viernes, septiembre 20, 2013

Looper: Asesino del Futuro y el Futuro del Sicario

“Looper: Asesino del Futuro” o El futuro del Sicario



Paradojas Temporales

En la tradición de la ficción científica (science fiction) una de las vertientes, más del costado de la fábula que del científico, es cuando la anécdota del relato implica el viaje en el tiempo. Desde la seminal “La máquina del tiempo” o el posterior “El sonido del trueno”, la paradoja temporal  que abre el viaje en el tiempo siempre es un buen medio para la reflexión de la relación entre la causa y el efecto. No solo la posición moralista estilo “toda acción tiene sus consecuencias” sino a nivel más ético estructural muchos relatos, al poner en vecindad y continuidad presente-futuro o pasado-presente, vemos construir una reflexión en torno a un objeto determinado, tal como si el ejercicio de la prevención creara un objeto aún más monstruoso, o develara la inevitabilidad no visible del objeto cautivante.
 
Un ejemplo de lo anterior, además de los clásicos ya mencionados, es el primer episodio de la segunda temporada de la versión de los ochentas de la “Dimensión desconocida” (The Twilight Zone, 1986) que lleva por título “El único y futuro rey” (The Once and Future King). http://www.youtube.com/watch?v=W_Uv0iGzMB8 Es la historia de Gary Pitkin, un imitador de Elvis Presley que recibe la oportunidad de tener un show en las Vegas pero duda ante ésta ya que considera que ahí se pervirtió la esencia de Elvis cuando cambió del rock and roll a las baladas románticas. Su manager le cuenta una historia cuando jovencita conoció a Elvis en las Vegas y le confesó que él no era el rey, sino que hubo alguien antes que él para finalmente regalarle una bufanda. Manejando por una carretera nuestro protagonista sufre un accidente y vuelca el auto. Al despertar pide aventón a una camioneta que sorpresivamente va conducida por el mismo Elvis Presley. Gary se encuentra en los años 50 justo antes de que Elvis grabara su primer sencillo que lo catapultará a la fama. Elvis lo ve como una señal mágica, sintió que se trataba de su hermano gemelo nacido muerto. El momento decisivo viene cuando Gary intenta ayudar a Elvis a lograr ese disco solo para encontrase que Elvis quiere cantar baladas románticas. Gary le pregunta por el Rock And Roll tocándole “That’s all right mama”, canción que le parece repulsiva y vulgar a un Elvis quien ahora cree que Gary realmente es el demonio tentándolo. Al hacerse de golpes, Gary asesina accidentalmente a Elvis. Ante esta tragedia, Gary toma la decisión de hacerse pasar por Elvis y realizar toda su carrera como recordaba que el mismo Elvis la había hecho. Nuestra historia termina en una habitación de las Vegas, cuando Gary, habiendo vivido más tiempo como Elvis que como Gary, le confiesa todo a una jovencita explicándole que ha terminado cantando veladas porque sabe que eso le hubiera gustado a Elvis.  Finalmente le regala una bufanda.


Lo bello e interesante de un relato fantástico como el anterior es la paradoja temporal que altera la causalidad de un objeto. ¿Gary fue desde siempre ese Elvis? Es decir, ¿Era admirador de un ídolo que él mismo fue? ¿Dónde queda Elvis? El ídolo se convierte en algo que es construido desde la idea mítica del ideal, de tal forma, esta fantasía es verdadera en su ficción. De alguna manera, ¿no fue eso lo que sucedió con el verdadero Elvis donde terminó siendo un imitador del “rey del rock and roll”? En este viaje al pasado, nuestro héroe enfrenta aquel objeto que lo constituyó en un pasado presente. ¿Y qué pasa si la historia es que héroe enfrente a su propio futuro? 

El ciclo del Sicario

La película “Looper: asesino del futuro” (Looper, 2012), escrita y dirigida por Rian Johnson y estelarizada por Joseph Gordon-Levitt, Bruce Willis y Emily Blunt, nos ubica Kansas del año 2044 donde nuestro protagonista Joe es un joven sicario de una organización delictiva. En voz en off nos describe así su mundo:

“El viaje en el tiempo todavía no se ha inventado, pero dentro de 30 años existirán. Inmediatamente se les considerará ilegales y solo serán usados en secreto por los grupos criminales más fuertes. Es casi imposible deshacerse de un cuerpo en el futuro, a menos que se utilicen ciertas técnicas. Así que cuando estos grupos criminales del futuro necesitan deshacerse de alguien, usan asesinos especializados en nuestro presente llamados “loopers”. Así que, mis patrones en el futuro atrapan al objetivo y me lo envían a mí, su looper. Aparece con las manos atadas y la cabeza cubierta y hago lo necesario. Después, cobro mi plata. Así que el objetivo desaparece del futuro y me deshago de un cuerpo que técnicamente no existe. Un trabajo limpio.”


Cuando se habla del aspecto científico que se presentan en las películas de science fiction, me parece que se tendría que considerar más que solo las que se relacionan a gadgets tecnológicos y así incluir el análisis de ese gran dispositivo llamado sociedad y –como dirían Althusser- los aparatos ideológicos del Estado; siendo así la sociología, antropología y la filosofía otras de esas ciencias a tomar en cuenta en el análisis. Como todo buen fanático de estas historias el costado de análisis social siempre es el fondo donde escriben estas ficciones y vía el recurso fantástico la mirada crítica a la sociedad y sus redes amistosas, amorosas, laborales, etcétera, impacta y transforma.

¿Qué mundo nos muestra Looper? Un futuro de desesperanza. Desde la violencia entre los ciudadanos como la gran cantidad de indigentes y pobres rondando en las calles hasta la presencia fantástica de mutaciones que permite que el “10% de la población sea telequinética”  -lo cual al inicio daba esperanza a la humanidad para terminar en descubrir que solo pueden mover levemente monedas en la palma de la mano- resaltando el clima de desesperanza patética. Así Looper presenta un escenario de futuro-presente de las grandes ciudades postmodernas donde la máxima expresión de la desigualdad está encarnada en estos jóvenes que rechazan un pasado de privaciones trabajando con el crimen organizado rodeándose de lujos superfluos, prostitutas y drogas mientras continúan apáticos al mundo. Sin embargo, la particularidad fantástica de esta anécdota resalta otro aspecto más interesante. Joe nos precisa:

“Hay una razón por la que nos llaman loopers. Cuando aceptamos este trabajo de matar a la basura del futuro, también aceptamos una cláusula muy específica. En el futuro, viajar en el tiempo es tan ilegal que cuando nuestros jefes quieren cerrar nuestros contratos también quieren borrar cualquier rastro de la existencia de su relación con nosotros. Así que se seguimos vivos dentro de 30 años encontrarán a nuestro yo viejo, lo enviarán al pasado con nosotros para que lo matemos como cualquier otro trabajo. A esto se le llama cerrar el ciclo (loop). Ahora te dan un pago dorado, un apretón de manos y te liberan de tu contrato. Y disfruta los próximos 30 años. Este empleo no les atrae a las personas interesadas en el futuro.”

Looper presenta con claridad una triste condición de los jóvenes sicarios, no solo su desprecio por los orígenes sino el “olvido” por el futuro. Tal como lo retratan relatos verdaderos o novelados como “La virgen de los sicarios” o “Confesiones de un sicario”, la decisión hecha por los jóvenes armados de los cárteles criminales es la renuncia al futuro al saber que solo existen dos opciones: la cárcel o la morgue. Joe y sus amigos corren a todo ritmo esa vida de “trabajos”, lujos y pequeñas interacciones sociales (las ocasionales conversaciones con la mesera, sincerarse y compartir miedos y preocupaciones con una prostituta) teniendo como único sostén la red familiar/mafiosa entre los compañeros del mismo “cártel”.

Cuando el amigo de Joe  llamado Seth, es perseguido por “dejar su ciclo abierto” al no asesinar a su yo del futuro, Joe lo esconde por lo que es llevado con su jefe quien le dice:

“Mi tatarabuelo le dijo a mi abuelo “los hombres son como las arañas, hay que tener cuidado de los más pequeños”… Me agradas Joe, pero estamos seguros de que Seth fue a verte y haremos algo al respecto… hablaré contigo y después vas a entregar a tu amigo… ¿Sabes? Eres el looper más joven que haya contratado. Decían que te veías de lo más ridículo. La escopeta te quedaba enorme. Recuerdo que te trajeron. Ya olvidé por qué… Robaste una de nuestras tiendas. Te tenían… Eras un niño, parecías un animal. Me miraste, con el cabello tapándote el rostro y solo un ojo a la vista. Pude ver que las cosas ocurrían como en la televisión.  Una mala versión de tu vida. Como una visión. Pude ver que te hacías malo. Así es que lo cambié. Te dejé presentable y puse un arma en tu mano. Te di algo que fuera tuyo. Te di algo que fuera tuyo. Recuerdo a ese muchacho. Creo que si te preguntaras: “¿A quién sacrificaría por lo que es mío?” Seth se sentiría muy cómodo dentro de ese círculo. Te mostraré cuánto te conozco… O nos entregas a Seth o nos das la mitad de todo lo que has ahorrado. ¿Estás dispuesto a tirar tu dinero al excusado por Seth?”

