viernes, junio 30, 2006


CSI: NY
¿De cuál crimen es escena Nueva York?

Sin duda alguna uno de las series policíacas más populares en tiempos recientes es CSI donde se narran las investigaciones que emprende el equipo forense de la ciudad de las Vegas. Los criminólogos son los héroes anónimos que se someten obsesivamente a las reglas, los procedimientos y las evidencias para atrapar a los culpables. La serie tiene un halo de veracidad y realismo realzado por un tipo de dirección que se “mete” en los detalles y reproduce “virtualmente” los actos criminales investigados. Así, ya no hay dramatizaciones ni recreaciones sino simulaciones cibernéticas que son más reales que “la vida misma”. Los juegos de policías y ladrones han cambiado por los científicos y la ciudad, lo que nos recuerda que en estos tiempos el arma más peligrosa es la información científica.

Debido al éxito de la serie, aparecieron las versiones de otras ciudades importantes, CSI Miami y CSI New York. Cada versión sigue el mismo patrón (¿o procedimiento de investigación?). Se presenta el crimen que termina con una frase ingeniosa por parte del investigador en jefe, cortinilla de presentación, primeras evidencias y presentación del segundo caso, primeras conjeturas, problema de esas conjeturas (nudo del problema) y resolución de ambos casos aderezada con una reflexión dramática que nos recuerda la “condición humana” del programa. El formato incluye los personajes que de alguna manera permanecen: el jefe melancólico, la “segunda seductora” del jefe, el policía “camarada” de homicidios, los aprendices impacientes “carne de cañón”, el laboratorista “especialista en DNA”, y el médico forense “atrapado en la morgue”.

Sin embargo, a pesar de seguir estas similitudes, cada versión tiene sus pequeñas grandes diferencias en la ciudad. Así como no se puede entender una serie como “Sex and the city” sin considerar a la ciudad como el personaje principal (mal traducida como “Sexo en la ciudad” en lugar de “Sexo y la Ciudad”)[1], en “CSI: Crime scene investigation” (“Investigación de la escena del crimen”) la ciudad es la protagonista al ser la constante, ya que por cuestiones de jurisdicción, la C.S.I. siempre será la ciudad.

Pasamos del oropel y la corrupción de las Vegas al glamour y latinización de Miami. Sin embargo, Nueva York, al ser la tercera en la serie, da un giro y un final a la formula. Pensemos en tres tiempos donde el tercer acto es el final y el chiste llega a su “Punch line”[2]. Empecemos por el final, o mejor aún, por el principio del fin, el primer capítulo de CSI: NY.

El capítulo llamado “Blink” (parpadeo) comienza con una toma en una iglesia católica donde vemos al jefe del departamento de CSI: NY el detective Mac Taylor, interpretado por el actor Gary Sinise. Mac mira con ojos llorosos a una imagen de la virgen María. Le informan de un asesinato. Llega a la escena del crimen de una mujer que ha sido abandonada cerca del río. Al comenzar a analizar el cuerpo le afecta un detalle, un anillo. Termina la escena con la frase “Alguien allá (en la ciudad) ha perdido a su esposa”. Música estridente y cortinilla de presentación del programa.

Sigamos la pista en aquello que es sin importancia, la música. Algo que resulta interesante e incluso rasgo distintivo de la serie, es el tipo de tema música. ¿Qué sería de la Niñera sin su alegre tonada (“And then she became the nanny!”) que nos presenta el encuentro de dos mundos Broadway y el pueblo judío? ¿Qué sería de Sex and the city sin su ritmo-son latino? ¿Qué sería de los Simpson sin el toque oscuro de Danny Elfman? ¿Acaso no encontramos el leitmotiv de la serie Smallville en la frase “Somebody save me” donde el héroe postmoderno es una víctima retro que pide ayuda? En este trance, ¿qué nos dice la música de CSI?

El tema de CSI es impactante, sonidos altos, gritos y notas estridentes de The Who en el silencio que parecen mostrar una furia contenida. Resulta el contrapeso necesario en la quietud y sobre-pa-ciencia de la labor de los criminalistas. La cortinilla muestra golpes, gritos, balazos pero sabemos que el tono de la historia es aséptico y extremadamente pasivo. Incluso antes de cada corte comercial existe quietud y silencio se empieza a colar el sonido y crece hasta que es cortado por el comercial, siempre parece que va a explotar pero nunca lo hace del todo.

Volvamos al episodio. Empezando el caso la teniente Isabela Bonasera, segunda de Mac, lo empieza a notar extraño resaltado por la pregunta “¿Cuánto llevas sin dormir?” que el responde “¿Qué es dormir?” Al examinar el cuerpo de la chica encontrada determinan que sufrió de varios ataques cerebrales antes de morir. Tan pronto como localizan al esposo de la víctima encuentran un nuevo cadáver que presenta las mismas marcas por lo que suponen, buscan a un asesino en serie. El detective Taylor se interesa por los nervios que son manipulados por el asesino hacia sus víctimas provocándoles los ataques o el coma. Resulta interesante como en los casos de detectives contra asesinos perversos la única forma de encontrarlos es ponerse en lugar del asesino, locuaz siempre resulta extrañamente perturbador para el protagonista.

