una cadencia programada. Mac reclama y contradice, “No se trataba de un regalo de Dios, era sobre el control”. ¿Por qué el control? Cuando se pregunta sobre los rituales obsesivos y las clásicas manías de los T.O.C. como les llaman los psiquiatras (toc, toc, ¿quién es?) se habla del control, no quieren perder el control. Lo paradójico de esta tesis del control es que entre más busca control el obsesivo más se descontrola, es decir, el control es parte de la fantasía para una manifestación del deseo inconsciente.

Mac reclama y le echa en cara al doctor perverso que se parezcan tanto y no sean iguales. En la pregunta inicial de ¿porqué lo hizo? Podría responder ¿porqué lo pregunta? ¿Por qué no duerme por atraparlo? ¿Por qué pregunta si ya lo sabe? Tal vez la gran pregunta esta en la línea del porqué siguió, es decir, si ya tenía a Sonja, ¿no fue el problema del doctor haberla tenido de más? Ya gozaba de ella pero quiso más el goce que de ella. El problema del objeto del deseo que se busca y se escapa de las manos es la trampa perversa, al lograr capturar lo efímero se echa a perder porque no se pierde. Mac todavía no alcanza a reconocer eso porque está en proceso de pérdida.

¿En qué se parecen Tylor al doctor Ivanov? El reclamo nos puede dar la clave, “¡Usted no es un doctor!” El perverso experimento científico, ¿habrá uno que no lo sea? La experimentación implica la manipulación de las variables y un intento desesperado por borrar la influencia y presencia del experimentador. No hay en estos tiempos mejor fin de la discusión como cuando alguien refuta diciendo “Está científicamente comprobado” porque es la ciencia quien lo dice sin el científico. El perverso experimento del asesino es la encarnación de la persecución de la que fue objeto D. P. Schreber. Dios, a través de su psiquiatra E. Flechsing manipula los nervios de Daniel Paul en orden de lograr la bienaventuranza, ese era un regalo de Dios, transformarlo en la mujer perpetua de Dios. El asesino comete un almicidio, un “Seelenmord”.

Tylor e Ivanov se tocan en un detalle que resaltaba el saber de Schreber, Dios no sabe tratar con humanos vivos, solo con cadáveres. La lógica en la revelación de Schreber es impecable. ¿Cómo es el contacto de Dios con los humanos si cuando se funden es en el más allá, en el paraíso?

La tentación de Mac es el de fundirse con el lugar del objeto de la ciencia. Algo presente en CSI es la idea de la ciencia como la que atrapa a los sujetos, sin embargo, el contrapeso necesario son los detalles sin importancia. Lo no científico. Las historias humanas, ¿qué es eso? La melancolía de Mac, la impotencia del doctor, los romances secretos y la tensión sexual entre los protagonistas, así como las ocurrencias que llevan a ver lo que estaba a la vista pero no visible.

Mac visita a la víctima que esta vida pero en estado de coma. Le informan que presenta muerte cerebral. El, comienza a hablarle.

Mac: Estoy tan cansado. ¿Sabe? Solía sentarme así con mi esposa. Su nombre era Claire. Murió el 11 de septiembre, nadie lo vio venir. El otro día estaba limpiando el closet y descubrí una pelota. Y recordé que fue mi esposa quien la infló. Jamás le dije esto a nadie pero, me deshice de todo lo que me recordara a Claire, mucho dolor. Lo único que no pude tirar fue esa pelota. Su aliento aún sigue ahí.

Mac toma un taxi y le dice al taxista “A la zona cero”. Llega a la zona cero y se abraza de la reja, la cámara se aleja y terminamos observando el gran vació que cerca la valla, vemos el vacío de la zona cero.

CSI NY gira en torno a una escena del crimen que todavía no puede ser incorporada. La zona cero da el ejemplo relacionado con la presencia de aquello que tanto se buscó, efecto de la imposición de libertad en el otro. No puede ser tomado este vacío por la línea de lo científicamente comprobado o políticamente correcto sino sobre lo que encara cada quién en ese vacío.