Al final Joe delata a Seth quien es torturado y asesinado. Tristemente Joe se consuela con la prostituta de costumbre a quien invita a compartir su dinero solo para encontrar que ella lo ve como un trabajo más. Joe no tiene a nadie. El discurso del jefe de Joe revela el pasado de desamparo del sicario quien en la agrupación criminal al menos tiene “algo suyo”. Un rango, un prestigio, es alguien para alguien más. Si bien no tienen el apoyo de un padre y la presencia de una madre, tienen una madrina o padrino en la mafia. Así, la pandilla criminal ofrece un lugar a los niños desamparados, marginales y rechazados, siendo presas de la angustia de perder eso poco que da nombre y lugar aunque sea vía la violencia más brutal.

“Un sicario no duerme, un sicario no lleva una vida normal. Un sicario no tiene días de descanso. Cuando estas dentro de una organización sus horarios son los tuyos. Cuando todos deben estar alerta estás alerta. Cuando todos se desvelan, te desvelas. Cuando todos hacen ejercicio, haces ejercicio. Hubo una época que por las mañanas todos recibíamos entrenamiento militar para el manejo de las armas. Igual, cuando todos van de fiesta, vas de fiesta. Y aun así, si estás en una discoteca, debes estar pendiente de tu radio y celulares. Si te vas con una puta, solo puedes estar con ella media hora.”
Confesiones de un sicario. El testimonio de Drago, lugarteniente de un cártel mexicano. Juan Carlos Reyna. Editorial Grijalbo. 2011.

El nudo de la historia viene a continuación, en el siguiente trabajo. Joe lo espera impaciente, viene retrasado. El objetivo llega diferente, sin capucha. Lentamente alza la mirada para ver a Joe, se reconocen mutuamente, es el cierre de su ciclo. Joe viejo se defiende y noquea a Joe joven iniciando una cacería de ese futuro que debe de morir. Después de un tiroteo, Joe joven decide hablar con Joe viejo en la cafetería habitual.

Encara tu futuro. Combate tu pasado.

Como todo buen enfrentamiento, al dar la cara siempre se asume el riesgo que te la partan.Cuando Joe joven y Joe viejo se encuentran, mutuamente acusan en el otro la verdad incómoda. En este dialogo radica la singularidad de la propuesta del cineasta Rian Johnson ya que los personajes realmente tiene algo que los sostienen más allá del mero enfrentamiento juguetón de soberbia imaginaria. La escena recuerda a muchas otras del género de acción y el thriller donde héroe y villano dialogan sentados uno frente al otro, revelando su condición de dos caras de una misma moneda, opuestos en el espejo o, en términos mitológicos, un duelo con Némesis. En este caso, tenemos la bella ocurrencia de que el protagonista de manera desdoblada, como narra el slogan de la cinta, “encara su futuro y combate su pasado”.


Joe viejo guarda en lo que una vez fue su reloj donde le avisaban de los asesinatos una foto de su futura esposa. Está en el pasado para salvarla. Joe viejo dice con melancolía “ella salvó mi vida”.
Joe viejo: Durante mucho tiempo pensó que tendríamos un bebé. Habría sido una estupenda mamá. Lo deseaba tanto…
Joe joven: Pero ella… ¿Cómo?... Dices que ¿salvó mi vida?
Joe viejo: Si. Veamos tu vida. Eres un asesino, un drogadicto con mentalidad infantil. “Mi vida”. Salva tu vida. ¿Me preguntas “cómo”? La pregunta es por qué. ¿Por qué alguien sacrificaría su vida? ¿Por qué alguien desperdicia…?
Joe joven: Déjate de pendejadas de creerte mucho. No necesito que me salven…
Joe viejo: Cierra tu pinche boca infantil. Eres tan egoísta y estúpido. Ella va a hacerte mejor persona y va a… Vas a absorber su amor como una esponja. Y vas a pensar: “quizá mi pasado quedó atrás. Quizá estoy a salvo”…. Voy a decirte que le pasa a esta hermosa mujer que salva tu miserable vida.

Joe viejo sabe que lo que pasa en un correr de los años. La vida después del retiro es del mismo desenfreno de la dependencia infantil hasta ahora. Joe se muda a Shanghai y en unos cuantos años termina con el dinero ahorrado por lo que comienza a hacer lo único que sabe hacer, terminar vidas por dinero. Así que nuestro protagonista, cual visita de las navidades futuras, tiene la primera visión de su vida. Continúa diciendo Joe viejo:

Joe viejo: ¿Has oído hablar del Maestro de la Destrucción?... Tiene un reino de terror. Ejecuciones masivas. Elimina indigente, en todas partes. La leyenda dice que en 6 meses tomo el control de los 5 sindicatos… La historia dice que tiene una quijada sintética, que vio cómo mataban a su madre y cosas así… lo primero que hizo fue cerrar ciclos. Todos… Él está aquí. Y voy a usar esto para encontrarlo. Y voy a matarlo. Y voy a evitar que mate a mi esposa.
Joe joven: Vete al diablo. También tú esposa. Nada de esto me importa… Te sucedió a ti. No tiene que ocurrirme a mí. ¿Tienes su fotografía en mi reloj? Déjame verla. Muéstrame la fotografía. En cuanto la vea, me iré. Me casaré con alguien más. Lo prometo… Si la sacrificas, estarás a salvo.
Joe viejo: ¿Si la sacrificó?
Joe joven: Sí. La mataron por tu culpa. Si nunca te conoce, estará a salvo.
Joe viejo: No entiendes, no tenemos que sacrificarla. ¡No voy a renunciar a ella! Voy a salvarla.

En éste cara a cara Joe viejo tiene que escuchar de su alter-ego juvenil su culpa y como el plan que intenta, es parte del problema. La figura del Joe viejo se nos revela como la encarnación de la prevención conservadora que se convierte en monstruosa con las buenas intenciones de evitar monstruos, terminando en la creación destructiva de lo excluido. El centro que devela esta paradoja es justamente la del ciclo causa-efecto que “se muerde la cola” que elimina algo “malo” solo que sin perder algo “bueno”. En ese sentido Joe viejo y Cid del futuro “Amo de la destrucción” son figuras similares.

La lección de la fábula en Looper sobre “el origen del mal” y sus prácticas de prevención vía la exclusión nos recuerda a lo acontecido en los 80 en una medida que terminó por convertir a una violenta pandilla de barrio en una aún más sanguinaria organización criminal trasnacional.

“La historia de la Mara Slavatrucha… de pandilla de barrio a amenaza a la seguridad nacional
Todo comenzó en Los Ángeles, a fines de la década de los años 70. Fue una estrategia para defenderse y sobrevivir, la alianza entre los desposeídos, “los solos, solos”. La amenaza de otras pandillas era constante y letal. La Barrio 18 fue la primera, la reunión de los batos, de los chavos, de El Salvador (Salva), los que siempre andaban a las vivas (truchas)…
En abril de 1989 se deporta a “175 extranjeros ilegales implicados en pandillas… la mayoría identificados como ciudadanos mexicanos y salvadoreños”. Con lo anterior se logró desmantelar “el liderazgo de la Mara Salvatrucha”. “Se trataba en realidad de un suceso que detonaría la expansión global de esas agrupaciones”. (De los Maras a los Zetas. Los secretos del narcotráfico, de Colombia a Chicago. Jorge Fernandez Melendez. Victor Ronquillo. Editorial Grijalbo. 2006)

Tal vez lo más impactante de estas políticas de exclusión (que pueden ser a escala judicial como el caso mencionado pero que también lo vemos en las escuelas o diversos ámbitos sociales) es que, en el caso de los futuros sicarios, recae en sujeto que vive en el desamparo donde la “Cosa Nostra” es la única Familia. En este sentido, la historia de Looper da el siguiente paso en la anécdota del sicario cuando Joe joven, mientras huye de quienes intentan asesinarlo por no haber cerrado su ciclo, encuentra una granja donde viven una mujer llamada Sara y su hijo Cid. Después sabremos que ese niño se convertirá en el temido “Amo de las Destrucción”. Joe joven tiene una visión de su propio pasado en los ojos del niño Cid.


Cid: ¿Dónde está tu mamá?
Joe joven: ¿Dónde está mi mamá?... Me dejó con alguien más. Era más pequeño que tú. Todos eran vagabundos y ella estaba sola. Durante mucho tiempo pensé que fue una tonta por vivir así, pero ahora entiendo que… estaba sola.  No pudo cambiar su vida. Me vendió a una pandilla de limosneros. Escapé, corrí y terminé en un tren. Recuerdo que estaba sentado en un vagón vacío… y me veía una y otra vez… matando a los que me compraron… y que convirtieron a mi mamá en lo que era. Los encontraba, los hacía pedazos y salvaba a mi mamá.
Cid: Pero no lo hiciste.
Joe joven: No. Me encontró un hombre en la ciudad, me dio un arma y me dio algo que fuera mío. Esos son los hombres que quieren descubrir qué harían para conservar lo que es suyo, lo que tienen. Es el único tipo de hombres que hay.
Cid: No dejaré que maten a Sara.

El pasado familiar de Joe joven es el de un desamparo completo, una madre que no puede cuidarlo y un grupo que lo arropa mafiosamente. Looper muestra la segunda pesadilla en ocasiones no reconocida de los sicarios, desmentida cuando aseguran que “más vale 5 años de excesos que 50 en la miseria”. El carácter infantil reside en la añoranza materna donde un padrote –en lugar de un padre- rescató del desamparo a estos jóvenes.