Esto nos lleva a la tan conocida frase de S. Freud “las neurosis son el negativo de las perversiones”. En las historias de asesinos en serie encontramos “un frente a frente” entre el asesino perverso y un detective obsesivo que comienza pensar como el asesino. El ejemplo más claro lo encontramos entre los personajes de la novela de Thomas Harris “Dragón rojo”. Cuando se encuentra “cara a cara” el detective Graham y el asesino Aníbal Lecter este último lo despide con una frase “¿Sabes como me atrapaste Will? La razón de porqué me atrapaste es porque somos muy parecidos”. Parecidos pero no iguales, dejemos esta frase hasta ahí, después regresaremos.

Por la evidencia, Taylor y su equipo encuentran la casa donde el asesino tenía a sus víctimas hallando en el sótano una nueva víctima pero con la diferencia que se encuentra viva aunque en coma, muerta en vida ¿o viva demasiado viva? Mac comienza “procesarla” esto es tomarle fotos y recabar evidencia aunque pidiéndole permiso, él le habla aunque ella no responde. Finalmente le pide disculpas si la molestó en algo y ella parpadea. Mac considera que intenta comunicarse.

Mac va a pedir consejo con el doctor en jefe del departamento de policía. Lo que brilla en este personaje son dos detalles. Primero, que parece ser el único al que Mac lo reconoce como Sujeto supuesto saber, un experto mayor que el. Segundo, el doctor es un discapacitado que se encuentra en silla de ruedas. Esto último es significativo, la omnisapiencia solo es presente en la impotencia, signo presente en el doctor forense de la original CSI (las Vegas).

El doctor le comenta que tal parece que ella padece del síndrome de encierro y lo explica así:

Mac: Ella intentaba comunicarse pero como si no pudiera…
Doctor: Es probable.
Mac: ¿A qué se refiere?
Doctor: Síndrome de encierro. Creo que sé lo que es. Creo que su víctima del ángel de misericordia fue víctima de un perverso experimento científico. Indudablemente es alguien con gran conocimiento médico.
Mac: Síndrome de encierro.
Doctor: Un raro desorden neurológico caracterizado por la parálisis completa de todos los músculos voluntarios del cuerpo con excepción de los ojos. En esencia ella está encerrada dentro de su propio cuerpo y su mente está completamente lúcida.
Mac: ¿Puede ella… salir del síndrome?
Doctor: No, temo que es irreversible.
Mac: ¿Cómo es que las encierra intencionalmente?
Doctor: Sabe de esto. Imagino que primero tuvo que sedarlas, ponerlas en estado dócil para localizar puntos específicos sobre presión arterial.
Mac: No se estaba poniendo más violento sino perfeccionando su técnica.

El acto perverso del asesino es mucho más que un simple asesinato. Mantiene a su víctima en el punto más alto del concepto víctima. Las reduce (¿o eleva?) a la condición de “todo ojo”. Las convierte en una parte de ellas y solo esa parte. A veces se pierde en los diferentes actos perversos qué objeto esta en juego. Cuando el exhibicionista ejecuta el acto (¿todavía queda alguno?) no solo busca reconocerse desnudo, es mucho más que eso, es reducir a la víctima candorosa (¿todavía hay alguien que no lo sea?) a la condición de “todo ojo” que ve eso que debe dar asco por ser excesivo en la fantasía. Mientras que Mac ve en esos ojos de la victima una intención de comunicación, el asesino busca que la víctima no comunique nada, sea el Ojo.

Finalmente atrapan al asesino que resulta ser otro doctor, pero ruso, tío de la segunda víctima hallada. Mac habla así con él:

Mac: ¿Por qué no le cuento una historia “doctor”? Usted mató a Sonja al tratar de encerrarla en su propio cuerpo. Reconoce este, es la identificación de un taxi, usted conduce uno. ¿Así obtenía víctimas? ¿Por qué? ¿Por qué encerrarlas?
Sr. Ivanov: ¿Sabe lo que el nombre Vokta significa en ruso?
Mac: Regalo de Dios.
Sr. Ivanov: Sonja vino a mí, ella vino a mí porque quería ser cuidada por mí. La alimenté, bañé, le leí literatura, le puse música. Todas querían ser liberadas de la carga de la vida diaria. Alcanzar una utopía cerebral. Vivir dentro de sus sueños, que sus mentes vagaran sin obstáculos. Darles el regalo de la libertad.
Mac: Ese era el plan.
Sr. Ivanov: Ese era el pacto.
Mac: Creo que cuando Sonja le pidió que la cuidara, paralizarla de los ojos para abajo no era lo que tenía en mente, ¿o sí doctor? No se trataba de libertad o de Sonja, o de un regalo de Dios, era sobre el control. Al instante que llegamos a su puerta perdió el control, por eso fue que abandonó la casa. Pero abandonó a la mujer, después de todo, aún seguía viva, no podía desconectarla ¿o sí doctor? Finalmente funcionó, ellas murieron por la misma razón por la que usted fue arrestado, no supo cuando detenerse.