[1] ¿Será Sex and the city el correspondiente femenino de CSI?, es decir, ¿una mejor lectura de las dos series será encontrar lo erótico en Grisom y el crimen en Carrie?
[2] En un capítulo de la CSI original, la víctima es un comediante de Stand Up en un bar. Grisom busca por todo el escenario hasta que alguien le pregunta What are you looking for? A lo que responde A punch line?

viernes, junio 23, 2006


Jack Bauer y
la Ética de la Urgencia
Por Slavoj Zizek


La quinta temporada de “24”, la fenomenalmente exitosa serie de televisión de Fox, tuvo su inicio el 15 de Enero. Compuesta por 24 episodios de una hora, el programa cronometra un día de trabajo de la ficticia Unidad Anti-Terrorista de los Ángeles (C.T.U. las siglas en inglés de Counter Terrorist Unit) y los intentos desesperados para frustrar un ataque terrorista catastrófico. (En la temporada 4, interceptan un arma nuclear robada que iba a explotar sobre una ciudad estadounidense importante) La naturaleza de “tiempo real” de la serie le confiere un fuerte sentido de la urgencia, enfatizado por tic-tac del reloj y acentuado con las tomas de cámara manual y pantalla dividida que muestran los eventos que acontecen a varios personajes.

Incluso los cortes comerciales contribuyen a este sentido de urgencia: Antes de un comercial, vemos en la pantalla un reloj digital que muestra las “7:46”. Cuando volvemos a la acción, el reloj digital marca “7:51”. La duración del corte comercial en nuestro, de los “espectadores”, tiempo real es exactamente equivalente al vacío temporal en la narrativa de la pantalla, como si los eventos continuaran mientras nosotros veíamos los comerciales. Esto hace que parezca como si la acción corriente es tan apabullante, inundando el tiempo real del espectador, que incluso los cortes comerciales no pueden interrumpirla.

Esto nos lleva a una pregunta crucial: ¿Qué significa éticamente este sobre- dominante sentido de la urgencia? La presión de los eventos es tan imperiosa, la apuesta es tan alta, que requieren una suspensión de las consideraciones éticas ordinarias. Después de todo, mostraría reparos morales cuando la vida de millones se encuentra en las manos del enemigo.

Los agentes de CTU actúan en un espacio de sombras fuera de la ley, haciendo cosas que “simplemente tienen que ser hechas” para salvar a la sociedad de la amenaza terrorista. Esto incluye no solo el torturar terroristas cuando son capturados, sino incluso torturar a miembros de CTU o sus familiares cercanos cuando se sospecha de lazos terroristas. En la cuarta temporada, entre esos torturados estuvieron el yerno y el propio hijo del secretario de defensa (ambos con el total consentimiento y apoyo del secretario), así como una miembro de CTU, erróneamente acusada de compartir información con los terroristas. (Después de la tortura, cuando nuevos datos confirman su inocencia, se le pide que regrese al trabajo. Y como se encuentran en estado de emergencia y cada elemento se necesita, ¡ella acepta!) Los agentes de CTU no solo tratan de esta manera a los sospechosos de terrorismo – después de todo, están lidiando con la situación de la “bomba sonado” evocada por Alan Dershowitz para justificar la tortura en su libro, "Por qué el terrorismo funciona" – sino que ellos mismos también son tratados como desechables, listos para sacrificar su propia vida o la de sus colegas si con esto se puede ayudar a prevenir el acto terrorista.