“El cártel era mi familia. La única familia que tuve en la vida. Aunque antes haya tenido una de verdad, si es que a aquella se le puede llamar de esa manera. La mayoría de mis recuerdos de niño son muy culeros. Me duele mucho hablar de mi familia sanguínea. La última vez que vi a mi jefe, y aquí hablo de mi jefe de sangre, lo amenace con un cuchillo.”
Confesiones de un sicario. El testimonio de Drago, lugarteniente de un cártel mexicano. Juan Carlos Reyna. Editorial Grijalbo. 2011.

El acto ético que cambia el ciclo

El momento climático de la historia es la lección ética que nos arroja este cuento futurista. En un momento decisivo Joe viejo encuentra a Cid y decide eliminarlo al ser el futuro “Amo de la Destrucción”. Sara huye con Cid y se interpone en el camino de Joe viejo, protegiendo así a su hijo. Joe joven alcanza ver esta escena a la distancia y duda sobre qué acción tomar hasta que tiene una visión del futuro.  
 
Fue cuando me di cuenta.
 

Vi a una madre que moriría por su hijo. A un hombre que mataría por su esposa. A un niño, enojado y solo. Y justo frente a él, el camino equivocado. Pude verlo. Y el camino era un círculo… que giraba y giraba… Y decidí cambiarlo.
 
El poder de las imágenes de esta cinta es de orden casi mitológico, de ahí su riqueza. Sara, ésta madre que moriría por su hijo, hace la máxima renuncia en un acto que la constituye como madre. Ésta renuncia sin embargo no se reduce a la escena sangrienta sino a la sutileza de la renuncia amorosa. Anteriormente en la historia nos habíamos enterado que aún y cuando Sara era madre de Cid, lo  habría tenido muy jovencita y lo dejaría al cuidado de su hermana y sus abuelos en la granja familiar ya que ella quería seguir su vida en la gran ciudad. Al fallecer su hermana, Sara decide volver y criar a éste niño.

Por otro lado, la imagen de Cid, si madre, dañado “enojado y solo” en un vagón del tren, nos recuerdan a los desamparados inmigrantes que se trasportan por el tren “la Bestia” buscando el sueño americano. Si bien es cierto el tenor discriminatorio y contraproducente de las políticas migratorias de E.U., en nuestro país es una gran materia pendiente la atención a estos grupos vulnerables.   

Finalmente, como buena fábula, el acto de Joe joven es el acto ético por excelencia, la trasformación radical de uno mismo para el cambio sustancial. Esta renuncia tiene variantes. Por ejemplo, el acto de la función del padre, ya que con su acto de muerte, Joe no se suicida en el sentido de terminar con el mundo sino como acto de perpetuación. El acto de Joe joven es la única salida para el futuro en Cid, para transformar el ciclo del sicario.

“En su faceta de Rebelde, jombi de la MS13, Alex Sánchez –hoy uno de los directivos de Homies Unidos en California-, vivió con intensidad esa época. Como tal vez nunca supuso, las deportaciones en masa lo obligarían a él mismo a repetir la odisea que había hecho, con sólo ocho años de edad de El Salvador a California. En 1994, cuando completaba ochos años de pertenecer a la MS y veintitrés de edad, fue llevado a prisión por robo. Ahí se enteró del nacimiento de Alex junior, su primer hijo. Como sucede con muchos pandilleros al rebasar la adolescencia, tener un descendiente le cambió la existencia… Para Alex Sánchez, en cambio, la noticia de ser padre le trajo la certeza de que deseaba vivir para cuidarlo.” Hoy te toca la muerte. El Imperio de las Maras visto desde dentro. Marco Lara Klahr. Editorial Planeta, 2006.

La lección ética es simultánea es en la madre de Cid y Joe joven en la renuncia amorosa para la protección del desamparado. 

Terminamos con este escrito con las palabras que el cineasta de origen mexicano Guillermo Del Toro, quien sufriera el secuestro de su padre, menciona en un documental realizado en España en el 2006 y que abre la discusión de los impacto sociales que implican la figura del sicario.

“No puedo volver a México, sería una inseguridad brutal, no solo para mí, sino para los míos, y ahora que ganó la derecha (Felipe Calderón como presidente electo en 2006) pues menos; porque creo que la descomposición social viene de la polarización de los ricos cada vez tan ricos y los pobre cada vez tan pobres. Para mí, la culpa de un fenómeno como el secuestro no la tiene el secuestrador, como la tiene el país, como la tiene la clase política, como la clase en el poder. Creo que es muy reductivo y tonto culpar a la persona ejecutando el acto criminal”.

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miércoles, mayo 08, 2013

Memorias bipolares: "¿Qué he hecho?" (Nueva traducción)




A continuación compartimos nuestra traducción del artículo Bipolar memoirs: What have I done? Del psicoanalista Darian Leader. (Artículo original en http://www.guardian.co.uk/books/2013/apr/26/human-touch-in-bipolar-times )

Memorias bipolares: ¿Qué he hecho?
Darian Leader
The Guardian, viernes 26 de abril 2013 07:30 BST


Vivimos en tiempos bipolares. Sin embargo, las memorias de depresión maníaca de Stephen Fry y otros sugieren que en el nuevo diagnóstico, tratado con medicamentos, corren el riesgo de ignorar los detalles cruciales de la condición de cada paciente.


Si el período de posguerra fue llamada la "edad de la angustia" y los años 80 y 90 la "era antidepresivo", ahora vivimos en tiempos bipolares. Un diagnóstico que era aplicado a menos del 1% de la población ha aumentado de manera dramática, con casi el 25% de los estadounidenses y alrededor de 5% de las personas en el Reino Unido se estiman que sufren de alguna forma de la bipolaridad.

Celebridades como Catherine Zeta-Jones, Adam Ant y Demi Lovato hablan de sus condiciones bipolares, además de Memorias autobiográficas y libros de autoayuda inundan el mercado. Tanto el agente de la CIA Carrie Mathison en la serie Homeland y el ex-profesor Pat Solitano en la película Silver Linings Playbook (Los juegos del destino) se presentan como bipolares, e incluso recibe una mención en Scooby Doo.

A medida que la vieja categoría de Maniaco-Depresivo  fue eclipsada por el nuevo diagnóstico Bipolar, este último genera cada vez más variaciones y subtipos: bipolar 1 fue seguido por bipolar 2, 2.5, 3, 3.5, y así sucesivamente. Una reducción de los criterios del diagnóstico y un énfasis cada vez mayor en las fluctuaciones del estado de ánimo hace que cada vez más personas pueden caer en la brújula bipolar.

Pero los recientes debates que se centran en factores cuantitativos, como el número de días que una persona debe estar excitado (maníaco) o decaído (deprimido) para calificar como bipolar, pierde el punto importante. Las primeras investigaciones involucraban escuchar lo que el paciente tenía que decir. Hubo un intento de ir más allá de los vaivenes de los cambios de humor y el comportamiento superficial para encontrar los motivos latentes de la depresión maníaca y para investigar sus diferencias con respecto a otras categorías diagnósticas.

Como muchas corrientes de la psiquiatría más influyente fomentan un desenfoque irresponsable de estas categorías, son los escritores de relatos de primera mano, los que nos traen de vuelta al proyecto original de la exploración de la experiencia individual. En lugar de comprar el laberinto en expansión de los diagnósticos de la bipolaridad, tenemos que volver a la vieja categoría de la depresión maníaca y aprender lo que está realmente en juego. Las Memorias de Andy Behrman, Terri Cheney, Stephen Fry, Kay Redfield Jamison, Lizzie Simon y otros, plantean un serio desafío a la pereza en los diagnósticos de hoy en día, además de invitarnos a repensar el fenómeno de la depresión maníaca.

El análisis que necesitamos tiene que moverse  de los Journals médicos hacia los testimonios que encontramos con más y más frecuencia en nuestras librerías. Tomemos la Manía. Una persona maníaca puede gastar grandes sumas de dinero en ropa, vivienda, obras de arte u objetos que luego miran con curiosidad. Fortunas pueden verse mermados en lo que parecen para otros como idiosincrasias, excentricidades. ¿Por qué la persona ha comprado esas cosas específicas? Y ¿por qué han creado una deuda ante los ojos de familiares y amigos? Reducir la manía a una aberración puramente bioquímica o preguntar sólo por el tiempo que la juerga duró no nos va a ayudar aquí. Estos “deschogues” son a menudo tachados de alborotos egoístas y narcisistas que no muestran respeto por los que tienen que pagar la factura después. Sin embargo, cuanto más escuchamos relatos de lo que ha sucedido, más nos damos cuenta de que a menudo el altruismo está en juego.

Un hombre me visitó para una primera consulta en un estado maníaco. Cuando abrí la puerta, inmediatamente me entregó un cheque, y me informaba de que tenía que apresurarse para ver a alguien por lo que no podía quedarse, pero este era el pago, que, como lo encontró demasiado bajo, lo había multiplicado por 10. Nunca lo volví a ver, pero su esposa llamó por teléfono para asegurarse de que no haya cobrado el cheque.

La actriz Vivien Leigh tenía que mantenerse lejos de las tiendas de lujo, como Cartier y Asprey durante sus episodios, sin embargo, lo que gastaba era en regalos para sus compañeros de reparto y equipo de filmación. Uno de mis pacientes, zigzagueando por Londres durante un episodio maníaco, escuchó el relato de los problemas de un conductor de taxi y, redirigiendo el coche a su banco, e inmediatamente le dio los ahorros de su vida, "por compasión".

