lunes, febrero 09, 2009


La muerte del Modelo ideal
Los lobos frente a frente

En ambas historias encontramos un suceso de nuestros tiempos. En dos situaciones aparentemente sin conexión vemos una queja que termina en tragedia, incluso podemos decir, en violencia. Por un lado tenemos la película estelarizada por Robert de Niro y Al Pacino “Righteous kill” conocida en su distribución en nuestro país como “Frente a frente” haciendo relación a lo más trascendente del film que es reunir a dos de los más reconocidos actores de la industria cinematográfica gringa.

El pretexto de juntar a estas “leyendas vivas” es una historia policiaca donde una pareja de veteranos policías están tras un asesino en serie. La historia recuerda a “Se7en” de David Fincher donde el asesino en serie asesinaba a personas bajo la lógica de dar un mensaje moral “forzando el pecado al pecador”, de tal forma que la prostituta acusada de lujuriosa es asesinada con un artefacto que la hiere violentamente mientras es penetrada, o el hombre obeso acusado de gula es forzado a comer hasta reventar. Con Pacino y De Niro las víctimas del asesino son criminales que por argucias legales han quedado libres así que lo que se castiga en dado caso es la impunidad. De ahí el título original “Righteous kill”, al que proponemos la traducción de “Asesinato justo”, jugando con la clásica diferencia entre la ley y la justicia, entre lo legal y lo justo. Lo interesante del guión es el lugar donde ubican el cambio. El asesino remite a un momento particular su necesidad de realizar estos “asesinatos justos”, el momento en que una figura, un agente de la ley, ya no cree en sí mismo.

Otro lugar donde como eco poético podemos ver esta problemática es en la obra de teatro “Los Lobos” recientemente presentada en nuestra ciudad. La historia básica de la obra trata sobre un grupo de políticos mexicanos de distintos partidos intentando convencer a uno de ellos de que los ayude sobre un ilícito que se investiga. La historia es el pretexto para mostrar el “tras bambalinas” (ilustrado en donde se desarrollan las acciones: el sótano de un lugar mientras se celebra una fiesta de aniversario de uno de los partidos) de corrupción en la clase política mexicana; lo cual corre a cargo de Héctor Bonilla productor y director de la puesta en escena de una obra argentina. El punto de torsión queda acá como una pregunta ¿Dónde se alteró el poder? Y todavía más importante ¿qué se puede hacer al respecto además de la muerte?

Tomamos como punto de orientación para los dos casos algo muy familiar que se incluye en los Lobos, el poema “México, creo en ti” del vate… Ese credo es el que nos trae a nuestros días aparentemente cínicos e incrédulos. La impresión que dan estas obras es más un enojo por seguir creyendo, por creer queriendo no creer. Una frustración al solo considerar, como diría Lacan, solo el “Nombre-del Padre” al que se cree o no se cree y no “los nombres del padre” que siempre están y se equivocan como la esencia misma de la ley.

Cerramos este breve comentario con una reflexión con respecto a otro lugar donde la ley, el padre y sus nombres se creen o no, es la religión. Para pensar en este nueva tipo de creencia que desata tanta violencia por una creencia de closet o que no quiere decir su nombre, tomemos el caso de Lutero. Cuando se planteó que las sagradas escrituras estaban mal traducidas y que las élites del vaticano no hablaban claramente y restringían el saber sobre la Biblia se propuso una mejor revisión, una que incluyera a los creyentes y no todo a la clase “política” de la Iglesia. La pregunta que surge es ¿En qué creían antes de esta revisión? ¿Eran tan ingenuos aquellos que aceptaban la palabra de Dios versión el vaticano? Después de la liberación de las élites ¿Se tiene garantía de que no es una versión la que se lee ahí incluso si no se lee o rechaza? Por más extraño que parezca, el derrumbe de lo ortodoxo parece el inicio del fundamentalismo.

De ahí encontramos la esencia del cambio de Lacan con respecto al Edipo propuesto por Freud. La máxima de buscar esa ley que procede de la muerte del padre primordial de la horda es reformulado en Lacan. Lejos de un cierto tipo de liberación de la culpa de la cultura, Lacan retorna a la parte final de Freud en la última versión del Edipo en Moisés y la Religión monoteísta. El solo vacío existente entre el hijo y el padre como nombrados, la misma distancia entre el nombre y lo nombrado establece esa función y figura del padre por lo que suspender esa creencia trae consigo el uso de la fuerza.


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