El agente especial Jack Bauer, interpretado por Kiefer Sutherland, encarna esta actitud en su forma más pura. Sin ningún reparo, tortura y permite a sus superiores disponer de su vida. Al final de la cuarta temporada, el accede a ser entregado a las República Popular de China como chivo espiatorio de una operación encubierta de CTU donde murió el cónsul chino. Aún y cuando el sabe que será torturado y encarcelado de por vida, promete no decir nada que afecte los intereses de los Estados Unidos. El final de la cuarta temporada deja a Jack en una situación paradigmática: Cuando es informado por el expresident de los Estados Unidos, su más cercano aliado, que alguien del gobierno ha ordenado su muerte (el entregarlo a la voluntad de los torturadores chinos lo consideran un alto riesgo para la seguridad nacional), sus mejores amigos en CTU organizan su falsa muerte. Entonces el desaparece en la nada, anónimo, oficialmente no-existe. En la “guerra contra el terror”, no solo los terroristas sino los agentes de CTU se convierten en lo que el filosofo Giorgio Agamben llama homini sacer – aquellos que pueden ser asesinados impunemente mientras, a los ojos de la ley, sus vidas ya no cuentan. Mientras que los agentes continúan actuando desde el poder legal, sus actos ya no son contenidos y circunscritos por la ley – ellos operan en un espacio vacío dentro del dominio de la ley.

Es aquí donde encontramos la mentira ideológica fundamental de la serie: A pesar de su actitud de despiadada de auto – instrumentalización, los agentes de CTU, especialmente Jack, continúan siendo “seres humanos sensibles”, atrapados en los dilemas emocionales comunes de la gente “normal”. Ellos aman a sus esposas e hijos, sufre por los celos – aunque de repente se den cuenta que están listos para sacrificar a sus amado por la misión. Son como el equivalente psicológico del café descafeinado, realizan todas las cosas horribles que la situación requiere, sin pagar el precio subjetivo que implica.

De esta forma, “24” no puede ser simplemente rechazada como una justificación cultural pop para los métodos problemáticos de Estados Unidos y su guerra contra el terror. Algo más esté en juego. Recordemos la lección de Apocalipsis Ahora de Francis Ford Coppola: La figura de Kurtz no es un recordatorio de algún pasado barbárico, sino el resultado necesario del poder Occidental. Kurtz era un soldado perfecto – como tal, a través de su sobre-identificación con el sistema del poder militar, se transformó en el exceso que el sistema tenía que eliminar en una operación que en sí misma imita lo despiadado de Kurtz, contra lo que se estaba aparentemente combatiendo.

Este es el dilema para aquellos en el poder: ¿Cómo obtener un Kurtz sin la patología de Kurtz? ¿Cómo obtener gente que hagan el necesario trabajo sucio sin convertirlos en monstruos? El jefe de la SS Heinrich Himmler se enfrentó al mismo dilema. Cuando asumió la tarea de liquidar a los judíos de Europa, Himmler adoptó la actitud heroica de "Alguien debe hacer el trabajo sucio, así que ¡hagámoslo!" Resulta sencillo hacer algo noble por el país de uno, como sacrificar la vida por él. Resulta mucho más difícil el cometer un crimen por el país de uno.

En Eichmann en Jerusalén, Hannah Arendt brinda una descripción precisa de cómo los ejecutores Nazi resistieron los actos horribles que cometieron. La mayoría de ellos no eran simplemente malvados; ellos estaban bien concientes de que sus actos procuraban humillación, sufrimiento y muerte a sus víctimas. La salida de ellos para tal predicamento era, “en lugar de decir: ¡Qué cosas tan horribles le hice a esta gente!, los asesinos fueron capaces de decir: ¡Qué cosas tan horribles tuve que observar en la realización de mis deberes!, ¡qué tarea tan pesada se encontraba en mis espaldas!” De esta manera, fueron capaces de alterar la lógica de la resistencia ante la tentación: Su esfuerzo “ético” se dirigía a la tarea de resistir la tentación de no asesinar, torturar o humillar. Además, la violación de los instintos éticos espontáneos de lástima o compasión se transforma en la prueba de grandeza ética: Realizar el deber de uno significa asumir la pesada carga de inflingir dolor a otros.