Los proyectos llevados a cabo por una persona maníaca pueden girar en torno a ayudar a los demás,  corregir los errores, o algún acto de protección. La psicóloga clínica Kay Redfield Jamison informa sobre su compra de todos los kits para la mordedura de serpiente que pudiera conseguir, con el objetivo de alertar al mundo sobre la proliferación de las serpientes asesinas en el Valle de San Fernando. Ella explicaba: "Yo estaba haciendo todo lo posible para protegerme a mí y a mis seres queridos". Y Spike Milligan fue reconocido por tratar de proteger no sólo la vida silvestre en peligro de extinción en el mundo, sino incluso los árboles de su vecindario.

La persona maníaca a menudo trata de motivar a la gente hacia algún plan o proyecto, a menudo con éxito. Esto no es tanto una empresa privada o actividad solitaria sino una aventura  más grande, más amplia, con frecuencia con un bien social como meta. Por más egoístas que las acciones de la persona pueden parecer, existe un ideal en el horizonte.

Jamison nos ayuda a desentrañar esto. Desde el inicio de sus Memorias “Unquiet Mind” identifica el momento formativo de su infancia. Ella está jugando en la calle cuando un avión en la base militar en la que vive se sale de control directamente sobre ella. El piloto pudo haberse hecho expulsar  y así salvarse a sí mismo, pero en cambio eligió dirigir la aeronave de manera que se estrelló afuera de su patio.

Esta escena  repetidamente la perseguía, y aunque sin duda se presenta lo que podría ser interpretado como el primer encuentro de un niño con la muerte, también introduce la noción de sacrificio. El piloto dio su propia vida para salvar a otros, y al hacerlo, creó una deuda. La importancia que Jamison da a esta escena le dice - uno le debe la vida a otra persona.

Stephen Fry describe una lógica similar en “The Fry Chronicles” cuando dice que le debe su vida al azúcar. Su abuelo era un experto en el cultivo de la remolacha azucarera, y en la década de 1920 el gobierno británico le invitó a pasar de Hungría a Suffolk para supervisar la producción nacional. El traslado le salvó la vida: la familia que se quedó fue destruida por los nazis. Fry conecta su posterior adicción a la cocaína a este apego. Una cadena que lleva de la azúcar al dulce de cereales y dulces y luego a otro polvo blanco, la cocaína, la cual jugará un papel importante en su vida. Los significantes fundamentales que rigen su comportamiento se basaban en una deuda original, vinculado a su abuelo.

La persona maníaca podría en su comportamiento estará mostrando su percepción de estar en deuda, y el lado altruista de su episodio maníaco puede ser un intento de cancelar la deuda. Un paciente del psicoanalista Abraham Brill describió su exaltación maníaca en términos exactamente de esta cancelación: "Me puse muy dichoso. Todo sentido de responsabilidad parecía irse, y me sentí muy feliz y libre". Toda su vida se había sentido limitado y esclavizado por las condiciones y circunstancias, sin embargo, ahora estaba "renaciendo en otra vida", otro mundo en el que las personas son diferentes de lo que habían sido antes.

El paciente de Brill había sido responsabilizado de la muerte de su hermano menor cuando era niño. Su hermana había estado tratando de freír un huevo en la chimenea, un incendio se inició, y el niño murió en el incendio. Su madre había culpado al paciente por no haber estado allí para proteger a su hermano. Su manía se activa después de un accidente de trabajo en el que su brazo había sido aplastado, posteriormente tuvo que ser amputado. Al mirar hacia abajo el miembro flácido y los dedos mutilados tuvo una extraña disociación. "Ese tipo está bastante destrozado", pensó. Antes de que comenzara la manía, añadió, "Mi mente era yo y el herido era como un hermano débil que de alguna manera yo era responsable en parte."

Esta cuestión de la deuda puede estar en el centro de la depresión maníaca. Si hay un esfuerzo por hacer el bien, para proteger a otros y para mantenerlos a salvo, ¿no hay también un problema de responsabilidad? Fry debe la vida al azúcar y al abuelo que escapó de los nazis, pero ¿qué pasa con la deuda de su abuelo a los que no pudo salvar que habían quedado atrás? Con Jamison, el acto de sacrificio del piloto crea una deuda en los que había salvado, uno también pudo haber planteado una pregunta sobre la responsabilidad de una muerte más atrás en su propia historia familiar.

En un caso tras otro, nos encontramos con un dilema acerca de la responsabilidad en el ámbito de las generaciones anteriores. A menudo es el padre de la persona maniaco-depresiva que ha experimentado la trágica pérdida de un hijo, un hermano o un padre, y la responsabilidad de esta muerte sigue sin resolverse. La culpa que no puede ser aliviada por una generación perseguirá a la siguiente.

Este sentido de deuda y responsabilidad no se puede resolver fácilmente en la depresión maníaca. No se cristaliza ni como paranoia ("El otro es el responsable") ni como la melancolía ("Yo soy responsable"), oscilando lugar entre altas y bajas. Si la responsabilidad se aparta de la manía, vuelve con una venganza en la depresión.

¿No nos ayuda esto también a explicar las curiosas vacilaciones en el sentido de la identidad en la depresión maníaca? Una de las preguntas más frecuentemente expresadas es si se trata de una especie de cuerpo extraño o, de hecho, una parte intrínseca del ser. ¿Las personas realmente pueden ser ellos mismos después de una escisión química de su manía? ¿Las altas y bajas revelan u ocultan lo que realmente son? ¿Debería la depresión maníaca ser vista como constitutiva o comprometida con el yo?

No saber si las manías y depresiones nos pertenecen o no refleja la dificultad de no saber si la responsabilidad es nuestra o de alguien más. Y ¿no es la idea más común después de un episodio maníaco "¿Qué he hecho?"?

Es sorprendente escuchar de los sujetos maníacos lo horrorizados que están al reconstruir lo que realmente hicieron en su manía. Los encuentros sexuales y proposiciones con los cónyuges o parejas de los mejores amigos parecen totalmente naturales en el momento, sólo después toman todo su peso. La promiscuidad en la manía muestra una supresión temporal de las barreras de la culpa que regulan las relaciones sociales. Al seducir al novio de su mejor amiga, Terri Cheney sentía que "algo no estaba bien aquí, algo estaba muy mal, pero lo que era, no podía recordar. Él era hermoso, yo estaba disponible,  ¿qué más importaba?" La deuda con su amiga se borró en ese momento. En sus memorias, Patty Duke escribió: "Cuando eres maníaco, no hay consecuencias".

En estado maníaco, Leigh veces iba a participar en un juego de salón llamado "Maneras de matar a los bebés", en la que se invitaba a sus huéspedes a hacer la mímica de formas inusuales de disponer de un hijo no deseado. Teniendo en cuenta su propia historia - en la que no sólo había existido un niño muerto antes de su nacimiento, sino gemelos después de ella, que sobrevivieron durante menos de una semana - ¿Qué podría haberle permitido actuar esas fantasías tan alegremente? ¿No era la idea de una liberación temporal de la deuda, de la cuestión de la responsabilidad de una muerte, que sólo la inmovilizaba cuando más tarde volvían sus fases depresivas?

Si en la manía la persona tiene la sensación de júbilo de ya no ser juzgada, de ya no ser responsable, el juicio regresa de una manera poderosa, explotando en depresiones. Muchos pacientes maníaco-depresivos informan que le dan vueltas en su mente todas las cosas malas que han hecho, incluso años antes, durante sus caídas de ánimo. Cualquier acontecimiento de la vida de uno, por trivial o distantes, puede ser inscrito para añadir músculo a la sentencia condenatoria.

La obra autobiográfica de escritores como Cheney y Fry muestra cómo los ciclos aparentemente arbitrarios de la depresión maníaca no son accidentales. Hay una dificultad cuando se trata de la integración de la historia, como si los vínculos con su pasado no pueden ser  integrados en efectos de significación. De ahí el carácter aparentemente ahistórico de la depresión maníaca: los cambios de humor parecen surgir de la nada.

El personal médico con poco tiempo para explorar las circunstancias exactas del episodio maníaco o la depresión puede optar por una respuesta puramente farmacéutica. La puesta a punto de medicamentos y encontrar el equilibrio adecuado de los medicamentos podría ser crucial, pero corren el riesgo de eclipsar al otro trabajo que es necesario: la contextualización cuidadosa de los cambios que la persona experimenta durante un episodio.

Si a veces los episodios pueden ser correlacionadas con las fechas de aniversario - una depresión aparece en, digamos, el mes en que se había perdido un ser querido muchos años antes - también pueden desencadenar en momentos en que un elemento que no sea fácil de integrar emerge en la vida de una persona. Esto puede ser la ira hacia un ser querido la cual no puede ser procesada fácilmente, o un recordatorio de culpa. Hay una sensación flotante de responsabilidad, frecuentemente por una muerte, que es convocado en esos momentos y que no se puede captar o elaborar por completo.

¿Podría esto sugerir que la prevalencia de la llamada bipolaridad hoy en día no sea simplemente un artefacto de la comercialización de las nuevas categorías de diagnóstico? Vivimos en una época que le importa de dientes para afuera la historia, ya que socava continuamente los lazos que tenemos con el pasado. La narración de la vida humana se encuentra más o menos ausente en las economías de los servicios de salud pública, donde los síntomas son vistos como problemas a ser tratados a nivel local, y no como signos de que algo anda mal en un nivel más fundamental. Si la constelación del maníaco depresivo incluye una dificultad en la integración de una parte de su historia, el abandono de esta dimensión de la sociedad sólo puede empeorar las cosas.