Esta confrontación es un juego de espejos. Mac y el doctor bailan paso a paso con una cadencia programada. Mac reclama y contradice, “No se trataba de un regalo de Dios, era sobre el control”. ¿Por qué el control? Cuando se pregunta sobre los rituales obsesivos y las clásicas manías de los T.O.C. como les llaman los psiquiatras (toc, toc, ¿quién es?) se habla del control, no quieren perder el control. Lo paradójico de esta tesis del control es que entre más busca control el obsesivo más se descontrola, es decir, el control es parte de la fantasía para una manifestación del deseo inconsciente.

Mac reclama y le echa en cara al doctor perverso que se parezcan tanto y no sean iguales. En la pregunta inicial de ¿porqué lo hizo? Podría responder ¿porqué lo pregunta? ¿Por qué no duerme por atraparlo? ¿Por qué pregunta si ya lo sabe? Tal vez la gran pregunta esta en la línea del porqué siguió, es decir, si ya tenía a Sonja, ¿no fue el problema del doctor haberla tenido de más? Ya gozaba de ella pero quiso más el goce que de ella. El problema del objeto del deseo que se busca y se escapa de las manos es la trampa perversa, al lograr capturar lo efímero se echa a perder porque no se pierde. Mac todavía no alcanza a reconocer eso porque está en proceso de pérdida.

¿En qué se parecen Tylor al doctor Ivanov? El reclamo nos puede dar la clave, “¡Usted no es un doctor!” El perverso experimento científico, ¿habrá uno que no lo sea? La experimentación implica la manipulación de las variables y un intento desesperado por borrar la influencia y presencia del experimentador. No hay en estos tiempos mejor fin de la discusión como cuando alguien refuta diciendo “Está científicamente comprobado” porque es la ciencia quien lo dice sin el científico. El perverso experimento del asesino es la encarnación de la persecución de la que fue objeto D. P. Schreber. Dios, a través de su psiquiatra E. Flechsing manipula los nervios de Daniel Paul en orden de lograr la bienaventuranza, ese era un regalo de Dios, transformarlo en la mujer perpetua de Dios. El asesino comete un almicidio, un “Seelenmord”.

Tylor e Ivanov se tocan en un detalle que resaltaba el saber de Schreber, Dios no sabe tratar con humanos vivos, solo con cadáveres. La lógica en la revelación de Schreber es impecable. ¿Cómo es el contacto de Dios con los humanos si cuando se funden es en el más allá, en el paraíso?

La tentación de Mac es el de fundirse con el lugar del objeto de la ciencia. Algo presente en CSI es la idea de la ciencia como la que atrapa a los sujetos, sin embargo, el contrapeso necesario son los detalles sin importancia. Lo no científico. Las historias humanas, ¿qué es eso? La melancolía de Mac, la impotencia del doctor, los romances secretos y la tensión sexual entre los protagonistas, así como las ocurrencias que llevan a ver lo que estaba a la vista pero no visible.

Mac visita a la víctima que esta vida pero en estado de coma. Le informan que presenta muerte cerebral. El, comienza a hablarle.

Mac: Estoy tan cansado. ¿Sabe? Solía sentarme así con mi esposa. Su nombre era Claire. Murió el 11 de septiembre, nadie lo vio venir. El otro día estaba limpiando el closet y descubrí una pelota. Y recordé que fue mi esposa quien la infló. Jamás le dije esto a nadie pero, me deshice de todo lo que me recordara a Claire, mucho dolor. Lo único que no pude tirar fue esa pelota. Su aliento aún sigue ahí.

Mac toma un taxi y le dice al taxista “A la zona cero”. Llega a la zona cero y se abraza de la reja, la cámara se aleja y terminamos observando el gran vació que cerca la valla, vemos el vacío de la zona cero.

CSI NY gira en torno a una escena del crimen que todavía no puede ser incorporada. La zona cero da el ejemplo relacionado con la presencia de aquello que tanto se buscó, efecto de la imposición de libertad en el otro. No puede ser tomado este vacío por la línea de lo científicamente comprobado o políticamente correcto sino sobre lo que encara cada quién en ese vacío.

[1] ¿Será Sex and the city el correspondiente femenino de CSI?, es decir, ¿una mejor lectura de las dos series será encontrar lo erótico en Grisom y el crimen en Carrie?
[2] En un capítulo de la CSI original, la víctima es un comediante de Stand Up en un bar. Grisom busca por todo el escenario hasta que alguien le pregunta What are you looking for? A lo que responde A punch line?

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