Había en esto un “problema ético” adicional para Himmler: ¿Cómo estar seguros de que los ejecutores de la SS que realizaron estos actos terribles podrían permanecer humanos y conservar su dignidad? Su respuesta se encuentra en la Bhagavad-Gita, una edición especial de la cual conservaba en su bolsillo. Ahí, Krishna le dice a Arjona que debería cargar con sus actos manteniendo una distancia interna y nunca dejarse envolver del todo.

En eso mismo reside la mentira de “24”: El supuesto de que no solo es posible el conservar la dignidad humana en la realización de los actos de terror, sino que cuando una persona honesta realiza estos actos como un gran deber, esto le confiere una grandeza trágica-ética. Pero, ¿Y si tal distancia es posible? ¿Y si tuviéramos personas que cometen actos terribles como parte de su trabajo, en privado, ellos permanecieran como esposos amorosos, buenos padres y amigos? Como lo supo Arendt, lejos de redimirlos, el mismo hecho de que sean capaces de conservar su normalidad mientras cometen tales actos es la máxima confirmación de su catástrofe moral.

Entonces, qué hay de las quejas populares y aparentemente convincentes de estas preocupaciones y distinciones sobre la tortura: “¿Cuál es el problema? Los Estados Unidos solo esta abiertamente admitiendo, al menos tácitamente, no solo lo que ha estado haciendo todo el tiempo, sino lo que otros estados han estado haciendo todo el tiempo. De perdido, tenemos menos hipocresía ahora”. Ante esto, uno debería replicar con una sencilla contra-pregunta: Si eso es lo único que significan las declaraciones de los Estados Unidos, entonces ¿por qué lo están admitiendo? ¿Por qué no solo continúan silenciosamente haciéndolo, como lo hicieron antes?”

Lo que es inherente al discurso humano es la falta irreducible entre el contenido del enunciado y su acto de enunciación: “Tu dices esto, pero ¿por qué me lo dices tan abiertamente ahora?” Por ejemplo, sabemos que una forma educada de decir que la plática de un colega fue aburrida es decir, “Qué interesante”. Si en cambio dijéramos abiertamente a nuestro colega, “qué aburrido y estúpido”, se justificaría que el se sorprendiera. El acto de hacer público algo nunca es neutral – afecta el mismo contenido reportado.

Lo mismo se aplica en la reciente acto de admitir la tortura: Cuando escuchamos a Dick Cheney realizar declaraciones obscenas sobre la necesidad de la tortura, nos preguntamos: “¿Por qué hacerlo público?” Esta es la pregunta que debemos resaltar: ¿Qué hay en esta declaración que hace que la enuncies? Además, lo que es verdaderamente problemático de “24” no es el mensaje que trasmite, sino el hecho de que ese mensaje sea tan abiertamente dicho. Es una triste indicación del profundo cambio en nuestros estándares políticos y éticos.

Slavoj Žižek, filósofo y psicoanalista, investigador del Instituto de Estudios Avanzados en Humanidades, en Essen, Alemania. Entre otros libros, es autor de El frágil Absoluto y ¿Alguien dijo Totalitarismo?

Traducción: Héctor Mendoza
Título Original: Jack Bauer and the Ethics of Urgency
Artículo original en: http://www.inthesetimes.com/site/main/article/2481


seX-MEN
Sexualidad de la generación X o ¿de qué lado estarás?