¿Es un accidente que la terapia electroconvulsiva, considerada como la forma más extrema de todos los tratamientos para la depresión maníaca, es esencialmente algo que funciona en la memoria humana, una forma de acabar, de borrar con la historia? En lugar de más diagnósticos de bipolaridad, tenemos que retornar  a un enfoque anterior, más humano, que ofrece a una persona maníaco depresiva la oportunidad de aceptar y arreglárselas - aunque lentamente, y muy doloroso – con su pasado.


•  “Strictly Bipolar” de Darian Leader publicado por Editorial Penguin. 

jueves, junio 07, 2012

Los Vengadores: la subversiva simplicidad del héroe fantástico



Los Vengadores
 la subversiva simplicidad del héroe fantástico

 “Bueno, he coleccionado y, leído y estudiado, y me he fascinado por los cuentos de hadas; me fascinan desde niño.  Y creo que algunas de las maneras en que se los clasifica desde un punto de vista mitológico o psicológico o sociológico son un tanto simplistas. Siempre he sentido que el auténtico poder de los cuentos de hadas reside en el hecho que son al mismo tiempo muy simples y brutales. Hoy en día, la simplicidad nos asusta mucho. Nos asusta exponer personajes que por su tipología puedan funcionar en el cuento de hadas, como el Lobo Feroz y la Caperucita roja. Nos asusta mucho, huimos de eso, huimos de la magia inexplicable. Existe una influencia en la forma de contar historias en Hollywood donde hay que explicar cada fragmento de magia y al hacerlo la castras y destruyes. Creo que los personajes pueden ser tipificados y aún así tener realidad emocional…”Guillermo Del Toro. Documental “El poder del mito” en la edición especial del DVD “El Laberinto del Fauno”. 

“…esta es siempre la función del superhéroe, los superhéroes tiene que entrar precisamente  cuando la sociedad normal no puede hacerlo (funcionar)”Slavoj Žižek. Entrevista en youtube.com con el nombre “Slavoj Žižek on The Avengers (2012)”

El héroe vengador como suplemento de la falla del sistema

Los Vengadores (The Avengers, 2012) del director Joss Whedon ha resultado un éxito de taquilla lo cual no es de sorprender para muchos, que reconocen en esta obra, el regalo soñado de cualquier geek aficionado a los comics, ya que presenta en pantalla grande y con grandes valores de producción, una historia fiel a sus personajes de Marvel Comics. Cuando un amigo me preguntaba mi opinión sobre esta película le decía: “Me gustó, es como una caricatura con personas”. En esto radica la importancia del filme, lo caricaturesco de los súper-héroes de los “comic-books”. Resaltamos esta característica ya que como menciona Del Toro en nuestro epígrafe “hoy en día, la simplicidad nos asusta mucho”. La pregunta obvia es ¿por qué nos asusta? Lo que es claro con ese susto es que a la par nos fascina, prueba de ello el gusto infantil por estos personajes. Sin embargo, como también plantea Del Toro, en esa simplicidad tipológica los personajes pueden servir de metáforas en especial con relación a su comunidad y el sistema dominante. Así, la función del héroe en las leyendas y mitos será, tanto de servir de ejemplo moral (como en las fábulas con bellas moralejas) o como mártir rebelde cuyos actos cuestionan y transforman la realidad en la que vive.

De tal forma,  en los superhéroes, aún siendo versiones más comerciales de los héroes mitológicos de antaño, pero no por ello menos representantes de la ideología dominante, solo son justificables en una falla del sistema como bien es anunciado en el prólogo de la historia de los Vengadores donde la agencia SHIELD, fiel representante de la ley del sistema atinadamente nombrada por sus siglas como ESCUDO (en nuestro país podría ser CHAROLA haciendo alusión a la placa de los policías), es atacada destruyendo su base de operaciones, acto que demanda la agrupación de los superhéroes. Lo interesante es que el mismo sistema verá en sus héroes una crítica a su propia esencia, ya que la trasformación siempre es desde dentro. En los Vengadores lo vemos en dos momentos climáticos; la pelea entre los héroes donde el patriótico Captain America cuestiona el hecho de la red de mentiras y manipulación con intensiones armamentistas (como descubrir que los miembros de Al Quaeda fueron entrenados por la CIA), y el segundo momento verdaderamente climático, la orden gubernamental de lanzar la bomba nuclear, hecho que los Vengadores tiene que detener desde fuera del sistema.

El final es consistente, no se pueden tener a los superhéroes como reserva sino deben mantener su estado de marginados. Claro que alguien puede aducir a la obvia estrategia de hacer una franquicia de películas sin embargo es consistente con la figura del héroe. Si este pertenece a alguna casta debe ser un outcast, un freak sin nombre, atadura social, que en el menos peor de los casos busca la construcción de una sociedad alternativa. También celebramos, en palabras ochenteras del programa mexicano “¡No empujen!”, el final final final, la broma después de los créditos donde los superhéroes, exhaustos por la batalla están comiendo en el restaurant de Shawarma, una atinada burla que los aleja de la tragedia mítica. Estructuralmente hablando este chiste es similar a la escena que es delicia del respetable público en las salas, cuando Loki enfrenta a Hulk tratando de humillarlo resaltando la diferencia entre la monstruosidad y el linaje divino solo parece recibir la respuesta de Hulk en un brutal zarandeo que termina con una aún más certeza y dolorosa “punch line”: “Puny God!” –“¡Dios enclenque!” Estos chistes nos muestran una de las formas como el héroes clásico vence a la Fatalidad del Sistema, haciendo la gala del triunfo del chiste, aquel lugar donde Freud ubicaba como la mejor forma de que el yo venza el látigo maldito del superyó, cumpliendo su mandato y descargando la pulsión. El extremo rebelde del héroe en este tipo de chistes es una versión en caricatura que circula en Facebook donde Hulk a quien enfrenta es a Jehová. Dicho chiste falla en el tono porque es un Dios demasiado familiar, de ahí que lo mejor es la segunda forma del héroe, el rebelde que destruye al sistema identificándose completamente con él haciendo que la forma de vencerlo es venciéndose a sí mismo como en el caso de Cristo o el Club de la Pelea. Las dos formas son entonces el chiste y/o el acto ético.



Cuando el sistema social imperante no opera es el momento del héroe como aquel que anuncia su declinación. De ahí lo aberrante de la nueva publicidad de Coca Cola donde el héroe que se necesita es aquel infantil que soñaba con superpoderes y en su versión adulta es el que, con Coca Cola en mano, planta un árbol o da clases. Ese superhéroe es el héroe descafeinado que tanto les gusta a los que están el poder diciendo “Si, expresen su descontento pero con propuestas (dentro del mismo sistema)” “Si protesten pero no obstruyan la vialidad, no dirijan consignas políticas, no acusen a corruptos sino solo ejerzan su sacrosanto derecho a la libertad de expresión (solo que sin consecuencias políticas o económicas)”. Ahí reside el carácter netamente blasfemo y revolucionario de todo héroe, siendo el máximo exponente, como mencionamos antes, la figura del Cristo cuando duda de sí mismo (como Dios) y substituye la religión del padre (Los 10 mandamientos) por la religión de la comunidad (el espíritu santo). (Freud, "Psicología de las masas y análisis del Yo" y "Moisés y la religión monoteísta")

La sobre-identificación con el sistema hace que entre los Vengadores, uno de ellos sea el más subversivo de todos al cumplir esta cualidad, el que su correspondiente en el Universo DC sería Superman, nos referimos al Captain América. Con respecto al Capi, es sobrada la inclinación inmediata de repudiar su tufo propagandístico, recordando que la traducción correcta del nombre “Captain America” es “Capitán Estados Unidos”, hecho que se escapa en castellano pero es claro para el resto del mundo, de tal forma que fue conocida en Europa y Asia como “The first Avenger”. Sin embargo, éste hecho es incorporado en el tratamiento de este personaje haciendo que en la película al justificar el exagerado disfraz, la sobre identificación con la propaganda gringa es tal, que la única forma de ser héroe es criticando abiertamente esta propaganda. Esto ha llevado a que el Captain America en los comics tenga que ser asesinado en la serie llamada “Civil War” donde el sistema gubernamental, a través de su brazo armado SHIELD persiga a los superhéroes que rechacen registrarse y trabajar para el gobierno renunciando a su identidad secreta, encontrando en Iron Man el principal promotor de esta Ley y al Captain America como su principal detractor llegando a ser considerado “el enemigo público # 1”. El sorprendente  final de la guerra es el artero asesinato de Steve Rogers.
 

El poderoso suplemento de la simplicidad fantástica

La simplicidad del héroe es tan importante por lo subversivo de la creencia, motivo por el cual solo puede ser vista de lado, al sesgo (Žižek) o justificada con el suplemento de la relación, con su correspondiente torsión, con el mundo cotidiano. Desde el propio “Laberinto del Fauno” de Del Toro donde la fábula clásica de elección y desobediencia pone en relación el mundo de Reyes mágicos y el momento coyuntural de la guerra civil; el acto ético que organiza ambos mundos es la de la princesa-mártir. Sin embargo también podemos ver esto en el terreno de las novelas románticas. Pensamos en dos ejemplos actuales, por un lado la historia de amor adolescente entre Bella y Edward de la saga “Crepúsculo” y por el otro la teleserie “Once upon a time…” Ambas historias tiene una semejante estructura donde el sueño del amor requiere el suplemento de las historias clásicas de los cuentos de hadas. En la historia de “Crepúsculo” tenemos la clásica historia de la chica apartada medio nerd, ya sea en sus gustos, en su belleza, habilidades o simplemente el hecho de ser la nueva en el pueblo, que vive el divorcio de sus padres. Así, Bella llega a un pueblo cuya niebla brinda el mejor marco de un sueño. Allí encuentra el amor en dos jóvenes apuestos un vampiro y un hombre lobo. A primera vista, ésta tendría que ser una historia de terror o, de perdido, acción como “Underworld”, sin embargo al no ser así, esto le ha valido el odio de la comunidad de amantes del terror a tal grado que dichos detractores fueron los que han llevado a niveles de fenómeno de masas esa historia que simplemente “no pueden dejar de amar odiarla”. El error de cálculo amoroso de los detractores es que el foco de la historia son los clichés románticos, el Vampiro como nueva encarnación del chico que es un caballero (elegante, recatado, melancólico, distante, chapado a la antigua, enigmático, etc.) y el Hombre lobo como ardiente buen amigo (rudo, pasional, alegre, confiable, salvaje, familiar, etc.). Encontramos ahí, en el suplemento fantástico, los clichés románticos que tratan de un amor peligroso bajo el disfraz de que el peligro es el supuesto terror de los monstruos cuando la verdad está en la misma superficie, el peligro es el amor en sí mismo. Lo que queda para sus detractores es que posiblemente sospechan que las figuras icónicas del amor son de ya románticas y patéticamente trágicas.

Por su parte, “Once upon a time…” trata la historia de un pueblo del mundo de la fantasía que cae  bajo un hechizo de la bruja de Blancanieves convirtiendo a ese reino mágico en un pueblo llamado Storybrooke. A dicho pueblo arriba  Emma por insistencia de su hijo de 10 años al que dio en adopción pero quien asegura que  todos los habitantes son en realidad personajes de cuento exiliados por una maldición y sin recuerdos de sus verdaderas identidades. La teleserie trata los temas clásicos de las telenovelas, la madre en busca de su hijo, el padre perdido, el amor verdadero, los celos y la rivalidad materna, el valor del acto ético. Ahora bien, ¿por qué no hacerlo como telenovela? ¿Dónde radica la particularidad de este melodrama? En cierto sentido, a través del recurso del cuento de hadas, la serie toca verdades que se han gastado en la telenovelas clásicas. Si bien podemos encontrarnos hasta el cansancio en las telenovelas la clásica historia de Blancanieves, la Cenicienta o la Bella durmiente, el problema es que su manufactura de intentar ser más “audaces” hace que su forma de novela haya perdido su encanto. Lo interesante de “Once upon a time…” es la verdad oculta del pueblo con todos sus “temas reales” (el amor, la familia, la paternidad, la rivalidad, la ley)  son honestamente reconocidos como fundados en ideales de fantasía. Por ahora solo resaltaremos otro rasgo, en ambas historias (Crepúsculo, Once upon a time…) el romance es desde la perspectiva femenina por lo que conservan su carácter de melodrama, ¿qué hay de las historias románticas masculinas? Esas también requieren del suplemento  en la textura fantástica, en otro momento esperamos abordar este aspecto a través de historias como “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”, “(500) días con Ella”, “Más extraño que la ficción” y “Scott Pilgrim vs the world”. Por lo pronto volvamos a los superhéroes.

Las distintas posibilidades del ensamble

Otro aspecto que nos resulta interesante en el saber de la simplicidad de los clichés es cuando, como en el caso de “Los Vengadores” se trata de una historia de ensamble, es decir, donde no es uno solo el protagonista sino un grupo. Para continuar queremos retomar lo mencionado en otro escrito donde abordamos este aspecto de los superhérores desde una sus facetas más amables y divertidas, la serie de televisión “the Big bang theory” donde sosteníamos la idea de que en ese conjunto de geeks cada uno de ellos encarna una variación de la misma fantasía con la que se identifica el público. En “the Big Bang Theory” cada uno de ellos es un niño genio, fanático de los videojuegos, gadgets, comics, películas de ciencia ficción y fantasía. Las diferencias, o mejor dicho, las especialidades, las ubicamos en un cuadrante del cruce de dos líneas donde en el extremo bajo de una primera vertical se encuentra Leonard como el romántico y en el extremo superior tenemos a su amigo Sheldon como el cínico y egocéntrico; en el extremo derecho de la línea horizontal tenemos a Howard como el vulgar “Don Juan” que acosa a las mujeres y en su opuesto izquierdo está Rajnesh que, tanto le gustan que le asustan, ya que su característica principal es el no poder hablarle a las mujeres.

Lo interesante de este cuadrante es que podemos usarlo también en los Vengadores donde en la línea vertical –que podemos llamar de “relación con el otro”- en el extremo de abajo tenemos al Capitan America como el humilde e inocente líder, el soldado de gustos –y chistes- sencillos que sigue ordenes y vive para los demás; y en las alturas está Iron Man como el egocéntrico multimillonario, el playboy de gustos modernos metaleros que es sarcástico y rebelde frente a las masas. En la línea horizontal –que llamaremos de “relación con el Otro”- tenemos en el extremo derecho a Thor como el dios príncipe, orgulloso de su estirpe y su poder, cuyo poderoso martillo, junto con su armadura y exagerada capa, son signos de su alcurnia y orgullo de realeza; mientras que en la siniestra izquierda está Hulk como el monstruo/maldición del sumiso y temeroso doctor Banner, el único el cual su don de poder mágico/fálico (el escudo, la armadura, el martillo) explota en su propio cuerpo siendo poderoso como incontrolable y salvaje. Este cuadrante nos presenta los tipos y formas del mismo cliché, son respuestas diversas y oscilantes de una construcción de identidad. Sin embargo, como el psicoanálisis nos lo recuerda, la identidad o la persona, es decir, la máscara con la que estamos en el teatro de la vida, es una respuesta cambiante, así como Levi-Strauss menciona con respecto a la prohibición al incesto en las culturas, lo importante de esas respuestas es preguntarnos: ¿Cuál es la pregunta? La identidad como intento de responder a la pregunta del sujeto del deseo que de forma clásica Lacan mantiene en el italiano “Che vuoi?

Lo divertido es que dichos pares son los que se pelean y se oponen hasta en sus disfraces (preferimos el término disfraz –costume- o incluso mejor Hábito, donde habita el héroe, por encima del sencillo traje, el pretencioso manto o el totalitario uniforme): por un lado la sofisticada armadura de Iron Man frente al caricaturesco e infantil uniforme del Captain America; en el otro eje por un lado la elegante y pomposa armadura de Thor frente a la monstruosidad y harapos de Hulk, de ahí que vestuario es personaje y el hábito ama al monje, la profundidad del ser está en la superficie de la apariencia. Volvamos a la pregunta, ¿qué encontramos al centro? ¿Frente a qué ojo es esto que se luce? Decíamos que la línea vertical de Iron Man y Captain America es de la relación con el otro, la relación con el semejante, el prójimo. Ese otro con el que se hace comunidad, ese otro especular que soy yo y mi otro-yo (el necesario alter-ego y sidekick de todo superhéroe como dos formaciones de amigo imaginario, recordando que todos los amigos lo son en cierta medida). Así el héroe, como síntoma de la comunidad (aquí es donde la escritura lacaniana que juega con saint-homme es válida) se presenta como la excepcional generalidad, Ecce homo, que en su nombre común se establece la comunidad (¡Yo Soy Espartaco!), ese líder que es uno más de los muchachos pero simultáneamente se aparta de ellos, simultáneamente es un chico de Brooklyn y el Súper-soldado (esto nos recuerda una escena de la película de Steven Soderbergh “Che: El argentino (2008)”, estando en la guerrilla de la sierra maestra, el Che Guevara y su columna de combatientes, descansan después de días de caminar. Todos están cerca de la fogata platicando, comiendo, jugando mientras el Che está apartado leyendo y fumando su pipa, incluso seguramente, escribiendo de lo que ha sido la convivencia junto a sus hermanos guerrilleros).

Pero, ¿cuál es la pregunta? ¿Cuál es el núcleo traumático del héroe? El mejor lugar es en aquello que no puede faltar en una historia de superhéroes, ¿qué hizo que se juntaran los Vengadores? El Supervillano. En este caso es Loki, versión de comic basada, como en el caso de Thor, en la mitología nórdica donde afortunadamente conserva su esencia de Dios de las Mentiras, los Engaños y el Caos. Hablar del supervillano nos permite ahondar un poco en la “naturaleza del mal”, siendo Loki un bello ejemplo ya que conserva en su figura elementos paganos que después fueron incorporados en la mitología cristiana en la figura del Chamuco cornudo. Partamos de una primera hipótesis donde lo que vemos es la “clásica y milenaria lucha del bien contra el mal”. Así estaríamos como la primera teoría freudiana ya que el mal se ve como algo primitivo, en sus dos acepciones de salvaje y original, que tiene que ser contenido y civilizado. Sin embargo, el poder del mito, como el poder de la clínica para Freud, muestra algo diferente. Como todo buen conocedor de comics sabe, el supervillano es invocado y provocado por el superhéroe, lo que nos muestra que hay un “más allá del principio de placer”. Loki es la Todestrieb, la pulsión de muerte efecto de la vida en comunidad. En la mitología nórdica Loki constantemente es maldito como también invocado ya que ayuda, como buen hermano incómodo (Unbehagen diría Freud) y relaciona a la comunidad de la familia divina del Valhalla. Loki en la forma como lo abordó en esta ocasión Marvel, recuerda el tratamiento que Christopher Nolan le da al Guasón en su “Batman: El caballero de la noche”, ese ente del mal y el caos pero que está íntimamente ligado a la figura del Héroe. La escena en la que relacionamos el eje del Captain y Iron Man con Loki es justamente cuando estos tres se enfrentan. Loki somete a un grupo personas con un discurso con rasgos totalitarios ordenándoles que se hinquen (como el chiste del gangoso: “Hijo, hinca a tu madre”) recordándoles que la búsqueda de la libertad es una enfermedad de la cual quiere curarlos ya que están destinados a servir. En eso llega triunfante el Captain America mencionando que ese discurso ya lo había escuchado antes. Lo interesante es que aunque el Capi se refiera a la época Nazi ese mismo discurso ¿no es el de la “liberación” de Irak por parte de los E.U. que los “protege” de su incipiente libertad? De esta forma, mientras que el villano es el exceso del sistema, el héroe es el síntoma subversivo de su falla. Por más extraño que parezca, el villano es extremadamente conservador y el héroe de izquierda, como la relación entre el perverso y el histérico (Žižek en “(Des)apegos apasionados”). [1]