No es ninguna novedad mencionar la relación entre la problemática de la diversidad sexual y la adaptación cinematográfica de los personajes de Marvel Comics X-Men. En las entrevistas concedidas por el director y co-guionista de las primeras dos películas de la saga (X-Men y X2: united), Brian Singer, menciona que aquello que llamó su atención fue poder presentar una historia donde la discriminación era el tema principal. Mientras que en X-Men se presentan los personajes y el mundo de un “futuro no muy distante”[1] donde existen los mutantes, en X2: united la guerra comienza. Una escena en particular es la comentada en otras entrevistas con Singer. Un adolescente Bobby Drake, les confiesa a sus padres que es un mutante, la madre le hace la gran pregunta “Bobby, ¿has intentado… no ser mutante?”. Singer juega con la escena como si se tratara de un joven que les confiesa a sus padres su condición homosexual, donde nada esta mal con él sino que es como es. La elección de la sexualidad no está presente.

La vinculación entre los mutantes y la homosexualidad funciona en un plano, el de la discriminación pero nos muestra otro, algo peligroso, que incluso puede, al intentar frenar la discriminación, ser el peor enemigo de la comunidad gay, la base biológica de la diversidad sexual.

En repetidas ocasiones se hace referencia a las leyes de la evolución y el gen mutante (donde se supone que el padre es el que lo aporta) lo que conlleva irremediablemente a la “última batalla”, X-Men 3.

En esta historia, ahora sin la presencia de Singer y bajo la dirección de Bret Ratner, aparece otro elemento, la cura. Un científico ha inventado una sustancia que destruye el gen mutante por lo que la llaman la cura. La comunidad mutante se divide entre los que rechazan la llamada cura puesto que asumirían una condición de enfermos y entre los que apoyan la cura justamente porque asumen una posición de sufrimiento frente a su mutación.

En la película protagonizada por Sara Jessica Parker llamada “La joya de la familia” (“Family stone”), uno de los personajes, el padre de la familia, dice “en esta familia consideramos que la homosexualidad es una condición biológica natural como el ser zurdo”. Esta frase que pareciera ser la salida de la discriminación puede fácilmente transformarse en la nueva forma de persecución, ya no por la moral sino por el bio-poder. Pensemos en los tiempos posthumanos donde los niños, que ya no nacen como antes, al estar en período de preproducción sus padres, con su genetista local, busquen infructuosamente elegir la forma de diversidad sexual que quieren para su hijo. Si la condición de lo zurdo (siniestro) puede ser cambiada ¿no estamos en la antesala de volver a considerar a la homosexualidad una degeneración en busca de cura?

Muchos condenan a Freud cuando habla de la perversión como una forma de discriminación hacia la diversidad sexual. Como en muchos otros temas, se critica a Freud sin leerlo. En el revolucionario y poco estudiado “Tres ensayos de teoría sexual” (“Drei Abhandlungen zur Sexualtheorie”, 1905) se presenta el estudio de las llamadas “aberraciones sexuales” para un mejor entendimiento de “la pulsión sexual”.

Con lo primero que rompe este artículo es con la noción de degeración en los llamados invertidos para referirise a las personas cuyo “objeto sexual es de su mismo sexo”. Freud presenta tres argumentos para rechazar la degeración como causa:

“1. Hallamos la inversión en personas que no presentan ninguna otra desviación grave respecto de la norma. 2. La hallamos en personas cuya capacidad -de rendimiento no sólo no está deteriorada, sino que poseen un desarrollo intelectual y una cultura ética particularmente elevados. 3. Es preciso considerar que en pueblos antiguos, en el apogeo de su cultura, la inversión fue un fenómeno frecuente, casi una institución a la que se confiaban importantes funciones.”

No olvidemos que Freud es de profesión neurólogo. Cuando entra al campo del psicoanálisis presenta una perspectiva diferente a lo habituado en la investigación neurológica. En términos de sexualidad no es la excepción. Sigamos con los “Tres ensayos…”

“La doctrina de la bisexualidad ha sido formulada en su variante más cruda por un portavoz de los invertidos masculinos: «Un cerebro femenino en un cuerpo masculino». Sólo que no conocemos los caracteres de lo que sería un «cerebro femenino». Sustituir el problema psicológico por el anatómico es tan ocioso como injustificado.”