Sigamos con el segundo eje de nuestro cuadrante correspondiente a la pareja formada por Thor y Hulk. En esta ocasión la pregunta es con relación a otra forma del otro. Ahora no es con su semejanza sino con su radical diferencia y absurda inconsistencia, lo insondable del gran Otro. El primer ejemplo lo pensamos con lo evidente del cuerpo, el Otro del Cuerpo. En Thor podemos ver representado el orgullo del cuerpo, el hombre como hijo de los dioses, el carácter mitológico del cuerpo como expresión divina, que tiene el lado oscuro de pensarse inmortal y en ese sentido ajeno y pulsional. Por el otro lado tenemos al cuerpo como The Hulk, la maquina armatoste, burda y torpe pero poderosa en su monstruosidad, los titanes de la mitología helénica, fuerza y músculo original de la belleza del Olimpo. Pero existe otro más radical aún, ese Otro cuerpo: La Mujer. A este respecto es interesante, al ser ésta una típica película de monitos para niños/hombres, como el encanto principal para muchas mujeres ante este festín de galanes es liderado por otro eje que cruza diagonalmente solo que, y este el saber femenino, en sus alter-egos: el encanto del crecido Tony Stark y la ternura del desamparado Dr. Banner. Como lo decíamos en nuestros comentarios con respecto a The Big Bang Theory (la cual ha ido creciendo ya que en un principio era solo Penny el motivo de desbalance geek, mientras que ahora las mujeres están apareciendo cada vez más) la multiplicidad de teorías, cuyos héroes son intentos de respuestas, están también relacionadas con el enigma de La Mujer (recordando lo sabido por el psicoanálisis donde el enigma por la Mujer es incluso enigma para las mismas mujeres – nótese como en las historias fantásticas femeninas estilo “Crepúsculo”, el enigma para Bella es ella misma).

De nueva cuenta este enigma es encarnado como amenaza en el villano Loki. Lo anterior es congruente con la mitología nórdica donde las aventuras de Loki lo han llevado en diversas ocasiones a convertirse en personajes femeninos de tal forma que llega a dar a luz a Sleipner, el famoso caballo de Odín. Aquí vemos de nuevo un paralelismo con el Batman de Nolan, o de forma más precisa, con su Guasón el cual se viste de enfermera y dirige frases seductoras –lo cual se trasforman en grotescas- a Batman. Sin embargo ese paralelismo solo evidencia el verdadero problema desconocido por Batman, a saber, el enigma del amor de Rachel. En Los Vengadores, el dios de las Mentiras, los engaños y el caos no puede contra “the real deal” que es La Viuda Negra, personaje femenino cuyo superpoder no es burdamente fálico, sino el falo puro, el falo cedido.[2] Así la Viuda Negra, cuyo nombre hace relación a esa araña hembra que, cual Mantis Religiosa, generalmente se come al macho después del apareamiento, encarna la fantasía básica de la seducción femenina en la histeria masculina, como en la Hechicera/Bruja o Femme Fatale/devora hombres. El superpoder de la Viuda Negra es hacer caer en su trampa durante sus “interrogatorios”.

Terminemos haciendo una aclaración en virtud que el amable lector ha llegado a este punto de confianza con estas letras. La aclaración es la siguiente, por más rollo que nos lleven a temas aparentemente profundos recordemos que el poder del mito, el cuento, el chiste y el comic reside en su simplicidad y sobretodo en el placer que produce si nos prestamos a su divertido juego, a no tomárnoslo demasiado en serio. Lo anterior parece contradictorio después de las líneas vertidas en este escrito, sin embargo cuando nos referimos a no tomarlo demasiado en serio, implica que mantengamos la importancia del juego del chiste, aunque ese juego dure mucho. Así, a mis hermanos geeks que pueden clavarse, es necesario, como el mismo acierto de la película, mantener el juego de la diversión y no caer en la dignidad de la víctima o la pontificación del filósofo; error en el que el Batman de Nolan ha caído y confiamos será atravesado en su tercera entrega donde el héroe enfrente su caída.





[1] “El inconsciente es precisamente lo que el acting out perverso queda oculto por los guiones fantasmáticos: el perverso, con su certidumbre acerca de los que procura goce, esconde la brecha, la “cuestión quemante”, la piedra en el camino que es el núcleo del inconsciente… la histeria… articula la duda torturante acerca de su los deseos secretos contienen realmente lo que prometen: la duda acerca de si nuestra incapacidad para gozar se debe solo a las prohibiciones simbólicas.” Slavoj Žižek.  El espinoso sujeto. (Des)apegos apasionados. Pág. 264.  Paidós.
[2] “La mujer no existe. Hay mujeres, pero La Mujer es un sueño del hombre… no dije que la mujer es un objeto para el hombre. Muy por el contrario, dije que era algo con lo que nunca sabe arreglárselas. Jamás deja de meter la pata al abordar a cualquiera de ellas –o bien porque se engañó o bien porque era justamente esa la que le hacía falta. Pero jamás se percata de ello sino après-coup, retroactivamente.” Jacques Lacan. “Intervenciones y Textos 2” “Conferencia en Ginebra sobre el síntoma.” Pág. 131. Manantial.

martes, febrero 14, 2012

Los Laberintos del Amor (Jacques-Alain Miller)





LOS LABERINTOS DEL AMOR
Por Jacques-Alain Miller

El amor en psicoanálisis se llama transferencia.

El mismo concepto de amor, lo que lo hace problemático en el psicoanálisis, está dominado por el concepto y lo problemático de la transferencia, y lo hace de tal manera que el amor parece ser nada más que un desplazamiento, un error. Yo amo a alguien porque amo a alguien más. Es por eso que el amor en el análisis carga con la marca de una cierta falta de autenticidad. Incluso puede parecer que el psicoanálisis devalúa al amor, que afecta a una degradación de la vida amorosa. Estar enamorado es perderse en un laberinto. El amor es laberíntico. En los caminos del amor uno no encuentra su camino, no se encuentra ni a uno mismo.

Sin embargo, el psicoanálisis toma el camino, sigue el sendero del amor. No hay análisis sin transferencia. Basta tomar el consejo técnico ofrecido por los analistas post-freudianos sobre que el analista retenga la interpretación hasta el establecimiento de la transferencia.

La práctica misma del analista legitima y explota el carácter automático de amor. El amor de transferencia regularmente surge en la situación psicoanalítica. El nuevo elemento que el psicoanálisis aporta a la problemática del amor es precisamente esta noción del carácter automático de amor. Para ser amado es suficiente ser un analista.

En el amor existe un elemento de contingencia. El amor depende de los encuentros fortuitos. Hay untyche en el amor, para usar el término de Aristóteles, un "encuentro azaroso". Pero el psicoanálisis legitima un elemento necesario en el amor que es lo opuesto a la suerte, a la fortuna: el automaton del amor[1]. Los grandes descubrimientos del psicoanálisis en lo que respecta al amor son de este orden. El análisis permite a un sujeto circunscribir  lo que le hizo enamorarse o lo que lo hizo desear. Freud lo llamó la "condición del amor". (Liebes Bedingung)[2].

Los estudios de Freud sobre “la psicología de la vida amorosa” se centran en la determinación particular, similar a una fórmula matemática, de la condición del amor en ciertos sujetos. Por ejemplo, un hombre, sólo podría ser capaz de desear la mujer de otro. Este requisito puede adoptar diferentes formas: como solo ser capaz de desear a una fiel mujer casada o, también, sólo una mujer infiel con una tendencia a tener relaciones con 'todo x' que sea hombre. De ahí los efectos de los celos de los que el sujeto sufre pero que el análisis revela como siendo parte del encanto de la mujer, según lo determinado por el valor inconsciente de su encanto.

Liebe es un término que abarca tanto el amor y el deseo, aunque se ve en ocasiones como separadas las condiciones del amor y del deseo. Así, Freud aísla un tipo de hombre que no puede amar donde desea y que no puede desear donde él ama. En la misma rúbrica de las condiciones para el amor hay espacio para el análisis del amor a primera vista en un instante en que un sujeto se encuentra con su condición para el amor como si de repente a la contingencia se unió la necesidad. Si Werther[3] se enamoró perdidamente de Charlotte, fue porque la vio en el momento en que ella estaba dando de comer una gran cantidad de niños pequeños y cumpliendo así el papel de la madre nutricia. Aquí, un encuentro contingente realiza las condiciones necesarias para el enamoramiento del sujeto.

El Silogismo del Amor

Les propongo una fórmula general para el autómaton del amor en la forma de un silogismo. Será el silogismo del amor en psicoanálisis.

Partamos de la hipótesis freudiana de que para un sujeto existe un objeto amoroso (amable) fundamental, ese amor es la transferencia, y que cada objeto ulterior de amor es un desplazamiento de ese objeto fundamental. Escribimos a para el objeto fundamental del amor. Su cualidad de ser amable es designado por el predicado A. aA significa que el objeto a tiene la propiedad de ser amable. Si el sujeto se encuentra con un objeto x que se asemeja a a, es decir (x = a), entonces este objeto x es considerado como amable, xA.

¿En qué se sostiene la elaboración psicoanalítica? En la semejanza entre el objeto a y cualquier objetox, o en los rasgos significativos de la semejanza. Lo anterior no se limita en la idea de que un caballero puede enamorarse de una mujer cuyo rostro se parecía al de su madre. Sin embargo, un primer nivel de elaboración destaca los rasgos imaginarios de la semejanza. Estos rasgos sensibles pueden ir de un parecido general a uno extremadamente localizado, de rasgos objetivos a aquellos que son sólo visibles para el sujeto mismo.

Hay otros tipos de rasgos que pertenecen al orden simbólico de las semejanzas basado directamente en el lenguaje. Por ejemplo, existe un registro completo de lo psicoanalítico onomástico donde se valida para la elección del objeto el valor del nombre. Hay un orden más complejo de referencia que Freud plantea en su artículo "El fetichismo" en donde un error en la traducción entre el alemán y el inglés, entre glanz (brillo) y glance (mirada), activa en el sujeto un juego de significaciones a partir de un rasgo esencial que está tratando de reencontrar en sus objetos de amor, el “brillo en la nariz". Sin duda, hace del amor algo un tanto ridículo.

Voy a plantear un tercer orden de semejanza que es, si se quiere, más abstracto: se refiere a la relación del objeto de amor con algo más. Puede suceder que el sujeto se enamore de un objeto x con la condición de que tiene la misma relación que él tiene con el objeto fundamental, o bien, otra posibilidad, si el objeto x tiene la misma relación con él.

Freud descubrió que a es o bien el propio yo o que pertenece al conjunto que podemos llamar la familia: padre, madre, hermanos, hermanas, extendiéndose a los antepasados, colaterales, y a todos aquellos que entren en el ámbito de la familia. Una gran parte de la interpretación analítica con respecto al amor consiste en revelar diferentes identidades de a. Revela, por ejemplo, un sujeto enamorado de un objeto x a condición de que se parezca a él: elección narcisista de objeto. O bien, el sujeto se enamora de una x que tiene con él la misma relación que su madre o su padre o que tenía algún miembro de la familia para con él. En la teoría de la elección de objeto masculino homosexual, por ejemplo, se valida en el objeto una semejanza con la imagen propia del sujeto, además que el hecho de que el objeto tiene con el sujeto la misma relación que el sujeto tenía con su madre.

Fórmulas diferentes están en juego en la literatura psicoanalítica. Se informará que en la práctica diaria se descifra imágenes subyacentes, articulaciones simbólicas, relaciones lógicas, que dominan el amor del sujeto. Esto tiene una serie de consecuencias que afectan a la misma definición del amor.

En primer lugar, el amor es metonímico. Existe una conexión entre el objeto fundamental y el objeto x, el objeto x toma prestado ciertos rasgos del objeto fundamental.

En segundo lugar, el amor es una repetición, de ahí el lugar esencial del período de latencia, un corte que separa el amor primordial del amor de repetición.

En tercer lugar, el amor se traduce una inercia psíquica: En nuevas formas, en la “sorpresa del amor ", como Marivaux dijo, el amor atestigua el hecho de que el sujeto se ha quedado atascado en una elección que es siempre la misma, traduciendo una constante en la forma en que el sujeto constituye al sujeto que ha investido.

Hasta este punto, nada nos impide remitir a las dimensiones del amor  la fórmula imaginaria a-a’ que es una abreviatura del estadio del espejo lacaniano. Existe la simetría, equivalencia y la metonimia de los dos términos.

Disimetría

Otro capítulo en la teoría del amor valida la disimetría en los asuntos del amor.

Para abordar la cuestión por medio de un atajo, vamos a distinguir entre amar y ser amado. Estudiemos que decir “te amo” significa, a saber, la relación xRy, una relación disimétrica que es la traducción de x ama a y. El primer valor que podemos dar a “te amo” es “me falta(s)”. Marcamos a la persona amada con el signo (+), y al amante con el signo (-). De esta forma, se introduce la castración en la teoría del amor.

La teoría psicoanalítica del amor es, por un lado, sobre el automatón del amor, y en segundo lugar, implica la castración en el amor. La castración está del lado del amante y correlativamente el falo está del lado del amado.

Vamos a escribir al amante con una A y la significación del falo como -j. Aquel que ama, es castrado. Motivo por el que la sabiduría nativa reserva el amor por las mujeres.

Una relación en la que ninguno de la pareja haría falta no es en absoluto impensable. Esto acontece en la homosexualidad masculina. La homosexualidad se constituye en una manera muy diferente en el caso de las mujeres que en el caso de los hombres. En el caso de la mujer, se constituye en el registro del amor, en el caso del hombre en el registro del deseo, y está completamente separado del amor.

¿Por qué hacer distinción entre el amor y el deseo aquí ya que se confunden en la palabra Liebe? Debido a que existe la siguiente paradoja: amar al otro lo constituye como falo, pero querer ser amado por el otro, es decir, querer que el amado sea el amante, castra al otro.

Lacan analiza la vida amorosa de la mujer de la siguiente manera: ella constituye un hombre como falo, mientras que en secreto desea castrarlo. Creía que podía ubicar que en el caso del hombre estas dos funciones están separadas o tienen una tendencia a separarlas: por un lado, la mujer que se ama, por el otro, la mujer que se desea en quien crea un efecto de significación fálica.

Freud aporta un elemento adicional, cuando, en su libro “Psicología de las masas y el análisis del yo”[4], describió el estado puro del amor colocando el acento en la sumisión del sujeto que ama con respecto a la persona amada. El plus no es el falo, sino lo que él llama el Ideal del yo que se encuentra de nuevo en las formas del S1, el significante amo de Lacan.

En la relación del amante hacia el amado la cuestión esencial es conseguir que la falta de la persona amada emerja. Esta es la fórmula de la histeria. ¿Qué es lo que sostiene esta operación? En pocas palabras, la demanda de amor. La demanda de amor en tanto que demanda de ser amado es la exigencia de que el Otro revele su falta.

Implicar a la castración en la teoría del amor lleva a diversas construcciones de disimetría como la distinción freudiana entre el amor narcisista y al amor anaclítico. El amor narcisista es sobre el amor de lo semejante, mientras que el anaclítico trata sobre el amor de lo Otro. Si el amor narcisista se coloca en el eje imaginario, el amor anaclítico se coloca en el eje simbólico donde se juega completamente el asunto de la castración.

De esta forma, la diferencia entre el amor y la pulsión se aclara. ¿Por qué Freud inventa el término pulsión? Debido a que existe en el sujeto un tipo de demanda que nada tiene en relación con la demanda de amor. Se trata de una demanda que no habla, la cual no es menos persistente, una demanda que no se dirige al Otro, que no la orienta la falta en el Otro, que por el contrario, tiene la exigencia de una presencia como una condición absoluta.

Tenemos un ejemplo en la perversión del fetichismo. No es una cuestión de saber ya sea si la mujer le falte algo, o consienta en la falta, con un zapato de tacón alto. No hay razón para pensar que se crea una falta en ella. La presencia del objeto es un requisito para que el sujeto para que pueda jouir (gozar). A este sujeto no le podría importar menos la reticencia de su objeto.

Lo que hace al laberinto es la implicación de tres niveles. El objeto debe tener la significación del falo en la medida en que amar sea desear. También debe tener el valor de A en la medida en que amar es una demanda de ser amado. También debe tener el valor a en la medida en que amar es querer jouir (gozar). El objeto tiene que estar situado al mismo tiempo en el deseo, en la demanda y en la pulsión. Los laberintos de la vida amorosa son asuntos acerca de la articulación de estos tres niveles, a veces unidos, a veces separados, aquí de forma permanente, haya transitoria, a veces de forma pura, a veces mezclados. Así es como obtenemos la infinita variedad que se encuentran en la vida amorosa.

Traducido por Héctor Mendoza
Fuente: Journal of The Centre for Freudian Analysis and Research
http://www.jcfar.org/past_papers/The%20Labyrinths%20of%20Love%20-%20Jacques-Alain%20Miller.pdf

Referencias Bibliográficas

[1] Jaques Lacan. El Seminario de Jacques Lacan, Libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Clase del 12 de Febrero de 1964. H.M.

[2] Sigmund Freud. Sobre un tipo particular de elección de objeto en el hombre. (Contribuciones a la psicología del amor I )(1910).En Vol. XI de Obras Completas de Sigmund Freud, Amorrortu Editores. H.M.

[3] Goethe , J. W;  Las desventuras del joven Werther (Die Leiden des jungen Werthers. 1774). H.M.

[4] Sigmund Freud. Psicología de las masas y análisis del yo (1921).En Vol. XVIII de Obras Completas de Sigmund Freud, Amorrortu Editores. H.M.