El interés clínico de Freud por las llamadas aberraciones sexuales no se vincula con la terapéutica dirigida hacia una desviación sexual, sino buscando qué es lo sexual, cómo opera y funciona la sexualidad, la pulsión sexual.

Si consideramos la preferencia sexual de orden biológico perdemos de vista de qué estamos hablando. El concepto de sexualidad es ampliado (¿explicado?) por Freud al mejor hablar de la psicosexualidad. Así, las mariposas en el estómago, las ganas, el encantamiento sexual nos hablan del inconsciente. En cierta ocasión me tocó escuchar una persona que en un programa de televisión decía que a la sociedad le faltaba evolucionar hasta ver “la sexualidad como algo tan natural como el comer o el ir al baño”. Desconozco la forma en que comía o iba al baño esta persona pero algo que precisa el psicoanálisis es que ninguno de esos actos son naturales, hablando estrictamente.
Resulta interesante como cualquiera de los poderes de los X-Men pueden funcionar como metáfora a la sexualidad. Por un lado esta aquella chica que no puede tocar a nadie porque lo mata, por otro lado está lo frío o lo caliente, lo inmaterial, el magnetismo, lo psíquico y hasta aquel que se recupera de sus heridas más rápido que los demás. El problema no es que todo en los X-Men es metáfora de la sexualidad, la pansexualidad como crítica común al psicoanálisis sino que el hincapié debemos hacerlo en la calidad metafórica de la sexualidad, siendo su mayor ejemplo el albur.

La discusión que abre X-Men: the last stand nos muestra como la discriminación puede tener una presentación aún peor, la unificación biológica. Todos iguales sin la posibilidad del reconocimiento. Cuando quedan cancelados todos los puntos de identificación ¿Eso nos deja mejor que antes? No debe de extrañar que uno de los efectos en el comic de X-Men es la proliferación de pequeños grupos de resistencia.

Los objetivos de destrucción resultan interesantes en la trilogía de X-Men. Primero, el mutante líder de la resistencia Magneto (el verdadero protagonista de la serie como lo muestra que siempre se lleva la última escena) desea atacar en un principio a los dirigentes de todas las naciones desde la estatua de la libertad. En la segunda su objetivo es atacar a los que lo atacaron, un coronel loco que ataca al propio gobierno para poder destruir a los mutantes; Magneto simplemente invierte y hace suyo ese plan pero respecto a los humanos. Finalmente Magneto declara la guerra a los humanos y a los mutantes en su contra, lucha contra la cura. Lo interesante es el hecho de la resistencia que aparece contra la resistencia que es el mismo Magneto, es decir, el reflejo de la intolerancia, la unificación extrema, la apabullante atracción de los cuerpos.

Magneto presenta el fundamentalismo, parece ser el único que cree verdaderamente en lo que está haciendo y por ello atrae. Las historias de héroes y villanos nos permiten abordar los problemas de las identidades. Ante la pregunta clásica de si el “homosexual nace o se hace” las posiciones se dividen. Por lado, el que dice se hacen, puede salirse por la tangente diciendo que es multifactorial lo que se traduce en un misterios inescrutable. Por otro lado se puede decir que se hacen por medio de la teoría del trauma (lo violaron, lo golpearon, no tiene papá, etc.) lo presenta una formula piadosamente discriminativa. Si responde que nacen, (actualmente la políticamente correcta) se intenta eludir la posibilidad de la culpa (del trauma o la desviación) y se deja todo en manos de la Madre Cruel de la Naturaleza. Lo que Freud nos presenta es abordar esa pregunta como una forma de contestar otra, ¿el heterosexual nace o se hace? Es decir, ¿no se encuentra en una relación similar con respecto a lo artificial de lo sexual ambos?

[1] Frase interesante en las historias postmodernas de ciencia-ficción donde el futuro ya no es lejano sino angustiosamente cercano.